El juzgado ha condenado a Alfonso Fernández Ortega, Alfon, por portar unas supuestas sustancias explosivas en el momento de su detención, en el día de la huelga general del 14 de noviembre de 2012, aunque no se ha presentado ninguna prueba de ello. Se trata, en definitiva, de otra sentencia ejemplarizadora que persigue amedrentar a los que protestan, propia de un régimen con cada vez más evidentes ramalazos fascistas como el español, en el que la justicia está claramente al servicio de unos intereses políticos (en este caso, evitar que los trabajadores salgan a la calle para enfrentarse a la brutal represión en forma de recortes sociales, salariales y democráticos).
Desde la Plataforma por la Libertad de Alfon han denunciado desde el principio irregularidades en el proceso, así como "la falta de pruebas objetivas" durante un juicio "repleto de incongruencias" en el que, aseguran, "se puso en evidencia que se trataba de una persecución policial" y en el que, lamentan "se atendió más a su ideología y a su vida personal que a los propios hechos".
Es por ello que, aseguran, continuarán defendiendo la inocencia de Alfon y "de tantos otros compañeros que están siendo utilizados como cabeza de turco para intimidar a quienes luchan por los derechos de los trabajadores".
La protesta comenzó en la Puerta del Sol a las 19 horas y recorrió sin incidentes las calles Preciados, Gran Vía y San Bernardo, hasta llegar a la sede del Ministerio de Justicia, al que se han referido como 'Ministerio de la injusticia', donde han procedido a la lectura de un manifiesto.
Alfón Fernández ha pasado, de este modo, a engrosar la lista de presos políticos encerrados en las mazmorras del régimen español, donde cualquiera de nosotros podemos acabar siéndolo si nos decidimos a plantar cara a los tejemanejes económicos y a la opresión social de los gobiernos de turno, al servicio de la misma clase social que maneja la justicia, los medios de propaganda y las fuerzas represivas.
2 comentarios:
¡Canallas! Estas detenciones son más propias de un régimen penitenciario -¡tú, a la celda de castigo!- que de un estado de derecho, por otra parte inexistente. Para delito el del estado español, traficante de toda clase de armamento bélico. Para delincuentes, la mafia institucional y fascista que se beneficia de ello.
¡Libertad Alfón!
Increíble... si no fuera algo habitual. Los presos políticos a día de hoy se cuentan a miles en la Egpaña de la libertad que "disfrutamos".
Vergonzoso.
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