"
El Comité Central del PCI (Maoísta) condena en términos inequívocos cualquier intento de los imperialistas encabezados por los EEUU de atacar Siria y exige que se detengan inmediatamente todos los preparativos. Hace extensivo su apoyo y solidaridad a todas las formas de resistencia que pueda emplear el pueblo sirio contra la intervención imperialista y la proyectada guerra de agresión. El Comité Central del PCI (Maoísta) considera su resistencia como una más de las diversas formas de resistencia que las naciones y pueblos oprimidos del mundo están organizando contra cualquier tipo de intervención, agresión y control imperialistas"
PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
COMITÉ CENTRAL
¡FUERA DE SIRIA TUS SUCIAS MANOS, BELICISTA OBAMA!
¡EL DERECHO A DECIDIR EL FUTURO DE SIRIA CORRESPONDE AL
PUEBLO SIRIO Y NADA MÁS QUE A ÉL, NI A LOS IMPERIALISTAS NI A NADIE MÁS!
¡OPONERSE CON TODA FIRMEZA A LA
AGRESIÓN IMPERIALISTA CONTRA SIRIA ENCABEZADA POR LOS NEONAZIS
ESTADOUNIDENSES!
5 de septiembre
de 2013
Los imperialistas, encabezados
por los neonazis estadounidenses, han estrechado el cerco sobre Siria y están a
la espera de dar el golpe. Del mismo modo que las armas de destrucción masiva fueron
la “razón” alegada para atacar Iraq, los neofascistas estadounidenses invocan
ahora el uso de armas químicas (gas venenoso) como la “razón” para golpear a Siria.
Estados Unidos afirma que existen pruebas de que el gobierno de Bashar Al-Asad
empleó armas químicas contra el pueblo sirio, provocando la muerte de más de 1.400
personas y terribles consecuencias a otras. Un equipo de inspectores de la ONU fue
a Siria para investigar las denuncias, pero incluso antes de que se haya presentado
su informe (cuya publicación se supone que aún se demorará al menos tres
semanas más), Obama ya ultima los preparativos bélicos.
Obama llegó al
punto de decir que no es su prestigio lo que está en juego ¡sino el de los
Estados Unidos y su Congreso si no atacan Siria! ¡Naturalmente! El prestigio
del asesino en masa nº 1 del mundo quedará en entredicho si en su hoja de
servicios no sigue figurando matar el máximo número posible de civiles en
ataques aéreos. Incluso antes de que el equipo de investigadores de la ONU estuviese
de vuelta, el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se dedicó a
vociferar que tenían todas las pruebas de que se utilizaron armas químicas y de
que fue el gobierno de Al-Asad el que las había usado. ¡Es decir, que a los
ojos de los imperialistas de Estados Unidos todos esos países y personas que
pidieron pruebas claras no son más que unos memos a quienes el amo imperial no
tiene por qué responder! Nótese que los preparativos siempre incluyen las suficientes
“mentiras” como para engañar al mundo sobre la “necesidad” de semejante ataque.
El Comité de
Asuntos Exteriores del Senado de Estados Unidos había dado autorización al
Presidente para un ataque limitado contra Siria por un periodo de dos meses ampliable
a otro en función de ciertas condiciones. Dicho Comité excluyó el envío de tropas
de tierra. Lo que es obvio es que este ataque “limitado” en modo alguno será “limitado”
y no concluirá antes de que, estratégicamente, haya quedado rota la columna
vertebral del régimen de Bashar Al-Asad, una vez devastado todo el país, con innumerables
civiles muertos e inimaginables daños sobre los bienes y los medios de sustento
de las gentes. Los imperialistas de Estados Unidos quieren desarticular el
gobierno de Al-Asad destruyendo sus infraestructuras militares y económicas estratégicas
clave e instalar en el poder a fuerzas que sirvan a sus intereses en Siria como
ya hicieron en Libia. Damasco es una de las ciudades habitadas desde más antiguo
en el mundo y ahora Obama está empeñado en destruirla con bombardeos aéreos, como
ya hizo Bush con los daños irreparables que provocó al patrimonio de una de las
civilizaciones más antiguas del mundo en Iraq.
