Juan Gonzalo Rose (Barrios Altos, 1928-Lima, 1983) destacó por su poesía social. Ingresó a la Facultad de Letras de San Marcos y, como todo joven por aquella época, tomó posición política. Eran tiempos de posguerra, de luchas contra el fascismo, tiempos del general Manuel Apolinario Odría, a quien los intelectuales le causaban urticaria y que, pronto, exilió a un gran grupo de librepensadores hacia tierras mexicanas.
Allí Juan Gonzalo estuvo con Gustavo Valcárcel entre otros camaradas peruanos, conoció a Fidel Castro y al Che Guevara, con quienes estuvo a punto de embarcarse en el yate Granma, ese que el 2 de diciembre de 1956 encalló en la costa de la isla caribeña para dar inició a la revolución cubana. César Lévano, amigo del poeta, recuerda que en una conferencia éste dijo “fracasado como guerrillero me dediqué a bohemio”.
El poema que transcribimos a continuación lo creó Juan Gonzalo en la época en que estuvo desterrado en México por su militancia en la Juventud Comunista, incluído en su obra Canto desde lejos, 1957. En él, a punto de llegar el final de año y, en el contexto de la explotación de clase e imperialista, recuerda que no, en realidad, no tienen año nuevo pueblos como el suyo, Perú, sometidos a las ambiciones de la minoría y de las potencias extranjeras,
No tienen año nuevo los pueblos como el mío:
será nuevo paisaje, pero la misma ausencia;
será pañuelo nuevo, pero la misma lágrima;
será nueva mortaja, pero distinta muerte.
Aunque, como ya habían señalado Marx y Engels hacía años, y después aplicado para construir estados socialistas Lenin, Stalin o Mao, y tal como estaban intentando en aquellos momentos en Cuba los camaradas que había conocido en México, exiliados por el imperialismo de muchos países de Latinoamérica, solamente hay un camino para conseguir que los pueblos y los trabajadores tengan realmente cada año, un año nuevo sin explotación y sometimiento: "feliz año, fusil: enséñame a cantar los años nuevos".
El poema que transcribimos a continuación lo creó Juan Gonzalo en la época en que estuvo desterrado en México por su militancia en la Juventud Comunista, incluído en su obra Canto desde lejos, 1957. En él, a punto de llegar el final de año y, en el contexto de la explotación de clase e imperialista, recuerda que no, en realidad, no tienen año nuevo pueblos como el suyo, Perú, sometidos a las ambiciones de la minoría y de las potencias extranjeras,
No tienen año nuevo los pueblos como el mío:
será nuevo paisaje, pero la misma ausencia;
será pañuelo nuevo, pero la misma lágrima;
será nueva mortaja, pero distinta muerte.
Aunque, como ya habían señalado Marx y Engels hacía años, y después aplicado para construir estados socialistas Lenin, Stalin o Mao, y tal como estaban intentando en aquellos momentos en Cuba los camaradas que había conocido en México, exiliados por el imperialismo de muchos países de Latinoamérica, solamente hay un camino para conseguir que los pueblos y los trabajadores tengan realmente cada año, un año nuevo sin explotación y sometimiento: "feliz año, fusil: enséñame a cantar los años nuevos".
Los versos de Juan Gonzalo Rose nos recuerdan la necesidad de aprender a cantar esos "años nuevos" luchando contra la explotación y el imperialismo, atentos a Mao, cuando nos avisaba de que "el poder nace del fusil", y a las palabras de Lenin en El estado y la Revolución, recordando que "La necesidad de educar
sistemáticamente a las masas en esta, precisamente en esta idea de la revolución violenta, es algo básico en toda la doctrina de
Marx y Engels"
Año nuevo, de Juan Gonzalo Rose
Año nuevo en la sangre de los asesinados. Año nuevo en la sala de torturas
y en el ojo del hombre prisionero
donde un tiempo sin sol hace su nido.
Año nuevo en la mesa del tirano
y en la percha vacía del destierro.
Año nuevo en la madre y en el hijo
separados tan sólo por un puente.
No tienen año nuevo los pueblos como el mío:
será nuevo paisaje, pero la misma ausencia;
será pañuelo nuevo, pero la misma lágrima;
será nueva mortaja, pero distinta muerte.
Pero violo el contrato con mi alma
y créceme en el pecho un abrazo tremendo:
feliz año, arbolito de mi calle,
feliz año, baúles de mi casa…
Que tenga feliz año
la sombra ya sentada de papá,
los sueños nacionales,
las gaviotas y el mar.
Feliz año, dolor,
rabia del pueblo,
odio del justo,
cólera del santo;
feliz año, fusil:
enséñame a cantar los años nuevos.
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