La policia española, que tan violenta y salvajemente ha ejecutado las órdenes de los diferentes gobiernos burgueses españoles, quizás ha creido hasta ahora (como suele hacer creer el fascismo en sus diferentes formatos a sus estúpidos defensores de clase obrera) que la oligarquía y la clase dominante no desprecia por igual a todos los trabajadores.
Una cosa es que algunos sean los tontos útiles a los que se les convence facilmente (con tópicos como el nacionalismo, la profesionalidad, la excusa de obedecer órdenes, o salarios mas altos), en teoria alabados por su "eficaz" labor y su supuesto protagonismo en el sistema, y otra que en realidad se trata de un simple anzuelo para besugos.
Es la triste historia de los trabajadores que una vez tras otras votan a las derechas, o que apoyan a regímenes fascistas, creyendo que el desprecio del capitalista hacia el trabajador es solamente hacia algunos casos, en lugar de tratarse de un visceral odio de clase.
Al final, y a pesar de que los trabajadores hayan tropezado infinitamente con la misma piedra, cuando la elite fasciocapitalista necesita defender sus privilegios o aumentar su tasa de beneficio va a hacerlo chupando la sangre a toda la clase a la que explota, sin excepciones. Y es que saben muy bien que del mantenimiento de la humillacion de clase y de forzar el enfrentamiento entre trabajadores, depende el sometimiento de estos a su dominación y, por lo tanto, la continuidad del sistema en el que la minoria vive a costa de la mayoria, mayoria a la que, quizas porque saben bien que tienen en sus manos el final de su forma de vida parasitaria, odian y desprecian con todas sus fuerzas (aunque algunos sean fieles ejecutores de sus órdenes criminales).
2 comentarios:
Yo a los profesionales pertenecientes a los cuerpos de seguridad del estado, recordando a aquella insigne política, les diría:
Que se jodan!
Ahora solo falta que les peguen un poco si se quejan.
Es vergonzoso pensar que estas cosas solo pueden pasar con la complicidad de infra-humanos como estos, que se creen a salvo por el hecho de lamer el culo a sus amos.
Espero de corazón que si se produce alguna manifestación por parte de la policía, no sea apoyada por nadie, eso también me parece estúpido, que se pudran.
Primero, durante las reuniones del 15-M, en las que se pedían muchas cosas interesantes, los demás decían: "Qué idiotas... en vez de trabajar..."
Luego les tocó a los maestros, a los pensionistas con congelaciones, luego a mucha gente más; mineros... y ahora los funcionarios. Todos ellos, o al menos la inmensa mayoría, se han reido de sus conpatriotas cuando salían a la calle a protestar. Ahora son los funcionarios, y entre ellos, esos de las porras.
Qué país de imbéciles.
Como si viendo caer al vecino presa del gobierno ladrón, se sintiesen a salvo...
Aquí no se va a escapar nadie, solo ellos, por ahora, que ya les tocará cuando los tentáculos asesinos del FMI se los coman.
Menudo país de idiotas y envidiosos cobardes. Menudo país de gilipollas.
Qué pena me da ver a mis convecinos manifestándose, no por esta o aquella injusticia deplorable, sino única y exclusivamente por su dinero, el de su bolsillo. No por vivir en una mafiocracia corrupta hasta el tuétano. No por tener un sistema electoral que es un paripé organizado desde fuera. no por tener a una casta real y política al servicio de los Bilderbergs. No por que la justicia, la TV y la radio no sean más que un brazo del poder a su servicio. No por su padre o abuelo, al que ya no le alcanza para pagar el alquiler y comer con dignidad. No por sus hijos, convertidos en parias de un sistema antihumano que les convierte en inútiles con 24 años. No por el del vecino, sino por el suyo...
De verdad, Jose Luis. Qué pena y qué asco de país y de gente.
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