"Hoy, el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa", Manifiesto Comunista, Federico Engels y Carlos Marx.
Los medios de propaganda del capital de todos los estados sometidos a él nos venden lo diferentes que son Donald Trump y Hillary Clinton, los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos para las próximas elecciones, y las televisiones organizan o publicitan grandilocuentes espectáculos circenses, lo que suelen llamar "debates", para que unos y otros celebren la democracia o se posicionen con unos o con otros.
En realidad Clinton y Trump representan exactamente lo mismo: la continuidad del predominio de los intereses de la burguesía en el gobierno de Estados Unidos o de cualquier falsa democracia, como cualquiera que se desarrolle bajo el dominio de la clase capitalista y los intereses de las oligarquías.
De hecho, como suele pasar con todos esos títeres que dirigen los estados y los gobiernos, entre Trump y Clinton hay más intereses comunes que divergencias, prestándose a este espectáculo mediático para bien de la continuidad de la hegemonia de la minoria dominante en los cerebros alienados de los explotados. La verdad es que tanto "la Clinton" como "el Trump", gane quien gane, va a seguir siendo el gestor de la clase capitalista local, con más intereses globales en realidad que nacionales.
Trump y Clinton tan amigos y, sobre todo, socios cuando no se trata de engañar a los trabajadores. |
Los gobiernos de un país capitalista, como ya demostraran Marx y Engels hace casi un siglo y medio, no son más que los títeres de la burguesía, al servicio de sus intereses, más aún en esta fase final del capitalismo en las que, como explicó Lenin en su "Imperialismo, fase superior del capitalismo", los estados "forman parte, como un elemento más, del conjunto de relaciones que rigen el reparto del mundo, se convierten en eslabones de la cadena de operaciones del capital financiero mundial".
A los trabajadores no les debe importar quién ocupa el puesto de presidente del consejo gestor de los intereses de la burguesía, los Trump o los Clinton de turno; la única solución para la emancipación de la clase trabajadora y la ruptura de sus cadenas es acabar de una vez por todas con el capitalismo, Los comunistas no deben resignarse con un estado más justo, ofertado por unos u otros candidatos, creyéndonos las mentiras de que es posible la justicia en un estado en el que una clase minoritaria parasitaria impone sus intereses sobre la mayoría productora; la tarea histórica del proletariado es convertirse en el sepulturero de la burguesía, única receta eficaz para llegar al objetivo de un mundo sin explotación del hombre por el hombre.
Por cierto que, tomando la medicina ya recetada por Marx, y después mejorada por Lenin, acabando con el capitalismo terminaremos también con su forma más avanzada históricamente, el imperialismo, pues "En la medida y a la par que vaya desapareciendo la explotación de unos individuos por otros, desaparecerá también la explotación de unas naciones por otras" (Manifiesto Comunista).
1 comentario:
Toda la razón, la política hoy día es puro espectáculo y más aun en USA, aunque aquí, como buenos lacayos lo copiamos todo y seguimos de cerca sus pasos. Lo importante no son los programas políticos o los ideales, al fin y al cabo suelen carecer de ambos o desecharlos por completo si llegan al poder, ¿pero que le importa eso al leal votante? -Pues está visto que nada en absoluto, como podemos comprobar cada cuatro años.
Un saludo
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