Las tesis de abril

"En nuestra actitud ante la guerra, que por parte de Rusia sigue siendo indiscutiblemente una guerra imperialista, de rapiña, también bajo el nuevo gobierno de Lvov y Cía., en virtud del carácter capitalista de este gobierno, es intolerable la más pequeña concesión al "defensismo revolucionario". 

El proletariado consciente sólo puede dar su asentimiento a una guerra  bajo las siguientes condiciones: a) paso del poder a manos del proletariado y de los sectores más pobres del campesinado a él adheridos; b) renuncia de hecho y no de palabra, a todas las anexiones; c) ruptura completa de hecho con todos los intereses del capital. Es decir, cuando la guerra sea realmente revolucionaria.

Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas, que admiten la guerra sólo como una necesidad y no para fines de conquista, y dado su engaño por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y perseverante, explicarles la ligazón indisoluble del capital con la guerra imperialista y demostrarles que sin derrocar el capital es imposible poner fin a la guerra con una paz verdaderamente democrática y no con una paz impuesta por la violencia".

Con estas palabras comenzaba Lenin lo que se conoce como Las tesis de abril,, remarcando la indisoluble unidad entre capitalismo e imperialismo, tal y como ya había demostrado en el libro del que este año se cumple el centenario, Imperialismo, fase superior del capitalismo. Un estado capitalista solo puede llevar a cabo una guerra imperialista, de rapiña, por mucho que se enmascare en nombre de la patria o de la paz.

El "defensivismo revolucionario", es decir, esa desviación socialdemócrata, chovinista, que justifica el apoyo o la tregua con un gobierno del capital por motivos "defensivos", ha de combatirse explicando a la clase trabajadora que solo es aceptable una guerra bajo las condiciones de que se produzca o pretenda el paso del poder a manos del proletariado y de los sectores más pobres del campesinado a él adheridos, de la renuncia a todas las anexiones y de la ruptura completa de hecho con todos los intereses del capital.

Incluso también en las condiciones, dadas según Lenin tras la Revolución burguesa de 1905, de que "Rusia es hoy el más libre de todos los países beligerantes" y "de la ausencia de violencia contra las masas", lo que convertía a aquel país en uno de los más avanzados políticamente del mundo. Precisamente por ambas razones hay que combatir "la confianza inconsciente de éstas (las masas) en el gobierno de los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del socialismo".

Es decir, Lenin proclama la necesidad de rechazar toda guerra que no sea revolucionaria incluso en las condiciones en las que el capitalismo ofrezca unas condiciones avanzadas para las masas, lo que proveniente de un gobierno capitalista no puede ser más que un engaño para mantener la dominación político-económica, para seguir viviendo a costa de los productores explotados. El principal objetivo de las masas trabajadoras, las tareas del proletariado en la revolución (como títula Lenin su escrito que se conoce como las tesis de abril) tenía que ser, y el partido había de realizar una continua labor de propaganda para explicárselo,  el de la toma del poder, rechazando de frente al gobierno provisional de la burguesía, por bueno que pareciera a algunos por las circunstancias y sus engaños.

Las tesis de abril fueron redactadas por Lenin inmediatamente después de su llegada a Petrogrado, el 3 de abril de 1917. Fueron publicadas en el número 26 de Pravda con la firma de "N.Lenin" el 7 de abril de 1917. Los periódicos bolcheviques de Moscú, Járkov, Krasnoyarsk, Ufá, Bakú, Tiflis y otros sitios reprodujeron el artículo, después de ser leídas por Lenin en la asamblea del 4 de abril como un informe acerca de las tareas del proletariado revolucionario.

Entre estas tareas Lenin cita las siguientes:

*celebración inmediata de un congreso del partido;
*modificación del programa del partido, principalmente:
sobre el imperialismo y la guerra imperialista,
sobre la posición ante el Estado y nuestra reivindicación de un "Estado-Comuna"
reforma del programa mínimo, ya anticuado;
cambio de denominación del partido (de socialdemócrata a comunista)
*Renovación de la Internacional.
*Iniciativa de constituir una Internacional revolucionaria, una
Internacional contra los socialchovinistas y contra el "centro" (es decir, contra aquellos que vacilaban entre el patrioterismo chovinista y el internacionalismo).

Las Tesis de Abril son uno de los escritos claves de Lenin durante el año 1917, junto a dos obras fundamentales como Imperialismo, fase superior del capitalismo, o El Estado y la Revolución. En los tres, sobre todo en los dos últimos, más extensos,una de las ideas desarrolladas, en el contexto del conflicto bélico interimperialista que fue la Primera Guerra Mundial, es la de que el principal enemigo de los trabajadores no son otros estados u otros pueblos, sino la clase capitalista nacional, y que la única guerra aceptable por el partido y los comunistas es la guerra civil revolucionaria, dirigida a la toma del poder (lo que no evita, no obstante, la solidaridad internacionalista con la lucha de las masas obreras y campesinas de otros pueblos contra su burguesía capitalista local).

En todo caso, las Las tesis de abril fueron fundamentales para la toma de posición del Partido Bolchevique ante los acontecimientos que iban a producirse en Rusia en los siguientes meses, que llevaron a transformarlo en la vanguardia de la revolución que llevaría a la clase obrera y campesina rusa a la toma del poder en el mes de octubre de aquel año, y a dirigir y vencer contra la intervención de catorce potencias extranjeras que se solidarizaron con la derrocada clase capitalista rusa.

Leer las Las tesis de abril, como también sucede con toda la obra de Lenin y, especialmente, las dos citadas más arriba, escritas todas ellas en el año del triunfo de la Revolución, 1917, es un ejercicio fundamental para comprender como el Partido Bolchevique y la clase trabajadora y campesina rusa cambiaron el mundo hace 100 años, pero también para analizar las circunstancias de todo conflicto interimperialista, también, por supuesto, del actual.