La bandera de los mercenarios libios ya ondea en la ONU

Mientras Estados Unidos en boca de Obama ha anunciado que votará en contra de la aceptación de Palestina como estado soberano en la Asamblea General de la ONU, la bandera de los mercenarios libios, es decir, aquellos que al servicio de las multinacionales y de la OTAN estan destruyendo Libia, ya ondea junto al resto de paises integrantes de la antigua organización de paises que pretende, se supone, mantener la paz en el mundo.

Que la bandera impuesta por la OTAN esta desplegada en Nueva York no es una muestra mas de que la ONU dejo de tener sentido hace mucho tiempo, y que hoy simplemente es un tentaculo mas del imperialismo norteamericano y de sus subordinadas extensiones en Europa y el mundo.

Palestina, cuyo acuerdo de nacimiento como estado se aprobo por la ONU al mismo tiempo que se invento el estado de Israel, en 1948, sigue siendo hoy un gheto, un campo de concentracion, donde los palestinos son muñecos en manos de los caprichos del sionismo, un régimen de apartheit que supera en crueldad con creces al acaecido hace años en Sudafrica (que, como sucede con Israel, era entonces un buen aliado de la Europa imperialista y de Estados Unidos).

Pero eso si, la reinstauracion del colonialismo en Libia y la destruccion de todo lo que habia construido la Revolucion, es decir, mas bienestar, mas igualdad, mas democracia, ha sido sancionado y legitimado por esa organizacion hipocrita y hueca que hace tiempo que solo se llena del sentido que le imponen, como en otras organizaciones internacionales, incluyendo el Tribunal de La Haya, las grandes corporaciones economicas.

Hoy la ONU ya no vela por el respeto de la soberania de sus miembros y la defensa de la paz evitando las guerras, sino que sirve de mamporrero para justificar que los paises mas poderosos del mundo, en coalicion, marchen a la "guerra humanitaria" contra un pais muchisimo mas debil militarmente, aunque posiblemente, y de ahi la razon de la agresión, mucho mas soberano, y con el unico interes, mas alla de coartadas, de repartirse la riqueza de su pueblo.