Hoy, 45 años despues, el estado socialista que contribuyó a crear el Che, y que quiso extender por toda America, a través de toda la Patria Grande, sigue siendo ejemplo de democracia, de justicia, y de Socialismo, en constante perfeccionamiento y adaptación a las nuevas circunstancias, a pesar de estar rodeado por las oligarquias capitalistas, externas e internas, que nunca renunciaron a la violencia de ningún tipo contra el pueblo cubano.
El Che y Fidel Castro son, quizas, las dos mas grandes figuras revolucionarias desde la mitad del siglo pasado, y el mayor ejemplo para las luchas futuras: uno el gran estadista y constructor de un estado, potencia mundial en democracia y derechos sociales, a pesar de que las potencias economicas y militares hacen lo posible y usan cualquier medio para acabar con el ejemplo de cómo se puede vivir sin el dominio de los pocos sobre los muchos; el otro, el guerrillero incansable, que siempre penso que la única medicina que entiende el imperialismo es la suya propia. Aunque en realidad, ambos, unen en su personalidad ambas facetas, como lo demostraron con sus actos: son ambos combatientes por la libertad hasta la muerte, y a la vez lideres y estadistas allá donde se encuentren, tanto en el gobierno de un pais minusculo en extension pero gigante en sueños, o en la selva con el fusil en la mano derrotando mercenarios.
"Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos".
Seguro que Fidel envidió a Ernesto cuando partió a continuar la lucha contra el imperialismo. Aunque los dos sabían que la Revolucion requiere de ambos esfuerzos, siempre unidos: el de la construcción de la sociedad socialista y, mejor no olvidarlo, el de la destruccion de la sociedad capitalista.
1 de abril de 1965
La Habana, Año de la Agricultura"
Habana
Fidel:
Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos.
Un día pasaron preguntando a quién se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria.
Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío.
Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.
Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario.
Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario.
He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe.
Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios.
Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.
Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos... y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes; luchar contra el imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.
Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse.
La Habana, Año de la Agricultura"
Habana
Fidel:
Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos.
Un día pasaron preguntando a quién se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria.
Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío.
Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.
Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario.
Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario.
He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe.
Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios.
Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.
Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos... y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes; luchar contra el imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.
Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse.
Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas.
Hasta la victoria siempre, ¡Patria o Muerte!
Te abraza con todo fervor revolucionario,
5 comentarios:
Yo me sigo preguntando, además de la falta de colaboración campesina de Bolivia (incluso un campesino fue quien delató al grupo guerrillero), cómo el Che tuvo tan poco apoyo en esa guerrilla...
Estuve por La Higuera, por demas conmovedor... Pero te digo, en la inmensidad de esa selva, uno se ve tan pequeño, y ahi menos comprendía como el Che anduvo con tan pocos hombres, habiendo protagonizado la revolución más importante del último tiempo...
Pero así era él, le bastaba su enorme coraje y la voluntad de combatir lo injusto. SaluT!
Muy ilustrativa su entrada. Tal vez el gran aliento que da el Comandante Che Guevara en la lucha por un mundo mejor está en su palabra de aliento, de lucha, de acción incansable, de revolución, hecha canción por los maestros Iturra y Ortega, nombre del Himno de Allende, de una humilde estación de radio de los sandinistas, bandera de las obras y los hechos del Comandante Chávez.
¡Venceremos!
¡Venceremos!
¡Venceremos!
Saludos.
¿Planteatelo todo?
Planteate esto que dices, melón, que eres un melón:
"El estado socialista que contribuyó a crear el Che, y que quiso extender por toda America, a través de toda la Patria Grande, sigue siendo ejemplo de democracia, de justicia, y de Socialismo".
Gracias, el melon es una fruta muy nutritiva. Claro que me lo he planteado, por eso lo digo, no soy como gente como tu que solo repite como un papagayo lo que dice la tele. Un poco de lectura y de informacion libre te vendria bien.
Espero que sigas aprendiendo de mi blog
Viva la democracia cubana, paleto
Ahora lo más importante es crear definitivamente al hombre nuevo, el que soñó Ernesto, el hombre capaz de generar una nueva sociedad en donde la explotación solo sea un vago recuerdo.
Un saludo compañero.
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