capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero”, demuestra que hay monopolios en China, que en su economía domina el capital financiero y, por lo tanto, que China es un país cuyo sistema es propio del capitalismo en su fase imperialista.
Además, Turner aclara que, al contrario de la justificación de algunos, el dominio no es de empresas monopolísticas extranjeras y del capital financiero exterior, sino que se trata de monopolios y capital financiero principalmente local, chino. Es decir, se trata de un capitalismo imperialista gestionado por la clase capitalista china que, en el caso de la República Popular China, forma parte y colabora estrechamente con el Partido Comunista Chino, en especial con el Comité Central y los altos dirigentes políticos y gubernamentales.
Todo este desarrollo del capitalismo chino, hoy primera potencia mundial también financiera, se ha desarrollado desde que Den Xiaoping y sus acólitos, a los que ya Mao había desenmascarado como los "defensores del camino capitalista", lanzaron la "buena nueva" de que "hacerse rico es glorioso", comenzando a llenarse el Partido de los seguidores de lo que se conoce como xiahai (que se podría traducir como "zambullirse en el mar de la empresa privada"), también conocidos como "capitalistas rojos".
Por supuesto, como afirma el autor del libro, los capitalistas del resto del mundo "están impresionados, envidiosos (especialmente de sus grandes beneficios) y temerosos de esta nueva competencia", mientras los cuatro grandes bancos chinos, por cierto, en manos de altos jerarcas del PCCh, con un poder financiero que deja atrás a los bancos más poderosos de cualquier otro estado, "siguiendo el camino de las grandes corporaciones bancarias occidentales en esta etapa del capitalismo financiero y de la globalización, estos gigantescos bancos chinos están expandiendo sus operaciones a nivel mundial". Es decir, se desarrollan y se expanden con las reglas del imperialismo monopolístico y financiero que ya describiera Lenin hace 100 años.
Y, como cualquier estado capitalista, China sufre de las continuas burbujas financieras y crisis de superproducción irremediables en el capitalismo, aunque las particularidades del capitalismo chino (explicadas por el autor en el artículo, especialmente su menor endeudamiento que, sin embargo, crece a pasos agigantados) han hecho que, de momento, la economía china se resienta menos que las de oros países capitalistas con más tradición de explotación de su clase obrera y de otros pueblos.
Es decir, China, desde la restauración del capitalismo tras la muerte de Mao, ha ido profundizando y desarrollando y, por supuesto, haciendo más eficaz, su sistema de explotación de la clase trabajadora (desde los años 80 incorporando el trabajo a destajo, por ejemplo) y de otros pueblos (que, como explicaba también Lenin, tiene en la concesión de prestamos financieros y la deuda una de sus formas más eficaces, sin tenerse que recurrir necesariamente a la fuerza militar), lo que le ha hecho posicionarse en los primeros eslabones, sino en el primero, de la cadena que une a todos los estados capitalistas en esta fase final del capitalismo global, donde dominan el capital financiero y los monopolios: el imperialismo.
En capitulos anteriores, hemos citado la definición de Lenin que dice que "El imperialismo es el capitalismo en esa etapa de su desarrollo en la que se ha establecido la dominación de los monopolios y del capital financiero”. Por lo tanto, la pregunta es ¿hay monopolios y se da la dominación del capital financiero en China hoy en día? La respuesta es que sí, ¡sin duda! Y, por otra parte, este predominio global no es de los monopolios y capital financiero extranjero, sino claramente de los monopolios y el capital financiero chino[1]
Durante la época de Mao, cuando China era todavía un país socialista, la producción industrial se consolidó, dirigiéndose centralizadamente a través de la planificación socialista en general. Cuando Deng Xiaoping y sus acólitos dirigieron la nave de nuevo hacia el capitalismo después de la muerte de Mao, todas estas industrias se mantuvieron inicialmente propiedad del estado y la economía estaba en manos, en un principio, casi en su totalidad del estado capitalista. Con el tiempo, y especialmente durante la década de 1990, muchas de estas "empresas estatales" (EPE) fueron privatizadas, y muchas empresas y corporaciones privadas adicionales se establecieron y desarrollaron. Con la "apertura" a la inversión extranjera, muchas empresas extranjeras también comenzaron a establecer fábricas y operaciones en China, sobre todo para la exportación de productos producidos con mano de obra barata china.
Lo que todo esto quiere decir es que en el nuevo capitalismo de Estado de la nueva era capitalista china ha sido considerablemente, (aunque todavía sólo parcialmente), transformado en capitalismo monopolista privado. Por supuesto, el capitalismo de Estado en sí es una forma de capitalismo monopolista; más aún ¡una forma más concentrada y monopolizada! E incluso si China se hubiera mantenido en las cercanías del capitalismo estatal absoluto, lo que la Unión Soviética hizo en sus últimos 35 años, habría sido aun así un país imperialista. Pero el hecho es que China ha cambiado parcialmente hacia el estilo occidental de capitalismo monopolista privado y se parezca cada vez más al capitalismo imperialista de Estados Unidos, Europa y Japón.
A Pesar de que China es un país capitalista ya desde hace décadas, a partir de 2012 las empresas estatales siguen constituyendo aproximadamente la mitad de la economía en términos de Activos y Propiedades y significan en torno a un tercio en lo relativo al valor añadido de la producción. Alrededor del 20% de los empleados chinos trabajan en estas empresas estatales, por debajo del 60% de los que lo hacían en 1998. (Ver gráfico)[2].
Sin embargo, se debe entender que estas restantes empresas estatales chinas, a pesar de que, de hecho, constituyen un tipo de capitalismo de estado desde un punto de vista formal, ahora en realidad funcionan mucho más como si fueran de propiedad privada, como corporaciones monopolistas. Algunos de los primeros pasos importantes en esta dirección fueron tomados en el "reajuste y reforma" económica de 1979, cuando las empresas estatales se "conceden algunos poderes en la toma de decisiones, tales como la distribución de los beneficios"[3]. Un tipo particular de burguesía "reforma" las empresas estatales, a partir de los primeros años del regreso de Deng Xiaoping al poder después de la muerte de Mao, teniendo lugar el desmantelamiento de lo que se llamaba "el tazón de hierro". En la época maoísta, los trabajadores de las empresas estatales tenían garantizado el estatus de empleo, una jornada de ocho horas, una escala salarial de ocho categorías en las que los trabajadores podrían ascender por antigüedad, beneficios médicos gratuitos, pensiones, asistencia de maternidad y enfermedades pagadas, además de la subvención de alimentos, de la vivienda y del cuidado de los niños. Con el regreso del capitalismo todos estos beneficios han ido desapareciendo o recortados y ya no se consideran obligaciones de las empresas estatales. Uno de los motivos de la nueva clase dominante burguesa para el cierre de tantas empresas estatales, con excepción de la baja rentabilidad, fue la mayor indignación de los trabajadores ante la pérdida de estos beneficios y el crecimiento de la agitación laboral grave debido a esto. En algunos casos, el gobierno simplemente no tenía más remedio que cerrar del todo algunas empresas, dadas sus nuevas políticas de gestión denunciadas y odiadas por los trabajadores.
