Lo cierto es que la historia no tiene vuelta atras, y la situacion nunca puede ser la misma, porque que un grupo de criminales de un golpe de estado y secuestre al presidente votado por el pueblo no es algo que se pueda borrar y olvidar, porque de otra forma se estaria cometiendo una injusticia clamorosa.
La restitución de Zelaya es una "concesión significativa de nuestro Gobierno. Siempre hemos sido firmes (en esta posición), pero el pueblo hondureño se merece que pasemos la página de la Historia", ha dicho el golpista. Pero la pagina de la historia no se puede pasar arrancandola y echandola a la basura, como si no hubiera pasado nada. Ademas las palabras del dictador intentan convencernos de que ellos perdonan a Zelaya y le permiten volver al gobierno, en vez de aceptar su crimen y que ha sido la presion popular e internacional la que ha determinado la ingobernabilidad de Honduras en este periodo de mafiosos en el poder.
El acuerdo gestado esta madrugada parece que contempla lo ya negociado en la propueta de la marioneta de EEUU, Carlos Arias (presidente de Costa Rica): Gobierno de reconciliación (formado por los cinco partidos que conforman el Congreso), rechazo a la amnistía política, reconocimiento de las elecciones del 29-N, transferencia de las Fuerzas Armadas al Tribunal Supremo Electoral, la creación de una comisión de verificación (que perseguiría el cumplimiento de los acuerdos y que estaría conformada por nacionales y extranjeros), creación de una comisión de la verdad que investigue los sucesos de antes, durante y después del 28 de junio y la solicitud a la comunidad internacional de la derogación de las sanciones.
Aunque aun no estan claros todos los terminos, y habra que analizar su significado real, la aceptacion de Zelaya de un gobierno de reconciliacion es una concesion humillante, pues en el estaran partidos que han propiciado y apoyado el golpe de estado del pasado 28 de junio, y supone que no se vuelve, como dice el asesino Micheletti, a la situacion del dia del golpe, reponiendo el gobierno que existia en aquellos momentos.
Tampoco se dice nada sobre el referendum previsto en el que el pueblo tendria que votar si se reformaba la constitucion o no, y que es algo que Zelaya deberia comprometerse a realizar para que su integridad politica quede demostrada, y no acepte volver al poder solo por el hecho de tenerlo en sus manos (sino para continuar su gobierno tal y como lo estaba desarrollando hasta el momento del golpe militar).
Al contrario, creemos que ahora mas que nunca hay que profundizar en los cambios en Honduras, y ahondar en el camino que pide el pueblo trabajador hondureño, contra los privilegios de las oligarquias y en favor de lo derechos sociales y politicos de los ciudadanos.
En definitiva, la sorprendente rapidez con que Micheletti ha aceptado los acuerdos, tras sus negativas anteriores, suena a que todo ha sido una artimaña para lograr un acuerdo favorable a los golpistas, o al menos, no tan desfavorable. Veremos si Zelaya es capaz de hacer que se juzgue a los responsables militares y politicos del golpe de estado y de la represion contra el pueblo, y de continuar y profundizar la politica que estaba llevando a cabo en el momento del golpe. Lo contrario seria un triunfo de los golpistas, cuyo objetivo era, a fin de cuentas, parar la politica social y transformadora de Zelaya.
Habra que ver tambien a cuanto es capaz de renunciar Zelaya para mantenerse en la presidencia, y si su politica de integracion en el ALBA, verdadera causa de la reaccion oligarquica, se profundiza o se paraliza.
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