En todo caso, la Revolución de los Claveles se vende por los medios de propaganda como la revolución popular que dio paso a la democracia. Sin embargo, no fue así: el pueblo optó por el comunismo, y el gobierno de Vasco Gonzalves, del Partido Comunista, expresó sus aspiraciones, "se nacionalizan la banca y las finanzas, los seguros y los centros básicos de la producción, se comienza a caminar por una vía de transición al socialismo".
Como suele pasar, Estados Unidos, la U.E. y la oligarquía local y global, no podían permitir una experiencia así en Europa, así que se encargaron de acabar con el sueño popular, las conquistas de la clase trabajadora en los meses de gobierno Gonzalves, y de imponer una dictadura sin dictador, parafraseando a la descripción que haría el gran José Bergamín sobre la España "democrática" como "el franquismo sin Franco".
El derrocado presidente comunista Vasco Gonzalves sacaría sus conclusiones: " Yo pienso que hoy no hay espacio para una "tercera vía". La experiencia del pasado y del presente nos demuestra que la "tercera vía" camina siempre para la derecha, camina siempre hacia un rumbo reformista del capitalismo, hacia la idea de una supuesta "reforma del capital". No se trata de alcanzar un capitalismo reformado sino de superar el capitalismo. El capitalismo no es reformable, porque las relaciones sociales en las que se basa y sin las cuales no puede sobrevivir son intrínsecamente injustas y de explotación del hombre por el hombre. La "tercera vía" no persigue conquistas profundas en las estructuras económicas y sociales. Hay que fijarse en Inglaterra, en Francia y en Alemania para corroborarlo. Jospin en Francia, Schroeder en Alemania y Blair en Gran Bretaña adoptaron en la práctica políticas neoliberales y de privatizaciones. Todos los que pretenden colocarse entre el capitalismo y el socialismo al final terminan adoptando políticas neoliberales".
Néstor Kohan entrevistó en 2004 a Vasco Gonçalves, el hoy fallecido general que fuera uno de los conductores de la Revolución, que se definía abiertamente como marxista y citaba con familiaridad a Lenin. Además, y frente a la propaganda mediática que suele desvincularlos, no dudaba en señalar que capitalismo, fascismo y colonialismo eran tres caras del mismo monstruo.
En aquellos días que pasaron a la historia de la lucha popular, la vecina Portugal tuvo el mérito de derrocar a sus propios dictadores, al contrario que España, que contemplativamente los dejó morir dejándolo todo atado y bien atado tras su muerte y hasta la actualidad. Sin embargo, es cierto que ellos también tuvieron su propio P$OE (el partido financiado por la CIA y la socialdemocracia alemana para traicionar la lucha de los antifranquistas y para reconducir la "democracia" hacia el "buen puerto" que convenía a los intereses de EEUU, Europa y del Movimiento Nacional); en su caso el partido de Mario Soares y de Durao Barroso, el adalid del neoliberalismo actual de la Unión Europea.
En fin, para recordar esta revolución que puso patas arriba la estabilidad que había impuesto Washington durante la Guerra Fria en Europa Occidental, y que provocó la inquietud en La Casa Blanca y en el resto de sus sucursales europeas por miedo a que Portugal se convirtiera en una especie de Cuba del viejo continente, compartimos a continuación un fragmento de la entrevista de Nestor Kohan a Vasco Gonçalves, uno de los dirigentes de la revolución que rompió el guión pactado allende el Atlántico para las dictaduras ibéricas.
"Entrevista a Vasco Gonçalves
N.K.: ¿La CIA también estaba infiltrada dentro de las Fuerzas Armadas?
Gral. Vasco Gonçalves: Sí, estaban metidos en todos lados. Sin embargo, las condiciones que vivimos
en Portugal no fueron las mismas que se vivieron en Chile en 1973 donde la CIA tenía mayor poder. Aquí se logró dividir a las Fuerzas Armadas, tuvieron consigo a la dirección del Partido Socialista y también al Partido Popular Democrático. Es decir que aquí hicieron la contrarrevolución por una vía casi "pacífica", a diferencia de Chile. No fue completamente pacífica porque también hubo un levantamiento militar e incluso algunas acciones terroristas en la preparación del golpe contrarrevolucionario.
N.K.: ¿Cuál sería entonces el balance?
Gral. Vasco Gonçalves: A la hora de hacer un balance de las causas por las cuales fuimos derrocados, yo pienso que la supervivencia y permanencia de la ideología pequeñoburguesa y burguesa entre la mayoría de las masas trabajadoras y entre la mayoría de los militares posibilitaron que la derecha y la dirección del Partido Socialista golpearan contra la dirección de la revolución. De este modo la dirección del Partido Socialista se esforzó por definir a los militares revolucionarios y al Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) como comunistas. Nos decían que éramos todos comunistas, para así poder acusarnos, aislarnos y rechazarnos. Eso fue lo que la dirección del Partido Socialista logró conseguir. De allí en adelante, desde 1976 hasta nuestros días, a Portugal lo gobernó y lo gobierna la derecha.
N.K.: ¿Usted era en ese entonces comunista?
Gral. Vasco Gonçalves: Yo era entonces marxista y lo sigo siendo.
N.K.: ¿Cómo se formó? ¿Cómo llegó al marxismo dentro de las Fuerzas Armadas?
Gral. Vasco Gonçalves: En los tiempos de estudiante.
N.K.: ¿Usted qué estudiaba?
Gral. Vasco Gonçalves: Yo estaba en la Facultad de Ciencias. Estudiaba ingeniería militar.
N.K.: ¿Era una universidad civil?
Gral. Vasco Gonçalves: Sí, era una universidad civil. Para entrar en la escuela militar estudié en un curso de ingeniería que se seguía durante tres años en la Facultad de Ciencias. Allí nos vinculamos con amigos, que eran estudiantes, y con otro gran amigo, un profesor que nos llevó a comprender las relaciones sociales.
N.K.: ¿Eran muchos los estudiantes marxistas?
Gral. Vasco Gonçalves: No, en realidad no eran muchos. De unos cuarenta, por ejemplo, sólo cuatro o cinco se interesaban por cuestiones políticas y tenían una gran politización. Estos grupos propiciaban la resistencia a la dictadura fascista que perseguía a las personas, que censuraba los libros, que censuraba los periódicos y la prensa. ¡Por entonces todo era censurado! Nos faltaba la libertad. Esa profunda falta de libertad de nuestro pueblo le dio sentido al levantamiento militar y a la revuelta popular contra la dictadura y contra la falta de libertad, contra las posiciones patronales, contra la explotación de los trabajadores. Entonces el Partido Comunista tenía una gran influencia en la población y en la implementación de esa revuelta. Era prácticamente el único partido organizado que luchaba contra el régimen fascista [el Partido Socialista recién se formó en 1973 y fuera de Portugal, en Alemania occidental. Nota de N.K.]. El Partido Comunista contaba con una considerable influencia entre los trabajadores de las fábricas.
