En Bucarest por todos los rincones hay homenajes a los heroes anónimos de lo que interesadamente denominan "Revolución Rumana" de 1989. El intento de justificar la entrega del país a manos de las empresas hace que desmedidamente se intente hacer olvidar antiguas Revoluciones cuyo fin no era el beneficio de las corporaciones y del capital, sino de las personas. Es cierto que la derivación del comunismo no fue nada encomiable, y al final el partido no fue mas que una empresa mas en beneficio solamente de sus lideres y sus integrantes. Pero llamar Revolución a la vuelta al mercado salvaje parece una burla insuperable. La mala imagen del comunismo, que se ensucio aun mas de forma interesada para que la gente del este de Europa no recordara todo lo bueno que tenía a pesar de todo, ha hecho aceptar el capitalismo con sometimiento y sin alzar la voz: con resignación. Pero poco a poco surgen voces irónicas y críticas que irán cambiando las cosas. Por lo menos para ver que los muertos de 1989 no murieron para cambiar el mundo (aunque lo creyeran), sino sobre todo, para que los capitalistas pudieran enriquecerse también a costa de la pobreza de los rumanos (de los rumanos o de los españoles, la explotación no entiende de nacionalidades).
No hay comentarios:
Publicar un comentario