9 de octubre de 2015

Álvarez del Vayo: la educación en la República Popular China

Julio Álvarez del Vayo, fue ministro de estado dos veces durante la República, con el gobierno Largo Caballero, de septiembre del 36 a mayo del 37, y con el de Juan Negrín, desde abril del 38 hasta el final de la contienda. Firme partidario, como Negrín, de luchar hasta el final contra el fascismo y, en el exilio, enemigo firme de las políticas de reconciliación nacional,

Fiel a la república y antimonarquico hasta su último aliento, tanto que, ante los intentos de la Junta Democrática (a la que se uniría el carrillismo) en los últimos años de la dictadura de buscar un acercamiento al régimen, él optó por la lucha armada. Así, él propio Alvarez del Vayo, en representación del Frente Español de Liberación Nacional, Alberto Fernández , por Vanguardia Socialista , y Raúl Marco,  Elena Odena y E. Zujar  por el PCE(m-l), reunidos en el piso que Arthur Miller tenía en París, constituyeron el Comité Coordinador pro-FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), sin duda inspirados por la lucha contra el revisionismo llevada a cabo en China con la Revolución Cultural, que afectó a todos los partidos marxista-leninistas del mundo..

Antes de la Guerra Civil fue corresponsal de prestigiosos diarios españoles y argentinos, y escribió ilustrativos libros sobre la Rusia Soviética, como La nueva Rusia (en 1924) o Rusia a los doce años (1928), y un libro autobiográfica sobre la Revolución Alemana y el levantamiento espartaquista, en 1918, La senda Roja.

Ya en el exilio, viajaría a China, donde describiría con admiración los éxitos de la revolución y de la nueva República Popular. Álvarez del Vayo, de hecho, terminaría su vida siendo un revolucionario convencido, mostrando un gran respeto hacia los dos últimos grandes líderes marxista-leninistas, a los que conocería personalmente: Stalin y Mao.

En 1962 viajaría de nuevo a China y, fruto de aquel viaje, nacería su libro China Vence, en el que describe los logros del comunismo chino y los grandes avances alcanzados por la R.P.Ch a pesar de sus grandes dificultades.

En uno de los capítulos, hace públicas las entrevistas que hizo a algunos de los ministros del gobierno popular; la primera de ellas, que compartimos a continuación,  al ministro de educación, en la que se describen los enormes cambios en el sistema educativo chino, los cambios revolucionarios frente al pasado y los planes de futuro, en el marco de la Revolución Cultural y la especial importancia que daba el presidente Mao a la educación como motor revolucionario.

Todo ello contado con entusiasmo y admiración por un hombre, Álvarez del Vayo, que ha sido borrado de la historia como todos aquellos que jamás claudicaron y que nunca aceptaron la "reconciliación" con los criminales fascistas, y que veía en China cambios revolucionarios que siempre había deseado para España:

CHINA VENCE: ENTREVISTA AL MINISTRO DE EDUCACIÓN DE LA R.P.Ch.

Las conversaciones sobre el estado de la enseñanza en China, de un viaje al otro, tenidas durante nuestras numerosas visitas a universidades, institutos especializados y escuelas, terminaron con una larga entrevista con el señor Liu Chih-yu, ministro de Educación. "Para apreciar lo que se ha hecho y lo que queda por hacer en el dominio de la enseñanza —comenzó diciendo el ministro— es preciso recordar que en China se daban antes de la liberación estas dos situaciones contradictorias: por un lado un país de vieja cultura, por el otro una carencia total de educación general y un índice de analfabetismo que en el campo se elevaba al noventa y cinco por ciento. Ni se enseñaba el pueblo, ni se sentía la necesidad de hacerlo. Chicos y muchachas que, después, en unos pocos años, en cuanto se les ofreció una oportunidad de instruirse, demostraron de lo que eran capaces, crecían hasta 1949 sin escuelas, únicamente accesibles a los hijos de los ricos. En cuanto a las minorías nacionales, si alguna, como la coreana, se hallaba más avanzada que las otras, en general su condición por lo que respecta a la enseñanza, era simplemente desastrosa."