En ese momento los trabajadores portugueses eran principalmente trabajadores agrícolas, porque Portugal era esencialmente un país agrícola. Eso influyó para que predominara entre la mayoría de los trabajadores la ideología pequeñoburguesa y hasta burguesa, casi tradicional. Portugal tenía una influencia muy fuerte de la Iglesia y pesaba mucho la tradición. Esa debilidad en el desarrollo capitalista de Portugal y su atraso desde el punto de vista industrial contribuye a explicar que entre los trabajadores predominara de hecho la ideología de la clase dominante. Como usted sabe, las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante. La población luchaba contra el fascismo. Comenzó entonces la guerra colonial, que tuvo una gran influencia en la maduración de la conciencia política de un número determinado de los militares que protagonizaron el levantamiento del 25 de abril de 1974.
N.K.: ¿Cuánto duró la guerra colonial de Portugal con sus colonias?
Gral. Vasco Gonçalves: La guerra duró 13 (trece) años, desde 1961 hasta 1974. Durante la guerra colonial los militares fueron comprendiendo que esa guerra no tenía solución por la vía de las armas. El problema colonial tenía que ser resuelto reconociendo el derecho de los pueblos a la autonomía y a la independencia.
N.K.: ¿Cuáles eran esas guerras coloniales de Portugal?
Gral. Vasco Gonçalves: La guerra colonial se desenvolvió en África: en Angola, Mozambique y en Guinea-Bissau. A partir de 1964 había tres frentes simultáneos. En esas tres colonias había tres campañas militares.
N.K. ¿Usted participó en las guerras coloniales?
Gral. Vasco Gonçalves: Sí, he participado.
N.K.: ¿Dónde?
Gral. Vasco Gonçalves: Estuve en Angola y en Mozambique.
N.K.: En esa época Francia educaba a sus militares en la doctrina de la guerra contrainsurgente que aplicó en Argelia e Indochina. Estados Unidos también, tal como lo aplicó en Vietnam. En América latina esa doctrina de la guerra contrarrevolucionaria se difundió mucho gracias a Francia y Estados Unidos. ¿A ustedes también los educaron en ese tipo de guerra contrarrevolucionaria?
Gral. Vasco Gonçalves: Cuando comenzó la guerra colonial vinieron a nuestro país oficiales del ejército francés de Argelia. Ellos nos hablaron de las operaciones. No era una enseñanza o una instrucción formal. Daban conferencias sobre la guerra de Argelia, sobre las operaciones militares y sobre el modo en que había que enfrentar a los guerrilleros.
N.K.: ¿En qué año esos instructores dieron sus conferencias?
Gral. Vasco Gonçalves: Yo calculo que fue en 1961, 1962, 1963. Fueron al principio del desencadenamiento de la guerra colonial. En esas conferencias hablaban desde un punto de vista operacional-militar, desde el punto de vista de las operaciones anti-guerrilla y también desde el punto de vista de la acción psico-social: ¿cómo conquistar a las poblaciones cuando había movimientos de liberación, movimientos de guerrilla anticolonial? ¿Cómo conquistar las ideas de la poblaciones? Eso era llamado "Acción psico-social".
N.K.: ¿Cómo percibían los militares portugueses las guerras coloniales y la resistencia de los pueblos oprimidos?
Gral. Vasco Gonçalves: Los militares de Portugal fueron percibiendo que la solución no podía ser militar, que la guerra no se ganaría. Además, el malestar de las colonias condujo a la politización. Quiero decir que los movimientos de liberación de las colonias portuguesas aportaron una gran contribución para nuestra propia liberación del fascismo y del colonialismo en Portugal. Los militares portugueses fueron reconociendo que cada lucha de cada uno de estos pueblos era una lucha justa; en cambio, nuestra guerra, desde el punto de vista de Portugal, era una guerra injusta. La guerra colonial no era una guerra sentida ni querida por las propias masas portuguesas. Desde el punto de vista moral los militares portugueses estábamos derrotados en la guerra colonial. También por eso entre los oficiales y los cuadros militares permanentes surgió el descontento y la oposición contra la guerra colonial. Entre ellos, una minoría constituyó el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA). Esto significa que una cosa es el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) y otra cosa son las Fuerzas Armadas. El MFA estaba constituido por una pequeña parte de los oficiales de carrera y cuadros permanentes que eligieron como profesión la vida militar. Las Fuerzas Armadas también estaban constituidas por los milicianos, quienes luego de pasar por el servicio militar obligatorio volvían a la vida civil. Estos últimos eran militares sólo eventualmente.
N.K.: ¿Qué importancia tuvo la existencia de estos milicianos?
Gral. Vasco Gonçalves: La participación de milicianos en nuestras fuerzas era cada vez mayor porque no se podía mantener tres frentes de batalla al mismo tiempo. Esa gran participación de milicianos condujo también a la concientización de los cuadros permanentes y los oficiales de carrera. Esa fue su importancia. Además de la lucha de los pueblos coloniales y del descontento de los militares portugueses existía una gran efervescencia en el movimiento estudiantil. Todo esto confluyó.
N.K.: ¿El Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) sólo agrupaba a los militares y cuadros permanentes o también incluía a los milicianos?
Gral. Vasco Gonçalves: Incluía a ambos. Fue la propia guerra colonial la que condujo a que los cuadros permanentes contactaran inmediatamente con los cuadros milicianos. De manera que ambos grupos hacían la misma vida, corrían los mismos riesgos en la guerra, entonces eso influyó en que hubiera intercambio de ideas y de opiniones entre los cuadros profesionales permanentes y los militares milicianos. Ellos, los milicianos, estaban mejor preparados políticamente que nosotros, los militares profesionales, porque en las universidades civiles había una discusión ideológica, política y social que no existía en las escuelas militares. Entonces los militares milicianos estaban mejor preparados ideológicamente. Eso condujo a crear mejores condiciones de maduración en la concientización política de los militares y cuadros permanentes.
N.K.: ¿El Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) tenía una orientación marxista?
Gral. Vasco Gonçalves: No, de ninguna manera. El MFA no era un movimiento revolucionario. Era un movimiento que pretendía poner fin a la guerra colonial y resolver el problema de la independencia de las colonias portuguesas que era, en verdad, la causa de la guerra colonial. El fascismo y el colonialismo no podían conceder la autonomía y la independencia a los pueblos coloniales. Nosotros lo que pretendíamos era encontrar una solución política para la guerra colonial. Y la única solución política tenía que consistir en el reconocimiento de la autonomía y la independencia de todos los pueblos coloniales. Ese era nuestro objetivo fundamental. En ese objetivo la gran mayoría de los militares estaba de acuerdo, pero los más audaces, los más activos, los que tuvieron más coraje en intentar lograr ese objetivo fueron aquellos que constituyeron el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA).
N.K.: ¿Con cuántos integrantes contaban ustedes en el MFA?
