El Partido Popular, supongo que debido a la conflictividad que él mismo está creando, está sufriendo un proceso de enfrentamiento a su propia realidad. Muchos de sus miembros, dejándose llevar por las alas que la politica nacional del partido en esta legislatura, estan quitándose la máscara y dejando ver lo que piensan realmente de la democracia, de la libertad. Fraga ha justificado el franquismo para lograr una España de orden, porque para él ese orden es que los ciudadanos no tengan realmente la soberanía, que no pidan lo que realmente quieren o necesitan, sino que se dejen guiar por los que saben lo que les conviene. Fraga piensa que pertenece a una clase superior, y que la democracia lo es siempre que la libertad de elección lo sea hasta cierto límite, el de no trastocar el sistema de privilegios de unos sobre otros. Y para eso si hace falta una represión brutal, miles de muertos, la represión politica, firmar penas de muerte, o cualquier barbaridad, pues no pasa nada. Todo es justificable. Lo mismo que pensaba Hitler con respecto a los judios. Lo mismo que pensaba Franco con respecto a los que no pensaban como él y querian lograr un mundo en el que los generales no tuvieran mas derechos que el resto por el mero hecho de serlo.
Mayor Oreja, Fraga, y tantos otros peperos que, se quiten o no la máscara, son los herederos de una forma de ver el mundo autoritaria y represora, representan la inmovilidad y el deseo de los privilegiados de que el sistema en el que unos tienen mas que otros y en el que la pobreza o el sufrimiento de los débiles es un mal menor en comparación con la puesta el riesgo de la acumulación de capital o de la propiedad privada. Para evitar ese riesgo es necesario mantener el orden a toda costa. Una visión de la libertad y la democracia que da arcadas. Sobre todo que vivamos aun en una sociedad en la que se puede decir eso sin que los ciudadanos condenen con su desprecio y asco a quienes la sostienen.
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