En trece años de República Popular el número de estudiantes casi se quintuplica. De 155 000 en  1949, en la enseñanza superior, se pasa a 800 000. El avance es todavía mayor en los niveles inferiores. En las escuelas de segunda enseñanza, es de 1 870 000 a 12 millones; en las primarias, de 23 millones a 90 millones. En los jardines para la infancia, con un programa elemental educativo, de 130 000 a 31 millones. Pero todas esas cifras no dan sino una idea parcial de lo realizado. A ellas hay que añadir las de los que asisten a las clases regulares organizadas para obreros. Actualmente unos 130 millones de obreros estudian en el tiempo que les queda libre; más de 20 millones siguen cursos parciales al nivel de los que se cursan en universidades e institutos. Se ha sentado la base para que en los próximos años China disponga de cuadros profesionales y técnicos en una cantidad que excede con mucho lo que se había previsto al elaborar los distintos planes quiquenales.

"Hemos procedido —continúa el ministro— por etapas, que pueden ser resumidas en tres periodos. De 1949 a 1952 fue trazado, y cumplido, el primer esfuerzo en educación. Había que comenzar por poner en marcha, utilizando pero mejorándolo y ampliándolo, todo lo que había China vence disponible. Y librando a la enseñanza de su carácter de privilegio. No escuelas para ricos, sino escuelas para el pueblo.

"Había que crear un nuevo tipo de maestro, no prescindiendo de los que existían, pues utilizamos todos los que pudimos, pero tratando de librarles de la influencia de un pasado dominado por el imperialismo y el colonialismo. Un pasado que, al imponer al país un régimen de servidumbre, había hecho que muchos intelectuales se consideraran ellos mismos siervos, es decir, acostumbrados a aceptar como inconmovibles las diferencias de clase. Debido al largo periodo de dominación extranjera, a muchos de ellos les parecía algo irrealizable o extremadamente difícil cualquier tarea verdaderamente nacional en materia de enseñanza.

"En este primer periodo nos incautamos de las escuelas sostenidas por el Koumintang y las reformamos ideológicamente, comenzando por eliminar de ellas los métodos de tipo fascistoide. Prescindimos daquellos profesores extranjeros o "extranjerizantes" cuya retención hubiese supuesto exponer el nuevo sistema de enseñanza al sabotaje desde dentro. Veintiuna de las universidades existentes, 500 escuelas de segunda enseñanza, 1 000 de primera enseñanza, comprendiendo entre todas 360 000 maestros y estudiantes, estaban dirigidas por extranjeros, en particular americanos.

"Había que acabar con todo aquello. No fue una labor sencilla. Incluso entre los simpatizantes de la Revolución, había quienes sostenían que era un error, dado el atraso de China, el prescindir de un personal de enseñanza extranjero cuando todavía no disponíamos de maestros propios ni en número suficiente ni en capacidad adecuada a las grandes tareas que nos aguardaban.

"Introdujimos un nuevo sistema pedagógico basado sobre este doble principio: la enseñanza debe promover el sentimiento nacional; debe estar abierta a todos. En resumen, el sistema escolar en China se distribuye del siguiente modo:

Escuelas de tiempo entero, subdividas a su vez en: jardines infantiles, para niños de tres a seis años; escuelas primarias, los estudios duran seis años, 4 para el primer ciclo y 2 para el segundo.

Escuelas secundarias del primer ciclo: los estudios duran tres años, excepción hecha de las escuelas profesionales de primer grado en las que la duración es variable.

Escuelas secundarias del segundo ciclo; los estudios duran tres años, excepto las escuelas secundarias profesionales de tecnología, agronomía, pedagogía, cultura general, salud pública, en que pueden prolongarse hasta cuatro años.

Escuelas superiores: los estudios duran cuatro años, pero en las de medicina, por ejemplo, de cinco a seis años.

Escuelas de tiempo parcial. En gran auge desde 1958, responden al doble principio de "poner la enseñnanza al servicio del proletariado "y de combinar la enseñanza y el trabajo productivo". Por ejemplo, los estudiantes de las escuelas secundarias de agricultura participan en los trabajos de los campos durante la temporada de mayor actividad agrícola, estudian durante la temporada en que la activida den el campo es casi nula, la "estación muerta".