Otro gran paso en la transformación de las empresas estatales en empresas privadas se hizo con las nuevas regulaciones para estas empresas introducidas en mayo de 1984, que establecían (entre muchas otras cosas) que "las empresas tienen el derecho a producir lo deseen en caso de escasez, después de cumplir con sus planes estatales y las órdenes recibidas", a decidir precios (dentro de unos rangos), elegir sus propios proveedores, decidir su propia dotación de personal (contratación y despido), adoptar cualquier sistema de salarios que deseen (incluyendo el trabajo a destajo), etc[4]. Y en las décadas posteriores, los gestores de las empresas públicas ha sido cada vez más libres de operar sus empresas como lo deseen, centrándose principalmente en la producción de beneficios. La transformación más grande, por supuesto, se produjo cuando se abandonaron los planes de producción del estado, con el cambio hacia una economía de mercado
Mientras que la China capitalista actual todavía tiene algunos planes globales sueltos a cinco años para ayudar a coordinar su desarrollo económico, estos planes ya no especifican exactamente qué bienes debe producir cada empresa pública, o la cantidad de cada producto, cuáles deben ser los precios, etc. Por el contrario , estas empresas estatales son ahora casi tan libres como las corporaciones privadas, han de tomar sus propias decisiones acerca de qué y cuánto producir, cuánto cobrar, cuándo y dónde expandirse, etc. Ahora son los dictados del mercado capitalista los determinantes principales de lo que producen las empresas estatales, no la planificación de la producción socialista, poniéndose cada vez más énfasis en permitir que los mercados jueguen el "papel decisivo" en la asignación de los recursos[5].
Además, en China incluso las corporaciones capitalistas monopolistas de propiedad privada están sometidas a una dirección un poco más estatal / partidista (o "interferencia", como se suele considerar) que lo que suele ocurrir en los países capitalistas occidentales (por supuesto que, en la era capitalista-imperialista, se ha producido en todos lados y en diferentes una fusión parcial de las corporaciones privadas con el estado, como Lenin señalara[6]).
Por lo tanto, las diferencias entre las empresas estatales y las empresas privadas en la actual China capitalista no son tan grandes como se podría imaginar. Ambos tipos de propiedad formal son herramientas para la explotación de la clase obrera china por la clase capitalista gobernante. Y ambos tipos de propiedad formal representan la fusión parcial del estado capitalista con unidades de producción semindependientes, aunque en grados algo diferentes.
Una razón importante por la cual el Estado y el Partido en China tienen más influencia sobre las corporaciones capitalistas privadas de lo que es común en otros países capitalistas-imperialistas es que los propietarios y gerentes de estas corporaciones privadas a menudo son miembros del PCCh. Un gran número de estos "capitalistas rojos" se han unido al PCCh en los últimos doce años[7] ¡Un segundo grupo de "capitalistas rojos" ya estaban dentro del PCCh cuando se convirtieron en capitalistas! En 1992, el PCCh comenzó a alentar a los miembros del Partido a iniciar sus propias operaciones comerciales privadas. Esto es lo que se conoce como xiahai, o "zambullirse en el mar" de la empresa privada. Estos capitalistas xiahai estaban actuando según la conocida buena nueva de Deng Xiaoping de que "hacerse rico es glorioso" y, generalmente, han mantenido su membresía en el PCCh para mantener sus conexiones políticas e influencia. En 2002, aproximadamente una quinta parte de los empresarios privados de China ya eran miembros del PCCh, y dos tercios de ellos eran capitalistas xiahai[8] ¡Algunos de los "capitalistas rojos" más importantes de China figuran ahora en la lista Forbes del top de los multimillonarios del mundo!
Con la "apertura" a la inversión externa en China, las multinacionales extranjeras rápidamente llegaron a generar un porcentaje muy alto de la producción manufacturera del país que se exportara a otros países (en efecto, uno de los propósitos principales de esta "apertura" era fomentar este desarrollo). En 1995, las exportaciones de las empresas de capital extranjero en China ascendían al 31,51% del total de las exportaciones; en 2003 alcanzaron el 54,84% del total de exportaciones; y en 2008 alcanzaron el 55,25% del total de las exportaciones chinas[9]. Esta dominación de las exportaciones chinas por parte de empresas financiadas con fondos extranjeros llevó a algunas personas a concluir erróneamente que las multinacionales extranjeras dominaban toda la economía china. Hay varias cosas a considerar para llegar a entender por qué esto no es así de simple.
En primer lugar, desde 2008, mientras que el valor de las exportaciones de las empresas financiadas con fondos extranjeros ha seguido aumentando, el porcentaje de las exportaciones totales procedentes de empresas financiadas con fondos extranjeros ha ido disminuyendo gradualmente. Las estadísticas del gobierno chino mostraron que este porcentaje había caído por debajo del 50% en 2012[10]. Además, mientras que las exportaciones de las empresas estatales en 2012 disminuyeron un 4,1% con respecto al año anterior y las exportaciones de las empresas financiadas con fondos extranjeros aumentaron un 2,8%, las empresas chinas de propiedad privada aumentaron un 21,1%[11]. La tendencia ahora es, por lo tanto, de que las empresas chinas privadas de propiedad local asuman una parte cada vez mayor del mercado de exportación.
En segundo lugar, ¡muchas de los que se cuentan como "empresas de capital extranjero" en las estadísticas chinas no son realmente extranjeras! En particular, las empresas con sede en Hong Kong están incluidas en la categoría "financiada con fondos extranjeros", aunque Hong Kong ha sido parte de China desde 1997. Además, Hong Kong es, con mucho, la principal fuente de "inversión extranjera directa en el interior" en China, que representa una inversión directa extranjera acumulada de 456,2 mil millones de dólares (el 41% del total) a partir de 2010[12]. Esto se compara con una IED acumulada de Estados Unidos de sólo 78.700 millones de dólares (7,1% del total acumulado) a partir de 2010.
Mucha gente tenía la idea de que la economía china estaba dominada por países imperialistas occidentales como los Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, pero no es así. Incluso si se agrega la IED acumulada hacia el exterior (a partir de 2010) de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia y Japón, sólo llega a 197.4 millones de dólares, lo cual es mucho menos de la mitad de lo que proviene de Hong Kong[13]. También hay un poco de inversión desde Taiwán, Corea del Sur, Singapur e incluso de la pequeña Macao (que ahora también es parte de China), ninguna de las cuales puede ser considerada como una potencia extranjera capaz de controlar a China o controlar su economía.
En tercer lugar, incluso el componente de exportación de la economía china está disminuyendo en importancia con el tiempo. El gobierno chino está haciendo un esfuerzo cada vez mayor para reducir la dependencia de su economía de las exportaciones, y ya se han hecho grandes cambios en esta dirección. Las exportaciones de bienes cayeron de un 38% del PIB de China en 2007 a sólo un 26% en 2012[14]. El valor de las exportaciones chinas sigue aumentando, pero la economía interna china está creciendo mucho más rápido. Esta es la razón por la que el porcentaje de las exportaciones chinas como parte del PIB total está disminuyendo tan rápidamente.
Por lo tanto, la idea de que los países imperialistas extranjeros y sus multinacionales dominan la economía china es bastante errónea, como es la noción a veces acompañante de que el imperialismo extranjero controla políticamente a China.
