10 de febrero de 2010

Utopia, de Leo Bassi

"Utopía" es el nuevo espectáculo de Leo Bassi. Se trata de un guion crítico con el capitalismo y que hace una llamada a la utopia frente a la apatía, a la acción frente a la pasividad, a la pasión frente a la parálisis. La creatividad del provocador Bassi hace que el guion cambie en cada sesión, pero en general el mensaje y el hilo conductor de la obra se mantienen.

La obra comienza con la aparición de Bassi, fingiendose ciego, llevando un decadente carro de niño. Un niño que, imitando a Aznar en su libro, sera el destinatario de sus recetas para recuperar, en este caso, la utopia El ciego se dispone a celebrar con una botella de cava comprado en el Lidl la caida de la banca Morgan y el inicio de la caida del capitalismo, al que sin embargo, las izquierdas en el gobierno se apresuraron a salvar con dinero publico.

Con el hilo conductor de que la derecha conserva -mira hacia atrás- y la izquierda mira hacia delante -progresa- (en teoria), afirma que con el derrumbe de la ideología neocon, es el momento de reaccionar, de agitar las banderas de las utopias de siempre pero tambien de las nuevas; sin embargo, precisamente ahora la izquierda es incapaz de proponer nada nuevo, ninguna alternativa. La izquierda ha perdido el camino a la vez que ha abandonado las utopías socialistas del siglo XIX.

Bassi repasa la historia del siglo XIX, el siglo de la curiosidad, del positivismo, de las revoluciones, para encontrar la ilusión, un pequeño hilo desde el que volver a tirar y tramar una revolución lúdica-social. Reivindica las utopías como una necesidad, como una forma de mirar hacia el futuro, hacia la idea siempre perseguida por las derechas de crear un mundo nuevo y mejor.

Utiliza en un momento de la obra el libro de Aznar "Cartas a un joven español", como forma de ilustrar el pensamiento retrogrado de los conservadores, y la insignificancia de las izquierdas hoy traidoras de si mismas. Aznar escribe su libro dirigiendose a un invisible y desconocido niño llamado, como no, Santiago. Le va dando consejos, mostrando su obsesion por la religion (llega a decir que "España y el catolicismo son lo mismo", y contra los homosexuales. Con este libro Bassi ilustra el fracaso de la izquierda, que ya no le da miedo al lider de la derecha española, que considera sus enemigos a los ecologistas, a los homosexuales, pero ya no a la revolucion social.

"Utopía" propone una revisión de los ideales desde 1789 hasta la actualidad. Leo Bassi hace especial hincapié en la Primera Guerra Mundial y todo lo que se llevó por delante, como inicio del tiempo del nihilismo. Desde este desastre, donde en la batalla de Verdun murieron casi millon y medio de seres humanos, el positivismo socialista se comienza a derrumbar, el internacionalismo obrero se fragmenta, y comienzan a surgir el fascismo, el nacionalismo cerrado, el miedo al progreso espiritual. Propone la teoria de que esta guerra fue organizada por la iglesia y la burguesia precisamente por el miedo que les daban las utopias obreras.

La obra de Bassi es una critica a la izquierda acomodada, falta de pasion y de magia, apoltronada en las migajas del poder que le han reservado, e incapaz de construir una alternativa al capitalismo y que, al contrario, corre la primera a salvarle del derrumbe en cuanto comienzan a caerse sus pilares, los grandes bancos.

Entre criticas al centrismo politico que hoy ocupa con orgullo la izquierda, llamadas a salir del espectaculo a quemar la casa de Esperanza Aguirre, cercana al teatro Alfil, o las criticas a los deportes pijos, estupidos, caros y antiecologicos como el golf, realiza aproximaciones historicas tiernas a la historia del circo, ejemplificada con su abuelo, tambien payaso, y haciendo una definicion del circo como una profesion revolucionaria, transformadora, internacionalista, siempre de izquierdas. Ya el marxista y linguista Bajtin analizaba el humor y la cultura popular como elementos de resistencia ante el poder.

La primera guerra mundial acabo con el internacionalismo enfrentando a obreros contra obreros sin saber muy bien por qué razones luchaban unos contra otros, y dividiendo sus intereses comunes al identificarlos con los de las burguesias nacionales. Y todo esto auspiciado por la iglesia catolica, cuyos obispos bendecian a los ejercitos respectivos antes de partir al frente mientras celebraban concilios tomando cafe en el Vaticano. Una iglesia representante de una religion, el cristianismo, convertida por el poder en una forma de control social mas que en liberacion espiritual de los creyentes.

