Los muertos hablan (consecuencias de las mentiras de los medios capitalistas)

Se coge antes a un mentiroso que a un cojo, dice el refrán. Así sucede también con las habituales manipulaciones de los medios de propaganda capitalistas, cuando se trata de lograr los objetivos económicos de sus amos, aunque su enorme poder de crear y ocultar la realidad haga que la evidencia de sus falacias pase sin pena ni gloria ante los ojos de la mayoria de los ciudadanos, mas dedicados a cerrar los ojos que a participar en la vida política y social, o a llegar a sus propias conclusiones.

En el siguiente reportaje, veremos como una muerta cuenta que su muerte no fue mas que una mentira de las agencia de información occidentales, aquellas que quieren convertir al gobierno sirio en asesino para facilitar, disfrazado convenientemente de "humanitario", el genocidio fomentado por las grandes multinacionales capitalistas, dueñas tanto de los gobiernos de occidente como de esos mismos medios de desinformacion masiva.

El caso de la protagonista de esta historia es solo uno mas de las constantes mentiras que nos cuentan para justificar las matanzas, invasiones y otras formas de genocidio tan perpetrados por las sanguinarias "democracias" occidentales, cuyos dirigentes, siempre al servicio de las grandes mafias multinacionales, siempre estan dispuestos a cometer cualquier crimen para aumentar sus beneficios, maquillados, por supuesto, convenientemente, con el cada vez mas refinado arte del nolenguaje orwelliano, a cuyo maestro, el nazi Goebble dejan como un aficionado los grandes perversores de la realidad de hoy.

En el caso de Siria los objetivos de las mentiras flagrantes, pero al final inpunes, de los medios de propaganda del capital son los mismos o parecidas que las que se inventaron en el reciente de Libia o los anteriores de Irak, Afganistan, Nicaragua, Honduras, etc....: que al final sean los pueblos agredidos, masacrados, saqueados y humillados los que parezcan los culpables de la intervención miltar, siempre humanitaria, de los ejercitos de la OTAN, que, no debemos olvidar, no hace mas que repetir lo que ya hicieron los ejercitos nazis a mitad del siglo XX, aunque hoy al lobo fascista se le disfrace de oveja democrática.