8 de octubre de 2017

Frente al blanco de la complicidad, la tricolor de la dignidad

Ante la manifestación convocada por los reformistas y cómplices del régimen, enarbolando la
bandera blanca "de la negociación", así la llaman ellos, aun a sabiendas de que el estado español ha llegado a su punto límite, improrrogable, después de 39 años de sometimiento ante la continuación del franquismo en formato democrático-burgués, ante lo que ya no cabe la rendición, sino solo la dignidad de la exigencia, es conveniente recordarles algunos puntos mínimos que no se pueden negociar:

Hay que negociar, pero exigiendo como punto de partida la proclamación de una República, la III, que permita que los pueblos del estado español decidan por sí mismos si quieren pertenecer a ella o ser independientes, frente a la Una, Grande y Libre de la unidad a palos o a golpe de beneficios fiscales o económicos para una minoría.

Hay que negociar la exigencia de leyes justas que juzguen a los criminales y reparen a sus víctimas, en un país plagado de fosas comunes olvidadas y en el cual los mismos que las llenaron de españoles que querían democracia (la única democracia posible, la popular) hoy siguen ocupando el poder político, económico y cultural, llamándose a sí mismos y al sistema con el que han continuado el anterior, "demócratas" y "democracia").

Hay que negociar, pero exigiendo que no haya ningún ciudadano con más derechos ni deberes que otros, que el jefe del estado no sea el elegido por la gracia de dios o de sanguinarios dictadores, sino por los propios trabajadores, la mayoría del pueblo. Quien quiera ser jefe del estado, que sea elegido por el pueblo.

Hay que negociar y exigir que los políticos sean los representantes de los intereses de la mayoría, no de la minoría más rica, que la policía no esté al servicio de los corruptos y grandes ladrones, sino al de los que crean y mantienen vivo el país, los trabajadores, que la riqueza no vaya a parar a manos de zánganos y parásitos, los patronos y grandes capitalistas, sino a los de los que la producen.

Lo demás no es negociar, es continuar rindiéndose.

2 comentarios:

Núria dijo...

Completamente de acuerdo!
Un saludo

Loam dijo...

Lo suscribo de principio a fin.

Salud, compañeros/as

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