Al final aparece la figura del payaso blanco, intemporal, magico, revolucionario en si mismo porque a la vez que pide la luna dice la verdad: es el bufon que describe el mundo tal y como es, y que hace reir a la vez que nos señala con el dedo la estupidez, la sumision, la injusticia y la cobardia. A traves de el se abrira la puerta a la utopia. El tiempo y su percepción relativa es usado por este payaso como argumento para vivir sin dar importancia al tiempo, mirando hacia adelante, ya que nuestra vida siempre es un pequeño y muy limitado fragmento de la historia. En fin, el mensaje es que no es posible la utopia sin la poesia, la magia, la pasion, la revolucion de los hechos y de las palabras, como una advertencia a la izquierda moderna que ha abandonado el espiritu, la indignacion, lo irracional para centrarse en una logica fria y pragamatica.

Con algún toque circense final y mucha ternura nos pide que tengamos esperanza; que la historia es más larga de lo que podemos imaginar, desde que los hombres y mujeres que pintaban en las cuevas paleolíticas hace 74000 años empezaron a ser creativos; que nuestros actos tienen implicaciones lejanas, como efectos mariposa; que construyamos nuevas utopías para que puedan ser llamas ardientes con las que otras generaciones inicien las hogueras de las que surgirá el cambio social.

Como anuncia al principio de la obra, como un aviso o advertencia, no se trata de una obra de humor, aunque te rias mucho, sino que pretende que arda la rabia, la indignacion, la pasion revolucionaria del sometido, del engañado, del abandonado por sus representantes que han preferido ayudar al enemigo. Asi que confiesa que su ideal seria que, al terminar la obra, los espectadores fueran directamente a quemar el ayuntamiento, o el palacio del rey, o cualquier otra institucion o empresa defensora y sosten del sistema de explotacion social vigente, el capitalismo.

Al final de la obra asi sucede, y al salir por la puerta del teatro alfil las ganas de quemar iglesias, o de colgar al rey con las tripas del ultimo cura, aquellos objetivos de los anarquistas en busca apasionada de la libertad de principios del siglo XX, o incluso de correr junto al resto a tomar el palacio de invierno del zar de turno, para construir un mundo nuevo.

Sin embargo, estamos en el siglo XXI, el de la frialdad, la renuncia, la amargura, el nihilismo cristiano y el egoismo liberal, y simplemente regresamos a casa. Las utopias, aun asi, nos siguen aguardando porque, como ideales atemporales, nunca mueren, siempre estan presentes para que alguien, en un momento dado, agite la bandera roja (que al final de la obra es paseada por todo el teatro alfil por el genio bufon y agitador Bassi, que usa las verdades como bombas y la ternura como un toque de trompeta para la lucha).

La fuerza, la capacidad de provocacion, y la creatividad de Leo Bassi consigue todos sus objetivos: hace surgir la risa, la emocion, la rabia, la indignacion, y la aceptacion de nuestro propia responsabilidad por el triunfo de los conservadores, que tambien tendrian ganas de asesinar, y probablemente lo harian, al primero en descubrir como se hacia el fuego cuando hace 600.000 en Atapuerca un progresista se resistio a aceptar que las cosas son lo que son y que solo los dioses pueden hacernos construir un mundo mejor.

Un discurso sin pelos en la lengua y que llama a las cosas por su nombre... Lo unico que no dice es que los propios espectadores de la obra eran, y me incluyo yo, como las izquierdas de hoy, cobardes, pasivos, apaticos e incapaces de levantarse dispuestos a todo cuando la indignacion ante la injusticia, un sentimiento que todavia no han perdido los que se definen como izquierdistas, les quema por dentro. Un fuego hoy dia mas habitual que nunca antes en, quizas, el sistema mas injusto y cruel que jamas haya existido: el capitalismo

2 comentarios:

Marcos Santos Gómez dijo...

El capitalismo actual, sistema en el que se da una perversión de la palabra, de la mirada y de la razón. La palabra ya no es creadora, sino encubridora. La mirada ya no alcanza las profundidades, sino que se queda en la mera superficie plana de lo dado (Así, por ejemplo, se sustituye la ética por el derecho). La razón, de la que se recoge únicamente su uso instrumental. Como ocurre con la sabiduría convertida en ingeniería dentro del capitalismo actual, hoy sólo existe lo dado o fáctico, perdiéndose lo más abismal, quedando todo enmarañado y asfixiado por una tela de araña burocrática, publicitaria y legal que oculta la devoradora nada en la que se cimenta.
un saludo,
Marcos Santos

camarada2 dijo...

Estimado Camarada:

Muy interesante la reseña sobre esta obra. Me ha llamado la atencion esa necesidad de que de vez en cuando se nos mueva la conciencia, que aunque sea por indignación actuemos. Este mundo a ratos se ve sin solución, pero creo que la gran lección del maestro Bassi es esa: que es posible renovar las utopías. Sera cuestión de tiempo, también de mucha reflexión, como la que se aporta en esta obra de teatro, para lograr una alternativa a estos infelices días.

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