Escuelas de horas de recreo. Incluyen la enseñanza organizada para adultos.
Porque combinada con la enseñanza plena, se ha extendido la enseñanza parcial. Era necesario promover la instrucción de la población adulta, dándole todas las facilidades posibles. Eso pudo resolverse estableciendo cursos especiales que hiciesen compatible la asistencia a los mismos de los adultos, con sus ocupaciones y su trabajo, y .teniendo en cuenta especialmente el caso de aquellos que no habían podido instruirse por haber pertenecido al Ejército de Liberación, o haber tenido otras actividades revolucionarias.

"Y no se trataba sólo de poner a disposición de todos ellos un centro de enseñanza, sino de pensar también en los que, si no se les ayudaba con alojamiento barato o gratuito, o con bolsas de estudio, no hubiesen podido ir a la escuela o a la universidad. Incluso en ciertos casos se les daba una especie de jornal mientras estudiaban, de modo que su ausencia no fuese sentida económicamente por la familia."

No fue sólo la lucha contra el analfabetismo, reducido hoy de tal modo que la mitad de los chinos saben ya leer y escribir —100 millones que han dejado de ser analfabetos; los obreros en su casi totalidad, los campesinos en una proporción creciente— sino la lucha por extender la posibilidad de la enseñanza, en todos sus niveles, a la totalidad del pueblo chino. Que no quedase un talento o una capacidad potencial sin oportunidad de desarrollarse. Que no se perdiese un hombre o una mujer intelectual o profesionalmente útiles.

Una gran parte de nuestra conversación con el ministro giró alrededor del tema capital de la enseñanza primaria. Es una de las grandes realizaciones de la Revolución, ya que al arrancar a las masas del estado de ignorancia en que se las tenía, se dio el primer paso, a través de la lucha a fondo contra el analfabetismo, hacia la formación de estos cuadros dirigentes que constituyen hoy la garantía más segura del porvenir de China.

La construcción de una escuela primaria va acompañada casi siempre de la colocación de la primera piedra de una fábrica o de la preparación de terrenos para una instalación agrícola. El primer problema que se plantea es facilitar la asistencia a la escuela de la población infantil. Y de aquella parte de la población adulta —en vías de completa desaparición— que no haya todavía aprendido a leer y escribir. Comenzando por la mujer. El dicho de la China feudal, "en la mujer la ignorancia es una virtud", hace hoy reir a las campesinas viejas y jóvenes, poseídas de una verdadera pasión por aprender.

El valor extraordinario para la nación que supone el haber dado a la mujer china todas las posibilidades de desarrollar plenamente su personalidad, se inscribe en las grandes realizaciones de la Revolución china. Al lado de las mujeres intelectuales, o que ocupan en el gobierno puestos de gran responsabilidad, se encuentran las que hemos visto en las fábricas desempeñando funciones que les han asegurado un renombre nacional. Es el caso de Yi Shi-chuan, de la Fábrica Textil Estatal número 2, de Shangai. Está al frente de un grupo de hiladoras que es como una legión de heroínas del trabajo.

Su aureola les viene de haber cumplido durante ocho años seguidos el plan del Estado en toda la línea. Ya sea en su fábrica, o en la municipalidad de Shangai, o en el país entero, se habla del grupo de Yi como de un símbolo de la eficacia de la mujer y de su contribución al progreso de China. Yi Shi-chuan es hoy diputado en la Asamblea Nacional.

El segundo periodo, el del primer plan quinquenal, de 195 3 a 1957 , coincide con la transformación de la agricultura, de la industria y el artesanado. Y también e1, periodo de la transformación de la enseñanza, yendo al fondo de sus problemas. Había prevalecido de antiguo una distribución irrazonable de los estudios. Un treinta y seis por ciento de los alumnos estudiaba ciencias políticas, derecho, ciencias económicas, porque la finalidad era prepararse para un puesto de la administración del Estado, o para hacer dinero. Pero, en cambio en las facultades de tecnología, de medicina, de cuyos graduados necesitaba más el país, el número de estudiantes era muy inferior.

