1 de junio de 2010

La sinceridad del presidente sobre la dictadura del capital

La dictadura del capitalismo acepta cualquier cosa menos la sinceridad. El disimulo es esencial para hacer creer a los sometidos que las cosas son como los medios cuentan, que nuestros ejercitos luchan por la libertad, que la ley del mercado es la única posible, que la democracia es que votemos cada cuatro años a los partidos que mas publicidad hacen (y por tanto mas dinero reciben de los bancos como préstamo), y otras tantos cuentos que la ideologia dominante se esfuerza en convertir en incuestionables.

Horst Köhler, el presidente de Alemania, declaró la semana pasada que la participación bélica de su país en Afganistán está motivada por intereses comerciales:

"Un país de nuestro tamaño, con su orientación hacia el comercio exterior y por lo tanto también dependiente del comercio exterior, tiene que ser consciente de que cuando peligren debido a una emergencia, el despliegue militar es también necesario para proteger nuestros intereses", afirmo.

Su ataque de sinceridad le obligó a dimitir de la jefatura del estado, porque si hay algo que la dictadura capitalista no soportá y no puede permitir es que alguien diga las cosas tal y como son, y reconozca los verdaderos motivos y razones de los actos politicos.

Como dice Jose A. Perez en su blog "Mi mesa cojea", "son las palabras que Aznar nunca se atrevió a pronunciar cuando más de media España le pedía una explicación a nuestra participación en la guerra de Irak. Las palabras que la Casa Blanca jamás pronunciará. Es la verdad verdadera del mundo globalizado, la realidad real de la política internacional. El porqué de las guerras".

En este sistema en el que las mentiras de la democracia, la libertad y la soberania popular son esenciales para la aceptación del dominio de unos pocos por la mayoria de los ciudadanos, un estado puede asesinar a civiles desarmados (o lo que es lo mismo, "armados" con tirachinas), sus dirigentes pueden ordenar matar de hambre a un pueblo mediante bloqueos criminales, sus ejercitos pueden invadir paises supuestamente soberanos en busca de terroristas invisibles, pero jamas se podrá reconocer cuales son los verdaderos motivos de sus acciones.

Pero a veces, como en este caso en el que el presidente de Alemania ha cometido el error de ser sincero, las mascaras de la libertad, de la democracia, o de la igualdad se caen para mostrar la horrible e hipocrita realidad: los motivos de las guerras, de los genocidios y de las invasiones actuales son el control de los recursos: es decir, de nuevo la tirania del mercado, la dictadura del capital.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=107005

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