22 de febrero de 2009

El jefe de Tejero continua en la Zarzuela

Asi de elocuente es el coronel Martinez Ingles, uno de los pocos que no se muerde la lengua en España y dice lo que muchos españoles piensan. Mañana hace 28 años del intento de golpe de Estado de una parte del ejercito español y de algunos hombres de negocios, abortado rapidamente sin que aun se hayan aclarado muchas de las dudas generadas. Segun el autor, su jefe, el rey, sigue aun en el Palacio de la Zarzuela como Jefe del Estado.

El golpe de efecto principal fue la toma por parte del Teniente coronel Tejero del Congreso de los diputados y la salida de los tanques en Valencia al mando del General Milan del Bosch. Mas que golpe de Estado fue una chapuza, una especie de pantomima de la que aun no se conoce del todo la finalidad. Lo cierto es que el sonido de sables dio un toque de atencion a los politicos de turno y, sobre todo en politica antiterrorista, se marco un limite del que no se podia pasar.




Una de las consecuencias mas claras del golpe fue la mitificacion del heredero de Franco, el rey Juan Carlos I, que resulto siendo, tras esa efectiva representacion guionizada, el hombre que salvo a España del peligro golpista (los cabezas de turco). El mayor beneficiado del golpe fue el rey, que desde entonces es considerado, tanto por los carcas monarquicos como por los credulos que se llaman a si mismos juancarlistas, como una figura esencial en la democracia española (sobre todo en los negocios).

Resumiendo: Juan Carlos I era entonces el jefe del ejercito, la cabeza de aquellos hombres que salieron a la calle a reclamar otra forma de gobernar, pero nunca contra el rey, su jefe. El golpe no fue contra el jefe del Estado, mas bien fue a favor de el.
Hoy España esta llena de miserables que adoran y sirven humildemente a Juan Carlos de Borbon, el elegido de Franco, nunca de los españoles... El jefe del Estado que nadie puede votar en un referendum, ni su continuidad ni su renuncia. El jefe del ejercito español, el mayor beneficiado del golpe de sus subordinados, el hombre cuyas palabras esperaba el resto del ejercito para pronunciarse a favor o en contra del golpe...el rey bonachon que hace negocios y pide comisiones en sus mediaciones, y que ha conseguido tener una de las mayores fortunas de Europa desde su llegada al trono, y que antes no tenia ni un duro.. ese es Don Juan Carlos de Borbon (antidemocrata por definicion -la monarquia no se vota-).

Sin embargo muchos panfilos hoy van diciendo por ahi que no son monarquicos sino juancarlistas, y que agradecen al rey haber salvado a España de la furia de los militares... Los medios de comunicacion se esfuerzan en mantener esta imagen de un rey bonachon y valiente, aunque la inevitable corriente de la evidencia cada vez dañan mas la imagen de un hombre que nunca ha dado un palo al agua y que se pasa la vida disfrutando con dinero publico y ganando dinero en sus negocios personales y representando los de España.




Esta bastante claro que el rey y sus cortesanos organizaron la trama del famoso 23F para reforzar su posicion ante unos españoles por aquel entonces demasiado desvariados , pidiendo derechos politicos, derechos territoriales, la igualdad de sexos, la democracia plena (es decir, fuera el rey)... Alfonso Armada, amigo intimo del rey, fue uno de los organizadores.. Y es raro que un militar como el haga algo asi sin contar con sus superiores (a no ser que el golpe fuera contra ellos -en este caso no era contra el rey).

El golpe de estado de los amigos del rey tuvo el efecto deseado: acabar con los cuestionamientos de Juan Carlos como jefe de Estado, reforzar su posicion, y dejar claro que el ejercito -ni el rey- iban a permitir que el Estado se fragmentara, y que el derecho a la autodeterminacion de los pueblos, uno de los derechos fundamentales de la carta de la Organizacion de las Naciones Unidas, defendido por toda la oposicion antifranquista, se llevara a efecto.

