Aunque las cosas cambien de color
el de mi lucha seguirá siendo el mismo,
como el arrebol del anochecer
como tus labios cuando arden
como la sangre de los derrotados.
A pesar de las leyes de los políticos.
al servicio de las corbatas formales
y de sus uniformes
a pesar de la inmunidad de los banqueros
y del desencanto de la soledad
en el combate.
Aunque las cosas cambien de color
el de mis ideas seguirá siendo el mismo
como la bandera de los pobres a la espera
de volver a tomar sus palacios de invierno
como la indignación de los imprescindibles
cuando alzan su voz y sus disparos.
A pesar de los grandes centros comerciales
que nos seducen con baratijas
fugaces como un orgasmo.
A pesar de la manipulación de las palabras
que mienten con consignas hipnóticas
y multinacionales.
Aunque las cosas cambien de color
el mio seguirá siendo el mismo:
rojo,
porque a pesar de los que todo lo compran
porque a pesar de los que siempre se venden
algunos hombres nunca cambian.
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