Los enemigos de Irán son los enemigos de China. Esta es la conclusión de las afirmaciones realizadas por Zhang Zhaozhong, un general del alto mando chino, según el cual no van a dudar en defender a su aliado aunque esto signifique una guerra mundial.
La afirmación del general chino, que no sabemos si son apoyadas en su totalidad por su gobierno o no (ya vimos que China hizo como que no veia el genocidio realizado contra el pueblo libio por la OTAN), vienen despues de que Pekin declarara que las sanciones de occidente contra Iran van a agrabar la situación y a intensificar la implantación del programa nuclear de Teheran.
"China se ha opuesto siempre a las sanciones unilaterales contra Iran", preciso el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Liu Weimin, despues de que EE.UU. Gran Bretaña, y Canada anunciaran la decision de sancionar al pueblo persa.
Las nuevas sanciones contra Irán tienen como principal objetivo el sector bancario y petrolero. Estas fueron anunciadas tras un reciente informe de la Agencia Internacional para la Energia Atómica (AIEA) en el que se señala "una posible dimension militar" del programa nuclear iraní (algo así como las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein, los bombardeos aéreos contra manifestantes por parte de Gadaffi, o los miles nombres de asesinados en Siria sacados al azar de guias telefónicas).
China es actualmente el principal socio comercial de Irán, manteniendo con este pais un intercambio de 30.000 millones de dolares, frente a los 400 millones de hace 15 años.
Rusia ha considerado igualmente estas medidas inaceptables, y está dispuesta como China, al menos en teoria, a defender la soberanía del pueblo iraní (algo que lamentablemente no hizo cuando la OTAN se dispuso a destruir Libia y a imponer un gobierno títere).
Por su parte el presidente de Iran, Mahmoud Ahmadinejad, ha declarado que ninguna sanción va a parar la voluntad de su pueblo soberano, algo que los pueblos occidentales, desde hace décadas acostumbrados a someter su soberania al eufemismo de las leyes del mercado (es decir, a los intereses de la minoria que lo controla) jamás podrán entender fácilmente.
Lo mas triste es que posiblemente los intereses de Rusia y China para defender al pueblo iraní respondan a los mismas motivaciones que los de los paises occidentales en atacarlo para destruir su desarrollo: no los humanitarios, esgrimidos como excusa en ambos casos, sino, simple y llanamente, los económicos (es decir, los de su clase dominante). Aunque puestos a elegir, y ya que ninguna de las partes parece defender el internacionalismo ni los principios de la propia carta de derechos de la ONU, es decir la independencia de las naciones, sin duda mucho mejor optar por el bando que defiende la soberania de un pueblo, aunque sea egoistamente, que por los que no dudan en realizar un genocidio para enriquecer a sus multinacionales.
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