El Rey y el ejercito, ambos herederos de Franco, sabian perfectamente lo que querian: por una supuesta democracia pasaban, pero no por una democracia plena, en la que la soberania se depositara en el pueblo para que este hiciera uso de ella.

El coronel Amadeo Martinez Ingles lo explica mucho mejor que yo (aunque su version es que este golpe militar fue una maniobra contra otro que se estaba perpetrando.. Yo creo que el principal objetivo del rey y sus secuaces era frenar las demandas de democracia que se estaban pasando de la raya ). Hoy en http://www.rebelion.org/.

"El jefe de Tejero sigue en La Zarzuela

por Amadeo Martinez Ingles

Sí, sí, el de Tejero, y el de Armada, y el de Milans del Bosch, y el de Torres Rojas, y el de Ibáñez Inglés… y el de todos y cada uno de los implicados en aquél falso golpe militar “a cargo de unos cuantos militares y guardias civiles nostálgicos del anterior régimen”, según la amañada versión oficial mantenida contra viento y marea todos estos años, y que, como la mayoría de ciudadanos españoles sabe a día de hoy (excepto, parece ser, los responsables de TVE y Antena 3), solo fue una chapucera y subterránea maniobra del propio rey Juan Carlos I para salvar su corona de las iras de los generales franquistas que preparaban contra reloj, para el 2 de mayo de ese mismo año 1981, su particular venganza contra él por “perjuro y traidor a los sagrados principios del Movimiento Nacional”.

Efectivamente, la mal llamada “intentona involucionista del 23-F” (como digo, una esperpéntica maniobra político-militar-institucional nacida y planificada en La Zarzuela) nunca tuvo nada de un verdadero golpe militar: los golpes militares no se inician jamás a las seis de la tarde; ni las fuerzas que intervienen en una de esas acciones ilegales van dando vivas al jefe del Estado contra el que están atentando; ni los tanques que utilizan las unidades rebeldes van completamente desarmados; ni los golpistas dejan libre en su palacio al primer mandatario del Estado para que pueda hablar por teléfono con todo el mundo y hasta salir en televisión (siete horas después, ojo) condenando su acción; ni los dirigentes de un golpe de Estado son tan estúpidos como para llamar por teléfono a la suprema autoridad de la nación, contra la que están actuando, para explicarle sus movimientos futuros y, menos aún, para obedecer sin rechistar sus órdenes; ni los carros de combate rebeldes respetan los semáforos en sus correrías urbanas; ni el jefe de los golpistas lleva en el bolsillo de su uniforme la lista completa de su futuro Gobierno formado, no por personajes de su entorno rebelde, sino por políticos pertenecientes a partidos del propio sistema contra el que está actuando ilegalmente…

Así que de golpe militar el 23 de febrero de 1981, nada de nada. Muchos españoles ya saben la verdad después de que algún que otro historiador militar (no miro a nadie) se haya pasado media vida investigando esta chapuza histórica para contársela después con pelos y señales a los crédulos ciudadanos de este país. Los que demuestran no estar por la labor, obviamente, son los supremos responsables de TVE y Antena 3 que, sin venir a cuento en este 28 aniversario de aquél triste evento y obedeciendo sin duda sutiles recomendaciones de La Zarzuela en un año ciertamente “horribilis” para su titular, se han sacado de la manga dos engendros televisivos o bodrios históricos (dos mejor que uno), masivamente publicitados, en los que han vuelto a incidir sobre la angelical tesis oficial: el rey Juan Carlos, en aquél recordado día, nos salvó a todos los españoles y a la democracia recién instaurada de los instintos criminales de unos cuantos golpistas sin escrúpulos. Unos golpistas ¡ojo! a los que él conocía muy bien pues hasta entonces habían sido sus validos, sus cortesanos, sus hombres de confianza, sus generales, sus confidentes… los planificadores de sus deseos, vamos.