Las necesidades no contaban. Lo que contaba era la carrera, el interés individual. Era el signo de la influencia colonialista sobre la enseñanza.

"Tuvimos que cambiar todo eso. Comenzamos por aumentar el número de institutos tecnológicos. El resultado es que actualmente el estudiantado, en líneas generales, se distribuye así: 40 por ciento en los institutos de tecnología; 20 por ciento en las escuelas normales de las que sale el personal docente; 11 por ciento en los colegios de medicina; 10 por ciento en agronomía y reforestación."

— ¿Y en derecho y ciencias políticas?, le pregunté.

— En derecho un 2 por ciento, incluyendo ciencias políticas al viejo estilo. Sobran. Antes había pleitos, ahora no.

No era sólo arbitraria en el pasado la distribución en lo que se refería a los estudios. Era también irracional por lo que respecta al emplazamiento de las universidades. Ahí intervenían igualmente los intereses del imperialismo. La universidad debía estar en la zona costera, en la zona de los negocios, de los ricos. El interior era olvidado.

En cambio ahora el 50 por ciento de las universidades se encuentran en el interior.

"El mayor problema durante años fue la escasez de maestros.

Tomamos los estudiantes avanzados de las escuelas y les asignamos una tarea pedagógica provisional, con la condición de que en los casos en que estuviese justificado, una vez cumplida su misión, volviesen a completar sus estudios, a fin de no desperdiciar las posibilidades de su ulterior desarrollo profesional. Muchos de ellos a los dos años de preparación eran maestros, con una afición y una capacidad marcada para la enseñanza, y se quedaban enseñando en las escuelas. Paralelamente reorganizamos las escuelas normales, las multiplicamos, elevamos su calidad hoy el Instituto Normal así tiene nivel del universitario.

"A esta labor de formar maestros, aportaron una contribución considerable los intelectuales sin trabajo.

En el momento de la liberación había un número relativamente grande de intelectuales en paro forzoso. Se les dio una oportunidad de servir a su país y de ganarse la vida. Fue además un modo de incorporarles a las tareas constructivas de la Revolución.

"En todas las provincias y ciudades tenemos centros especiales apara animar a los maestros a ampliar sus conocimientos mediante la asistencia a cursos avanzados. El resultado es muy satisfactorio. Existe entre los maestros una verdadera emulación por estudiar más allá de lo que podría exigines el simple trabajo en una escuela primaria. El gobierno de la República Popular está tan convencido de que el futuro del país se halla ligado al futuro de la enseñanza —la enseñanza perfeccionada en todos los niveles— que ha puesto un especial empeño en elevar la posición del maestro en la comunidad. En el pasado el maestro de escuela no era estimado ni alentado. Hoy, de los 1 200 diputados al Parlamento el diez por ciento son maestros.

"Se ha decretado un subsidio especial para los maestros casados con familia numerosa. Se les ha asegurado no sólo el retiro sino el empleo, esto último muy importante para ellos ya que antes de la liberación con la misma facilidad que se les ocupaba, se les despedía.

Entonces el problema era el desempleo, el paro forzoso. Hoy el problema, como le he dicho a usted, es a la inversa, la escasez de maestros.

"El tercer periodo de la reforma de la enseñanza corresponde al comienzo del segundo plan quinquenal, al "gran salto adelante", es decir, de 195 8 hasta hoy. Es el periodo de la "revolución cultural", consistente principalmente en que los intelectuales se hacen obreros y los obreros se hacen intelectuales.

"Significa una nueva política de la enseñanza. Su finalidad rebasa la del aumento de la producción, aunque tampoco sea éste un aspecto despreciable. Persigue la fusión de la técnica y de la economía, extiende el conocimiento, con el sentido de complementar los trabajos intelectuales y los trabajos manuales en recíproca ventaja de unos y otros y en beneficio de la nación. En el orden de las relaciones humanas significa acabar con la arrogancia de la clase intelectual respecto de la clase trabajadora. La política de la enseñanza aparece así llena de contenido socialista.

