La propaganda capitalista nos ha vendido siempre las dos guerras mundiales como si estas hubieran estallado para defender determinados ideales, principios o formas de entender el mundo, aunque en realidad, tras las bellas etiquetas, solamente se encontraba, como sigue sucediendo hoy, la avaricia de las oligarquias nacionales y de las cada vez más poderosas corporaciones transnacionales. La magia de la publicidad y la propaganda hacen que, al final, la imagen que se transmita sea la de la guerra romántica contra el supuesto enemigo de la nación, o contra el imperio del mal de turno, aunque en el fondo se trata, simplemente, de enfrentamientos interimperialistas en beneficio de las minorias explotadoras de cada nación.
Las dos guerras mundiales han sido así, meras luchas por el enriquecimiento de determinadas oligarquias contra otras, que usan a sus pueblos, engañándolos con la patraña de los nacionalismos, como carne de cañon para conseguir sus fines.
La Primera Guerra Mundial tuvo como principal objetivo no reconocido, aunque más que evidente, la lucha por el control de las colonias, que se habian ido quedando pequeñas para tanta cantidad de buitres. A pesar de que la vestimenta de la propaganda usara la lucha por la libertad de las naciones propias, el nacionalismo, como justificacion del esfuerzo y la sangre vertida, detras estaba la expansión del capitalismo, que inevitablemente necesita crecer saqueando a otros (tambien la PGM daño gravemente el ideal internacionalista de la clase obrera, encarnado entonces en la Segunda Internacional, ya que muchos partidos socialdemocratas apoyaron los respectivos intereses nacionales).
En fin que los tratados de reparto territorial tras las grandes guerras son, más habitualmente de lo que parece, culminaciones de acuerdos previos pactados por las potencias de uno de los bandos. Las posteriores negociaciones de paz suelen ser un pequeño teatro para aparentar que se escuchan los reclamos de los perdedores.
Es cierto que, a veces, los acontecimientos provocan que se varíe un poco el guión preestablecido, como sucedió en la Primera Mundial con Rusia, tras el triunfo de la inesperada Revolución bolchevique de 1917, que pasó de potencia desmembradora a potencia desmembrada, o con el movimiento Kamelista en Turquia, que evitó que todo el Imperio Otomano fuera descuartizado por las fieras.
Europa antes de la Primera Guerra Mundial |
En este sentido es de gran interés un viejo libro de Seymour Cocks, publicado en 1919, y titulado "Una parte de la verdad de guerra. Los tratados secretos (1914-1917): Documentos publicados por los bolcheviques en la República Socialista de Rusia, y comentarios de la «UNION OF DEMOCRATIE[sic] CONTROL», de «THE HERALD» y del «COMITE POUR LES REPRISES DESRELATIONS INTERNATIONALES [sic]»,con un prólogo de Mariano García Cortés, Madrid, Tip.Torrent, 1919.
En él se analizan los tratados previos de los "aliados" en la Primera Guerra Mundial, que fueron publicados por el Comisariado de Negocios Extranjeros, lo que sería el Ministerio de Asuntos Exteriores bolchevique, entonces dirigido por Trosky, en 1918, poco antes del final de la contienda, cuando los trabajadores rusos alcanzaron el poder dando lugar al primer estado obrero de la historia, la Union Sovietica. Los bolcheviques tuvieron acceso, al hacerse con el control de la administración zarista, a los acuerdos del zar con Francia, Inglaterra, Italia y Estados Unidos, que consistian principalmente, en el desmenbramiento del Imperio Austro-Húngaro y del Imperio Otomano, para beneficio de los vencedores.
Afortunadamente Trosky, que entonces acababa de afiliarse al Partido Bolchevique, todavia no había comenzado a traicionar a la revolución, y al hacerse cargo del "ministerio de exteriores" pudo conocer los verdaderos intereses de los dirigentes de las potencias aliadas, y hacerlos publicos con el apoyo de Lenin y el resto de dirigentes del naciente gobierno proletario.