Las cosas están aún más claras y son más obvias cuando nos fijamos en las alturas financieras de la economía China capitalista. Todos los grandes bancos están bajo un estricto control del gobierno y del Partido. Como señaló la revista de la clase dominante británica, The Economist, en referencia a China, "las mayores instituciones financieras del país están tan estrechamente sujetas al Estado que, en realidad, son las joyas de la corona del tesoro público"[15].
Cuatro de los diez bancos más grandes del mundo son ahora chinos, incluyendo el más grande de todos ellos, el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC), ¡que tiene activos de $2,8 billones! Los otros tres son el Banco de la Construcción de China (2,2 billones de dólares en activos), el Banco de China (2,0 billones de dólares) y el Banco Agrícola de China (2,1 billones de dólares)[16]. Estos bancos son el núcleo del capital financiero chino, bajo la atenta dirección del gobierno y del Partido. "El tamaño de estas instituciones es impresionante. ICBC y ABC tienen más de 400.000 empleados cada uno (28), casi como Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles del mundo. ICBC tiene más de 4 millones de clientes corporativos. CCB tiene unas 14.000 sucursales"[17].
Un libro occidental sobre el sector financiero de China que representa las opiniones de los capitalistas financieros extranjeros, lamenta que el "gobierno central chino tenga un control inquebrantable del sector", y añade que "los bancos extranjeros tienen, en el mejor de los casos, poco más del 2% de los activos financieros” y que “a pesar de la innegable apertura económica de los últimos 30 años y del acuerdo con la OMC, el sector financiero de China sigue estando abrumadoramente en manos de Pekín"[18].
Los "Cuatro Grandes" bancos están liderados por altos ejecutivos de la jerarquía del PCCh, "con los jefes desplazándose fácilmente entre los bancos y las agencias reguladoras"[19]. Este control estatal de los grandes bancos chinos es muy importante en muchos sentidos. Es uno de los principales mecanismos que permiten al gobierno y al Partido supervisar toda la economía y organizar una inversión más fuerte en las partes de esta que hay que fortalecer o promover. Y los préstamos a las empresas públicas se han promovido especialmente. Esta es una de las razones por las que el sector capitalista estatal de la economía china ha permanecido tan grande como es.
Este tipo de control general de la economía por parte del sector financiero es, en gran medida, igual de cierto en todos los países imperialistas de la etapa capitalista-imperialista y es la razón por la que este sector financiero está en el centro mismo de lo que se llama "centro de mando de la economía”[20].Esto es, en parte, la razón por la cual los leninistas insisten tanto en el concepto de capital financiero. Sin embargo, en China este mando financiero no está en manos de los especuladores de Wall Street, como sucede claramente en los Estados Unidos, sino directamente en manos del "comité gobernante" de la burguesía nacional burocrática china; es decir, en el PCCh.
No obstante, estos gigantescos bancos chinos son extremadamente rentables, hasta el punto de ser la gran envidia de otros grandes bancos de todo el mundo. ICBC por sí solo tenía beneficios, antes de contar los impuestos, de casi 50 mil millones de dólares en 2012[21]. A finales de 2012, los cuatro bancos más grandes de China reportaron una ganancia combinada de 150.000 millones de yuanes (30.000 millones de dólares) en el tercer trimestre, casi el triple de la cantidad realizada por los cuatro principales bancos estadounidenses durante ese mismo período[22]. "Las ganancias del sector bancario como parte de la producción económica de China llegó casi el 3% el año pasado (2012), mientras que la proporción más alta alcanzada en las últimas décadas por los bancos estadounidenses fue sólo del 1% del PIB”[23].
Siguiendo el camino de las grandes corporaciones bancarias occidentales en esta etapa del capitalismo financiero y de la globalización, estos gigantescos bancos chinos están expandiendo sus operaciones a nivel mundial. Han tenido obstáculos para hacerlo en muchos países, porque estos bancos estatales chinos no respetan todas las normas bancarias occidentales y no desean abrir completamente sus libros de cuentas a ojos extranjeros. Sin embargo, los bancos chinos están progresando en eludir estas dificultades. En un viaje a China en octubre de 2013, George Osborne, canciller de Gran Bretaña, anunció un acuerdo para permitir que los bancos estatales chinos operen en Londres, considerándolos como sucursales locales en lugar de como subsidiarias de bancos externos, evitando así un escrutinio riguroso. El comercio internacional del yuan chino se ha triplicado en los últimos tres años, llegando hasta 120.000 millones de dólares por día, y Londres quiere asegurar su posición como centro de negocios de este enorme y creciente comercio en moneda y bonos chinos, permitiendo a los bancos chinos operar allí[24].
La respuesta de los imperialistas extranjeros al rápido crecimiento de estos grandes bancos chinos ha ido en dos direcciones opuestas y contradictorias. Por un lado, están impresionados, envidiosos (especialmente de sus grandes beneficios) y temerosos de esta nueva competencia. En una reseña de un libro muy reciente que glorifica a los gigantes bancos americanos y que se opone firmemente a cualquier intento de reducirlos en la medida en que no sean ya "demasiado grandes para fracasar", The Economist resume una de las conclusiones principales del autor: Reduciéndolos [a los grandes bancos de Estados Unidos], le inquieta que pueda llegarse a "un punto en el que Estados Unidos ya no pueda ser considerada una superpotencia", lo que supondría "entregar la batuta a China"[25].
Por otra parte, un tema popular en la literatura económica burguesa occidental es que los bancos de China se encuentran en una condición "frágil". Estos bancos son vistos como sometidos a un excesivo control político del PCCh y, por lo tanto, demasiado dispuestos a hacer préstamos a empresas chinas que esas compañías es posible no puedan pagar. Hay, por supuesto, algo de verdad en esto, pero lo que estos críticos no entienden es que absolutamente en todos los sistemas financieros capitalistas, en todas partes, suceden este mismo tipo de cosas !Y solo así puede ser!
Los economistas burgueses no pueden admitir, y pocos de ellos pueden incluso entender, que la creación de burbujas de crédito es absolutamente esencial para todo boom capitalista en cualquier país. La razón es simple: el capitalismo implica inherentemente la extracción de la plusvalía de la clase obrera. Dado que los trabajadores no reciben el pago de todo el valor que producen, tampoco pueden comprar todo lo que producen, a menos que se les concedan cantidades cada vez mayores de crédito. Si se amplía el crédito al consumo, se amplía el mercado de los productos básicos. Y en ese caso, el mercado en expansión hace posible que las corporaciones utilicen parte de su plusvalía, o bien pidan prestado a los bancos, para construir más fábricas con el fin de vender más en ese mercado en expansión[26].
Y esto es exactamente lo que sucede también en todos las etapas de crecimiento del capitalismo. En realidad, es una casa de juegos que inevitablemente debe caer en forma de una crisis de sobreproducción que se vea afectada por una o más crisis financieras. Y sí; esto ocurrirá inevitablemente también en China, en algún momento.