Rusia se opone
firmemente a todas estas medidas y está tratando de que Estados Unidos presente
pruebas claras de lo que sostiene. Putin afirmó prudentemente que si se
demuestra sin duda que el gobierno de Al-Asad en efecto hubiese utilizado armas
químicas, entonces cualquier ataque sobre Siria debería tener la autorización
de la ONU. Pero si Obama ataca sin autorización de la ONU, dicho ataque sería
ilegal, tal como lo calificó Putin. Advirtió de que cualquier pequeño misil que
hiciera blanco en la central nuclear de Damasco podría provocar una situación
de emergencia nuclear y la radiación podría afectar a una amplia zona y a una
gran cantidad de población civil durante generaciones. También advirtió que un
ataque agravaría la crisis financiera mundial en que están sumidos. China ha
afirmado que cualquier decisión debe tomarse una vez sean presentados los
resultados de la investigación de la ONU y sólo bajo la égida de la ONU.
Alemania, por ahora, también ha adoptado esta postura. Con los buques de guerra
de última generación de los Estados Unidos, que pueden disparar misiles de
larga distancia desde el mar, aproximándose a Siria y un buque espía de Rusia que
acaba de entrar en el Mediterráneo, la situación es extremadamente tensa en
todo Oriente Medio y el mundo.
David Cameron trató
de conseguir el voto favorable del Parlamento británico para participar en el
ataque contra Siria junto a los Estados Unidos. No lo obtuvo, pero nadie sabe
que su ambición de atacar Siria haya decrecido. La autorización de la ONU o
cualquier otro pretexto pueden cambiar este estado de cosas en cualquier
momento. Francia, gobernada por el neofascista Francois Holland, declaró que, a
pesar del rechazo del Parlamento británico a los proyectos de guerra, está
dispuesta a participar en el ataque para castigar al régimen de Bashar Al-Asad.
Es más, la razón de la oposición británica rechazando la propuesta era que no
había pruebas suficientes de que el gobierno de Al-Asad hubiese utilizado el
gas, es decir, pruebas para legitimar la agresión y para unirse a sus aliados.
Sucede la misma historia con los demócratas y los republicanos en Estados Unidos.
Los partidos gobernante y de la oposición (capitalistas monopolistas y sus
títeres) en los países imperialistas nunca tienen divergencias importantes cuando
se trata del “derecho a atacar” un país. Jamás se discute el hecho de que sólo
al pueblo de un país le corresponde el derecho a decidir su futuro y no a otros
países o fuerzas. Y como siempre estos jefes de Estado imperialistas hacen
oídos sordos ante la enorme corriente de la opinión pública opuesta a las
guerras de agresión en sus países y el mundo, y prosiguen sus planes agresivamente.
Las Naciones
Unidas, como es su costumbre, están tratando de proporcionar por todos los
medios las hojas de parra de las excusas para destruir Siria. Su lista de
complicidad desde sus inicios en todas las guerras imperialistas de agresión es
larga. Su velo de imparcialidad hace tiempo que está rasgado y andrajoso, mostrando
su servilismo a los imperialistas, en especial a los Estados Unidos. Esta institución
supuestamente garantiza la aplicación de cinco principios en las relaciones
entre los Estados con diferentes sistemas sociales: el respeto mutuo a la
integridad territorial y soberanía; la no agresión mutua; la no injerencia en
los asuntos internos; la igualdad y el beneficio mutuo; y la coexistencia
pacífica. Se supone que salvaguarda los derechos humanos, impide las guerras de
agresión y resuelve las disputas entre naciones por medios diplomáticos y otros
medios. De acuerdo incluso con las reglas y normas que, después de la II Guerra
Mundial, establecieron los países del mundo, incluidos los países imperialistas,
para evitar guerras mundiales, resolver disputas regionales o guerras locales y
que se supone que deben ser aplicadas por las Naciones Unidas, deberían
emplearse toda clase de negociaciones/medidas diplomáticas y políticas para solucionar
crímenes tan atroces como el uso de armas químicas. Pero este organismo
internacional, que se creó en especial para garantizar la paz mundial, no hace
prácticamente nada para detener la agresión, salvo inútiles declaraciones abogando
por el uso de medios políticos y diplomáticos para resolver “la crisis siria” y
suplicándole a Obama que recabe la autorización de la ONU para el ataque. ¡La
desvergüenza con que Obama trata de imponer sus planes de agresión le está
poniendo difícil hasta a Su Señoría las ONU justificarlos de esta forma tan descarada!