Gral. Vasco Gonçalves: Alrededor de 300 ó 400 militares, aproximadamente, mientras que el conjunto de oficiales permanentes de las Fuerzas Armadas eran en total nos 7.000 u 8.000.
N.K.: ¿El MFA operaba en la clandestinidad?
Gral. Vasco Gonçalves: Sí, éramos clandestinos. En ese momento el gobierno fascista ya estaba muy deteriorado y en Portugal había una gran contestación contra el fascismo en el seno de las masas populares y trabajadoras. Por eso las reivindicaciones del Movimiento tuvieron gran receptividad.
N.K.: ¿En qué año nació el MFA?
Gral. Vasco Gonçalves: En 1973. El dictador Salazar ya había muerto y sus sucesores pretendían hacer una política que aparentemente era más "suave", pretendían dar una cara más "liberal" al fascismo. Nuestra situación se estaba agravando día a día. La guerra colonial estaba empeorando a cada momento. Poco a poco, el Movimiento de las Fuerzas Armadas fue planteando sus reivindicaciones a cielo abierto. Las reuniones de discusiones del Movimiento sobre el futuro de las Fuerzas Armadas y de Portugal no se hacían abiertas porque existía una policía política fascista llamada PIDE que también estaba metida dentro de las Fuerzas Armadas. Se llegó entonces a una situación en la cual el gobierno ya no tenía poder suficiente para imponer su voluntad y nosotros, los oficiales, ya no estábamos dispuestos a aceptar todas las órdenes. Se comenzaban a dar las condiciones subjetivas necesarias e imprescindibles para una revolución.
N.K.: ¿Usted está pensando en el análisis de Lenin sobre una situación revolucionaria?
Gral. Vasco Gonçalves: Sí, por supuesto. Estoy pensando exactamente en eso. Por lo tanto estas múltiples circunstancias iban conformando las condiciones subjetivas para el triunfo de la revolución.
N.K.: ¿Cómo fue el vínculo entre el ascenso de las masas trabajadoras y la propia dinámica del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA)?
Gral. Vasco Gonçalves: Aunque las Fuerzas Armadas en Portugal no tenían un objetivo de revolución social, queríamos una democracia política, mejores condiciones de vida para los trabajadores, mejores condiciones para el desarrollo de la cultura en Portugal... En el conjunto, como Movimiento -repito y subrayo las palabras "como Movimiento"- no estaba entre nuestros objetivos hacer una revolución socialista. Después, con el impulso del movimiento popular y de las reivindicaciones populares, y con el impulso de la justicia de estas reivindicaciones, la lucha de clases nos llevó al proyecto de la revolución socialista. Así se explica el proceso iniciado el 25 de abril de 1974.
Alguna vez un intelectual brasilero dijo que nunca había visto en el mundo un movimiento popular en las calles como lo había visto en Portugal. Un movimiento en las calles con sus reivindicaciones... existía la enorme influencia entre los trabajadores del Partido Comunista que era el único partido organizado políticamente que había combatido al fascismo. Una influencia que se extendía a los trabajadores rurales. De manera que se fue desenvolviendo un proceso de reivindicaciones populares que eran justas y que eran consideradas como justas por los propios militares. Era entonces natural que ese proceso desembocara por su propio desarrollo en una lucha por el socialismo. Aquellos militares que estaban de verdad identificados con los intereses populares y con la razón de las masas trabajadoras dominaron las relaciones de fuerzas dentro del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA). Este último era un movimiento unitario. Tenía como base la necesidad de la solución política del problema colonial. En eso estábamos todos de acuerdo, desde la derecha hasta la izquierda y eso nos llevó a la conclusión de que para solucionar el problema colonial era preciso derrocar al gobierno fascista.
Al comienzo muchos pensaban, dentro de nuestros camaradas militares, que se podía imponer al gobierno fascista otra solución al problema colonial sin necesidad de derribarlo, pero eso no funcionó. Pero luego la propia formación del Movimiento de las Fuerzas Armadas, desde el verano de 1973 hasta abril de 1974, fue haciendo madurar las ideas de los militares. Esto permitió hacer madurar las condiciones subjetivas, las condiciones ideológicas, las condiciones del factor subjetivo para derribar al gobierno fascista. Nosotros concluimos que con aquel gobierno no era posible llegar a una solución política del problema colonial. Se tornaba necesario derribar, tirar abajo al gobierno fascista para recién entonces solucionar el problema colonial conversando con los movimientos de liberación, como por ejemplo el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA).
Por lo tanto el gobierno fascista fue derrocado a través de una gran acción popular. En esa acción popular existió una gran orientación del Partido Comunista; los militares más progresistas apoyaban las reivindicaciones populares y cualquier fuerza que el pueblo necesitaba. Nosotros dominamos las relaciones de fuerza dentro del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), pues el MFA estaba tensionado desde la derecha y desde la izquierda. El MFA constituyó una Junta de Salvación Nacional que fundamentalmente estaba formada y constituida por oficiales generales que eran gente de derecha pero que también acordaba con la solución del problema colonial por vía pacífica y a través de una solución política.
N.K.: ¿La izquierda del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) tenía por objetivo el proyecto de la revolución socialista?
Gral. Vasco Gonçalves: En ese momento todavía no. Había algunas personas que tenían ideas auténticas y verdaderas sobre el socialismo y el marxismo, pero pensaban que no había condiciones en Portugal para hacer una revolución socialista. Pero a lo largo del proceso revolucionario surgió una vía de transición hacia el socialismo a través de la realización de las diversas y sucesivas conquistas populares. Por ejemplo, la nacionalización de la banca, la nacionalización de los seguros, la nacionalización de los principales centros básicos de la producción industrial, la nacionalización de las principales empresas de transporte y comunicaciones, la reforma agraria basadas en unidades colectivas, el control obrero, los derechos cívicos, sindicales, laborales y políticos de los trabajadores.
Todas estas conquistas y derechos se fueron ganando y se fueron modificando las estructuras económicas. Cuando se nacionalizan la banca y las finanzas, los seguros y los centros básicos de la producción, se comienza a caminar por una vía de transición al socialismo. ¡Es posible conquistar y hacer el socialismo con el conjunto de estas fuerzas! La vía de transición al socialismo fue surgiendo del mismo proceso de las luchas de clase. Lo importante que hay que destacar es que lo que surge como un golpe y un levantamiento militar contra el fascismo y el colonialismo se va transformando en una revolución social.
N.K.: Al describir aquel proceso revolucionario del cual actualmente se cumplen 30 años usted destaca la perspectiva del socialismo. Sin embargo, hoy en día, tres décadas después, algunos teóricos proponen reemplazar el proyecto del socialismo por una supuesta "tercera vía". ¿A partir de su experiencia política, qué opina usted de la "tercera vía"?
