El hoy conocido como RuGALcaba, con uno de sus jefes: el banquero Emilio Botín |
A los grandes lideres de la socialdemocracia europea les interesaba, como a la CIA, crear un partido en España que evitara el voto masivo al mayor partido de la oposición durante el franquismo, el Partido Comunista (al que por otro lado ya se estaba intentando abducir para hacerle complice de la continuidad de la dictadura, algo que llevo a cabo efizcamente y con creces el traidor Santiago Carrillo, apoyado por los que son hoy principales líderes de ese partido y de su etiqueta electoral, Izquierda Unida).
Los apóstoles de la "economía social de mercado", eufemismo inventado por la socialdemocracia para no tener que reconocer su caracter capitalista, como Willy Brant o Francois Miterrand, asistieron al congreso y bendijeron a la cúpula que se encargaria de desarticular la lucha contra el franquismo y las aspiraciones verdaderamente democráticas en España, encabezada por el hoy multimillonario y gurú del neoliberalismo, el expresidente Felipe Gonzalez.
El caso es que en aquel partido refundado, antimarxista, y procapitalista, en el que la mayoria de sus miembros, especialmente sus prohombres, eran hijos de franquistas o incluso exmilitantes de Falange ( partido al que el comunista Eugenio del Río, del Movimiento Comunista de España, calificó acertadamente de "cofradía de estómagos agradecidos"), había algunos exaltados, un tanto despistados de por donde iban los tiros, que pedían cosas inasumibles por los que habían diseñado la transición y por el propio PSOE.
Por ejemplo, en aquel cónclave tan importante para la CIA y los socialdemocratas europeos, un jovencito de apenas 23 años, hijo tambien, cómo no, de un militar franquista, pronunciaba unas palabras que luego fueron recogidas en la segunda resolución política del congreso. Aquel muchacho se llamaba Alfredo y se apellidaba Pérez Rubalcaba, el que es hoy lider de un PSOE, ya transformado en una mafia política cuyo objetivo es defender sin tapujo alguno los intereses de las grandes fortunas y corporaciones empresariales, y repartirse el mayor número de prebendas entre sus miembros.
Aquellas palabras, que hoy no osaría pronunciar el lider de la oposición (una oposición que defiende exactamente lo mismo que el partido en el poder, en este caso el Partido Popular, con el que se turna amigablemente cada cierto tiempo para defender los intereses de la oligarquia desde el gobierno), tenian que ver con el derecho a la autodeterminación de los pueblos españoles, derecho internacional que hoy el PSOE no reconoce, y que suenan muy extrañas pronunciadas por el que luego sería ministro del gobierno que creó los GAL, un grupo terrorista financiado ilegalmente con dinero público y dirigido desde las más altas instancias del país, y mas tarde, como Ministro del Interior, perseguidor impacable de todo aquello que sonara a voluntad popular en Euskal Herria).
Aquellas palabras fueron las siguientes:
2 comentarios:
¡Qué bien se lo hicieron algunos! Arribistas (Por "Arriba España", más bien) llegaron a la cúpula el PSOE en los 80 y convirtieron ese partido en una vergüenza. Se han pasado la vida traicionando sus palabras cuantas veces más y mejor.
Viéndole la "jeta" que tenía el agente Isidoro, uno se asombra del buen trabajo que realizaron los asesores de imagen de la CIA...de "verme" a "papilon de Suresne Mr. X"
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