Irónicamente Estados
Unidos está celebrando el 50º aniversario del discurso del “tengo un sueño” de
Martin Luther King mientras su Presidente Premio Nóbel de la “Paz”, el
sanguinario asesino y destructor de seres humanos y pueblos, no para de ladrar
rabioso que hay que atacar Siria. Aunque no haya logrado nada más, Obama, al
menos, ha demostrado sin género de duda que tener un afroamericano en la Casa Blanca
en sí mismo no sirve para que se cumplan los “sueños” de los pueblos oprimidos,
incluidos los de los negros. El ataque planeado contra Siria debería servir
para abrir los ojos en ese sentido. Obama persigue los planes imperialistas de hegemonía mundial de las clases gobernantes de
Estados Unidos con igual si no más fervor e intensidad que otros presidentes “blancos”
que le precedieron y destruyeron naciones sometidas, masacraron a millones de oprimidos
de todo el planeta y arrasaron innumerables ciudades y pueblos durante sus
mandatos. Para las clases dominantes estadounidenses definitivamente Obama es
más “útil” que un “blanco” para engañar al pueblo aunque sólo por un tiempo.
Estados Unidos no ha
dejado de amañar toda una serie de acusaciones desde 1986 y, en especial, tras
el ataque del 11 de septiembre a sus Torres Gemelas, en el sentido de que Siria
supone también una amenaza para la seguridad global por su apoyo a grupos “terroristas”.
De un modo u otro, Siria se ha convertido en blanco permanente del imperialismo.
Siria se ha convertido en el terreno de juego de las potencias imperialistas
durante los últimos dos años y medio. Se ha producido un movimiento que exige
violentamente la destitución de Al-Asad. Han tenido lugar innumerables
enfrentamientos armados entre las fuerzas “rebeldes” y las fuerzas
gubernamentales, con el resultado de cientos de miles de vidas pérdidas, la destrucción
a gran escala de bienes y la migración de millones de personas. Los
imperialistas encabezados por Estados Unidos y sus regímenes títeres del mundo
árabe han manipulado diplomática y políticamente a la oposición, la han ayudado
técnica, económica y militarmente, y, de modo masivo y por distintas vías, la
han armado, entrenado y dirigido. Han dejado meridianamente claro que quieren
echar a Al-Asad y que sus títeres se hagan con el control de Siria. Rusia y
China han apoyado al gobierno de Al-Asad constantemente hasta la fecha y se han
opuesto a cualquier tipo de intervención armada imperialista o de ataque contra
Siria. Los grandes medios empresariales de comunicación han tenido que aceptar
a regañadientes que Al-Asad también cuenta con un apoyo considerable entre los
sirios. Ésta es una de las razones de que no hayan atacado a Siria, además del
apoyo crucial de Rusia, China, Líbano e Irán a Al-Asad, aunque lo desean tanto como
en Libia. De hecho, se ha informado recientemente de que las fuerzas de Al-Asad
se han impuesto a los rebeldes en sus bastiones, lo cual constituye uno de los
motivos de las prisas [imperialistas] por atacar a Siria.
