La segunda transición y el trio españolista

El órdago catalán va en serio. No obstante, los principales partidos de la derecha española, esos que nacieron y mamaron del Movimiento Nacional Franquista y que dieron lugar a aquel gran pacto que fue la Constitución Española y la Transición a la pantomima democrática que hoy sufrimos, estan dispuestos a reeditar aquellos vientos para enfrentarse a las futuras tempestades. Al PP y al PSOE se les une, naturalmente, la sucursal posmoderna del primero, de bonito y engañoso nombre Ciudadanos, que se creó ex profeso para intentar enfrentar el proceso independentista catalán y que se ha pasado toda la campaña electoral diciendo que nada de pactos con la corrupción (señalando con el dedo a PP y PSOE).

El Movimiento Nacional dispuestos a hacer un pacto nacional
como el de 1978 para que no cambie nada

Como en aquellos tiempos, cuando se aproabara la Constitución de 1978, la ley que aseguró la continuidad del franquismo y los privilegios de sus prohombres adoptando un formato de apariencia democrática, el Movimiento Nacional actualizado se dispone a enfrentar el "peligro" de ruptura de España, utilizado también como excusa para poder seguir aplicando maquinalmente las órdenes de Bruselas en lo referente a los recortes sociales (por supuesto, no a los salarios y prebendas de los altos cargos políticos, que la derecha española siempre fue muy bandida, como también, por cierto, las repectivas derechonas de los nacionalismos locales, como la catalana o la vasca).

En realidad, como ya escribió hace un año José Manuel Lechado en un excelente artículo, la Constitución fue la última ley fundamental del Movimiento Nacional Franquista, y "fue redactada por un equipo de ponentes que no eligió el pueblo, sino que fue designado a dedo por un gobierno de viejos franquistas", mientra el referendum convocado para su aprobación por el pueblo fue planteado como una carta otorgada, "como las famosas lentejas: esto es lo que hay, lo tomas o lo dejas".

Años después, cuando la crisis económica ha revuelto de nuevo el gallinero, y cuando parece inevitable ir hacia una reforma de la Constitución, parece que está cada día más claro (sobre todo después de que ha salido adelante el nuevo gobierno independentista catalán) que se va a perpetrar el segundo Gran Pacto Nacional para "salvar España", la Segunda Transición que, como la primera, tendrá la función que aquella última Ley del Movimiento sea cambiada tan poco como sea posible y siga asegurando esa Unidad de España por la que tanto se esforzó Franco, el creador de la dinastia que okupa hoy la monarquía española, diseñador, a fuerza de fusilamientos, exilios y cárceles, con la inestimable ayuda de los grandes capitalistas locales y las potencias imperialistas "amigas", de la "democracia" actual.

Dicho lo anterior, parece que PP (en sus diferentes formatos, UCD, AP, etc..) y PSOE han estado alguna vez realmente enfrentados. Nada más lejos de la realidad. Ambos fueron siempre parte del mismo paripé, del mismo engaño, de la misma feria, con papeles repartidos en el gran teatrillo que ha sido y es la democracia española, con guión y libreto del IBEX 35 y de las cancillerias de Estados Unidos y Alemania.

Así que, PP, PSOE y C´S están dispuestos a lanzarse a un trio españolista (*), reeditar aquellos funestos tejemanejes que han llevado a los españoles al desastre (puntualizando, solo a los trabajadores, pues a las clases parasitarias, como los altos cargos políticos y económicos, además de los de la iglesia o la gran empresa, les ha ido de miedo). De hecho hoy los tres partidos han llegado a lo que es, ni más ni menos, la antesala del acuerdo final: la elección conjunta del presidente del Congreso, el socialdemócrata Patxi López. Y todo ello, aunque esto signifique probablemente el hundimiento definitivo del PSOE y que PODEMOS, su recambio, lo borre del mapa en las próximas elecciones.

Por cierto que, y tal como ha sucedido hasta ahora, en los últimos cuarenta años, para que las cosas no cambien, para que España siga siendo Una, Grande y Libre, y el orden social sea como Dios manda, el gobierno de turno estará dispuesto a recurrir a cualquier método, leyes de excepción, represión policial, amagos de desenvaine de espadas.. Así que probablemente nos esperan años de más represión, más leyes mordaza y más recortes, algo a lo que, lamentablemente, estamos ya demasiado acostumbrados, pues hace más de tres cuartos de siglo que es el pan nuestro de cada día.

*Por cierto, Españolista y Español no es lo mismo. El segundo es un gentilicio, adjetivo que denota la procedencia geográfica de una persona o su pertenencia estatal; el primero, una ideología nacionalista de clase (en este caso, de la clase dominante española sobre los trabajadores y los pueblos que forman parte del estado español) y que es hegemónica y asumida por muchos de los sometidos pues, como ya explicaba Marx, en el primer capítulo de La ideología alemana, "Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase la clase dominante, o sea, las ideas de su dominación".