Piñera insulta a la mujer (trabajadora)

El pinochetista Sebastián Piñera, cuya familia hizo su multimillonaria fortuna bajo las alas de la dictadura genocida del general Pinochet, ha provocado una nueva polémica en su país con un chiste contado en Mexico en la clausura de la Cumbre de jefes de estado. El presidente chileno, que es respaldado, como Rajoy en España, por todos los que siguen hoy defendiendo los crímenes cometidos durante los años de dictadura militar, demostró que no solamente desprecia a los estudiantes y a los trabajadores chilenos, sino que además también a las mujeres (las que no son de su clase, por supuesto).

El chiste que contó el presidente Piñera fue el siguiente:

"¿Sabe usted cuál es la diferencia entre un político y una dama?" preguntó Piñera a los asistentes a la cumbre.

"Cuando el político dice que 'sí' quiere decir 'tal vez', cuando dice 'tal vez' quiere decir que 'no' y cuando dice que 'no', no es político. Cuando una dama dice que 'no' quiere decir 'tal vez', cuando dice 'tal vez' quiere decir que 'sí', cuando dice que 'sí' no es dama".

El chiste ha casado una gran polémica en Chile, y como ha señalado el Observatorio de Género y Equidad chileno, la broma de Piñera es una agresión a la mujer chilena, y refleja "una mirada, una ideología profundamente sexista y machista, no sólo de él sino que de todo su Gobierno".

Por supuesto que Piñera, que sabe muy bien a quien puede insultar y a quien no, no se refería a todas las mujeres con el chiste, pues aunque la suya un dia le dijera "si" (seguramente por su dinero, porque es bastante dificil enamorarse sinceramente de los que apoyan a dictadores y se enriquecen en base a la sangre derramada por aquellos) seguramente le sigue pareciendo una dama (como a ella él todo un señor).

El desprecio de Piñera, como el de todos los de su calaña y clase, no es para nada hacia la mujer en general, aunque los medios de propaganda se empeñen en hacer del feminismo una cuestion de rebeldía y luchas por los derechos de la mujer ajena a las clases sociales, sino concretamente hacia la mujer trabajadora o pobre, y se enmarca en el desden generalizado e historico que existe hacia los trabajadores por aquellos que viven a costa de su trabajo, a los que, por la misma naturaleza de la relación de explotación, nunca podrán considerar (aunque lo finjan para ser políticamente correctos) sus iguales.

Detrás de todo capitalista se esconde un Pinochet,
Franco, o asesino similar

Una explotación a la que se sobrepone la explotación de género, que en el fondo parte de la misma naturaleza que la primera: la necesidad de controlar la gallina de los huevos de oro por la que los burgueses y capitalistas viven sin dar palo al agua a través de una ideologia de dominación y sometimiento, en la que el obrero se somete al patrón, la mujer al varón, y el hombre a dios (por supuesto, masculino e incuestionable), y cuyas razones últimas son las del mantenimiento de las relaciones de producción tan ventajosas a la minoria (a costa del trabajo y, si es necesario, de la miseria, el maltrato, la violación, el encarcelamiento o el asesinato de los que solo tienen sentido de existencia como fuente de riqueza de la clase dominante, y que se convierten en peligrosos terroristas y criminales cuando pretenden cambiar el estado de las cosas).

Así que, aunque se siga vendiendo el chiste de Piñera como un ataque a todas las mujeres, para esconder o difuminar la verdadera lucha de fondo, las palabras del presidente de Chile esconden, sobre todo, un ataque a toda la clase social a la que la mayoria de los hombres y mujeres pertenecemos, independientemente de nuestras circunstancias concretas: la clase obrera.

Como escribió Flora Tristan, quizás la primera mujer feminista de la historia (entonces estaba claro que el feminismo y la lucha de clases tenían que ir de la mano, y aun no se había inventado el feminismo burgués), todos los proletarios, independientemente de su género, sufren las mismas cadenas y de distintos formatos de la misma explotación básica, y tienen que sentir cualquier ataque a un miembro de su clase como si el herido, insultado, o golpeado fueran ellos mismos:

 "La ley que esclaviza a la mujer y la priva de instrucción, os oprime también a vosotros, varones proletarios. (...) En nombre de vuestro propio interés, varones; en nombre de vuestra mejora, la vuestra, varones; en fin, en nombre del bienestar universal de todos y de todas os comprometo a reclamar los derechos para la mujer.” (De su obra, Unión Obrera).