Europa tras la Primera Guerra Mundial |
La publicacion, que provocó cierto escandalo entre los implicados, dejó a la vista el verdadero carácter de la Primera Guerra Mundial, y la desveló como una gran operación mercantil que planeaba saquear los entonces ya decadentes imperios austrohúngaro y otomano. De hecho, todos los tratados que se firmaron tras el final del conflicto mantuvieron la esencia de los acuerdos previos, salvo por inesperados acontecimientos que hemos ya citado: la Revolución rusa y la resistencia kemalista en Turquía.
Los grandes beneficiarios, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y, en menor medida, Italia y Rumanía, lograrian vastos territorios arrancados de los imperios enemigos, especialmente del Otomano, y eliminarian a dos potencias estratégicas que eran un obstáculo para sus planes expansionistas. Rusia, que en principio era una de las potencias beneficiadas del festín, fue castigada doblemente, tanto por firmar la paz antes de tiempo con los imperios centrales, con el objetivo defendido desde el principio de la guerra por bolcheviques de sacar a Rusia de la guerra, como, principalmente, por haberse derrocado a la oligarquía del poder, que fue tomado el pueblo trabajador (un sacrilegio imperdonable que ponía en jaque la estabilidad de toda la piramide social capitalista en el mundo).
Así, la recién nacida Unión Soviética sería invadida por catorce naciones y sometida a una guerra civil sangrienta y dolorosa que, en resumen, fue un intento de destruirla con tropas y financiacion de las potencias vencedoras de la PGM. Los muertos de esta "guerra civil" fueron cargados, por cierto, a las cuentas del llamado "terror soviético" o a las espaldas de Stalin, como si las tropas occidentales y blancas no hubieran atacado al nuevo estado obrero jamás. La Unión Soviética también fue obligada a desprenderse de parte de sus territorios (por ejemplo, Rep. Moldova, que fue invadida por Rumanía, o de todas las republicas bálticas). Igualmente, tuvo que renunciar temporalmente a parte de de lo que luego sería Polonia, estado que se encontró de repente de bruces con su independencia, aunque no estaba prevista en los acuerdos.
Por último, en el Pacífico, Japón se quedó con todas las colonias alemanas (apoyado por la Sociedad de Naciones, creación ideológica de EE.UU.) y con partes de China y Corea.
Los gobiernos negaron, por supuesto, la veracidad de los documentos publicados por los "salvajes" bolcheviques, y evitaron su difusion en la medida que pudieron. Aunque lo que ocurrió en los tratados de paz postbelicos coincidiera bastante fielmente con lo que anunciaba "la maniobra desestabilizadora de los sovieticos", como la denominaron.
Veamos que decían los acuerdos (según la edicion citada):
“Según los tratados secretos contenidos en este volumen, los “desinteresados” campeones de la causa de la libertad de los pueblos se distribuirán el siguiente botín:
INGLATERRA RECIBIRÍA:
La zona neutral de Persia.
La Mesopotamia meridional con Bagdad.
Halfa y Akke, en Siria.
Parte de las colonias alemanas.
FRANCIA RECIBIRÍA:
La Siria.
El bajalato de Adana y otros territorios en Asia Menor.
Alsacia y Lorena, con el valle del Sarre, y todo el distrito minero Lorenés.
Ocupación temporal de la orilla izquierda del Rhin.
Parte de las colonias alemanas.
ITALIA RECIBIRÍA:
El Trentino y el sur del Tirol.
El condado de Gorizia y de Gradisca.
Trieste y la Istria.
La Dalmacia.
Las islas de Istria y de Dalmacia.
Valona y sus inmediaciones.
Las islas del mar egeo.
Adalia y una parte de Asia Menor.
Una parte de la indemnización de guerra.
Nuevos territorios coloniales en África.
JAPÓN RECLAMA:
Chantoung.
Islas del Pacífico.
RUMANÍA RECIBIRÁ:
La Transilvania hasta Heisa.
El Banato de Tenosvar.
La Bucovina.
SERBIA Y MONTENEGRO RECIBIRÁN:
La costa de la Dalmacia meridional.
