"¡Cataluña! ¡Cataluña!
(...)
Y cuando tu noble tierra
haya sido liberada
de la odiosa tiranía
de Franco y de su canalla
y se haya restablecido
la libertad catalana
habrás pagado el tributo
de tu inmenso amor a España,
pues la sangre de tus héroes
no fue en balde derramada."
Luís Álvarez Yuste nace en Madrid, en el barrio de Lavapiés, el 2 de mayo de 1907, falleciendo en 1970 en Río de Janeiro. Exiliado en Argentina, después de haberlo estado en Francia, en 1951, junto con su mujer María Fernández y su único hijo, Liberto Álvarez. En la ciudad de Mar del Plata ompaginó la profesión de pintor con su vocación de poeta y escritor, formando parte de la Sociedad de Escritores Argentinos.
Luis Álvarez viviría una vida entera de lucha contra el fascismo, tanto en España como en Francia, y después en Argentina, siendo un madrileño que pasaría la mayor parte de su vida en Cataluña. Su padre fue funcionario de prisiones en Madrid, siendo trasladado, hacia finales de la década de 1920, a la ciudad de Barcelona. Ya en 1931, Luís Álvarez fue nombrado Secretario General del Sindicato General de Luz y Fuerza de Cataluña y Aragón (ubicado en Barcelona) a través de la Compañía de Electricidad en donde él trabajaba. Asimismo, durante este período entabló amistad con Ángel Pestaña, anarquista y líder sindicalista español.
Luís fue el creador de la primera columna antifascista de Barcelona (más tarde rebautizada: Columna Del Barrio) que, junto a la columna del anarquista Durruti, partieron de la ciudad condal hacia Huesca para hacer frente a las tropas nacionalistas al mando de las milicias armadas en los primeros meses de la guerra.
Afiliado al Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), en 1937 sale de la Escuela Popular de Guerra de Barcelona con el grado de teniente, siendo enviado al frente de Las Rosas y Brunete enrolado en el Batallón Djakovich, el cual pertenecía a la 45ª División de las Brigadas Internacionales. Más tarde se le nombra comisario suplente y, del frente de Madrid, es trasladado con el batallón a luchar en la ofensiva de Zaragoza dirigida por el general republicano Sebastián Pozas Perea. Ya desde su actuación como teniente y comisario de batallón, Luís mantiene serias divergencias con el comandante de la misma, Josip Broz Tito, quien fuera mariscal de Yugoslavia en 1943 y que durante la Guerra Civil española intervino bajo el pseudónimo de comandante Kristof (según los testimonios del propio Álvarez, aunque todavía muchos dudan de que Tito participara realmente en la Guerra Civil como brigadista, entre otras cosas porque él mismo lo negaba, aunque algunos de sus colaboradores).
Álvarez cae herido en la ofensiva de Zaragoza y tras su recuperación fue destinado a los Servicios Auxiliares en el Cuartel de las Brigadas Internacionales con sede en Albacete. Allí lo destinaron al Batallón de Guardias e inmediatamente fue nombrado por André Marty, diputado comunista francés, Jefe del Servicio Español de Investigación y Vigilancia. Tres meses después igualmente fue nombrado teniente ayudante del Cuartel Central de las Brigadas Internacionales. Desempeñó ambos cargos conjuntamente durante ocho meses, siendo retirado de los mismos poco tiempo después y enviado a una sección como comandante de guardia del castillo de Castelldefells en donde se había instalado la Prisión Central de las Brigadas Internacionales (Maison de Prevention de las BI). Hacia el final de la guerra, siendo jefe de operaciones con grado de teniente de la 11ª Brigada 35ª División, protagonizaría la gran retirada del frente del Ebro. Una serie de cargos como el de comandante militar en la plaza de Bovera, o la de director de la Escuela de Morteros de la Bola en Gratallops (Tarragona), se sucedieron durante los últimos tres meses del conflicto en el frente Catalán. Finalmente, durante los últimos días de la contienda en Cataluña fue destinado al mando de una brigada para la defensa de la ciudad de Girona, siempre con el grado de teniente.
El poeta comunista en Argentina |
Cruza la frontera con Francia el 14 de febrero de 1939 como réfugié politique a través del paso fronterizo de Le Perthus, siendo internado en el campo de concentración de Bram (departamento C, barracón 58) en el departamento del Aude de los Pirineos Orientales.
Durante un año estuvo recluido en dicho campo formando parte de las Compagnies de Trevailleurs Étrangers y, más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, en las Fuerzas Francesas del Interior (F.F.I.) desde 1942 a 1945. Siendo licenciado el 25 de octubre de 1944 por el Capitán Clarion, comandante del grupo de resistencia de la 5ª compañía del primer regimiento de las F.F.I. d’Anjou.
El gobierno francés, como mérito a su participación en la resistencia, le otorgó la nacionalidad francesa, pero ningún tipo de compensación económica con lo cual Luís permanece en Francia trabajando en una fábrica de tornos. Asimismo, en 1946 formando parte del Maqui, Luís luchó en los combates de la Vall d’Arán pasando nuevamente a Francia en donde prepararía su exilio hacia Argentina, a través de la International Refugee Organization (IRO) de París. Desde España, el gobierno franquista le condena “en ausencia” a tres penas de muerte…el camino hacia el exilio sería largo y permanente.
Luis Álvarez Yuste colaboró con la Revista Exilio (Campo de Bram) publicando una serie de poemas. Todavía exiliado en Francia, en 1947 y en París Luís volvería a publicar algunos de esos poemas, junto con una selección de poesías, con el título Nuestra Lucha. El poeta de los guerrilleros, entre los que encontramos uno dedicado a Cataluña y a su lucha por su libertad como pueblo:
¡Cataluña! ¡Cataluña!
Eres la llave de España;
por eso Franco el traidor
te tiene muy bien guardada.
Este sádico asesino
tus libertades robaba
y la tumba de Macià
su Falange profanaba.
Y el Presidente Companys,
hombre honrado, que encarnaba
de tus santas libertades
toda el ansia catalana,
conducido fue a la tierra
por él siempre tan amada,
y su vida, tan hermosa,
el Fascismo, cruel, segaba.
Ya corren por Cataluña
aires de santa venganza,
y los nombres de sus hombres
de inteligencia preclara
se pasan de boca en boca:
Clavé, Guimerá, Pitarra,
Rafael de Casanova
y otros muchos que le daban,
con su arte y con su nombre,
un puesto de honor a España.
¡Cataluña! ¡Cataluña!
Eres la llave de España.
Y cuando tu noble tierra
haya sido liberada
de la odiosa tiranía
de Franco y de su canalla
y se haya restablecido
la libertad catalana
habrás pagado el tributo
de tu inmenso amor a España,
pues la sangre de tus héroes
no fue en balde derramada.
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