Nuestro partido, el
PCI (Maoísta) siempre ha sostenido que sólo al pueblo de un país le corresponde
el derecho de mantener o derrocar al régimen de su país. Es el pueblo sirio
quien debe decidir si quiere que Al-Asad esté o no en el poder. Tiene todo el
derecho a rebelarse y a forjar su propio futuro. Pero debido a la intervención
injustificada de los imperialistas en los asuntos internos de Siria el futuro
del país se enfrenta ya a un gran peligro y quizá, en lo venidero y por mucho
tiempo, no vaya a estar en las manos de los sirios.
Los acontecimientos
recientes en los países árabes, como los acaecidos en Egipto tras la primavera
árabe, indican a la perfección hasta qué punto los imperialistas, en especial
los Estados Unidos, tratan de instalar regímenes títeres. Morsi, a pesar de ser
una fuerza de compromiso, fue derrocado sin contemplaciones por oponerse a
algunas intervenciones de los Estados Unidos en sus relaciones exteriores y encarcelado
por los militares. A diario se produce matanzas de personas que protestan
contra el régimen militar. El poderoso levantamiento de masas y el proceso
democrático formal que llevaron a Morsi al poder, por muchos que fueran sus
defectos, fueron aplastados bajo las botas de hierro de los militares
respaldados por Estados Unidos y las fuerzas del ex presidente [Mubarak]. En
casi todos los países que derrocaron a sus antiguos gobernantes dictatoriales
durante la primavera árabe, se han hecho con el control gobiernos títeres proimperialistas
o fuerzas de compromiso, no obstante las aspiraciones democráticas del pueblo. Todo
ello debe servir de ejemplo revelador a las fuerzas que tratan de desafiar y
cambiar los regímenes dictatoriales de sus respectivos países. Nunca deben
jugar en las manos de los imperialistas. Ello daría lugar al reemplazo de un
dictador por otro incluso aún peor: el reemplazo necesariamente será servil a
los imperialistas. Cualquier fuerza que persiga la auténtica democracia y se oponga
a los regímenes autocráticos debe hacerlo independientemente y basándose en sus
propias fuerzas mediante la movilización de las masas y el apoyo de los pueblos
del mundo. No debe colaborar con los imperialistas. En caso contrario, el
pueblo se verá obligado de nuevo a luchar contra las fuerzas serviles al
imperialismo aupadas al poder, como ya está sucediendo en Egipto o en otros
lugares del mundo.
Desde la II Guerra
Mundial hasta la victoria de la guerra de liberación nacional de Vietnam, el
principal pretexto de las guerras de agresión de los Estados Unidos fue contener
la “propagación del comunismo”. Con la desintegración de la Unión Soviética la
excusa que con más frecuencia emplean es la “violación de los derechos humanos”
o el “terrorismo” o ambas. A veces la disfrazan de “restauración de la
democracia” o “concesión de la libertad”. Pero siempre la verdadera razón era y
sigue siendo la búsqueda de la hegemonía mundial. Fueron éstos también los
motivos alegados para las diversas guerras de agresión llevadas a cabo por
Francia, Gran Bretaña o la antigua superpotencia soviética.
El uso de armas
químicas esgrimido como motivo para el ataque ha sido rechazado de plano por el
gobierno de Al-Asad, quien afirmó que fueron los rebeldes los que las habían empleado.
Nadie apoyaría el uso de armas químicas ya fuera por parte del gobierno, ya de los
rebeldes. Si quienes sostienen que los rebeldes usaron las armas químicas están
en lo cierto, entonces, sin duda alguna, los imperialistas serían quienes les
habrían suministrado el gas sarín. Al haber pasado ya más de dos años y no
haber sido derrotado Al-Asad, la explicación más plausible sobre el uso del gas
sarín es que los imperialistas de Estados Unidos se lo hubiesen facilitado a
sus agentes en Siria para que su empleo pudiera utilizarse como excusa
inmediata para atacar a dicho país. Si se recuerda que Obama ya había advertido
a Siria de que no cruzase la “línea roja” del uso de armas químicas, es fácil
deducir que usarían precisamente esa “línea roja” como excusa.