Gral. Vasco Gonçalves: Yo pienso que hoy no hay espacio para una "tercera vía". La experiencia del pasado y del presente nos demuestra que la "tercera vía" camina siempre para la derecha, camina siempre hacia un rumbo reformista del capitalismo, hacia la idea de una supuesta "reforma del capital". No se trata de alcanzar un capitalismo reformado sino de superar el capitalismo. El capitalismo no es reformable, porque las relaciones sociales en las que se basa y sin las cuales no puede sobrevivir son intrínsecamente injustas y de explotación del hombre por el hombre. La "tercera vía" no persigue conquistas profundas en las estructuras económicas y sociales. Hay que fijarse en Inglaterra, en Francia y en Alemania para corroborarlo. Jospin en Francia, Schroeder en Alemania y Blair en Gran Bretaña adoptaron en la práctica políticas neoliberales y de privatizaciones. Todos los que pretenden colocarse entre el capitalismo y el socialismo al final terminan adoptando políticas neoliberales".
Como suele pasar, Estados Unidos, la U.E. y la oligarquía local y global, no podían permitir una experiencia así en Europa, así que se encargaron de acabar con el sueño popular, las conquistas de la clase trabajadora en los meses de gobierno Gonzalves, y de imponer una dictadura sin dictador, parafraseando a la descripción que haría el gran José Bergamín sobre la España "democrática" como "el franquismo sin Franco".
El derrocado presidente comunista Vasco Gonzalves sacaría sus conclusiones: " Yo pienso que hoy no hay espacio para una "tercera vía". La experiencia del pasado y del presente nos demuestra que la "tercera vía" camina siempre para la derecha, camina siempre hacia un rumbo reformista del capitalismo, hacia la idea de una supuesta "reforma del capital". No se trata de alcanzar un capitalismo reformado sino de superar el capitalismo. El capitalismo no es reformable, porque las relaciones sociales en las que se basa y sin las cuales no puede sobrevivir son intrínsecamente injustas y de explotación del hombre por el hombre. La "tercera vía" no persigue conquistas profundas en las estructuras económicas y sociales. Hay que fijarse en Inglaterra, en Francia y en Alemania para corroborarlo. Jospin en Francia, Schroeder en Alemania y Blair en Gran Bretaña adoptaron en la práctica políticas neoliberales y de privatizaciones. Todos los que pretenden colocarse entre el capitalismo y el socialismo al final terminan adoptando políticas neoliberales".
Néstor Kohan entrevistó en 2004 a Vasco Gonçalves, el hoy fallecido general que fuera uno de los conductores de la Revolución, que se definía abiertamente como marxista y citaba con familiaridad a Lenin. Además, y frente a la propaganda mediática que suele desvincularlos, no dudaba en señalar que capitalismo, fascismo y colonialismo eran tres caras del mismo monstruo.
En aquellos días que pasaron a la historia de la lucha popular, la vecina Portugal tuvo el mérito de derrocar a sus propios dictadores, al contrario que España, que contemplativamente los dejó morir dejándolo todo atado y bien atado tras su muerte y hasta la actualidad. Sin embargo, es cierto que ellos también tuvieron su propio P$OE (el partido financiado por la CIA y la socialdemocracia alemana para traicionar la lucha de los antifranquistas y para reconducir la "democracia" hacia el "buen puerto" que convenía a los intereses de EEUU, Europa y del Movimiento Nacional); en su caso el partido de Mario Soares y de Durao Barroso, el adalid del neoliberalismo actual de la Unión Europea.
En fin, para recordar esta revolución que puso patas arriba la estabilidad que había impuesto Washington durante la Guerra Fria en Europa Occidental, y que provocó la inquietud en La Casa Blanca y en el resto de sus sucursales europeas por miedo a que Portugal se convirtiera en una especie de Cuba del viejo continente, compartimos a continuación un fragmento de la entrevista de Nestor Kohan a Vasco Gonçalves, uno de los dirigentes de la revolución que rompió el guión pactado allende el Atlántico para las dictaduras ibéricas.
Precisamente cuando en el resto de los países europeos se abrían las flores mustias del eurocomunismo y la socialdemocracia (corrientes que renunciaban a toda rebelión radical, no por una debilidad de fuerzas momentánea, sino por principios políticos) la Revolución portuguesa fue, en palabras de Vasco Gonçalves, "en Europa Occidental y después de la Comuna de París, la mayor ofensiva hecha contra el sistema capitalista". El pueblo portugués ponía a la orden del día la cuestión de la toma del poder., en plena crisis capitalista (1973-1974), cuando el dólar y el petróleo sufrieron un temblor mundial, liquidando el keynesianismo de posguerra y abriendo camino al neoliberalismo.
Hay que recordar, para terminar, que el imperialismo reaccionó tras el triunfo de la Revolución de los Claveles y la llegada al poder de los militares comunistas dirigidos por Vasco Gonçalves, y con el apoyo y complicidad de la socialdemocracia portuguesa de Mario Soares y Durao Barroso, EE,UU, derrocó al gobierno revolucionario con un golpe de estado un año y medio después. Así también la Unión Europea, y por supuesto, el genocida Franco, pudieron respirar tranquilos y seguir aplicando la hoja de ruta que el pueblo portugués había intentado cambiar con su heroica e inolvidable Revolución de los Claveles.
En todo caso, y sin olvidar que en todo proceso revolucionario hay aciertos y errores, conviene recordar las palabras con las que el general Vasco Gonçalves, años después del golpe que lo derrocó para reinstaurar los planes diseñados por Washington durante la dictadura, apunta el papel dañino de la socialdemocracia y el reformismo para el desarrollo y triunfo del Socialismo, para la emancipación de la clase obrera y su camino hacia la libertad: "la socialdemocracia solo lleva hacia el neoliberalismo".
Hay que recordar, para terminar, que el imperialismo reaccionó tras el triunfo de la Revolución de los Claveles y la llegada al poder de los militares comunistas dirigidos por Vasco Gonçalves, y con el apoyo y complicidad de la socialdemocracia portuguesa de Mario Soares y Durao Barroso, EE,UU, derrocó al gobierno revolucionario con un golpe de estado un año y medio después. Así también la Unión Europea, y por supuesto, el genocida Franco, pudieron respirar tranquilos y seguir aplicando la hoja de ruta que el pueblo portugués había intentado cambiar con su heroica e inolvidable Revolución de los Claveles.
En todo caso, y sin olvidar que en todo proceso revolucionario hay aciertos y errores, conviene recordar las palabras con las que el general Vasco Gonçalves, años después del golpe que lo derrocó para reinstaurar los planes diseñados por Washington durante la dictadura, apunta el papel dañino de la socialdemocracia y el reformismo para el desarrollo y triunfo del Socialismo, para la emancipación de la clase obrera y su camino hacia la libertad: "la socialdemocracia solo lleva hacia el neoliberalismo".
Néstor Kohan: ¿Cómo recuerda usted hoy la revolución del 25 de abril de 1974?