Spelato, Ragusa, Cattaro y San Juan de Medua (en Albania)
Anexión de los distritos de Albania Septentrional.
RUSIA (hubiera recibido si continúa en la guerra hasta el fin):
Constantinopla y casi toda la Turquía de Europa.
El Bósforo, los Dardanelos y el mar de Mármara.
Imbros y Tenedos.
Completa libertad de acción en la Persia septentrional, comprendido Ispahan y Yezd.
Trebisonda, Erzeroum, Van y Bitlis y otros territorios del Asia Menor".
Como se puede apreciar, parece claro que el reparto del botín pactado de antemano y el conseguido finalmente tiene bastantes similitudes, lo que deja en evidencia como el reparto territorial surgido de la Primera Guerra Mundial no fue la consecuencia de las negociaciones entre vencedores y vencidos, ni siquiera totalmente del desarrollo de la contienda, sino que ya había sido pactado de antemano por los capitalistas de las naciones aliadas (aunque la clase obrera rusa les diera un buen disgusto y trastocara bastante sus planes). Precisamente debemos a los bolcheviques la revelación de estos acuerdos, que hicieron públicos cuandos tomaron el control de los asuntos externos del gobierno y encontraron los tratados firmados por el zar, representante de los intereses de la oligarquía económica rusa, con los jefes de estado de las potencias aliadas.
Otra consecuencia de la publicación de los planes pactados por las grandes potencias antes del atentado contra Francisco Fernando de Austria y su esposa Sofía en Sarajevo, el 28 de junio de 1914, por el gobierno bolchevique fue la prohibición, tras el final de la Primera Guerra Mundial, de los Tratados Secretos entre los estados. La creación de la Sociedad de Naciones, que finalmente también acabaría siendo un fracaso por estar supeditada a los intereses de los vencedores de la confrontación mundial, pretendía impedir una repetición de los hechos que dieron lugar a la guerra, como la falta de cooperación, la existencia de pactos secretos entre estados o la ignorancia de los pactos internacionales.
3 comentarios:
Te falta decir que esa Guerra Civil contra 14 naciones juntas la dirigió Leon Trotsky, según vosotros el "traidor de la revolución", y también creador del Ejército Rojo. ;)
http://miguelvicentemoure.blogspot.com/2014/06/la-verdad-oculta-sobre-stalin.html
Miguel Vicente, estas obsesionado con Trosky, un tipo que, por cierto, siempre perdio todas los debates en el Partido Bolchevique, con o sin Lenin, y que se afilio cuando la revolucion ya estaba a punto de caramelo (y dejo de ser bolchevique cuando no le eligieron, los bolcheviques, a el como lider). Un tipo del que, sin embargo, casi no hablo en el texto, pero que tu, como todos los sectarios troskistas, incapaces de aceptar que los bolcheviques no querian a oportunistas como Trosky en sus filas, ve en todos lados, como un fantasma omnipresente. En este caso, las 14 potencias no estaban dirigidas por Trosky, aunque el creador del ejercito rojo acabar cagandola alla por donde iba y sustituido, por orden de Lenin, al frente de ese ejercito.
En todo caso, aunque Trosky fue una pesadilla pasajera para el bolchevismo, vosotros, los troskistas, mucho peores que el propio Trosky que tenia algunas ideas muy interesantes, aunque la cagara por su egocentrismo, le convertis en el dios que luego decis que eran otros (precisamente los que echaron a Troski y elegieron, colectivamente, a Stalin, no como lider, sino como organizador). Eso es la historia. Luego los seguidores de Goebbles (como se vio Trosky y los troskistas son capaces de vender hasta a su madre por un poco de importancia politica o aires de grandeza. incluso venderse a la Alemania nazi) pueden decir e inventar lo que quieran.
Saludos
Y esto queridos niños es un ZASS EN TODA LA BOCA. Gracias camarada Forneo, por combatir a esta gente. Y un detalle, en la creación del Ejército Rojo hubo cinco hombres Lenin y Stalin entre ellos. Bueno y la rata esta de Trotsky. Saludos Rojos.
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