—¿Hay muchos fascistas en
vuestro país?
—Hay muchos que no saben que lo
son, aunque lo descubrirán cuando llegue
el momento.
—¿No podríais acabar con ellos antes que
se subleven?
—No —dijo Robert Jordan—; no podemos
acabar con ellos. Pero podemos educar
al pueblo de forma que tema al fascismo
y que lo reconozca y lo combata en
cuanto aparezca.
(Ernest Hemingway, Por quíén doblan las campanas).
Evidentemente, en España lo último no se hizo y, como se ve, jamás se acabó con los fascistas ni se les echó del poder.
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