General Vasco Gonçalves: La revolución que se extendió entre abril de 1974 y noviembre de 1975 fue el momento más importante de mi vida, desde el punto de vista personal. Participar de la revolución fue la mayor alegría que me tocó vivir. Pienso en muchas cosas, en lo cotidiano, en la voluntad de las personas, en el espíritu reivindicativo y de lucha...
N.K.: ¿Cómo fue el proceso de la revolución?
Gral. Vasco Gonçalves: A partir de que se produce el levantamiento contra el fascismo en abril de 1974 nuestra revolución va profundizando en sus conquistas, en la modificación de las estructuras últimas que caracterizan el sistema. A medida que se suceden las transformaciones, la lucha de clases se va agravando. Pienso que en esa situación no estábamos preparados, no teníamos un grado de maduración político y social capaz de defender y consolidar la revolución. No teníamos este grado de maduración. En los primeros tiempos, en los primeros meses, hubo un gran entusiasmo popular. Después, en la medida en que las conquistas se fueron profundizando, ya empezaron las nacionalizaciones y expropiaciones, la reforma agraria; la fuerza política de los trabajadores fue ascendiendo. Los trabajadores conquistaron mucho desde el punto de vista político y social, en las relaciones de trabajo, en las relaciones entre patrones y asalariados y eso hizo que se agravasen muchas cosas. Fundamentalmente se agudizó la lucha de clases.
N.K.: ¿Qué falló en el proceso revolucionario? ¿Por qué no pudo consolidarse y triunfar?
Gral. Vasco Gonçalves: En Portugal no hubo de hecho fuerzas suficientes porque en las masas populares terminó predominante ese espíritu pequeñoburgués tradicional, el miedo a las transformaciones, el miedo al comunismo, la supervivencia del anticomunismo, la acusación de que nosotros queríamos llevar el país hacia el comunismo... todos esos mensajes reaccionarios y propagandísticos tuvieron cierta receptividad entre nuestra población. Y por lo tanto, el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) fue dividido. Hubo militares que se pusieron en contra de las conquistas de la revolución, en lugar de defenderlas. Los propios vencedores del golpe contrarrevolucionario del 25 de noviembre de 1975 que fue realizado contra los militares ubicados más a la izquierda, contra los militares progresistas y revolucionarios -un golpe que fue protagonizado por una fracción de militares que habían participado en el levantamiento del 25 de abril de 1974- paradójicamente aceptaban conquistas del socialismo. Algunos de estos militares que protagonizaron el golpe de derecha de 1975 estaban convencidos de que nosotros, los militares de izquierda, queríamos implantar una nueva dictadura en Portugal, que ahora sería una dictadura comunista. Pero en realidad esta creencia provenía de una propaganda de la reacción. Así se dividió el MFA y a la propia población.
Entonces, hasta los mismos vencedores del golpe contrarrevolucionario de fines de 1975 aprobaron una ley constitucional que decía que la misión de las Fuerzas Armadas era garantizar la vía pacífica y pluralista para la democracia y para el socialismo. El preámbulo de la Constitución de la República también propiciaba: "abrir el camino para una sociedad socialista, en el respeto de la voluntad del pueblo portugués, teniendo en vista la construcción de un país más libre, más justo y más fraterno". ¡Precisamente lo que nosotros queríamos! Ellos, los que nos derrocaron, estaban convencidos de que nosotros íbamos a implantar una nueva dictadura, ahora comunista, y entonces hicieron esa ley en defensa del socialismo. Ellos estuvieron en contra nuestra, en contra de nuestros camaradas militares, en contra de los que apoyábamos las reivindicaciones populares y queríamos precisamente consolidar esas reivindicaciones que habían sido alcanzadas.
N.K.: Usted habla de propaganda reaccionaria y anticomunista destinada a dividir el proceso político. Los latinoamericanos conocemos muy bien eso. ¿La CIA estaba metida en Portugal?
Gral. Vasco Gonçalves: ¡La CIA estaba metida! ¡Sí! Junto con la CIA también estaban metidos los servicios de inteligencia británicos, en particular el MI6, en la preparación del golpe contrarrevolucionario del 25 de noviembre de 1975. En cuanto a la CIA, es bien conocido el caso del ex embajador norteamericano en Portugal en tiempos de la revolución, Frank Carlucci, quien luego de su actuación en Portugal fue ascendido en Estados Unidos a vice-director de la CIA. También son bien conocidos los elogios mutuos que se han dirigido Mario Soares, jefe del Partido Socialista y apoyo civil de la contrarrevolución, y Frank Carlucci. Soares llegó a enaltecer recientemente y en forma pública el gran papel de este hombre de la CIA en "la instauración de la democracia en Portugal!"... Después de esas declaraciones, ¿qué más se puede agregar?...
General Vasco Gonçalves: La revolución que se extendió entre abril de 1974 y noviembre de 1975 fue el momento más importante de mi vida, desde el punto de vista personal. Participar de la revolución fue la mayor alegría que me tocó vivir. Pienso en muchas cosas, en lo cotidiano, en la voluntad de las personas, en el espíritu reivindicativo y de lucha...
N.K.: ¿Cómo fue el proceso de la revolución?
Gral. Vasco Gonçalves: A partir de que se produce el levantamiento contra el fascismo en abril de 1974 nuestra revolución va profundizando en sus conquistas, en la modificación de las estructuras últimas que caracterizan el sistema. A medida que se suceden las transformaciones, la lucha de clases se va agravando. Pienso que en esa situación no estábamos preparados, no teníamos un grado de maduración político y social capaz de defender y consolidar la revolución. No teníamos este grado de maduración. En los primeros tiempos, en los primeros meses, hubo un gran entusiasmo popular. Después, en la medida en que las conquistas se fueron profundizando, ya empezaron las nacionalizaciones y expropiaciones, la reforma agraria; la fuerza política de los trabajadores fue ascendiendo. Los trabajadores conquistaron mucho desde el punto de vista político y social, en las relaciones de trabajo, en las relaciones entre patrones y asalariados y eso hizo que se agravasen muchas cosas. Fundamentalmente se agudizó la lucha de clases.
N.K.: ¿Qué falló en el proceso revolucionario? ¿Por qué no pudo consolidarse y triunfar?
Gral. Vasco Gonçalves: En Portugal no hubo de hecho fuerzas suficientes porque en las masas populares terminó predominante ese espíritu pequeñoburgués tradicional, el miedo a las transformaciones, el miedo al comunismo, la supervivencia del anticomunismo, la acusación de que nosotros queríamos llevar el país hacia el comunismo... todos esos mensajes reaccionarios y propagandísticos tuvieron cierta receptividad entre nuestra población. Y por lo tanto, el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) fue dividido. Hubo militares que se pusieron en contra de las conquistas de la revolución, en lugar de defenderlas. Los propios vencedores del golpe contrarrevolucionario del 25 de noviembre de 1975 que fue realizado contra los militares ubicados más a la izquierda, contra los militares progresistas y revolucionarios -un golpe que fue protagonizado por una fracción de militares que habían participado en el levantamiento del 25 de abril de 1974- paradójicamente aceptaban conquistas del socialismo. Algunos de estos militares que protagonizaron el golpe de derecha de 1975 estaban convencidos de que nosotros, los militares de izquierda, queríamos implantar una nueva dictadura en Portugal, que ahora sería una dictadura comunista. Pero en realidad esta creencia provenía de una propaganda de la reacción. Así se dividió el MFA y a la propia población.