"Desde la escuela primaria a la universidad el nuevo concepto de la enseñanza tiende a inculcar, lo mismo en el niño, que en el joven, que en el adulto —¡pues hay que ver la cantidad de población adulta que estudia hoy en China!— los "cinco amores": amor a la patria, amor al pueblo, amor al trabajo, amor a la ciencia, amor a la propiedad pública. Han sido enunciados por el presidente Mao para quien todas las cuestiones relacionadas con la enseñanza son de una importancia
decisiva."

Le pregunto en qué forma los estudiantes participan en esa nueva política de la enseñanza.

"De tres maneras —contesta el ministro: 1 . Trabajan sobre cuestiones relacionadas con la industria o la agricultura dentro mismo de la escuela; 2. Los estudiantes van fuera de las escuelas a estudiar los problemas de la producción directamente en la fábrica y en el campo; 3. Participan en campañas como la Campaña por la Salud, la campaña para elevar la producción y otras estrechamente relacionadas con los intereses de la colectividad.

"Esos tres métodos tienen a su vez ventajas y desventajas. Las desventajas las vamos corrigiendo.

"Por ejemplo, el primer método presenta la ventaja de que todo se hace dentro de la escuela. Pero, en cambio, tiene la desventaja de que no aprenden directamente, en la fuente misma del trabajo, juntamente con los obreros, con los campesinos.

"El segundo método tiene la ventaja de que los estudiantes se hallan "en medio mismo" de la producción; en contacto con los obreros y los campesinos. Pueden aprender de ellos.

"El tercer método ofrece la ventaja de que los estudiantes, al asociarse a las grandes campañas nacionales, que en China tienen ya una gran tradición, pues no ignora usted el papel que en la Revolución desempeñaron, se identifican con las necesidades de la comunidad, colaboran y fraternizan con las masas.

"Se recurre a los tres métodos según las condiciones y las circunstancias. Y repito, estamos alerta a fin de introducir las correciones necesarias allí donde se deba hacer.
"Nuestra experiencia de tres años es que, con las debidas rectificaciones, la política de la revolución cultural ha sido y continúa siendo una política correcta. Ha ensanchado el horizonte de los estudiantes, les ha dado una visión de conjunto sobre la interdependencia de todas las actividades del pueblo chino. Por lo que respecta a su influencia sobre la salud, de los estudiantes, los informes que tenemos de los médicos demuestran que ha mejorado con el trabajo físico, reduciendo la nerviosidad y el insomnio y capacitando a aquellos que gustan del deporte —y hoy son la mayoría— para practicarlo con mayor éxito.

"Para completar el programa, desde el otro lado, es decir, para ayudar a los obreros y los campesinos a hacerse intelectuales si la palabra no resulta demasiado pretenciosa; para abrirles el acceso a los estudios superiores, hemos creado una vasta red de centros escolares especialmente destinados a ese propósito y extendidos hoy por todo el país.

"Hemos combinado concepción y experiencia. Una política de este tipo puede haber sido bien concebida y no obstante evidenciarse en la práctica irrealizable, artificial, perjudicial. No hemos seguido dogmática y rígidamente ninguna concepción particular, sino aquella que los hechos demostraban que era la justa. Y seguiremos haciéndolo así hasta que educación y trabajo productivo se complementen, no como una imposición sino como el desarrollo lógico de las condiciones reales en que se desenvuelve la marcha hacia adelante del país."

Alvarez del Vayo y Largo Caballero con las tropas
republicanas
La prensa china abunda en noticias sobre obreros y campesinosque han logrado, en el marco de la política que nos ha expuesto el ministro, llegar a ser profesionales y científicos. Por ejemplo, el caso, muy popularizado, del carpintero-matemático, Yu Chen-shan. Su carrera es popularizada en las fábricas y en el campo. De niño ya le fascinaba la tabla de multiplicar. Pero, de una familia pobre, sólo pudo ir a la escuela del pueblo a los catorce años y trabajando en ella como ayudante de carpintero. Luego se incorporó al Ejército Popular en la guerra contra el Japón. Una nueva oportunidad de satisfacer su pasión por las matemáticas se le ofreció ayudando en su unidad militar a establecer y corregir los dispositivos de fuego conforme a los cálculos matemáticos. Continuó inventando sus propias fórmulas, pero fue únicamente con la Liberación cuando pudo seguir metódicamente cursos de matemática superior que le permitieron desarrollar de lleno su talento y sus aficiones naturales. Hoy el carpintero se ha convertido en uno de los matemáticos distinguidos del país. Desde 1961 es miembro de la Sección de Investigación del Departamento de Matemáticas y Mecánica de la Universidad Hopei, de Tientsín.

