Cuando un director de teatro dirige una obra en la que se comete un asesinato, no hace apología del crimen ¿Carmelo Gómez o Brad Pitt son terroristas?
Cuando un titiritero saca un cartel donde escribe Gora Eta o sus muñecos cuelgan a otro muñeco vestido de Guardia Civil, no se hace apología del terrorismo.
Pero cuando la policia y los jueces, detienen a ese actor, ese director o esos titiriteros acusándoles de hacer apología del fascismo, del crimen o del terrorismo, y cuando los medios de propaganda del sistema aplauden ese ataque contra la cultura con sus atronadores y repetitiivos altavoces, eso si qué es una muestra clara de que vivimos en una sociedad perturbada y que del huevo de la serpiente, que decía Bertolt Brecht, ya ha nacido un estado fascista (en el caso de España, parece que, a pesar de los esfuerzos de guión, nunca murió).
Detener a dos titiriteros por representar una obra, llamada “La Bruja y Don Cristóbal”, un montaje clásico de los títeres de cachiporra que aunque no fuera pensado para un público infantil, fue programado por Ayuntamiento de Madrid a media tarde y en plena calle en las fiestas de Carnaval, eso sí que es un acto fascista, terrorista (porque el fascismo es sinónimo de terrorismo, aunque a la politiquería española no le guste esa fórmula habiendo mamado ella en su mayoría de las nodrizasd el franquismo criminal). Que en un momento de la obra, que denunciaba la criminalización de los movimientos sociales y de la izquierda, un títere apareciera teniendo en manos un cartel con la palabra ETA a modo de denuncia de a política de los últimos años del gobierno español, con el objetivo de criminalizar toda protesta social, del “todo lo que se mueva y proteste es ETA”, no significa ningún delito, salvo que Chaplin, Brad Pitt o, cualquier actor que haya defendido un crimen o un atentado por exigencias del guion lo haya cometido.
Como ha afirmado el actor español Guillermo Toledo, a algunos adultos presentes, infinitamente más estúpidos que sus criaturas menores de edad, les pareció que aquello era una oda a la lucha armada (probablemente, con un cerebro ya tan relavado por tanta propaganda mediática que no les permite ya discernir entre realidad y ficción, y mucho menos entender ni de lejos qué es la cultura), y llamaron a la "democrática" policia española que detuvo a los actores, Alfonso y Raul, curiosamente por hacer una versión de inspirada en “El Retablillo de Don Cristóbal”, de Federico García Lorca, al que le quitó la vida el disparo cobarde de una bala fascista. Curiosamente, y de forma bien explicable debido a la ideología realmente imperante, a los que alaban y justifican el genocidio franquista en la televisión, periódicos o el mismo Congreso no se les lleva inmediatamente a las mazmorras de la "democracia".
Lo dicho, en el mundo al revés, los fascistas detienen a los antifascistas acusándoles de lo que ellos son y, además, todo ello, ocultos con llamativos maquillajes y fastuosos disfraces "democráticos".
Lo dicho, en el mundo al revés, los fascistas detienen a los antifascistas acusándoles de lo que ellos son y, además, todo ello, ocultos con llamativos maquillajes y fastuosos disfraces "democráticos".
!POR LA CULTURA LIBRE!
!CONTRA EL FASCISMO, ENEMIGO DE LA CULTURA Y DE LA HUMANIDAD!
!LIBERTAD A LOS TITIRITEROS DETENIDOS POR EL FASCISMO ESPAÑOL!
2 comentarios:
Lo de la detención de los titiriteros es una broma de carnaval, de un policía disfrazado de juez, de nombre Ismael Moreno Vayamorro, digo, Chamarro.
Este es:
http://elpais.com/diario/1988/06/28/sociedad/583452003_850215.html
Quien le puso el disfraz?
Pocos (de los que se puedan escuchar en medios masivos) hablarán de libertad de expresión.
Pocos de esos mismos que se llevan las manos a la cabeza hablarán sobre los atentados terroristas de nuestro estado o sus cómplices en otros países o contra nuestro propio pueblo, porque ese terrorismo se comete en nombre de dios, la patria y la democracia.
Los peligrosos titiriteros pueden haber sido detenidos por terrorismo, lo que implica que se les puede haber privado de todo derecho, según nuestra modificada ley, pero eso tampoco será algo a criticar por los defensores de la corrección política.
Como tantas veces, lo peor no es que esto lo haga el estado, sino que gran parte de la aborregada población lo apoye.
Salud!
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