Entonces, hasta los mismos vencedores del golpe contrarrevolucionario de fines de 1975 aprobaron una ley constitucional que decía que la misión de las Fuerzas Armadas era garantizar la vía pacífica y pluralista para la democracia y para el socialismo. El preámbulo de la Constitución de la República también propiciaba: "abrir el camino para una sociedad socialista, en el respeto de la voluntad del pueblo portugués, teniendo en vista la construcción de un país más libre, más justo y más fraterno". ¡Precisamente lo que nosotros queríamos! Ellos, los que nos derrocaron, estaban convencidos de que nosotros íbamos a implantar una nueva dictadura, ahora comunista, y entonces hicieron esa ley en defensa del socialismo. Ellos estuvieron en contra nuestra, en contra de nuestros camaradas militares, en contra de los que apoyábamos las reivindicaciones populares y queríamos precisamente consolidar esas reivindicaciones que habían sido alcanzadas.
N.K.: Usted habla de propaganda reaccionaria y anticomunista destinada a dividir el proceso político. Los latinoamericanos conocemos muy bien eso. ¿La CIA estaba metida en Portugal?
Gral. Vasco Gonçalves: ¡La CIA estaba metida! ¡Sí! Junto con la CIA también estaban metidos los servicios de inteligencia británicos, en particular el MI6, en la preparación del golpe contrarrevolucionario del 25 de noviembre de 1975. En cuanto a la CIA, es bien conocido el caso del ex embajador norteamericano en Portugal en tiempos de la revolución, Frank Carlucci, quien luego de su actuación en Portugal fue ascendido en Estados Unidos a vice-director de la CIA. También son bien conocidos los elogios mutuos que se han dirigido Mario Soares, jefe del Partido Socialista y apoyo civil de la contrarrevolución, y Frank Carlucci. Soares llegó a enaltecer recientemente y en forma pública el gran papel de este hombre de la CIA en "la instauración de la democracia en Portugal!"... Después de esas declaraciones, ¿qué más se puede agregar?...
N.K.: ¿La CIA también estaba infiltrada dentro de las Fuerzas Armadas?
Gral. Vasco Gonçalves: Sí, estaban metidos en todos lados. Sin embargo, las condiciones que vivimos
en Portugal no fueron las mismas que se vivieron en Chile en 1973 donde la CIA tenía mayor poder. Aquí se logró dividir a las Fuerzas Armadas, tuvieron consigo a la dirección del Partido Socialista y también al Partido Popular Democrático. Es decir que aquí hicieron la contrarrevolución por una vía casi "pacífica", a diferencia de Chile. No fue completamente pacífica porque también hubo un levantamiento militar e incluso algunas acciones terroristas en la preparación del golpe contrarrevolucionario.
N.K.: ¿Cuál sería entonces el balance?
Gral. Vasco Gonçalves: A la hora de hacer un balance de las causas por las cuales fuimos derrocados, yo pienso que la supervivencia y permanencia de la ideología pequeñoburguesa y burguesa entre la mayoría de las masas trabajadoras y entre la mayoría de los militares posibilitaron que la derecha y la dirección del Partido Socialista golpearan contra la dirección de la revolución. De este modo la dirección del Partido Socialista se esforzó por definir a los militares revolucionarios y al Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) como comunistas. Nos decían que éramos todos comunistas, para así poder acusarnos, aislarnos y rechazarnos. Eso fue lo que la dirección del Partido Socialista logró conseguir. De allí en adelante, desde 1976 hasta nuestros días, a Portugal lo gobernó y lo gobierna la derecha.
N.K.: ¿Usted era en ese entonces comunista?
Gral. Vasco Gonçalves: Yo era entonces marxista y lo sigo siendo.
N.K.: ¿Cómo se formó? ¿Cómo llegó al marxismo dentro de las Fuerzas Armadas?
Gral. Vasco Gonçalves: En los tiempos de estudiante.
N.K.: ¿Usted qué estudiaba?
Gral. Vasco Gonçalves: Yo estaba en la Facultad de Ciencias. Estudiaba ingeniería militar.
N.K.: ¿Era una universidad civil?
Gral. Vasco Gonçalves: Sí, era una universidad civil. Para entrar en la escuela militar estudié en un curso de ingeniería que se seguía durante tres años en la Facultad de Ciencias. Allí nos vinculamos con amigos, que eran estudiantes, y con otro gran amigo, un profesor que nos llevó a comprender las relaciones sociales.
N.K.: ¿Eran muchos los estudiantes marxistas?
Gral. Vasco Gonçalves: No, en realidad no eran muchos. De unos cuarenta, por ejemplo, sólo cuatro o cinco se interesaban por cuestiones políticas y tenían una gran politización. Estos grupos propiciaban la resistencia a la dictadura fascista que perseguía a las personas, que censuraba los libros, que censuraba los periódicos y la prensa. ¡Por entonces todo era censurado! Nos faltaba la libertad. Esa profunda falta de libertad de nuestro pueblo le dio sentido al levantamiento militar y a la revuelta popular contra la dictadura y contra la falta de libertad, contra las posiciones patronales, contra la explotación de los trabajadores. Entonces el Partido Comunista tenía una gran influencia en la población y en la implementación de esa revuelta. Era prácticamente el único partido organizado que luchaba contra el régimen fascista [el Partido Socialista recién se formó en 1973 y fuera de Portugal, en Alemania occidental. Nota de N.K.]. El Partido Comunista contaba con una considerable influencia entre los trabajadores de las fábricas.
En ese momento los trabajadores portugueses eran principalmente trabajadores agrícolas, porque Portugal era esencialmente un país agrícola. Eso influyó para que predominara entre la mayoría de los trabajadores la ideología pequeñoburguesa y hasta burguesa, casi tradicional. Portugal tenía una influencia muy fuerte de la Iglesia y pesaba mucho la tradición. Esa debilidad en el desarrollo capitalista de Portugal y su atraso desde el punto de vista industrial contribuye a explicar que entre los trabajadores predominara de hecho la ideología de la clase dominante. Como usted sabe, las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante. La población luchaba contra el fascismo. Comenzó entonces la guerra colonial, que tuvo una gran influencia en la maduración de la conciencia política de un número determinado de los militares que protagonizaron el levantamiento del 25 de abril de 1974.
N.K.: ¿Cuánto duró la guerra colonial de Portugal con sus colonias?