Sin embargo, como no hubo deuda interna o externa en China durante el período socialista[27], el espacio para la creación y expansión del crédito en la nueva era capitalista ha sido mucho mayor que en Estados Unidos, Europa o Japón, que ya estaban revolcándose en montañas de deuda acumulada durante las primeras décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Esta es la principal razón por la cual China ha sido hasta ahora mucho menos afectada por la crisis mundial de superproducción y por sus crisis financieras; simplemente han tenido la capacidad de aumentar su carga de crédito / deuda de una manera mucho mayor y más rápida. Por lo tanto, en relación con el tamaño de sus economías, los paquetes de estímulo durante la crisis financiera 2008-9 fueron mucho mayores y mucho más efectivos en China que en otros países.
Una visión relacionada muy habitual en la literatura económica burguesa occidental sobre el sistema financiero chino es que ha estado abocado a una enorme "mala asignación de capital". Pues bien, desde un punto de vista marxista, esto también es inevitable bajo el capitalismo, y se han podido señalar muchos ejemplos especialmente absurdos. En los Estados Unidos, por ejemplo, a fines de la década de los noventa, tuvo lugar el llamado auge de la "Nueva Economía" o "Dot.com", donde hubo inversiones masivas desproporcionadas (y totalmente imprudentes) en compañías de Internet, algunas de las cuales nunca dieron beneficio en absoluto. Muchos billones de dólares se perdieron en tamaña estupidez. Después de ese colapso, en la recesión de 2000-2001, una nueva ola de mala asignación de capital en los EE.UU. comenzó en lo que resultó ser la gran burbuja inmobiliaria y la titularización de paquetes de hipotecas de alto riesgo. Eso también se derrumbó (parcialmente) en 2008-2009. Una situación similar ocurrió en Japón a finales de los 80, con la burbuja inmobiliaria grotesca que se derrumbó a principios de los años noventa. ¿Qué es, en efecto, un crecimiento capitalista, sino una "enorme mala asignación del capital", que sólo queda completamente clara cuando estalla la burbuja?
De hecho, el sistema financiero chino tiene muchos problemas que se están acumulando continuamente, al igual que los de todos los demás países capitalistas-imperialistas. Hay ciertamente una burbuja inmobiliaria en China, por ejemplo[28]. Existe un sistema bancario paralelo en China, al igual que existe en los Estados Unidos (aunque tiene un carácter algo diferente). Existe bastante sobreproducción evidente actualmente en China (como en otros lugares). Hay algunas nuevas "ciudades fantasmas" con miles de apartamentos y oficinas totalmente desocupadas. Todas estas cosas y muchas más son ciertas.
Sin embargo, es algo inevitable, intrínseco a la misma naturaleza del capitalismo, que exista una gran anarquía económica de este tipo, y que haya expansión de la deuda y burbujas de activos durante los tiempos de auge. Nada de esto demuestra que el capitalismo-imperialismo chino sea fundamentalmente diferente de otros países capitalistas-imperialistas.
Todo este desarrollo del capitalismo chino, hoy primera potencia mundial también financiera, se ha desarrollado desde que Den Xiaoping y sus acólitos, a los que ya Mao había desenmascarado como los "defensores del camino capitalista", lanzaron la "buena nueva" de que "hacerse rico es glorioso", comenzando a llenarse el Partido de los seguidores de lo que se conoce como xiahai (que se podría traducir como "zambullirse en el mar de la empresa privada"), también conocidos como "capitalistas rojos".
Por supuesto, como afirma el autor del libro, los capitalistas del resto del mundo "están impresionados, envidiosos (especialmente de sus grandes beneficios) y temerosos de esta nueva competencia", mientras los cuatro grandes bancos chinos, por cierto, en manos de altos jerarcas del PCCh, con un poder financiero que deja atrás a los bancos más poderosos de cualquier otro estado, "siguiendo el camino de las grandes corporaciones bancarias occidentales en esta etapa del capitalismo financiero y de la globalización, estos gigantescos bancos chinos están expandiendo sus operaciones a nivel mundial". Es decir, se desarrollan y se expanden con las reglas del imperialismo monopolístico y financiero que ya describiera Lenin hace 100 años.
Y, como cualquier estado capitalista, China sufre de las continuas burbujas financieras y crisis de superproducción irremediables en el capitalismo, aunque las particularidades del capitalismo chino (explicadas por el autor en el artículo, especialmente su menor endeudamiento que, sin embargo, crece a pasos agigantados) han hecho que, de momento, la economía china se resienta menos que las de oros países capitalistas con más tradición de explotación de su clase obrera y de otros pueblos.
Es decir, China, desde la restauración del capitalismo tras la muerte de Mao, ha ido profundizando y desarrollando y, por supuesto, haciendo más eficaz, su sistema de explotación de la clase trabajadora (desde los años 80 incorporando el trabajo a destajo, por ejemplo) y de otros pueblos (que, como explicaba también Lenin, tiene en la concesión de prestamos financieros y la deuda una de sus formas más eficaces, sin tenerse que recurrir necesariamente a la fuerza militar), lo que le ha hecho posicionarse en los primeros eslabones, sino en el primero, de la cadena que une a todos los estados capitalistas en esta fase final del capitalismo global, donde dominan el capital financiero y los monopolios: el imperialismo.
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MONOPOLIOS Y CAPITAL FINANCIERO EN CHINA, B.N. Turner
En capitulos anteriores, hemos citado la definición de Lenin que dice que "El imperialismo es el capitalismo en esa etapa de su desarrollo en la que se ha establecido la dominación de los monopolios y del capital financiero”. Por lo tanto, la pregunta es ¿hay monopolios y se da la dominación del capital financiero en China hoy en día? La respuesta es que sí, ¡sin duda! Y, por otra parte, este predominio global no es de los monopolios y capital financiero extranjero, sino claramente de los monopolios y el capital financiero chino[1]
Durante la época de Mao, cuando China era todavía un país socialista, la producción industrial se consolidó, dirigiéndose centralizadamente a través de la planificación socialista en general. Cuando Deng Xiaoping y sus acólitos dirigieron la nave de nuevo hacia el capitalismo después de la muerte de Mao, todas estas industrias se mantuvieron inicialmente propiedad del estado y la economía estaba en manos, en un principio, casi en su totalidad del estado capitalista. Con el tiempo, y especialmente durante la década de 1990, muchas de estas "empresas estatales" (EPE) fueron privatizadas, y muchas empresas y corporaciones privadas adicionales se establecieron y desarrollaron. Con la "apertura" a la inversión extranjera, muchas empresas extranjeras también comenzaron a establecer fábricas y operaciones en China, sobre todo para la exportación de productos producidos con mano de obra barata china.
Lo que todo esto quiere decir es que en el nuevo capitalismo de Estado de la nueva era capitalista china ha sido considerablemente, (aunque todavía sólo parcialmente), transformado en capitalismo monopolista privado. Por supuesto, el capitalismo de Estado en sí es una forma de capitalismo monopolista; más aún ¡una forma más concentrada y monopolizada! E incluso si China se hubiera mantenido en las cercanías del capitalismo estatal absoluto, lo que la Unión Soviética hizo en sus últimos 35 años, habría sido aun así un país imperialista. Pero el hecho es que China ha cambiado parcialmente hacia el estilo occidental de capitalismo monopolista privado y se parezca cada vez más al capitalismo imperialista de Estados Unidos, Europa y Japón.