Las dos cadenas de televisión, la estatal TVE que, como todo el mundo sabe, obedece perrunamente al Gobierno socialista (en la actualidad el único defensor a ultranza de la monarquía juancarlista) y Antena 3, propiedad del orondo marqués de Lara (muy amigo ¡como no! del monarca) rivalizaron entre ellas (coincidieron hasta en las fechas de emisión) en pretender divinizar nuevamente al “valiente” rey de todos los españoles, insultando con descaro la inteligencia de millones de televidentes al presentar en pantalla unos pretenciosos reportajes pseudo históricos, mal paridos, mal realizados, falsos y ridículos. Con unos generales “golpistas” (Milans, Armada…) que más parecían maestros armeros (con mi mayor respeto para estos modestos profesionales de las FAS) a punto de jubilarse, que autoritarios príncipes de la milicia con mando en plaza; y un general Sabino Fernández Campo descolocado, con aires melifluos de confesor regio.

De vergüenza ajena, amigos, esta obscena y nauseabunda operación de “rescate” real puesta en marcha por el poder (el gubernamental y el mediático) coincidiendo con la “emblemática” fecha del vigésimo octavo aniversario de la traición borbónica española a sus generales cortesanos. Un operativo mediático ideado, al margen de historiadores y expertos, para tratar de recomponer como sea la desprestigiada figura del rey Juan Carlos, un hombre ya caduco, en el otoño de su vida y de su reinado, acabado física y mentalmente, y que en los últimos años parece haber encontrado en los viajes y saraos fuera de España su razón de vivir. Y de reinar. Por cierto.
¿Hasta cuando vamos a permitir los ciudadanos de este bendito país que este presunto golpista institucional (lo de “presunto” es solo un bondadoso guiño al Estado de derecho) que los españoles tenemos en la jefatura del Estado, con título de rey por deseo testicular del dictador Franco, siga pegándose la gran vida a costa del erario público español (que alimentamos todos los contribuyentes) viajando a destajo por todo el ancho mundo en plan turista de alto standing, con el único objetivo (parece ser) de no aburrirse en su palacio de La Zarzuela una vez que sus genes hipersexuales borbónicos, jubilados por edad, ya no le permiten buscar con ahínco el placer carnal de antaño u otros más llevaderos como la caza de “mitrofanes” a 8.000 euros el ejemplar?

¿Pero es que puede ser de recibo en este país que el mismo día que muchos españoles ponemos el televisor para enterarnos por la pequeña pantalla del último dato negro de nuestra economía o de los terroríficos dígitos de la penúltima cifra de parados y víctimas de ERE,s asesinos, tengamos también que deleitarnos con la gordinflera imagen de nuestro monarca “corriéndose de gusto” (perdone el lector esta burda expresión coloquial) en la escalerilla del avión oficial ante las formaciones de soldados/majorettes de Trinidad-Tobago y Jamaica, rindiéndole honores vestidos de lagarterana? ¿Es que tan esencial era para la agonizante economía española estrechar lazos con estas dos grandes superpotencias?

Ya está bien, majestad, de tanto viaje gratis total y tanto sarao intercontinental. Si quiere turismo institucional, apúntese al Inserso como la mayoría de jubilados de este país. Y no siga jugando con fuego que el horno no está para bollos y aunque su puesto de “no trabajo” figure como indefinido (vitalicio, vamos), las crisis económicas son capaces de trastocar en muy poco tiempo las premisas políticas aparentemente más sólidas. Su abuelo Alfonso XIII ya tuvo puntual constancia de ello en el año 1931, después de que la gran depresión económica del año 1929 acabara por llevarlo en volandas al exilio de Roma.

Por si acaso, y perdone majestad por este plebeyo consejo, sería muy conveniente que mientras dure la actual crisis reduzca sus salidas festivas al exterior. Y se dedique en cuerpo y alma a su trabajo abandonado de “moderador de las Instituciones”, que buena falta hace. No vaya a ser que en alguna de esas juergas que se monta por los cuatro puntos cardinales se encuentre, de pronto, con que no tiene billete de vuelta, debiendo quedarse en consecuencia para el resto de su vida…en Las Maldivas, por ejemplo. Que, desde luego, no debe ser ningún mal sitio para vivir".

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