Juan Carlos I, Borbón rey de España por la gracia del terrorista genocida y dictador Franco, garante de la continuidad del franquismo maquillado como democracia, no es una excepción en tal malhadada familia, sino la norma. Su supuesto amor a España se reduce a los beneficios económicos que chupa de ella, es decir, de la sangre, el sudor y el trabajo de los españoles; y, como se ha podido ver, como toda su familia, no han tenido reparo en recurrir a la sangre si sus súbditos se niegan a que vivan sin dar palo al agua.
Ahora, acosado por fín por algo de justicia (extranjera, por supuesto, que la española ni es justicia ni es na), la Casa Real, esa gravosa organización delictiva, intenta que la huída del rey emérito parezca una renuncia, un sacrificio, una acción por el bien de la patria, en lugar de la vulgar huída de un delincuente. Y los medios de comunicación españoles, en vez de investigar y proclamar la verdad, como debe hacer la prensa democrática, aplaude y hace genuflexiones ante tal servicio a España.
Sin embargo, la realidad es otra: Juan Carlos, y la Casa Real española con él, han empezado a verle los pies del lobo y se temen del futuro mordisco. Después de años de vergonzosa impunidad, de llevar una vida de lujos y derroches a costa del erario público, de convertir la institución real en un negocio privado en base a comisiones, a regalos y a chanchullos varios, empieza a salir a flote toda la mierda que los capos Borbones han dejado en los últimas décadas (si algo han hecho bien los Borbones en la historia de España ha sido solo eso, cagarse en sus súbditos).
Con la complicidad de los partidos políticos, incluyendo a Podemos, en vez de arrestarle o, al menos, quitarle el pasaporte para que esté disponible ante la policia y la justicia, se aplaude su gesto o se justifica a la Casa Real, como siempre se han ocultado o reido sus delitos continuos.
El rey no se va por el bien de España. Por el bien de España tiene que ponerse a disposición judicial y ser juzgado, devolver todo lo que ha ganado ilícitamente y contarnos todos sus negocios sucios y corruptos que, como es evidente, no son individuales, aunque el fuera durante años del capo jefe de la mafia real a la que ningún español ha votado. Por el bien de España, los Borbones tienen que irse (si se aplicara la justicia, con seguridad a la cárcel), y esta vez que sea para siempre.
3 comentarios:
Muy bien, Forneo. Muy bien. Sade.
y pensar que todavía hay tontos que afirman que la monarquía es mejor que la república española
viva la republica popular!!!!
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