¡Pero lo sorprendente
es la manera en que los imperialistas de Estados Unidos ponen el grito en el
cielo! Como todo el mundo sabe los imperialistas de Estados Unidos tienen el
dudoso récord en el uso de armas químicas extremadamente destructivas (napalm,
agente naranja, fósforo blanco, por citar algunas) en Vietnam, Iraq y en otros
lugares. La terrible guerra química de 1915 a 1918 llevó a la Sociedad de Naciones a
adoptar el Protocolo de Ginebra de 1925 que prohibió el uso de armas químicas y
biológicas. Aunque Estados Unidos propuso y contribuyó a la redacción del
Tratado, el Senado rechazó en 1926 su ratificación. En 1970 el Tratado fue
remitido de nuevo al Senado, que lo aprobó sólo cuatro años más tarde. ¡Tal es
la doble moral típica de los Estados Unidos en todo lo relativo al control de
armas hasta la fecha! Hasta el presente los Estados Unidos y otras grandes potencias
imperialistas no están dispuestos a prohibir todo tipo de armas de destrucción
masiva, tales como las bombas de racimo, las armas químicas, biológicas, nucleares,
etc. Entonces, ¿por qué hablan de Siria? Esto sólo puede responder a los
intereses creados para utilizar armas de destrucción masiva en Siria o en
cualquier otra parte del mundo.
Los halcones imperialistas
fabrican armas químicas abierta o clandestinamente y las venden a sus lacayos o
dictadores de los países atrasados para su uso contra las gentes del común, contra
países enemigos o suministrándoselas a las fuerzas contrarrevolucionarias para
cambiar regímenes. Además de usar armas de destrucción masiva contra la gente
corriente de modo indiscriminado, los imperialistas, en especial los Estados
Unidos e Israel, no han dudado en utilizar armas químicas y biológicas para
tratar de asesinar a jefes de Estado o de organizaciones que no seguían sus
dictados. Si se diera el caso, a quienes habría que llevar a juicio en primer lugar
por la destrucción causada por armas químicas y biológicas en el mundo entero
es a los imperialistas de Estados Unidos y a toda la pandilla de matones
imperialistas a sus órdenes o en connivencia con ellos.
Es obvio que Estados
Unidos, Gran Bretaña, Francia, Israel y Turquía quieren un régimen títere en el
poder en Siria para fomentar sus intereses geopolíticos en Oriente Medio debido
a su ubicación estratégica así como para apoderarse de sus recursos naturales,
principalmente petróleo. También les allanaría el camino para poder penetrar en
los países de Asia central que alguna vez fueron parte de la URSS-Comunidad de
Estados Independientes con el fin de controlar el petróleo y otros ricos recursos
de esos países. Esta situación significará un gran desafío a la creciente
influencia rusa y china, y contribuirá a establecer una hegemonía aún mayor de
su socio subalterno, Israel, en Oriente Medio. Israel ocupa los Altos del Golán
en Siria desde la Guerra de los Seis Días de 1967 y se ha atrincherado allí de
modo permanente desde la guerra árabe-israelí de 1973. Israel quiere conservar
los Altos del Golán, mientras Siria, traicionada por los acuerdos de Camp David,
no ha dejado de exigir la devolución incondicional de dicho territorio.
Siria se ha mantenido
firme en su oposición a las intervenciones y designios imperialistas de Estados
Unidos e Israel en Oriente Medio. Siria también ha apoyado la causa palestina
con frecuencia. El apoyo de Hezbollah (Líbano) a Al-Asad y a la causa palestina
y su enconada oposición a Israel es otra espina que los imperialistas quieren sacarse
con este ataque. Asimismo, este ataque supondría de nuevo una amenaza aún mayor
al inflexible Irán que también se mantiene firme en su oposición a los
intereses hegemónicos de Estados Unidos e Israel en la región y se opone en la
actualidad con encono a cualquier intento de atacar Siria: dos pájaros de un
tiro.