Pregunto al ministro acerca de la investigación científica.

"Se lleva a cabo a través de tres instancias: la Academia de Ciencias: los centros de investigación especializada, algunos de ellos establecidos en las propias fábricas; las universidades.

"Contribuyen también al fomento de la investigación científica los intercambios culturales. La alta calidad del trabajo científico en la nueva China interesa fuera grandemente, según hemos podido comprobarlo hablando con visitantes extranjeros, aguardándose ansiosamente a que las trabas absurdas puestas por algunos gobiernos desaparezcan para invitar a sus universidades a los científicos chinos.

"Por mucha que haya sido la actividad desplegada por el gobierno central para poner la enseñanza al alcance de todos, la escuela primaria no hubiese logrado el triunfo conseguido sin el concurso entusiasta de las masas —nos dice el ministro. El principio de "marchar con las dos piernas" promovió el desarrollo simultáneo de los establecimientos escolares creados por el Estado y de los creados por las fábricas, las minas, las comunas populares y otras empresas.

Abordamos finalmente el problema de la reforma del alfabeto. En 1957 estaba a la orden del día y yo había reunido sobre ello una documentación importante. El ministro nos dice:

"La reforma de la escritura es una cuestión tremenda, una tarea extraordinariamente compleja y difícil, con aspectos contradictorios, pero que estamos decididos a llevar adelante, eso sí, con precaución. Si cambiásemos bruscamente el alfabeto'—advierte sonriendo— podríamos encontrarnos con que nosotros mismos produciríamos analfabetos. A los que hemos enseñado a leer y escribir conforme al alfabeto existente, les haríamos desandar todo el camino recorrido. Por lo tanto, nada de improvisación.

Por ello la reforma se va realizando en dos etapas: primero, simplificar la escritura, lo que facilita considerablemente la enseñanza; segundo, reducir el número de caracteres. Aun así resultan en cierto modo indispensables cinco mil caracteres. Sin embargo es una simplificación muy considerable si se tiene en cuenta que los antiguos diccionarios contienen 50 000 caracteres.

La segunda etapa cubre sobre todo la necesidad de unificar los dialectos. De lo contrario se causaría una gran confusión, pues, la palabra "calzado", por ejemplo, tiene un nombre en Pekín y otro distinto en el sur. La palabra empleada en el sur para "calzado", en Pekín significa "hijos".

En cuanto a los caracteres latinos se recurre a un método práctico a fin de ir acostumbrando a la gente a familiarizarse con ellos. Se usan en las cajas de cerillas, y se emplean en ciertos anuncios luminosos animados con dibujos, de modo que penetren por los ojos.

El contacto con los profesores de la Universidad de Pekín me permitió completar en detalle la valiosa exposición que me había hecho el ministro de Educación. La extensión que ha alcanzado en los últimos años la preparación del personal docente supera, en efecto, como había dicho el ministro, todo lo que se había podido esperar de los dos planes quinquenales. Un verdadero ejército de tres millones de "institutores», casi todos ellos intelectuales procedentes de la clase obrera, trabaja en la formación de maestros y maestras, de conferenciantes, de especialistas en la lucha contra el analfabetismo cuya misión es dar la batalla final a esta reminiscencia odiada de los tiempos pasados. Al lado de los viejos intelectuales, la mayoría de esta inmensa legión de la enseñanza, la componen los jóvenes profesores formados por la República Popular y que alternan la tarea de enseñar con la de preparar a los que deben asegurar la continuidad de la enseñanza.

5 comentarios:

Rafael Domínguez Losada dijo...