A Pesar de que China es un país capitalista ya desde hace décadas, a partir de 2012 las empresas estatales siguen constituyendo aproximadamente la mitad de la economía en términos de Activos y Propiedades y significan en torno a un tercio en lo relativo al valor añadido de la producción. Alrededor del 20% de los empleados chinos trabajan en estas empresas estatales, por debajo del 60% de los que lo hacían en 1998. (Ver gráfico)[2].
Sin embargo, se debe entender que estas restantes empresas estatales chinas, a pesar de que, de hecho, constituyen un tipo de capitalismo de estado desde un punto de vista formal, ahora en realidad funcionan mucho más como si fueran de propiedad privada, como corporaciones monopolistas. Algunos de los primeros pasos importantes en esta dirección fueron tomados en el "reajuste y reforma" económica de 1979, cuando las empresas estatales se "conceden algunos poderes en la toma de decisiones, tales como la distribución de los beneficios"[3]. Un tipo particular de burguesía "reforma" las empresas estatales, a partir de los primeros años del regreso de Deng Xiaoping al poder después de la muerte de Mao, teniendo lugar el desmantelamiento de lo que se llamaba "el tazón de hierro". En la época maoísta, los trabajadores de las empresas estatales tenían garantizado el estatus de empleo, una jornada de ocho horas, una escala salarial de ocho categorías en las que los trabajadores podrían ascender por antigüedad, beneficios médicos gratuitos, pensiones, asistencia de maternidad y enfermedades pagadas, además de la subvención de alimentos, de la vivienda y del cuidado de los niños. Con el regreso del capitalismo todos estos beneficios han ido desapareciendo o recortados y ya no se consideran obligaciones de las empresas estatales. Uno de los motivos de la nueva clase dominante burguesa para el cierre de tantas empresas estatales, con excepción de la baja rentabilidad, fue la mayor indignación de los trabajadores ante la pérdida de estos beneficios y el crecimiento de la agitación laboral grave debido a esto. En algunos casos, el gobierno simplemente no tenía más remedio que cerrar del todo algunas empresas, dadas sus nuevas políticas de gestión denunciadas y odiadas por los trabajadores.
Otro gran paso en la transformación de las empresas estatales en empresas privadas se hizo con las nuevas regulaciones para estas empresas introducidas en mayo de 1984, que establecían (entre muchas otras cosas) que "las empresas tienen el derecho a producir lo deseen en caso de escasez, después de cumplir con sus planes estatales y las órdenes recibidas", a decidir precios (dentro de unos rangos), elegir sus propios proveedores, decidir su propia dotación de personal (contratación y despido), adoptar cualquier sistema de salarios que deseen (incluyendo el trabajo a destajo), etc[4]. Y en las décadas posteriores, los gestores de las empresas públicas ha sido cada vez más libres de operar sus empresas como lo deseen, centrándose principalmente en la producción de beneficios. La transformación más grande, por supuesto, se produjo cuando se abandonaron los planes de producción del estado, con el cambio hacia una economía de mercado
Mientras que la China capitalista actual todavía tiene algunos planes globales sueltos a cinco años para ayudar a coordinar su desarrollo económico, estos planes ya no especifican exactamente qué bienes debe producir cada empresa pública, o la cantidad de cada producto, cuáles deben ser los precios, etc. Por el contrario , estas empresas estatales son ahora casi tan libres como las corporaciones privadas, han de tomar sus propias decisiones acerca de qué y cuánto producir, cuánto cobrar, cuándo y dónde expandirse, etc. Ahora son los dictados del mercado capitalista los determinantes principales de lo que producen las empresas estatales, no la planificación de la producción socialista, poniéndose cada vez más énfasis en permitir que los mercados jueguen el "papel decisivo" en la asignación de los recursos[5].
Además, en China incluso las corporaciones capitalistas monopolistas de propiedad privada están sometidas a una dirección un poco más estatal / partidista (o "interferencia", como se suele considerar) que lo que suele ocurrir en los países capitalistas occidentales (por supuesto que, en la era capitalista-imperialista, se ha producido en todos lados y en diferentes una fusión parcial de las corporaciones privadas con el estado, como Lenin señalara[6]).
Por lo tanto, las diferencias entre las empresas estatales y las empresas privadas en la actual China capitalista no son tan grandes como se podría imaginar. Ambos tipos de propiedad formal son herramientas para la explotación de la clase obrera china por la clase capitalista gobernante. Y ambos tipos de propiedad formal representan la fusión parcial del estado capitalista con unidades de producción semindependientes, aunque en grados algo diferentes.
Una razón importante por la cual el Estado y el Partido en China tienen más influencia sobre las corporaciones capitalistas privadas de lo que es común en otros países capitalistas-imperialistas es que los propietarios y gerentes de estas corporaciones privadas a menudo son miembros del PCCh. Un gran número de estos "capitalistas rojos" se han unido al PCCh en los últimos doce años[7] ¡Un segundo grupo de "capitalistas rojos" ya estaban dentro del PCCh cuando se convirtieron en capitalistas! En 1992, el PCCh comenzó a alentar a los miembros del Partido a iniciar sus propias operaciones comerciales privadas. Esto es lo que se conoce como xiahai, o "zambullirse en el mar" de la empresa privada. Estos capitalistas xiahai estaban actuando según la conocida buena nueva de Deng Xiaoping de que "hacerse rico es glorioso" y, generalmente, han mantenido su membresía en el PCCh para mantener sus conexiones políticas e influencia. En 2002, aproximadamente una quinta parte de los empresarios privados de China ya eran miembros del PCCh, y dos tercios de ellos eran capitalistas xiahai[8] ¡Algunos de los "capitalistas rojos" más importantes de China figuran ahora en la lista Forbes del top de los multimillonarios del mundo!
Con la "apertura" a la inversión externa en China, las multinacionales extranjeras rápidamente llegaron a generar un porcentaje muy alto de la producción manufacturera del país que se exportara a otros países (en efecto, uno de los propósitos principales de esta "apertura" era fomentar este desarrollo). En 1995, las exportaciones de las empresas de capital extranjero en China ascendían al 31,51% del total de las exportaciones; en 2003 alcanzaron el 54,84% del total de exportaciones; y en 2008 alcanzaron el 55,25% del total de las exportaciones chinas[9]. Esta dominación de las exportaciones chinas por parte de empresas financiadas con fondos extranjeros llevó a algunas personas a concluir erróneamente que las multinacionales extranjeras dominaban toda la economía china. Hay varias cosas a considerar para llegar a entender por qué esto no es así de simple.
En primer lugar, desde 2008, mientras que el valor de las exportaciones de las empresas financiadas con fondos extranjeros ha seguido aumentando, el porcentaje de las exportaciones totales procedentes de empresas financiadas con fondos extranjeros ha ido disminuyendo gradualmente. Las estadísticas del gobierno chino mostraron que este porcentaje había caído por debajo del 50% en 2012[10]. Además, mientras que las exportaciones de las empresas estatales en 2012 disminuyeron un 4,1% con respecto al año anterior y las exportaciones de las empresas financiadas con fondos extranjeros aumentaron un 2,8%, las empresas chinas de propiedad privada aumentaron un 21,1%[11]. La tendencia ahora es, por lo tanto, de que las empresas chinas privadas de propiedad local asuman una parte cada vez mayor del mercado de exportación.