Las destrucciones
causadas en una región concreta durante la I o la II Guerras Mundiales son menores
en comparación con la devastación que han causado y causan las guerras
imperialistas de agresión o las guerras por delegación instigadas y apoyadas
por los bloques imperialistas rivales después de la II Guerra Mundial. La
estrategia de usar misiles de largo alcance lanzados desde mares lejanos y los
bombardeos aéreos desde gran altitud lo destruye todo –ya sea humano o
material- sobre el territorio así bombardeado. Con el uso diario,
indiscriminado e insensible de aviones no tripulados han provocado muchos más estragos
a los civiles que en cualquier otro momento histórico. Estas guerras de
agresión no sólo destruyen el patrimonio incalculable de civilizaciones pasadas
y las vidas de las generaciones presentes sino también el futuro de varias
generaciones venideras. El daño es en muchos casos irreparable.
El neo-Hitler Obama
derrama lágrimas de cocodrilo cuando afirma que han sido asesinados en Siria civiles,
mujeres y niños inocentes debido al gas tóxico y que no pueden tolerarlo. Por
supuesto que la matanza de inocentes no se puede tolerar. ¿Pero no es de pura
lógica que lo mismo se puede aplicar a los incontables niños, mujeres y civiles
inocentes asesinados en los sistemáticos ataques de aviones no tripulados de
los Estados Unidos en Pakistán, Yemen, Afganistán, etc.? ¿Y qué pasa con los cientos
de miles de personas inocentes asesinadas en Iraq, Afganistán o Palestina desde
hace décadas (y eso sin tener en cuenta todas las atrocidades previas
perpetradas por los imperialistas en innumerables países atrasados durante la
época colonial y posteriormente)? ¿Por qué hay siempre un silencio conspirativo
sobre estas cuestiones?
Es una broma cruel que
los Estados Unidos, que tiene esas enormes cantidades de armas, incluidas armas
nucleares que pueden destruir la Tierra varias veces (y que no han dudado lo
más mínimo en utilizarlas donde y cuando han querido), atacasen Iraq so
pretexto de que tenía armas de destrucción masiva. Otra incongruencia es que
los Estados Unidos, que detonaron la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki en
Japón, se desgañitan vociferando sobre el posible desarrollo de armas nucleares
por parte de Irán. Los imperialistas no se molestaron siquiera en mostrar un
atisbo de “razones” por el estilo para atacar a Libia y asesinar a Gaddafi. Recuérdese
que nunca se encontraron armas de destrucción masiva en Iraq; aunque Irán tiene
todo el derecho de fabricar armas nucleares, su gobierno, no obstante, ha
expresado reiteradamente que no tiene intención de fabricar ese tipo de armas;
y el gobierno sirio niega rotundamente haber utilizado armas químicas.
A uno se le viene a
la memoria el ingenioso cuento popular del cordero destinado a ser devorado por
el lobo con independencia de si bebe agua río arriba o río abajo. Nacer cordero
es razón suficiente para ser devorado; como disponer de abundantes recursos
naturales o simplemente estar ubicado en una posición geográfica estratégica es
suficiente para ser ocupado. No es más que la clásica hambre imperialista de
hegemonía mundial teñida de justicia salvaje de la selva. Los pueblos del mundo
deben darse cuenta de que todos los pretextos de violaciones de los derechos
humanos lanzados a nuestra cara como justificaciones de las guerras de agresión
por los neonazis no son más que patrañas para atiborrar el hambre insaciable de
recursos de los imperialistas y su descarada búsqueda de la hegemonía mundial.
El sistema
capitalista mundial está empantanado en una crisis financiera global. [Los
países imperialistas] recurren a las guerras de agresión, además de a los
rescates y al saqueo cada vez más despiadado de los recursos de los países
“atrasados” del mundo ricos en materias primas. Pero todos estos intentos de
superar la crisis no hacen sino hundir al sistema aún más profundamente en ella.