Gral. Vasco Gonçalves: La guerra duró 13 (trece) años, desde 1961 hasta 1974. Durante la guerra colonial los militares fueron comprendiendo que esa guerra no tenía solución por la vía de las armas. El problema colonial tenía que ser resuelto reconociendo el derecho de los pueblos a la autonomía y a la independencia.
N.K.: ¿Cuáles eran esas guerras coloniales de Portugal?
Gral. Vasco Gonçalves: La guerra colonial se desenvolvió en África: en Angola, Mozambique y en Guinea-Bissau. A partir de 1964 había tres frentes simultáneos. En esas tres colonias había tres campañas militares.
N.K. ¿Usted participó en las guerras coloniales?
Gral. Vasco Gonçalves: Sí, he participado.
N.K.: ¿Dónde?
Gral. Vasco Gonçalves: Estuve en Angola y en Mozambique.
N.K.: En esa época Francia educaba a sus militares en la doctrina de la guerra contrainsurgente que aplicó en Argelia e Indochina. Estados Unidos también, tal como lo aplicó en Vietnam. En América latina esa doctrina de la guerra contrarrevolucionaria se difundió mucho gracias a Francia y Estados Unidos. ¿A ustedes también los educaron en ese tipo de guerra contrarrevolucionaria?
Gral. Vasco Gonçalves: Cuando comenzó la guerra colonial vinieron a nuestro país oficiales del ejército francés de Argelia. Ellos nos hablaron de las operaciones. No era una enseñanza o una instrucción formal. Daban conferencias sobre la guerra de Argelia, sobre las operaciones militares y sobre el modo en que había que enfrentar a los guerrilleros.
N.K.: ¿En qué año esos instructores dieron sus conferencias?
Gral. Vasco Gonçalves: Yo calculo que fue en 1961, 1962, 1963. Fueron al principio del desencadenamiento de la guerra colonial. En esas conferencias hablaban desde un punto de vista operacional-militar, desde el punto de vista de las operaciones anti-guerrilla y también desde el punto de vista de la acción psico-social: ¿cómo conquistar a las poblaciones cuando había movimientos de liberación, movimientos de guerrilla anticolonial? ¿Cómo conquistar las ideas de la poblaciones? Eso era llamado "Acción psico-social".
N.K.: ¿Cómo percibían los militares portugueses las guerras coloniales y la resistencia de los pueblos oprimidos?
Gral. Vasco Gonçalves: Los militares de Portugal fueron percibiendo que la solución no podía ser militar, que la guerra no se ganaría. Además, el malestar de las colonias condujo a la politización. Quiero decir que los movimientos de liberación de las colonias portuguesas aportaron una gran contribución para nuestra propia liberación del fascismo y del colonialismo en Portugal. Los militares portugueses fueron reconociendo que cada lucha de cada uno de estos pueblos era una lucha justa; en cambio, nuestra guerra, desde el punto de vista de Portugal, era una guerra injusta. La guerra colonial no era una guerra sentida ni querida por las propias masas portuguesas. Desde el punto de vista moral los militares portugueses estábamos derrotados en la guerra colonial. También por eso entre los oficiales y los cuadros militares permanentes surgió el descontento y la oposición contra la guerra colonial. Entre ellos, una minoría constituyó el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA). Esto significa que una cosa es el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) y otra cosa son las Fuerzas Armadas. El MFA estaba constituido por una pequeña parte de los oficiales de carrera y cuadros permanentes que eligieron como profesión la vida militar. Las Fuerzas Armadas también estaban constituidas por los milicianos, quienes luego de pasar por el servicio militar obligatorio volvían a la vida civil. Estos últimos eran militares sólo eventualmente.
N.K.: ¿Qué importancia tuvo la existencia de estos milicianos?
Gral. Vasco Gonçalves: La participación de milicianos en nuestras fuerzas era cada vez mayor porque no se podía mantener tres frentes de batalla al mismo tiempo. Esa gran participación de milicianos condujo también a la concientización de los cuadros permanentes y los oficiales de carrera. Esa fue su importancia. Además de la lucha de los pueblos coloniales y del descontento de los militares portugueses existía una gran efervescencia en el movimiento estudiantil. Todo esto confluyó.
N.K.: ¿El Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) sólo agrupaba a los militares y cuadros permanentes o también incluía a los milicianos?
Gral. Vasco Gonçalves: Incluía a ambos. Fue la propia guerra colonial la que condujo a que los cuadros permanentes contactaran inmediatamente con los cuadros milicianos. De manera que ambos grupos hacían la misma vida, corrían los mismos riesgos en la guerra, entonces eso influyó en que hubiera intercambio de ideas y de opiniones entre los cuadros profesionales permanentes y los militares milicianos. Ellos, los milicianos, estaban mejor preparados políticamente que nosotros, los militares profesionales, porque en las universidades civiles había una discusión ideológica, política y social que no existía en las escuelas militares. Entonces los militares milicianos estaban mejor preparados ideológicamente. Eso condujo a crear mejores condiciones de maduración en la concientización política de los militares y cuadros permanentes.
N.K.: ¿El Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) tenía una orientación marxista?
Gral. Vasco Gonçalves: No, de ninguna manera. El MFA no era un movimiento revolucionario. Era un movimiento que pretendía poner fin a la guerra colonial y resolver el problema de la independencia de las colonias portuguesas que era, en verdad, la causa de la guerra colonial. El fascismo y el colonialismo no podían conceder la autonomía y la independencia a los pueblos coloniales. Nosotros lo que pretendíamos era encontrar una solución política para la guerra colonial. Y la única solución política tenía que consistir en el reconocimiento de la autonomía y la independencia de todos los pueblos coloniales. Ese era nuestro objetivo fundamental. En ese objetivo la gran mayoría de los militares estaba de acuerdo, pero los más audaces, los más activos, los que tuvieron más coraje en intentar lograr ese objetivo fueron aquellos que constituyeron el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA).
N.K.: ¿Con cuántos integrantes contaban ustedes en el MFA?
Gral. Vasco Gonçalves: Alrededor de 300 ó 400 militares, aproximadamente, mientras que el conjunto de oficiales permanentes de las Fuerzas Armadas eran en total nos 7.000 u 8.000.
N.K.: ¿El MFA operaba en la clandestinidad?
Gral. Vasco Gonçalves: Sí, éramos clandestinos. En ese momento el gobierno fascista ya estaba muy deteriorado y en Portugal había una gran contestación contra el fascismo en el seno de las masas populares y trabajadoras. Por eso las reivindicaciones del Movimiento tuvieron gran receptividad.
N.K.: ¿En qué año nació el MFA?
