India
territorio
donde se
escribe en
letras
carmesí
un luminoso
camino;
patria donde
tus hijos,
hoy, pisan
firme su suelo
profanado
por imperios
de imperiosa
maldad.
Las clases
escribe en
letras
carmesí
un luminoso
camino;
patria donde
tus hijos,
hoy, pisan
firme su suelo
profanado
por imperios
de imperiosa
maldad.
Las clases
dominantes
en su frenesí
de sangre
del pueblo,
idearon
una verde
cacería, repleta
de perros de presa,
empuñando
armas extranjeras.
Contra aquellos
que osan
liberar el
hogar secular,
las garras de
la potencias
imperialistas
caen como
zarpazos sangrientos.
Una cacería verde
fue diseñada
allí en las oficinas
de una blanca
casa en Washington,
donde títeres
financieros
y burócratas
ejecutan
fielmente sus órdenes
sin contar con los anhelos
del pueblo.
Quisieron pintarte
de verde para
así esconder
sus maldades,
para ocultar
las dementes
barbaries
cometidas contra
tus valientes hijos,
que empuñan con
una de sus manos
la bandera roja
de una Nueva India y
el fusil con la otra,
que te convierten
en madre soberana
de sus pobres
hijos.
Sí, intentan
hacer de ti
una imagen
que no te corresponde,
una ilustración
donde se traza
una anciana sentada
a las puertas de sus
antiguos templos,
que carga en una
de sus manos una
taza de limosnas
extranjeras
y en otra mano
se encuentra el vacío
o la nada, o quizás
la mendicidad.
Esa repetida
mano vacía representa
el saqueo de las
extrañas y
extranjeras
metrópolis.
Por más
que insistan
en dibujarte
con líneas indecisas,
por más que intenten
ocultar su milenaria
historia de incansable
hermana combatiente,
no podrán cubrir
de verde ni
con sangre
tu ropa de
guerrillera,
no podrán
borrar las armas
que empuñaste
porque tu pueblo
construirá
otras nuevas.
en su frenesí
de sangre
del pueblo,
idearon
una verde
cacería, repleta
de perros de presa,
empuñando
armas extranjeras.
Contra aquellos
que osan
liberar el
hogar secular,
las garras de
la potencias
imperialistas
caen como
zarpazos sangrientos.
Una cacería verde
fue diseñada
allí en las oficinas
de una blanca
casa en Washington,
donde títeres
financieros
y burócratas
ejecutan
fielmente sus órdenes
sin contar con los anhelos
del pueblo.
Quisieron pintarte
de verde para
así esconder
sus maldades,
para ocultar
las dementes
barbaries
cometidas contra
tus valientes hijos,
que empuñan con
una de sus manos
la bandera roja
de una Nueva India y
el fusil con la otra,
que te convierten
en madre soberana
de sus pobres
hijos.
Sí, intentan
hacer de ti
una imagen
que no te corresponde,
una ilustración
donde se traza
una anciana sentada
a las puertas de sus
antiguos templos,
que carga en una
de sus manos una
taza de limosnas
extranjeras
y en otra mano
se encuentra el vacío
o la nada, o quizás
la mendicidad.
Esa repetida
mano vacía representa
el saqueo de las
extrañas y
extranjeras
metrópolis.
Por más
que insistan
en dibujarte
con líneas indecisas,
por más que intenten
ocultar su milenaria
historia de incansable
hermana combatiente,
no podrán cubrir
de verde ni
con sangre
tu ropa de
guerrillera,
no podrán
borrar las armas
que empuñaste
porque tu pueblo
construirá
otras nuevas.
Versión retocada del blog Revolución Cultural
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