Los imperialistas se piensan que están acumulando riquezas cuando lo que están
amontonando en realidad es el odio y la ira de las masas oprimidas del mundo
con cada uno de sus actos de agresión y saqueo. Son tan torpes que no han aprendido
lección alguna de la historia, no han aprendido que las guerras de agresión
conducirán finalmente a su derrocamiento. La guerra de agresión contra Siria
nunca les ayudará a superar la crisis política y económica de larga duración en
la que están hundidos hasta el cuello: tan sólo les servirá para profundizar
aún más dicha crisis. Todo esto es ya evidente en el mundo entero, con los
precios del petróleo disparados y una extremada volatilidad de los mercados, por
no mencionar la rápida devaluación de las monedas de varios países atrasados, incluida
nuestra propia rupia, en plena caída libre.
El presidente sirio
Bashar Al-Asad declaró que lucharán con uñas y dientes frente a cualquier
agresión imperialista contra su país. El ministro de Exteriores sirio declaró,
desafiante, que están absolutamente preparados para defenderse de la agresión
imperialista y que no darán un paso atrás hasta derrotar a los agresores aunque
ello condujera a una III Guerra Mundial. El gobierno sirio también ha apelado reiteradamente
a la ONU a oponerse al ataque militar de Estados Unidos y a resolver
pacíficamente la crisis. El pueblo sirio es valiente y se prepara para
defenderse del ataque aun con el sacrificio de su propia vida.
Aunque Al-Asad haya
declarado que se opondrán a cualquier tipo de agresión imperialista, esto sólo
es posible cuando se moviliza al pueblo y se cuenta con él. Y es igualmente
cierto que no hay régimen que pueda movilizar al pueblo o ganarse su apoyo
contra la agresión imperialista a menos que el pueblo disfrute de democracia.
Hafez Al-Asad, padre de Bashar y ex presidente de Siria, envió tropas a Iraq en
1991 que participaron en la agresión imperialista. Siria mantuvo tropas en el
Líbano hasta finales de 2005 y ha sido acusada por los libaneses de injerencia
en sus asuntos internos. Los gobernantes de los países atrasados deben darse
cuenta una vez más en el caso que nos ocupa de que ningún país tiene derecho de
injerencia o a enviar tropas a otros países ya sea en su propio interés o por
presiones imperialistas. Sólo una oposición firme e intransigente a la intervención
y a la agresión imperialistas en cualquier país les podría dar el apoyo de su
propio pueblo y de los pueblos del mundo en su oposición a los imperialistas.
El gobierno de la
India ha declarado que deben esperar hasta que los inspectores de la ONU informen
de los resultados de sus investigaciones antes de que se tome la decisión de atacar.
En realidad no tiene ninguna objeción al ataque contra Siria si existe
autorización de la ONU. El Estado indio no quiere contrariar ni a Estados
Unidos ni a Rusia y, así, viendo cómodamente los toros desde la barrera, está
listo para adoptar cualquier decisión en un sentido u otro. No se ha opuesto
inequívocamente a ningún tipo de intervención militar en Siria, con o sin la
autorización de Naciones Unidas, por parte de un país agresor o de un conjunto
de países criminales. Al no exigir inequívocamente que se detengan todos los
intentos de atacar Siria, está ayudando en realidad a los imperialistas en su
conspiración para aplastar a ese país. Dado su vil servilismo a los
imperialistas o su pasividad en varias ocasiones anteriores de guerras de
agresión emprendidas por ellos, [su actitud actual] no sorprende en modo alguno
aunque sea absolutamente repugnante y atroz.
El Comité Central
del PCI (Maoísta) condena en términos inequívocos cualquier intento de los
imperialistas encabezados por los EEUU de atacar Siria y exige que se detengan
inmediatamente todos los preparativos. Hace extensivo su apoyo y solidaridad a
todas las formas de resistencia que pueda emplear el pueblo sirio contra la
intervención imperialista y la proyectada guerra de agresión. El Comité Central
del PCI (Maoísta) considera su resistencia como una más de las diversas formas de
resistencia que las naciones y pueblos oprimidos del mundo están organizando
contra cualquier tipo de intervención, agresión y control imperialistas. Y recuerda
con toda firmeza que es deber de todo demócrata en este mundo oponerse
inequívocamente y condenar el ataque que proyectan los Estados Unidos contra
Siria.
