9 de octubre de 2014

Turquia y el Estado Islámico contra el pueblo kurdo

El papel de Turquía en Oriente Medio ha sido habitualmente el del tapado que, por ejemplo, a pesar de su supuesta enemistad con Israel y su apoyo al pueblo palestino, sirve a los intereses de Estados Unidos en la zona como nadie, en contra del deseo de la mayoría de los turcos. En el conflicto sirio ha seguido interpretando su papel fielmente, y lo mismo sucede actualmente con el recién nacido Estado Islámico...

A pesar de que en teoría, según su posicionamiento oficial, Turquía apoya la lucha contra el EI, del una embajada informal en Ankara y que el ejército turco no ha dudado en sostener a los terroristas del EI cuando es necesario, en especial contra los kurdos de Siria.
mismo modo que hace EE.UU. se trata de una máscara que utiliza para luchar contra sus enemigos y favorecer sus intereses económicos y estratégicos. Según la mayor parte de los informes, Turquía es la principal base de retaguardia de muchos de los grupos terroristas que combaten al régimen sirio, en especial de los agrupados en el Ejército Libre Sirio. Hay pocas dudas sobre el apoyo directo o indirecto de Turquía a estas organizaciones, pese al acuerdo firmado entre Ankara y el gobierno de Al Assad en 2009. De hecho, noticias recientes parecen dar a entender que los islamistas han abierto, incluso,

La guerra abierta entre los yihadistas del Estado Islamico y las milicias kurdas en Siria ha provocado, en definitiva, importantes incógnitas, que en realidad no lo son tanto, sobre el papel de Turquía en el conflicto.  La consideración de los kurdos como enemigo común tanto de Turquía como de los yihadistas ha dado lugar algunas noticias en las que se afirma que aquella está prestando apoyo a estos en su lucha contra las milicias kurdas en suelo sirio. Así lo afirmaba, por ejemplo, un artículo de Youssef Sheiko, publicado el pasado 23 de septiembre de 2013, El enfrentamiento de las milicias kurdas contra el yihadismo en Siria, en el cual, según los datos aportados, ambulancias turcas habrían evacuado a los heridos yihadistas a hospitales turcos tras combates con milicias kurdas en las inmediaciones de Ceylanpinar, y en días posteriores habrían ayudado a cruzar la frontera con Siria a combatientes islamistas.

En esta situación juega un papel determinante la larga lucha de los kurdos por lograr un estado independiente propio o, al menos, alcanzar elevadas cuotas de autonomía dentro de los estados ya existentes. Tras la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Sèvres de 1921, que en la práctica suponía la fragmentación del antiguo imperio Otomano, reconocía el derecho a la autodeterminación del pueblo kurdo. Sin embargo, la victoria militar de Kemal Ataturk, padre de la Turquía moderna, y la consiguiente  firma del Tratado de Lausana en 1923 que invalidaba el de Sèvres, dieron al traste con aquella posibilidad. Desde entonces los kurdos no han dejado de reclamar la independencia política, lo que ha constituido una constante fuente de fricción con los países que ostentan la soberanía territorial del llamado Kurdistán, muy en particular con Turquía. Sólo en las tres últimas décadas, este conflicto ha provocado más de 40 mil muertos y un número ingente de desplazados

Su lucha nacional ha hecho de los kurdos un pueblo fuertemente politizado, donde la aspiración individual al paraíso que caracteriza a los radicalismos religiosos ha sido sustituida por la aspiración nacionalista colectiva de alcanzar una patria propia, incluyendo el hecho de la influencia de los planteamientos socialistas, alejados del fenómeno religioso, que han tenido y tienen gran fuerza entre los kurdos, como lo demuestran las décadas de actividad política, militar y guerrillera del marxista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).  Los kurdos ven el yihadismo como una amenaza tanto a su cultura tradicional como a su lucha por la autodeterminación, y para estos últimos son una amenaza a su visión de un solo islam, una ideología que esconde un gran vacio del que, como una chistera, sale el conejo yankee.

Es importante no olvidar, por lo tanto, que hay casi treinta millones de kurdos en países como Turquía, Irán, Siria e Irak. Los kurdos, por diferentes circunstancias históricas, no han logrado crear una estado nacional propio, lo cual ha provocado décadas de conflictos con los gobiernos de los Estados en cuyos territorios se encuentran asentados

Con esta posible influencia en otros países, en el conflicto kurdo juegan todos los actores en la región. En 2011, el régimen de Al Assad concedió la nacionalidad siria a alrededor de 100.000 kurdos, y su gobierno ha ido efectuando diversas concesiones a los kurdos, en parte motivados por las necesidades de la guerra; así, algunos analistas consideran que la toma de control por los milicianos kurdos de ciudades del noroeste han respondido más a una cesión de control por parte del gobierno que a la expulsión de las tropas gubernamentales. Esta colaboración, aunque extraoficial, entre el régimen sirio y los kurdos bien puede ser también una forma de presionar al gobierno de Turquía, uno de los principales valedores de los terroristas del Ejercito Libre de Siria, como afirma en la obra citada más arriba Mario Laborie.

