Los que lo sufrieron desde el principio hasta el final pudieron comprobar que ni uno ni otro tienen algo diferente que ofrecer, y que tan solo siguen aparentando ser diferentes para mantener la apariencia de democracia.
Rubalcaba fue mas agresivo, porque tenia que jugar a la contra frente al candidato que posiblemente, tras el desastre provocado por las politicas del gobierno del que ha formado parte, será el presidente. Lo curioso es que el desastre tuvo lugar aplicando las mismas politicas que va a aplicar el Partido Popular, el probable sucesor en el poder.
Rajoy continuo en su linea de no decir ni proponer nada, salvo ambiguedades evidentes: hay que crear trabajo, hay que salir de la crisis, etc.., sin responder a ninguna de las preguntas que le hizo Rubalcaba, mucho mas despierto que el candidato pepero (que, por cierto, no dejo en ningún momento de leer el guion que le habían escrito).
En definitiva, y salvo algunas diferencias minimas y conocidas en cuanto a la política social (que luego en la practica se convierten en similitudes), y mientras Rubalcaba acusaba al Partido Popular de hacer en las Comunidades Autonomas que gobierna lo mismo que el PSOE hace en el gobierno, y que Rajoy jugara al patadon echando balones fuera, el debate se resumio en una sarta de mentiras impresionante y en pocas propuestas concretas.
Quizás la frase que podria definir la discusión es, caracterizando tambien el poco desarrollo de este simulacro de democracia que solo un alma demasiado cándida o de analfabeto politico puede asumir como tal, es el infantil "y tú más", que fue el principal mensaje de ambos partidos que, como sabemos, son tan solo las dos caras de la misma politica antiobrera, antisocial, y al servicio unico y exclusivo de las grandes corporaciones economicas.
2 comentarios:
Yo lo hice a ratos y cada vez que lo ponía ya sabía lo que habían dicho antes y lo que dirían despues. Como bien dices, era el debate esperado.
¡Pobre país!
Besos
Desde luego, para esto sí que hay que echarle valor. Esto es periodismo de riesgo y no lo de Alberto Arce: ¡escuchar, aunque sea a ratos, semejante montón de telebasura concentrada! Un debate entre Belén Esteban y Paquirrín resultaría interesante en comparación.
Bromas aparte, pero siguiendo con las bromas, lo de las narices está muy bien. Así se nota lo pinochetistas que son ambos candidatos.
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