El escándalo de Bankia está sacando a la luz algo que ya todos sabiamos de forma latente: hemos estado siendo engañados por los grandes bancos y los principales partidos políticos hasta ahora impunemente. Hay miles de millones de euros perdidos y desaparecidos que ahora tenemos que pagar del presupuesto del estado mientras los amigos de los mafiosos que de Bankia, ayer y hoy en el gobierno, dicen que hay que recortar sí o sí en servicios públicos.
No se trata de un problema casual, de algo que era inevitable, sino de estafa, robo o irresponsabilidad (y las tres cosas deben tener sus consecuencias civiles, penales y políticas).
El escandalo es tan evidente que hasta alguna de las grandes voces del periodismo, tan calladas en tantas ocasiones al servicio de su corporación económico-mediática, reconocen ahora que los delincuentes no se pueden marchar de rositas. España es similar a Grecia, y el falseamiento de cuentas de grandes bancos y gobiernos (de un signo o de otro) ha sido continuo y, como hemos dicho, hasta ahora impune.Y la intervención, llamenla por ese nombre o por otro, es inevitable.
Claro que se trata de pedir responsabilidades. Que gente como Rato se lave manos despues de hundir a Bankia no se puede permitir. Que politicos como Zapatero o Rajoy que lo han permitido se queden tan tranquilos, no se puede permitir. Que los trabajadores sean los que tienen que sufrir las consecuencias del desmadre de los que decian que eran grandes economistas y expertos pero que, como se ve, no son mas que grandes ladrones organizados en difentes corporaciones del crimen sostenidas por el propio régimen, no lo podemos permitir.
Se acabaron las excusas y todo lo que pase a partir de ahora (como en realidad tambien todo lo que ha pasado antes) será culpa nuestra.
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