Para aquellos que, en vez de apoyar la lucha del pueblo catalán contra la España Una, Grande y Libre del 78 o, al menos, posicionarse a su lado contra la represión policial del cada vez más violento gobierno español, no cesan de repetir que los obreros catalanes no quieren la independencia, en el siguiente análisis sobre dónde se votó y qué en aquella jornada de referéndum se muestra que el Sí a la independencia subió con respecto a los votos al bloque independentista en septiembre de 2015 en las zonas obreras de Cataluña, mientras el porcentaje bajó en las tradicionalmente nacionalistas.
Al contrario, los que parece que sí que muestran su rechazo a la independencia son los grandes empresarios catalanes, como se está viendo estos días.
Al contrario, los que parece que sí que muestran su rechazo a la independencia son los grandes empresarios catalanes, como se está viendo estos días.
Así que parece ser que fue, precisamente, la clase obrera catalana la que hizo que el referéndum fuera un éxito, demostrando, sorprendentemente, visto como está el patio en el estado español, su doble compromiso (que ya describiera Lenin en su texto La doble tarea del proletariado con respecto a la autodeterminación), con su clase, luchando por una república y contra el estado del 78 diseñado por el franquismo, y con su pueblo.
Se trata pues de " que el 1-O, el área metropolitana de Barcelona vivió una movilización inesperada hacia el independentismo que el análisis geográfico, aún con los problemas que plantea este referéndum para hacerlo, sí indica":
El análisis de El Diario:
No fueron los feudos del nacionalismo los que dieron al independentismo una cifra mejor que el 27-S sino comarcas como el Baix Llobregat o los dos Vallès.No fueron los feudos del nacionalismo los que dieron al independentismo una cifra mejor que el 27-S sino comarcas como el Baix Llobregat o los dos Vallès. Badalona, Terrassa, Sant Boi o Rubí experimentaron subidas importantes de votantes del ‘sí’, difícilmente imputables solo a voto desplazado por las cargas en Barcelona. El censo universal y la violencia de la jornada impone tomar los análisis geográficos con cautela, pero el 1-O algo inesperado ocurrió con el voto independentista en el cinturón.
Un millar de personas de Vic que en 2015 votaron a partidos independentistas no lo hicieron por el ‘sí’ en el referéndum del 1 de octubre. Esta ciudad es una de las capitales sentimentales del independentismo, donde en las elecciones del 27-S de 2015 casi el 60% del censo metió una papeleta de JxSí o de la CUP. Sin embargo, en el referéndum aquel porcentaje cayó casi 4 puntos.
Aunque todavía más de la mitad de las personas con derecho a voto acudieron al colegio para votar por la secesión, en Vic la movilización del independentismo se resintió. Fue una muestra de lo que pasó en otros feudos tradicionales del nacionalismo, que experimentaron estancamientos o incluso descenso del ‘sí’ respecto al 27-S, como Girona, con más de 4 puntos menos sobre el censo; Olot, 5 puntos menos; Manresa, donde el ‘sí’ cayó 2,3 puntos; o la propia Lleida, donde el independentismo fue la opción preferida para el 35,4% del censo en 2015 pero, este 1-O, se quedó en el 33,2%.
La mayoría de las comarcas no metropolitanas e identificadas con el nacionalismo conservador quedaron estancadas en subidas del ‘sí’ menores a los dos puntos sobre el censo total. Lugares como Selva, Segrià, Osona, Bages o l’Empordà se movieron poco. El Gironès perdió casi dos puntos.
Muchas de las caídas, en la mayoría de puntos, podrían tener una explicación directa en el cierre de colegios. En la ciudad de Barcelona, por ejemplo, se registraron actuaciones policiales en una treintena de centros. En Girona en hasta 10, y en Tarragona en al menos 7. El diario El Punt Avui recopiló este fin de semana hasta 92 actuaciones en colegios electorales.