En segundo lugar, ¡muchas de los que se cuentan como "empresas de capital extranjero" en las estadísticas chinas no son realmente extranjeras! En particular, las empresas con sede en Hong Kong están incluidas en la categoría "financiada con fondos extranjeros", aunque Hong Kong ha sido parte de China desde 1997. Además, Hong Kong es, con mucho, la principal fuente de "inversión extranjera directa en el interior" en China, que representa una inversión directa extranjera acumulada de 456,2 mil millones de dólares (el 41% del total) a partir de 2010[12]. Esto se compara con una IED acumulada de Estados Unidos de sólo 78.700 millones de dólares (7,1% del total acumulado) a partir de 2010.
Mucha gente tenía la idea de que la economía china estaba dominada por países imperialistas occidentales como los Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, pero no es así. Incluso si se agrega la IED acumulada hacia el exterior (a partir de 2010) de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia y Japón, sólo llega a 197.4 millones de dólares, lo cual es mucho menos de la mitad de lo que proviene de Hong Kong[13]. También hay un poco de inversión desde Taiwán, Corea del Sur, Singapur e incluso de la pequeña Macao (que ahora también es parte de China), ninguna de las cuales puede ser considerada como una potencia extranjera capaz de controlar a China o controlar su economía.
En tercer lugar, incluso el componente de exportación de la economía china está disminuyendo en importancia con el tiempo. El gobierno chino está haciendo un esfuerzo cada vez mayor para reducir la dependencia de su economía de las exportaciones, y ya se han hecho grandes cambios en esta dirección. Las exportaciones de bienes cayeron de un 38% del PIB de China en 2007 a sólo un 26% en 2012[14]. El valor de las exportaciones chinas sigue aumentando, pero la economía interna china está creciendo mucho más rápido. Esta es la razón por la que el porcentaje de las exportaciones chinas como parte del PIB total está disminuyendo tan rápidamente.
Por lo tanto, la idea de que los países imperialistas extranjeros y sus multinacionales dominan la economía china es bastante errónea, como es la noción a veces acompañante de que el imperialismo extranjero controla políticamente a China.
Las cosas están aún más claras y son más obvias cuando nos fijamos en las alturas financieras de la economía China capitalista. Todos los grandes bancos están bajo un estricto control del gobierno y del Partido. Como señaló la revista de la clase dominante británica, The Economist, en referencia a China, "las mayores instituciones financieras del país están tan estrechamente sujetas al Estado que, en realidad, son las joyas de la corona del tesoro público"[15].
Cuatro de los diez bancos más grandes del mundo son ahora chinos, incluyendo el más grande de todos ellos, el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC), ¡que tiene activos de $2,8 billones! Los otros tres son el Banco de la Construcción de China (2,2 billones de dólares en activos), el Banco de China (2,0 billones de dólares) y el Banco Agrícola de China (2,1 billones de dólares)[16]. Estos bancos son el núcleo del capital financiero chino, bajo la atenta dirección del gobierno y del Partido. "El tamaño de estas instituciones es impresionante. ICBC y ABC tienen más de 400.000 empleados cada uno (28), casi como Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles del mundo. ICBC tiene más de 4 millones de clientes corporativos. CCB tiene unas 14.000 sucursales"[17].
Un libro occidental sobre el sector financiero de China que representa las opiniones de los capitalistas financieros extranjeros, lamenta que el "gobierno central chino tenga un control inquebrantable del sector", y añade que "los bancos extranjeros tienen, en el mejor de los casos, poco más del 2% de los activos financieros” y que “a pesar de la innegable apertura económica de los últimos 30 años y del acuerdo con la OMC, el sector financiero de China sigue estando abrumadoramente en manos de Pekín"[18].
Los "Cuatro Grandes" bancos están liderados por altos ejecutivos de la jerarquía del PCCh, "con los jefes desplazándose fácilmente entre los bancos y las agencias reguladoras"[19]. Este control estatal de los grandes bancos chinos es muy importante en muchos sentidos. Es uno de los principales mecanismos que permiten al gobierno y al Partido supervisar toda la economía y organizar una inversión más fuerte en las partes de esta que hay que fortalecer o promover. Y los préstamos a las empresas públicas se han promovido especialmente. Esta es una de las razones por las que el sector capitalista estatal de la economía china ha permanecido tan grande como es.
Este tipo de control general de la economía por parte del sector financiero es, en gran medida, igual de cierto en todos los países imperialistas de la etapa capitalista-imperialista y es la razón por la que este sector financiero está en el centro mismo de lo que se llama "centro de mando de la economía”[20].Esto es, en parte, la razón por la cual los leninistas insisten tanto en el concepto de capital financiero. Sin embargo, en China este mando financiero no está en manos de los especuladores de Wall Street, como sucede claramente en los Estados Unidos, sino directamente en manos del "comité gobernante" de la burguesía nacional burocrática china; es decir, en el PCCh.
No obstante, estos gigantescos bancos chinos son extremadamente rentables, hasta el punto de ser la gran envidia de otros grandes bancos de todo el mundo. ICBC por sí solo tenía beneficios, antes de contar los impuestos, de casi 50 mil millones de dólares en 2012[21]. A finales de 2012, los cuatro bancos más grandes de China reportaron una ganancia combinada de 150.000 millones de yuanes (30.000 millones de dólares) en el tercer trimestre, casi el triple de la cantidad realizada por los cuatro principales bancos estadounidenses durante ese mismo período[22]. "Las ganancias del sector bancario como parte de la producción económica de China llegó casi el 3% el año pasado (2012), mientras que la proporción más alta alcanzada en las últimas décadas por los bancos estadounidenses fue sólo del 1% del PIB”[23].
Siguiendo el camino de las grandes corporaciones bancarias occidentales en esta etapa del capitalismo financiero y de la globalización, estos gigantescos bancos chinos están expandiendo sus operaciones a nivel mundial. Han tenido obstáculos para hacerlo en muchos países, porque estos bancos estatales chinos no respetan todas las normas bancarias occidentales y no desean abrir completamente sus libros de cuentas a ojos extranjeros. Sin embargo, los bancos chinos están progresando en eludir estas dificultades. En un viaje a China en octubre de 2013, George Osborne, canciller de Gran Bretaña, anunció un acuerdo para permitir que los bancos estatales chinos operen en Londres, considerándolos como sucursales locales en lugar de como subsidiarias de bancos externos, evitando así un escrutinio riguroso. El comercio internacional del yuan chino se ha triplicado en los últimos tres años, llegando hasta 120.000 millones de dólares por día, y Londres quiere asegurar su posición como centro de negocios de este enorme y creciente comercio en moneda y bonos chinos, permitiendo a los bancos chinos operar allí[24].
La respuesta de los imperialistas extranjeros al rápido crecimiento de estos grandes bancos chinos ha ido en dos direcciones opuestas y contradictorias. Por un lado, están impresionados, envidiosos (especialmente de sus grandes beneficios) y temerosos de esta nueva competencia. En una reseña de un libro muy reciente que glorifica a los gigantes bancos americanos y que se opone firmemente a cualquier intento de reducirlos en la medida en que no sean ya "demasiado grandes para fracasar", The Economist resume una de las conclusiones principales del autor: Reduciéndolos [a los grandes bancos de Estados Unidos], le inquieta que pueda llegarse a "un punto en el que Estados Unidos ya no pueda ser considerada una superpotencia", lo que supondría "entregar la batuta a China"[25].
