El genocida que denuncia crimenes contra la humanidad

La politica bajo el capitalismo es cada dia mas surrealista. Es cierto que es algo habitual, y que los criminales que lanzaron la bomba atomica dos veces contra la población civil japonesa, y que despues han ejecutado matanzas, golpes de estado y genocidios por toda la geografia del globo terraqueo (Vietnan, HOnduras, Chile, Nicaragua, Italia, Grecia, Yugoslavia, Kirguistan, Corea, etc..), son hoy los que acusan a sus enemigos de fomentar la guerra nuclear o de no respetar los derechos humanos.

Cuando el dinero o los intereses economicos son los que inclinan la balanza de la valoración moral, los que al final hacen que algo sea juzgado como bueno o malo, cualquier cosa es posible (si se paga). Asi no es extraño que el mayor genocida que ha sufrido America Latina, Alvaro Uribe, termine su terrible mandato acusando a Hugo Chavez y Venezuela ante la Corte Penal Internacional.

El delirio del narcotraficante que llego a presidente de Colombia de la mano de los terroristas de Washington es demencial. Seguramente será él el que acabe sentado en el banquillo de la Corte Penal Internacional, ya que su curriculum de asesino y delincuente es, quizas, uno de los mas ricos de los ultimos años (con permiso de los huespedes de La Casa Blanca o los presidentes de Israel).

Los fantasmas de más de al menos 32.000 desaparecidos perseguirán a Álvaro Uribe desde el final de su mandato presindencial, y tendrá que preparar bien su defensa ante el bombardeo de denuncias judiciales que se le vienen encima. Ya hay miembros y exresponsables de los servicios secretos (DAS) que han declarado que sus ordenes llegaban de arriba, y que las fosas comunes (las mas grandes de la historia de America -si olvidamos el periodo colonial español-), lo que unido a otras acusaciones de el fomento del narcotrafico, el apoyo a grupos terroristas paramilitares, o el desplazamiento forzado de poblaciones campesinas, entre otras muchas cosas, hacen dificil que Uribe pueda dormir tranquilo a partir de ahora.

Luego estan sus "logros" políticos en Colombia, como el exagerado crecimiento de la desigualdad o la perdida de soberania con la invasion de bases militares norteamericanas del territorio colombiano. Al inicio de su presidencia, en 2002, Colombia era el cuarto país más desigual de América; hoy es el primero. El Gobierno reconoce que un 46 % de la población está en la pobreza, el 65 % entre los campesinos. Según la CEPAL la cifra podría elevarse al 71 % si se suman los pobres y a los que están en riesgo de serlo.

Uribe deja el Palacio de Nariño, sede de la presidencia, con el 60% de la población en paro o en la economía sumergida. Más de tres millones de personas son desplazadas: los paramilitares y los caciques regionales, que han apoyado incondicionalmente al uribismo, les han arrebatado más de cinco millones de hectáreas de tierras, y recientemente se ha sabido que la administración central solo llega al 30% del territorio, y el resto esta en manos de las guerrillas o grupos paramilitares.

Como hemos dicho al comenzar la entrada, es una muestra mas de lo que podriamos llamar del "surrealismo democrático capitalista", donde todo es posible independientemente de la justicia o de la razon, siempre y cuando beneficie a las multinacionales y a sus defensores.

La pregunta ahora es ¿Aceptará la Corte Penal Internacional la denuncia? Si tenemos en cuenta que esta es un tentáculo mas del sistema, tendremos que contemplar cualquier posibilidad, salvo, por supuesto, juzgar a Estados Unidos por sus incuantificables crimenes contra la humanidad, o a Israel, por su sistematico genocidio contra el pueblo palestino y otros vecinos.