En este sentido, desde el estallido del conflicto sirio, se ha recrudecido la actividad guerrillera  del PKK en suelo turco: 711 víctimas mortales (más de la mitad, militantes del propio PKK abatidos por las fuerzas de seguridad y el ejército turco) en el periodo comprendido entre junio de 2011 y agosto de 2012, una cantidad que cuadriplica las cifras de años anteriores.

El enclave turco en Siria que amenaza el Estado Islámico
Un blindado turco y al fondo la bandera del EI, en el mausoleo
Süleyman Shah
Hasta ahora, los kurdos, con sus milicias numerosas, motivadas, disciplinadas y con experiencia, el apoyo de las comunidades locales (incluso la mayoría de las no kurdas) y el respaldo, o al menos la disminución de las trabas que le han prestado los gobiernos sirio e iraní desde que comenzó el conflicto, han podido inclinar la balanza a su favor en lo que se refiere al contexto militar del Noroeste de Siria frente al yihadismo. Las milicias kurdas desarrollan una estrategia de lucha contra el yihadismo que ha demostrado ser la más eficaz en contextos como el de la guerra civil argelina de los años 90 o el conflicto iraquí, y con base en la guerra popular maoista: las propias comunidades organizan milicias armadas para protegerse, lo cual convierte cualquier ubicación en un objetivo que ha de ser sometido militarmente y niega a los yihadistas, muchos de ellos extranjeros, no solo para los kurdos sino también para los propios sirios, el apoyo de la población local.

El partido kurdo en Turquía HDP ha llamado el martes a una protesta nacional contra la política del gobierno turco. Decenas de miles de personas salieron a las calles en todo el país. Acusan al gobierno con toda la razón, de apoyar al ejército terrorista del EI. En Estambul, Ankara, Antalya, Mersin, Adana, etc., hubo manifestaciones, y también en otras muchas ciudades más pequeñas. La policia turca ha reprimido las protestas con violencia, y ya ha habido al menos 14 muertos, y al menos 98 personas fueron detenidas, según la agencia de noticias turca Dogan. Por primera vez desde que el levantamiento de la ley marcial hace doce años, el Ejército también fue desplegado en el territorio. En las provincias kurdas de Diyarbakir, Mardin, Siirt y Van se impuso el toque de queda.

En resumen, los kurdos saben que el gobierno turco apoya cada vez más abiertamente al Estado Islámico, como hace con los terroristas del Ejercito Libre Sirio (a imagen y semejanza de Estados Unidos, que a la vez que creara y apoya al famoso Estado Islámico, como hiciera con Al Qaeda, por otro lado disimula enfrentarse a ellos como amenaza global para, así, justificar el ataque a los que son sus verdaderos objetivos.

De hecho, mientras en lugares como Kobane o Alepo el drama de la guerra contra Siria se desarrolla en su máxima intensidad, cuarenta kilómetros tierra adentro en el interior de este país se encuentra el Mausoleo de Süleyman Shah, un enclave territorial turco en suelo sirio custodiado por una guarnición de las fuerzas armadas de Turquía, y que ahora se encuentra rodeado por territorio controlado por el Estado Islámico. Por supuesto, ni los terroristas atacan a los turcos ni estos a los terroristas, a pesar de que, como se ve en la foto de la entrada, unos y otros están a tiro. 

Los datos de esta entrada están extraidos del artículo del Grupo de Estudios Estratégicos, El enfrentamiento de las milicias kurdas contra el yihadismo en Siria

2 comentarios:

Piedra dijo...

Los estados no tienen color ni ideología, eso solo es cara a la galería, ellos (todos) solo se preocupan por su poder y su permanencia en el tiempo.
Todo lo demás, como la historia debería habernos más que demostrado, es una farsa, una comedia en la que se cambia de aliados, de religión, de amigos, enemigos, y hasta de madre si hace falta.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hay muchas formas de Poder,depende a quien da servicio.Unas estructuras sociales MATAN a la mujer y, otras le otorgan igualdad. Los religiosos fanáticos son ideales instrumentos a encargo de intereses Imperialistas. Son tan oscuros unos como otros,Obedecen a intereses egoístas irracionales,hay se encuentran ligados.

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