Por otra parte, un tema popular en la literatura económica burguesa occidental es que los bancos de China se encuentran en una condición "frágil". Estos bancos son vistos como sometidos a un excesivo control político del PCCh y, por lo tanto, demasiado dispuestos a hacer préstamos a empresas chinas que esas compañías es posible no puedan pagar. Hay, por supuesto, algo de verdad en esto, pero lo que estos críticos no entienden es que absolutamente en todos los sistemas financieros capitalistas, en todas partes, suceden este mismo tipo de cosas !Y solo así puede ser!
Los economistas burgueses no pueden admitir, y pocos de ellos pueden incluso entender, que la creación de burbujas de crédito es absolutamente esencial para todo boom capitalista en cualquier país. La razón es simple: el capitalismo implica inherentemente la extracción de la plusvalía de la clase obrera. Dado que los trabajadores no reciben el pago de todo el valor que producen, tampoco pueden comprar todo lo que producen, a menos que se les concedan cantidades cada vez mayores de crédito. Si se amplía el crédito al consumo, se amplía el mercado de los productos básicos. Y en ese caso, el mercado en expansión hace posible que las corporaciones utilicen parte de su plusvalía, o bien pidan prestado a los bancos, para construir más fábricas con el fin de vender más en ese mercado en expansión[26].
Sin embargo, como no hubo deuda interna o externa en China durante el período socialista[27], el espacio para la creación y expansión del crédito en la nueva era capitalista ha sido mucho mayor que en Estados Unidos, Europa o Japón, que ya estaban revolcándose en montañas de deuda acumulada durante las primeras décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Esta es la principal razón por la cual China ha sido hasta ahora mucho menos afectada por la crisis mundial de superproducción y por sus crisis financieras; simplemente han tenido la capacidad de aumentar su carga de crédito / deuda de una manera mucho mayor y más rápida. Por lo tanto, en relación con el tamaño de sus economías, los paquetes de estímulo durante la crisis financiera 2008-9 fueron mucho mayores y mucho más efectivos en China que en otros países.
Una visión relacionada muy habitual en la literatura económica burguesa occidental sobre el sistema financiero chino es que ha estado abocado a una enorme "mala asignación de capital". Pues bien, desde un punto de vista marxista, esto también es inevitable bajo el capitalismo, y se han podido señalar muchos ejemplos especialmente absurdos. En los Estados Unidos, por ejemplo, a fines de la década de los noventa, tuvo lugar el llamado auge de la "Nueva Economía" o "Dot.com", donde hubo inversiones masivas desproporcionadas (y totalmente imprudentes) en compañías de Internet, algunas de las cuales nunca dieron beneficio en absoluto. Muchos billones de dólares se perdieron en tamaña estupidez. Después de ese colapso, en la recesión de 2000-2001, una nueva ola de mala asignación de capital en los EE.UU. comenzó en lo que resultó ser la gran burbuja inmobiliaria y la titularización de paquetes de hipotecas de alto riesgo. Eso también se derrumbó (parcialmente) en 2008-2009. Una situación similar ocurrió en Japón a finales de los 80, con la burbuja inmobiliaria grotesca que se derrumbó a principios de los años noventa. ¿Qué es, en efecto, un crecimiento capitalista, sino una "enorme mala asignación del capital", que sólo queda completamente clara cuando estalla la burbuja?
De hecho, el sistema financiero chino tiene muchos problemas que se están acumulando continuamente, al igual que los de todos los demás países capitalistas-imperialistas. Hay ciertamente una burbuja inmobiliaria en China, por ejemplo[28]. Existe un sistema bancario paralelo en China, al igual que existe en los Estados Unidos (aunque tiene un carácter algo diferente). Existe bastante sobreproducción evidente actualmente en China (como en otros lugares). Hay algunas nuevas "ciudades fantasmas" con miles de apartamentos y oficinas totalmente desocupadas. Todas estas cosas y muchas más son ciertas.
Sin embargo, es algo inevitable, intrínseco a la misma naturaleza del capitalismo, que exista una gran anarquía económica de este tipo, y que haya expansión de la deuda y burbujas de activos durante los tiempos de auge. Nada de esto demuestra que el capitalismo-imperialismo chino sea fundamentalmente diferente de otros países capitalistas-imperialistas.
[1]
Debemos tener en
cuenta, sin embargo, que desde los tiempos de Lenin un nuevo término ha sido
introducido, a saber, «oligopolio ', que es, estrictamente hablando, más
correcto que" monopolio", que a menudo implica el monopolio, total o
completo. 'Oligopolio' es, digamos, semi-monopolio, o una "forma más
ligera" de monopolio. En otras palabras, una situación en la que un
pequeño número de productores controlan el mercado capitalista para algunos de
los productos básicos y limitan su competencia, en general, a cuestiones de
estilo y publicidad.
[2] La información es de “China: Changing the Economy: The Long
Weekend”, Economist, Nov. 2, 2013, pp. 49-50.
[3] “Businesses Enjoy Expanded Powers”, Beijing Review,
Vol. 27, #25, June 18, 1984, p. 10. Online:
http://www.massline.org/PekingReview/PR1984/PR1984-25.pdf
http://www.massline.org/PekingReview/PR1984/PR1984-25.pdf
[5]
Este "papel
decisivo" para los mercados es la terminología utilizada en el comunicado
de la III Pleno del XVIII encuentro del Comité Central en noviembre de 2013. Ya
antes el mercado fue descrito como simplemente la determinación
"básica" de la asignación de recursos. El cambio en la terminología,
aunque ligera, estaba destinado a poner aún más énfasis en las fuerzas del
mercado. Ver: "El pleno del partido: Todo el mundo que ama el señor Xi,
dice que sí", The Economist, 16 de Nov., 2013, p. 49 Economist, Nov.
16, 2013, p. 49
[6] Lenin se refiere a "los inicios de la producción
capitalista controlada por el Estado, combinando el poder colosal del
capitalismo con el poder colosal del Estado en un solo mecanismo y reuniendo
decenas de millones de personas dentro de la organización única del capitalismo
de Estado" en su artículo " Guerra y Revolución ", mayo de 1917,
en LCW 24: 408. Sin embargo, debe recordarse que el papel del Estado en
orientar directamente las economías capitalistas en los grandes países
imperialistas aumentó enormemente durante la Primera Guerra Mundial y que,
después de la guerra, este papel directo fue severamente reducido. Por otra
parte, el término "capitalismo de estado" llegó a tener un sentido
cualitativamente diferente (y más profundo) una vez que la Unión Soviética,
anteriormente socialista, se transformara en un capitalismo estatal en los años
cincuenta.
