Camila Vallejo y la traición chilena

Como es habitual entre los partidos que se dicen comunistas, aunque no sean mas que oportunistas dispuestos a todo para conseguir cargos, el Partido Comunista de Chile ha vuelto a traicionar a los trabajadores chilenos en las últimas elecciones, en las que se han aliado con la lamentable socialdemocrata Bachelet, que ya demostró en su mandato anterior que su gobierno está, y estará siempre, como no puede ser de otra forma en un sistema dominado por la dictadura del capital y una tendencia política creada exprofeso para mantenerla, al servicio de las grandes fortunas y corporaciones, y ni mucho menos al de la clase trabajadora.

Entre los seis diputados conseguidos por los autodenominados comunistas chilenos está la mediática Camila Vallejo, que se hizo famosa en el pais dirigiendo las huelgas estudiantiles contra los desmanes del pinochetista Piñera, y que entonces se vendía como una revolucionaria que, en sus propias palabras, "jamás apoyaría a Bachelet ni pediría a los jóvenes que votaran por ella".

Según los nuevos diputados, el programa de Bachelet, que ya fue presidenta del país entre 2006 y 2010 perpetrando políticas de corte claramente antiobrero y favorables a los intereses del gran capital,
evidenteemente muy poco diferentes a las ejecutadas por la derecha pinochetista desde 2010 hasta estas últimas elecciones, sin embargo "representa una ruptura con las políticas neoliberales de libre mercado".

Además, la que hace muy poco rechazaba toda colaboración con el sistema y aparecía ante los medios como la representante de una nueva linea combativa del partido, la bella Camila Vallejo, ahora afirma que hay que "buscar las soluciones dentro de la institucionalidad" sumándose a la Nueva Mayoría, la coalición encabezada por la socialdemocrata Bachelet. Parce que en el fondo la antigua lider estudiantil siempre escondió en su interior una bestia que ahora, una vez realmente desnuda, intenta convencer a los trabajadores de su pais de que a través de este tipo de democracía, echa a medida para salvaguardar y multiplicar los privilegios de los grandes delincuentes económicos, fuera posible dirigir a la clase trabajadora hacia el único horizonte posible para acabar con su explotación económica: la toma del poder.

En definitiva, se trata de otra nueva traición de un partido que, como tantos otros (lease, por ejemplo, el Partido Comunista de España y sus malformaciones, como Izquierda Unida), solo tienen de comunismo los símbolos gloriosos de la clase obrera, aunque los prostituyan sin escrúpulo alguno, mientras sus filas están llenas de mercenarios y arribistas, y en su ideologia no quede de marxismo (y no hablemos ya de marxismo-leninismo) ni una enesima parte de lo mucho, eso si, que tienen sus líderes de desvenguenza.