Gral. Vasco Gonçalves: En 1973. El dictador Salazar ya había muerto y sus sucesores pretendían hacer una política que aparentemente era más "suave", pretendían dar una cara más "liberal" al fascismo. Nuestra situación se estaba agravando día a día. La guerra colonial estaba empeorando a cada momento. Poco a poco, el Movimiento de las Fuerzas Armadas fue planteando sus reivindicaciones a cielo abierto. Las reuniones de discusiones del Movimiento sobre el futuro de las Fuerzas Armadas y de Portugal no se hacían abiertas porque existía una policía política fascista llamada PIDE que también estaba metida dentro de las Fuerzas Armadas. Se llegó entonces a una situación en la cual el gobierno ya no tenía poder suficiente para imponer su voluntad y nosotros, los oficiales, ya no estábamos dispuestos a aceptar todas las órdenes. Se comenzaban a dar las condiciones subjetivas necesarias e imprescindibles para una revolución.
N.K.: ¿Usted está pensando en el análisis de Lenin sobre una situación revolucionaria?
Gral. Vasco Gonçalves: Sí, por supuesto. Estoy pensando exactamente en eso. Por lo tanto estas múltiples circunstancias iban conformando las condiciones subjetivas para el triunfo de la revolución.
N.K.: ¿Cómo fue el vínculo entre el ascenso de las masas trabajadoras y la propia dinámica del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA)?
Gral. Vasco Gonçalves: Aunque las Fuerzas Armadas en Portugal no tenían un objetivo de revolución social, queríamos una democracia política, mejores condiciones de vida para los trabajadores, mejores condiciones para el desarrollo de la cultura en Portugal... En el conjunto, como Movimiento -repito y subrayo las palabras "como Movimiento"- no estaba entre nuestros objetivos hacer una revolución socialista. Después, con el impulso del movimiento popular y de las reivindicaciones populares, y con el impulso de la justicia de estas reivindicaciones, la lucha de clases nos llevó al proyecto de la revolución socialista. Así se explica el proceso iniciado el 25 de abril de 1974.
Alguna vez un intelectual brasilero dijo que nunca había visto en el mundo un movimiento popular en las calles como lo había visto en Portugal. Un movimiento en las calles con sus reivindicaciones... existía la enorme influencia entre los trabajadores del Partido Comunista que era el único partido organizado políticamente que había combatido al fascismo. Una influencia que se extendía a los trabajadores rurales. De manera que se fue desenvolviendo un proceso de reivindicaciones populares que eran justas y que eran consideradas como justas por los propios militares. Era entonces natural que ese proceso desembocara por su propio desarrollo en una lucha por el socialismo. Aquellos militares que estaban de verdad identificados con los intereses populares y con la razón de las masas trabajadoras dominaron las relaciones de fuerzas dentro del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA). Este último era un movimiento unitario. Tenía como base la necesidad de la solución política del problema colonial. En eso estábamos todos de acuerdo, desde la derecha hasta la izquierda y eso nos llevó a la conclusión de que para solucionar el problema colonial era preciso derrocar al gobierno fascista.
Al comienzo muchos pensaban, dentro de nuestros camaradas militares, que se podía imponer al gobierno fascista otra solución al problema colonial sin necesidad de derribarlo, pero eso no funcionó. Pero luego la propia formación del Movimiento de las Fuerzas Armadas, desde el verano de 1973 hasta abril de 1974, fue haciendo madurar las ideas de los militares. Esto permitió hacer madurar las condiciones subjetivas, las condiciones ideológicas, las condiciones del factor subjetivo para derribar al gobierno fascista. Nosotros concluimos que con aquel gobierno no era posible llegar a una solución política del problema colonial. Se tornaba necesario derribar, tirar abajo al gobierno fascista para recién entonces solucionar el problema colonial conversando con los movimientos de liberación, como por ejemplo el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA).
Por lo tanto el gobierno fascista fue derrocado a través de una gran acción popular. En esa acción popular existió una gran orientación del Partido Comunista; los militares más progresistas apoyaban las reivindicaciones populares y cualquier fuerza que el pueblo necesitaba. Nosotros dominamos las relaciones de fuerza dentro del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), pues el MFA estaba tensionado desde la derecha y desde la izquierda. El MFA constituyó una Junta de Salvación Nacional que fundamentalmente estaba formada y constituida por oficiales generales que eran gente de derecha pero que también acordaba con la solución del problema colonial por vía pacífica y a través de una solución política.
N.K.: ¿La izquierda del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) tenía por objetivo el proyecto de la revolución socialista?
Gral. Vasco Gonçalves: En ese momento todavía no. Había algunas personas que tenían ideas auténticas y verdaderas sobre el socialismo y el marxismo, pero pensaban que no había condiciones en Portugal para hacer una revolución socialista. Pero a lo largo del proceso revolucionario surgió una vía de transición hacia el socialismo a través de la realización de las diversas y sucesivas conquistas populares. Por ejemplo, la nacionalización de la banca, la nacionalización de los seguros, la nacionalización de los principales centros básicos de la producción industrial, la nacionalización de las principales empresas de transporte y comunicaciones, la reforma agraria basadas en unidades colectivas, el control obrero, los derechos cívicos, sindicales, laborales y políticos de los trabajadores.
Todas estas conquistas y derechos se fueron ganando y se fueron modificando las estructuras económicas. Cuando se nacionalizan la banca y las finanzas, los seguros y los centros básicos de la producción, se comienza a caminar por una vía de transición al socialismo. ¡Es posible conquistar y hacer el socialismo con el conjunto de estas fuerzas! La vía de transición al socialismo fue surgiendo del mismo proceso de las luchas de clase. Lo importante que hay que destacar es que lo que surge como un golpe y un levantamiento militar contra el fascismo y el colonialismo se va transformando en una revolución social.
N.K.: Al describir aquel proceso revolucionario del cual actualmente se cumplen 30 años usted destaca la perspectiva del socialismo. Sin embargo, hoy en día, tres décadas después, algunos teóricos proponen reemplazar el proyecto del socialismo por una supuesta "tercera vía". ¿A partir de su experiencia política, qué opina usted de la "tercera vía"?
Gral. Vasco Gonçalves: Yo pienso que hoy no hay espacio para una "tercera vía". La experiencia del pasado y del presente nos demuestra que la "tercera vía" camina siempre para la derecha, camina siempre hacia un rumbo reformista del capitalismo, hacia la idea de una supuesta "reforma del capital". No se trata de alcanzar un capitalismo reformado sino de superar el capitalismo. El capitalismo no es reformable, porque las relaciones sociales en las que se basa y sin las cuales no puede sobrevivir son intrínsecamente injustas y de explotación del hombre por el hombre. La "tercera vía" no persigue conquistas profundas en las estructuras económicas y sociales. Hay que fijarse en Inglaterra, en Francia y en Alemania para corroborarlo. Jospin en Francia, Schroeder en Alemania y Blair en Gran Bretaña adoptaron en la práctica políticas neoliberales y de privatizaciones. Todos los que pretenden colocarse entre el capitalismo y el socialismo al final terminan adoptando políticas neoliberales".
No hay comentarios:
Publicar un comentario