Diferencia entre el número de votos al “Sí” en el 1-O frente a la suma de JxSí y CUP el 27-S
En gris, los municipios con un censo inferior a los 1.000 habitantes, y en negro, los que la participación el 1-O superó el 100%
Pero, pese a esta tendencia bajista en sus zonas fáciles, el referéndum consiguió llevar ante a las urnas a casi 87.000 personas más de las que votaron a JxSí o la CUP en septiembre de 2015. Este “nuevo” voto independentista representa un 2% del censo total. Fue gracias a esta movilización inesperada como el independentismo consiguió salvar la cara obteniendo más votos que el 27-S. Pero, ¿de dónde salieron?
Las subidas más pronunciadas de voto al ‘sí’ ocurrieron donde menos se esperaba: en el antiguo cinturón rojo barcelonés, ahora teñido del naranja de Ciutadans tras las elecciones plebiscitarias. La ciudad de Badalona lidera este aumento, con 9.000 personas más que hace dos años que acudieron a meter un voto independentista. Este dato, que representa una subida de 5 puntos, del 23,3% (siempre respecto al censo total) al 29,2%, se sale de la media y podría explicarse por la existencia del censo universal, que permitía votar a cualquiera en cualquier mesa.
La vecindad con Barcelona podría hacer pensar que, ante las cargas policiales y las dificultades para votar en la capital, muchos barceloneses pudieron ir a votar a aquella ciudad. Es una hipótesis posible aunque difícil de comprobar.
Pero la tendencia de Badalona se repitió, y no solo en ciudades fronterizas de puntos calientes de cargas policiales. Sin llegar a ese nivel, también Sant Boi observó la tendencia alcista, con una subida 3,6 puntos al voto del ‘sí’. En Terrassa fueron 3,7 puntos, casi 6.000 personas. En Rubí algo menos, 2,6 puntos, mientras que en Santa Coloma fueron 2,3, que representa a 1.700 personas más. Incluso en L’Hospitalet y Cornellà, inexpugnables feudos socialistas y ciudades icónicas por supuesta impermeabilidad al secesionismo, el voto al ‘sí’ aumentó más de un punto en ambas.
Las ciudades tarraconenses con comportamiento electoral habitual similar al Barcelonés y el Baix Llobregat, como la propia Tarragona, no sintieron este efecto sino más bien el contrario. En la capital del sur catalán el bajón del independentismo fue drástico, con 7 puntos menos, siendo cerca de 6.400 personas las que abandonaron el 1 de octubre el apoyo a la Catalunya independiente por el que sí apostaron en 2015. El conjunto de la comarca bajó, aunque menos que su capital, perdiendo 1,7 puntos respecto al 27-S que representan algo menos de 3.000 personas.
Donde más votos ganó el Sí frente a JxSí+CUP es en los municipios menos independentistas
No se incluyen los municipios con un censo inferior a las 1.000 personas o los que tuvieron una participación por encima del 100% en el 1-O
Como ya se ha señalado, una explicación hipotética de estas subidas en la periferia metropolitana podría ser que la combinación del censo universal, que permitía votar en cualquier mesa, junto a las cargas policiales de la jornada, fomentasen la movilidad de los votantes de unas ciudades a otras. Algo de esto parece que pudo haber, a la luz de que Barcelona ciudad perdió unos 24.000 votantes del ‘sí’, bajando del 36% del censo obtenido para el independentismo en 2015 al 34% ahora.
Sin embargo estos números no bastan para explicar la subida metropolitana del secesionismo. La bajada en la capital se amortigua casi completamente en su comarca, que solo pierde en total 11.000 votantes. La posibilidad de que estos 11.000 que se desplazaran a ciudades de la primera corona no explica ni con mucho los cerca de 70.000 votos nuevos para el ‘sí’ que registraron las zonas colindantes en total, sumando el Baix Llobregat y los dos valleses.
En la mayoría de estos lugares, las subidas del independentismo no lo convertirían en mayoritario en una referéndum en el que también participase el ‘no’. Pero lo cierto es que el 1-O, el área metropolitana de Barcelona vivió una movilización inesperada hacia el independentismo que el análisis geográfico, aún con los problemas que plantea este referéndum para hacerlo, sí indica. Un pequeño vuelco que solo en próximas convocatorias se podrá comprobar si ha sido real y si tiene capacidad de consolidarse como voto independentista".
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