En el folklore castellano existe el mito del tragaldabas, un personaje que es representado como monstruo u ogro grande de boca enorme y gran buche o barriga con una voracidad insaciable.
Capaz de ingerir hasta un ejército entero, el monstruo advierte a quienes se ponen en su camino que se tragará a quién se acerque. Y así va comiéndose a tres pequeños, un molinero, un rebaño de ovejas, un batallón de soldados, etc. (varían los personajes según la versión). Hasta que llega una hormiguita, la cual recibe la misma amenaza que los anteriores, pero ésta le replica que le picará el culo (o se le meterá por él, según distintas versiones) y le hará bailar, consiguiendo así que expulse a todos los que se ha comido (por el culo o regurgitados) y entre todos le darán fin.
En los días pasados, cinco tragaldabas modernos, con el mismo estómago insaciable que el viejo fantasma, aunque los actuales sufran del mismo mal también en su bolsillo, se han reunido para zampar una pantagruélica cena en un conocido restaurante madrileño. Allí, Juan Carlos de Borbón, exrey de España y expríncipe del Movimiento Nacional Franquista, junto con cuatro de los primeros ministros del régimen durante su reinado, el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los expresidentes José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, todos del PPSOE, se pusieron las botas celebrando quizás el desmesurado saqueo al que los cinco sometieron a España durante sus años de poder.
Los cinco zampones, podridos de gula y avaricia, siguen hoy día parasitando a los españoles, con la misma glotonería de riqueza y desverguenza que siempre, tragando y tragando con insaciable voracidad, como el popular Tragaldabas, a trabajadores, desempleados, enfermos, científicos, jóvenes y protestatarios, y a todos los que se pongan en el camino de su ambición y voracidad, con el descaro desquiciante de disfrazar sus desmanes y sus saqueos con el traje invisible de la democracia, como el emperador de otro famoso cuento.
Comen y comen, sacos sin fondo, y habrá otros tan rapaces como ellos después, con seguridad, como hubo siempre ladrones y bandidos dispuestos a arruinar a quien se ponga por delante con tal de seguir viviendo del cuento; pero como todo cuento, que no son más que metáforas de la realidad, tarde o temprano llegará una hormiguita, en forma de pueblo, en forma de clase social, o en forma simplemente de justicia, que picará a esta gentuza en el culo, o se les meterá por él, para hacerlos bailar. Y tarde o temprano esta miserable gentuza acabará vomitando todo lo que se ha zampado, el botín de sus saqueos, la riqueza robada, su empacho de ruindaz, y entre todas sus víctimas, como en el cuento, les darán fin.
2 comentarios:
Por diversos motivos en poco más de una semana esos títeres del capitalismo sean reunido dos veces que estarán planeando un Gobierno de unidad Nacional?
Y seguro que se fueron sin pagar. (y el bobón morado perdido)
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