El comunismo −por contraposición a la corrupción fascista de lo que deberían ser auténticas "SOCIEDADES de Derecho"- es bienestar y vida para la gente y el planeta. El capitalismo y sus falsas, corruptas "sociedades" de derecho, es miseria y muerte para el planeta y la gente.

Anónimo dijo...

Al entrevistado ministro Liu Shao-chi se lo cepillaron por revisionista al principio de la Revolución Cultural Proletaria, en consecuencia, una de dos: o el Ministro y del Vayo tenían razón al defender el modelo educativo que explican o Mao y sus secuaces guardas rojos fueron unos bárbaros.

JL F dijo...

Si, Liu Shao-Chi termino creyendo que estaba por encima de la gente, de los trabajadores y campesinos chinos, por eso la Revolucion Cultural le denuncio como lo que termino siendo: un burgues. Eso no quita que el comunismo chino diera pasos agigantados en la educacion de la clase proletaria china, no solo por merito del ministro (es logico que tu asi lo veas por tus limitaciones de solo ver lo que la burguesia te dice que veas), sino por un merito colectivo que sobrepaso y amenazo a los verdaderos intereses de gente como Lui o Deng. Finalmente, hoy se esta viendo que es lo que querian ya toda aquella gentuza, hecho hoy realidad: convertir a China en una potencia del neoliberalismo mas salvaje.

Saludos

Anónimo dijo...

Hay que ser un poco rigurosos con los datos, por ejemplo cuando se escribe como introducción a la entrevista: "al ministro de educación, en la que se describen los enormes cambios en el sistema educativo chino, los cambios revolucionarios frente al pasado y los planes de futuro, en el marco de la Revolución Cultural y la especial importancia que daba el presidente Mao a la educación como motor revolucionario". Señores, el librito de del Vayo se públicó en 1962, por lo tanto, 4 años antes de iniciarse la mencionada Revolución Cultural Proletaria. En todo caso, si el pensamiento y estrategia revolucionaria del Gran Timonel Mao era tan "científica" no se entiende que llevara como llevó a un capitalismo salvaje peor que el Manchesteriano que, efectivamente, hoy es el que reina en la República Popular manejada por el partido único llamado comunista. Algo falla en el materialismo histórico cuando, sistemáticamente, tras la etapa de dictadura del proletariado, se alcanza el capitalismo mafioso.

JL F dijo...

Estas mezclando cosas, además de leer intencionademente mal la introducción.

Cuando Alvarez del Vayo llego a China acababa de terminar la etapa del Gran Salto Adelante, criticada por la derecha del Partido Comunista Chino, y que daría lugar a que esta acumulara poder en el CC del partido frente a los maoistas. Sin embargo, lo que Vayo describe, y el ministro chino describe, son todo logros y avances. Cierto es que Lui se contradice. Ese Gran Salto Adelante, y la contraofensiva de la derecha, serán la semilla que hará estallar la Gran Revolución Cultural en 1966. El ministro Lui explica los logros de la educación china en el periodo del Gran Salto Adelante, y lo hace como tales, como logros. Esos logros se intentarán acentuar todavia mas, profundizar, en la Revolución Cultural China, y por eso las lineas generales de los avances en la educación china son los que se pelearán, "en el futuro", en el marco de la Revolución Cultural. Que Lui criticara por otro lado el Gran Salto Adelante y fuera partidario de abandonar la lucha de clases y lo que defiende en la entrevista, es un tema mas complicado, contra el que precisamente intenciono enfrentarse la Revolucion Cultural.

En todo caso, tienes razón en que algo falla con los proyectos revolucionarios, en los cuales, históricamente, siempre acaba restaurándose el capitalismo. Toda la teoria de Mao, al final, giraba en como evitar lo que finalmente tuvo lugar tras su muerte: que la lucha de clases y la dictadura del proletariado se vieran transformadas, como habia pasado en la URSS y luego paso en China, en proyectos de restauración capitalistas. Treinta años después, ciertamente, en China se ha instaurado un capitalismo salvaje, modelo del resto de paises capitalistas, hacia el que miran para aprender.
Saludos Rojos

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