17 de diciembre de 2015

Muchos candidatos, una única ideología

Ante la cercana pantomima electoral del próximo domingo 20-D, conviene que los trabajadores lean las palabras escritas por Lenin que, aunque fueran escritas hace ya más de un siglo, siguen siendo de una vigorosa actualidad. Los medios de propaganda en manos de la burguesia no dejan de vendernos la idea de que se puede producir el cambio, que está en las manos de los votantes decidir su futuro, que el capitalismo es reformable, y para ello no cesa de bombardearnos con la falsa esperanza de que los cuatro principales candidatos, los dos clásicos y los dos recambios (estos últimos para dar la impresión de que se va a acabar con el bipartidismo) son la expresión de diversidad ideológica y económica, de diferentes alternativas de futuro, cuando en realidad lo que sufrimos es la dominación de la ideología única con cuatro marcas diferentes, cuatro zanahorias para seguir engañando al burro domesticado.
Muchos candidatos: una única ideologia

Lenin en Marxismo y reformismo, nos explicó con meridiana claridad algo que la historia del siglo XX y de la primera parte del siglo XXI ha demostrado con creces en la práctica: los trabajadores "seguirán siendo esclavos asalariados, pese a algunas mejoras aisladas, mientras subsista el dominio del capital". La única opción para dejar de ser esclavos, con o sin salario, pues nunca desaparecieron las formas abiertas de esclavitud, es romper con el sistema capitalista; una solución más que evidente que ni Podemos ni I.U., ni obviamente PP, PSOE o Ciudadano, ni ofrecen ni desean.

Sin embargo, es especialmente importante que los trabajadores dejen de creer los cantos de sirena de los primeros, de lo que Lenin llama "el reformismo de los liquidadores",  reformistas que "pretenden dividir y engañar con algunas dádivas a los obreros, pretenden apartarlos de su lucha de clase" y, por lo tanto, hacerles renunciar a la lucha para mantenerlos sometidos pues, como reconocen algunos de los esclavistas más sinceros, como Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del mundo, que conoce mejor la necesidad de esclavizar a los trabajadores que los partidos y sindicatos que supuestamente dicen apoyarlos, si que hay una guerra de clases, y la están ganando los ricos (es decir, los capitalistas.
"El reformismo es una manera que la burguesía tiene de engañar a los obreros, que seguirán siendo esclavos asalariados, pese a algunas mejoras aisladas, mientras subsista el dominio del capital. 
Cuando la burguesía liberal concede reformas con una mano, siempre las retira con la otra, las reduce a la nada o las utiliza para subyugar a los obreros, para dividirlos en grupos, para eternizar la esclavitud asalariada de los trabajadores. Por eso el reformismo, incluso cuando es totalmente sincero, se transforma de hecho en un instrumento de la burguesía para corromper a los obreros y reducirlos a la impotencia. La experiencia de todos los países muestra que los obreros han salido burlados siempre que se han confiado a los reformistas. 
Por el contrario, si los obreros han asimilado la doctrina de Marx, es decir, si han comprendido que es inevitable la esclavitud asalariada mientras subsista el dominio del capital, no se dejarán engañar por ninguna reforma burguesa. Comprendiendo que, al mantenerse el capitalismo, las reformas no pueden ser ni sólidas ni importantes, los obreros pugnan por obtener mejoras y las utilizan para proseguir la lucha, más tesonera, contra la esclavitud asalariada. Los reformistas pretenden dividir y engañar con algunas dádivas a los obreros, pretenden apartarlos de su lucha de clase. Los obreros, que han comprendido la falsedad del reformismo, utilizan las reformas para desarrollar y ampliar su lucha de clase. 
Cuanto mayor es la influencia de los reformistas en los obreros, tanto menos fuerza tiene éstos, tanto más dependen de la burguesía y tanto más fácil le es a esta última anular con diversas artimañas el efecto de las reformas. Cuanto más independiente y profundo es el movimiento obrero, cuanto más amplio es por sus fines, más desembarazado se ve de la estrechez del reformismo y con más facilidad consiguen los obreros afianzar y utilizar ciertas mejoras (...) 
(...) el reformismo significa en la práctica renuncia al marxismo y sustitución de esta doctrina por la "política social" burguesa. En nuestro país, el reformismo de los liquidadores implica, además de eso, desmoronamiento de la organización marxista, renuncia a las tareas democráticas de la clase obrera y sustitución de éstas con una política obrera liberal

1 comentario:

Piedra dijo...

Muchos candidatos, muchos partidos y una sola ideología si, €€€€€€

Saludos.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...