No obstante, hay una serie de mecanismos
por los cuales la "empresa privada" y el Estado se mezclan incluso en
Occidente. Por ejemplo, existe el hecho de que la riqueza corporativa y los
ricos y sus medios de comunicación determinan en gran medida quién es elegido
para el cargo político; Existe el hecho de que los cabildeos corporativos
determinan en gran medida los detalles de las nuevas leyes; Hay regulación
gubernamental de las corporaciones (directa e indirecta, como a través de leyes
fiscales) y también "captura reguladora", en donde las corporaciones
supuestamente reguladas por agencias gubernamentales obtienen control sobre los
organismos reguladores (a través de sobornos o de otro modo); Y existe, por
último, el "síndrome de la puerta giratoria" ("comadreo")
por el cual los funcionarios del gobierno (!o incluso los reguladores de la
industria!) se convierten en gerentes de grandes empresas (y viceversa) [see http://www.sourcewatch.org/index.php/Government-industry_revolving_door and
http://www.thenation.com/article/174151/reverse-revolving-door-how-corporate-insiders-are-rewarded-uponleaving-firms-congres ].
http://www.thenation.com/article/174151/reverse-revolving-door-how-corporate-insiders-are-rewarded-uponleaving-firms-congres ].
[7] En 2001 el Secretario General del PCCh Jiang Zemin levantó
la prohibición de que los capitalistas se unieran al Partido
"Comunista". La justificación ideológica de esta decisión fue su
teoría de los "Tres Representantes", es decir, que el PCCh debía
representar no sólo a los trabajadores y campesinos, sino también a un tercer
grupo que incluía hombres de negocios, profesionales y otros. El PCCh planeó
admitir a 200.000 gerentes o dueños de grandes o medianas empresas privadas
como nuevos miembros del Partido en 2002. Muchos más de estos
"capitalistas rojos" han sido admitidos desde entonces, aunque las
cifras no han sido liberadas -presumiblemente porque son políticamente
sensibles. [Bruce Dickson, Red Capitalists in China (2003), especialmente
páginas 102-104.]
[9] Kelly Liu & Kevin Daly, “Foreign Direct Investment in
China Manufacturing Industry—Transformation from
a Low Tech to High Tech Manufacturing”, International Journal of Business and Management, Vol. 6, #7, July
2011, Table 3. Online:
http://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CD0QFjAA&url=http%3A%2
F%2Fwww.ccsenet.org%2Fjournal%2Findex.php%2Fijbm%2Farticle%2Fdownload%2F9232%2F7900&ei=D5
3FUpbUI8P9oATJqICoAQ&usg=AFQjCNFtNEMkloZfQb7fVLllztAbOss_w&sig2=viGucJ_cfij7ca8o3iSvYQ&bvm=bv.58187178,d.cGU
Sin embargo, según nuestro cálculo, el porcentaje de las exportaciones financiadas en el extranjero en 2008 fue del 55,34% (en lugar del 55,25% según la fuente) si se usan estadísticas oficiales del gobierno chino. (Véase la siguiente nota a pie de página para el sitio web estadístico del gobierno chino.)
a Low Tech to High Tech Manufacturing”, International Journal of Business and Management, Vol. 6, #7, July
2011, Table 3. Online:
http://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CD0QFjAA&url=http%3A%2
F%2Fwww.ccsenet.org%2Fjournal%2Findex.php%2Fijbm%2Farticle%2Fdownload%2F9232%2F7900&ei=D5
3FUpbUI8P9oATJqICoAQ&usg=AFQjCNFtNEMkloZfQb7fVLllztAbOss_w&sig2=viGucJ_cfij7ca8o3iSvYQ&bvm=bv.58187178,d.cGU
Sin embargo, según nuestro cálculo, el porcentaje de las exportaciones financiadas en el extranjero en 2008 fue del 55,34% (en lugar del 55,25% según la fuente) si se usan estadísticas oficiales del gobierno chino. (Véase la siguiente nota a pie de página para el sitio web estadístico del gobierno chino.)
[10] “Statistical Communiqué of the People’s Republic of China
on the 2012 National Economic and Social
Development”, National Bureau of Statistics of China, Feb. 22, 2013, Table 6. Online at:
http://www.stats.gov.cn/english/NewsEvents/201302/t20130222_26962.html
Development”, National Bureau of Statistics of China, Feb. 22, 2013, Table 6. Online at:
http://www.stats.gov.cn/english/NewsEvents/201302/t20130222_26962.html
[12] Ken Davies, “Inward FDI in China and its Policy Context,
2012”, Columbia FDI Profiles, Oct. 24, 2012,
annex table 4, (p. 11). Online:
http://www.vcc.columbia.edu/files/vale/documents/Profiles_China_IFDI_24_Oct_2012_-_FINAL.pdf
annex table 4, (p. 11). Online:
http://www.vcc.columbia.edu/files/vale/documents/Profiles_China_IFDI_24_Oct_2012_-_FINAL.pdf
[16] Ibid., p. 62. Los datos se refieren al primer trimestre de
2013. Además de estos 4 enormes bancos chinos, otro de los diez bancos más
importantes del mundo es HSBC, un banco mundial cuyo territorio cubre tanto
Hong Kong como el Reino Unido. Pero este banco está dominado por el
imperialismo británico.
[18] Carl E. Walter & Fraser J. T. Howie, Red Capitalism:
The Fragile Financial Foundation of China’s
Extraordinary Rise (John Wiley & Sons (Asia), 2011), pp. 28-29.
Extraordinary Rise (John Wiley & Sons (Asia), 2011), pp. 28-29.
[20] El término
"centro de mando de la economía” viene de 1922, de un discurso en el
Cuarto Congreso de la Internacional Comunista. Ver: Http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1922/nov/13b.htm
[24] “A light touch”, Economist, Octubre 19, 2013, p. 11;
and “Chinese banks: Open for business”, en el mismo número, p. 62.
[25] “American Banks: Not big enough”, una revisión del libro
de Richard Bove, Guardians of
Prosperity: Why
American Needs Big Banks, en Economist, Enero. 11, 2014, p. 73.
American Needs Big Banks, en Economist, Enero. 11, 2014, p. 73.
[26] La principal
variación en el tema es cuando el crédito al consumidor ya no puede ser
expandido lo suficientemente rápido. En ese caso, en la era
capitalista-imperialista, los propios gobiernos asumen la deuda necesaria, ya
sea pidiendo prestado dinero a los ricos, o simplemente imprimiéndolo. Estos
"déficit keynesianos" pueden prolongar los auges por un período
adicional, aunque al final la burbuja de la deuda conjunta formada por la deuda
de los consumidores y la del gobierno termina por estallar.
[27] Tsai Cheng, “Our Country is Now a Socialist Country Without
Internal or External Debts”, Peking Review,
Vol. 12, #21, Mayo, 23, 1969, online: http://www.massline.org/PekingReview/PR1969/PR1969-21-
NoDebts.pdf
Vol. 12, #21, Mayo, 23, 1969, online: http://www.massline.org/PekingReview/PR1969/PR1969-21-
NoDebts.pdf
[28] Esta burbuja de
la vivienda en China se fue acumulando durante muchos años. En 2013, las ventas
de viviendas nuevas superaron los $1 billón por primera vez. El valor total de
las ventas de viviendas nuevas aumentó un 27% con respecto al año anterior,
mientras que los precios medios de las viviendas nuevas en diciembre de 2013
aumentaron un 16% en Pekín (desde un año antes), un 18% en Shanghái y un 20%
Shenzhen. ["Vivienda: Ventas en China top $ 1 billón", San Francisco
Chronicle, 21 de enero de 2014, p. D2.]
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