Las fuerzas
antiimperialistas de todo el mundo han convertido en un clamor sus protestas
contra el inminente ataque de Estados Unidos contra Siria y están saliendo a
las calles exigiendo que se detengan los preparativos. Nuestro Comité Central
da la bienvenida a todas esas protestas y presta su voz de apoyo a todas esas
fuerzas antiimperialistas. Nuestro partido hace un llamamiento a todas sus
filas para que unan sus manos a todas aquellas fuerzas que se oponen a la
guerra contra Siria y transformen la protesta en un movimiento de amplia base y
militante contra todo tipo de intervenciones y guerras imperialistas de
agresión. Nuestro Comité Central llama a todas las fuerzas, organizaciones y
partidos proletarios antiimperialistas, de nuestro país y del mundo entero, a
condenar los flagrantes propósitos de los imperialistas, dirigidos por Estados
Unidos, de atacar Siria. Es necesario construir el apoyo internacional a la
resistencia del pueblo sirio contra esta guerra de agresión. La resistencia a
los imperialistas en sus propios países desempeñará un papel crucial en la
derrota de sus malvados designios de ocupación y saqueo de otros países.
Nuestro Comité Central defiende la oposición a la guerra en Siria que se
manifiesta en las calles de los Estados Unidos y de otros países imperialistas.
En especial hace un llamamiento a los pueblos de los Estados Unidos, Francia,
otros países imperialistas, Turquía y de regímenes títeres de Oriente Medio
como Qatar y Arabia Saudí, que se preparan para participar en el ataque a
Siria, para que se opongan a los propósitos de sus gobiernos de destruir Siria
y fortalezcan la lucha unitaria de las naciones y los pueblos oprimidos del
mundo contra el imperialismo.
La guerra de
agresión contra Siria bien podría ser la proverbial gota que colma el vaso del
imperialismo estadounidense, empantanado ya en Iraq y Afganistán. Pero el
monstruo del imperialismo con pies de barro nunca se vendrá abajo solo a pesar
de sus innumerables puntos vulnerables. Para que sea borrado de la faz de la
tierra se necesita el golpe de todos los pueblos oprimidos del mundo. Si los
imperialistas se atreven a atacar Siria, la valentía del orgulloso pueblo sirio,
con una gloriosa historia de resistencia frente a las intervenciones
imperialistas, así como el apoyo de los pueblos del mundo a dicha resistencia hundirán
uno de los últimos clavos en la tapa del ataúd del imperialismo.
Las condiciones
materiales para formar un amplio frente antiimperialista contra la amenaza, la intervención,
el control, la explotación, la opresión y las guerras de agresión de los
imperialistas contra las naciones y los pueblos oprimidos del mundo están
madurando rápidamente. Sólo un frente antiimperialista de amplia base,
militante y global podrá luchar contra la dominación y la intervención imperialistas
en los ámbitos social, económico, cultural, etc. así como contra todas las
guerras de agresión. Un frente de este tipo allanará el camino para su definitivo
derrocamiento. Sólo podremos alcanzar una democracia genuina, el progreso y la
paz mundial por medio de una lucha unitaria para derrocar el imperialismo y acabar
con todo tipo de reaccionarios.
Desde el siglo
pasado los imperialistas han recurrido al fascismo y a la guerra para superar
sus crisis financieras mientras que el pueblo ha recurrido a la resistencia y la
revolución para oponerse a ellos y derrotarlos. Las condiciones materiales son
cada vez más favorables para la revolución mundial por lo que nuestro partido
hace un llamamiento al pueblo de nuestro país y a los pueblos del mundo para
emprender la revolución triunfante. Sólo por medio de exitosas revoluciones
podemos acabar de una vez para siempre con todas las guerras imperialistas e
injustas y asegurar la paz mundial.
(Abhay)
Portavoz,
Comité Central,