29 de septiembre de 2020

Por esta libertad (Fayad Jamís Bernal)

Fayad Jamís Bernal nació en Zacatecas, México, el 27 de octubre de 1930. Su familia se trasladó a Cuba cuando era aún niño. Allí se convertiría en uno de los poetas cubanos más conocidos internacionalmente, no solo por sus versos, sino también por sus obras pictóricas.
Fayad Jamís con Roque Dalton
(Redacción de la Revista "Hoy",1962)

Uno de sus más conocidos poemas está dedicado a Manuel Navarro Luna, poeta revolucionario y comunista que vivió desde los seis meses de edad en la provincia Granma, donde comenzó la Revolución Cubana, formando parte de la primera alcaldía comunista de Cuba a la caída de Machado en 1933. Después del triunfo revolucionario de 1959, fue miembro activo de las Milicias Nacionales y participó en la limpia del Escambray y en la victoria de Playa Girón.

En el poema "Por esta libertad", su autor, Fayad Jamís, nos explica que vivir es darlo todo "Por esta libertad que es el terror / de los que siempre la violaron / en nombre de fastuosas miserias. / Por esta libertad que es la noche / de los opresores / y el alba definitiva de todo el pueblo", tal y como dio ejemplo el poeta revolucionario Manuel Navarro Luna, al que dedica el poema:





Por esta libertad
A Manuel Navarro Luna.

Por esta libertad de canción bajo la lluvia
habrá que darlo todo.
Por esta libertad de estar estrechamente atados
a la firme y dulce entraña del pueblo
habrá que darlo todo.
Por esta libertad de girasol abierto
en el alba de fábricas encendidas
y escuelas iluminadas
y de esta tierra que cruje y niño que despierta
habrá que darlo todo.
No hay alternativa sino la libertad.
No hay más camino que la libertad.
No hay otra patria que la libertad. 
Imagine similară
No habrá más poema sin la violenta música
de la libertad.
Por esta libertad que es el terror
de los que siempre la violaron
en nombre de fastuosas miserias.
Por esta libertad que es la noche
de los opresores
y el alba definitiva de todo el pueblo
ya invencible.
Por esta libertad que alumbra
las pupilas hundidas
los pies descalzos
los techos agujereados
y los ojos de los niños
que deambulan en el polvo.
Por esta libertad que es el imperio
de la juventud.
Por esta libertad
bella como la vida
habrá que darlo todo
si fuere necesario
hasta la sombra
y nunca será suficiente.

Fayad Jamís, (1930-1988)

28 de septiembre de 2020

Red de Blogs Comunistas (RBC): China y la epidemia de Covid-19

Sobre China y el coronavirus se ha dicho y escrito mucho. Se ha destacado por el lado positivo las contundentes medidas que han permitido al gobierno chino controlar el coronavirus en el país, la ayuda de material sanitario enviado a Europa y otros países del mundo... que ha dado lugar a expresar por parte de algunos revisionistas y reformistas de la superioridad del modelo chino, atreviéndose a calificarlo como “socialismo con características chinas”. 

Por el lado negativo se ha estigmatizado, sobretodo en el inicio de la pandemia, a la población china con consideraciones como valores culturales inferiores, una alimentación incorrecta, un gobierno dictatorial etc presentándolos como unos bárbaros que comen cualquier abominación.

Desde el exterior conocemos la opinión de los revisionistas internacionales, de lo poco que ha expresado el gobierno socialfascista chino y de lo que han dicho sus rivales imperialistas (EEUU, Japón, Unión Europea, Australia...). Sin embargo nada ha trascendido de la visión de las masas chinas y su capa social más avanzada el proletariado, ¿ que es lo que realmente ha pasado en China? ¿ como lo han vivido las masas? ¿ Realmente el modelo chino de capitalismo de Estado es superior a otros modelos?

La Red de Blogs Comunistas con el fin de dar luz a estas cuestiones ha traducido un relevante artículo escrito por un grupo clandestino marxista-leninista-maoísta chino. En él se muestra que lejos de supuestos milagros, China ha conseguido salir más bien parada de la pandemia gracias al gran sacrificio de las masas y el proletariado y en ningún caso por las virtudes de gestión del gobierno revisionista chino. El cuál muchas veces ha dificultado y puesto obstáculos a las masas para que consiguieran derrotar a la pandemia.

China - Bajo la epidemia de Covid-19

28 de mayo

NOTA NUEVO EPOCH - A continuación publicamos un artículo sobre la sociedad china bajo la pandemia, que nos fue enviado por "un grupo clandestino marxista-leninista-maoísta de China". Se nos envió con la solicitud de que se publicará, debido a la dura condición de hacerlo bajo la reciente represión en China y con la intención de ayudar al movimiento revolucionario internacional a comprender más sobre la esencia de la China imperialista.

En abril de 2020, si bien la epidemia en la mayoría de los países aún no se ha controlado de manera efectiva, la epidemia en China se ha estabilizado gradualmente. Así, en el período reciente, las llamadas "conquistas chinas", el "camino chino", el "modelo chino" y otros términos, el tambor del imperialismo chino comienza a tocar,  ¿ pero es realmente el llamado "sistema chino" lo que permitió a China avanzar en el control de la epidemia? ¿Y sigue siendo el espíritu de "servir al pueblo" de las autoridades chinas lo que puso fin a la epidemia más rápido? De hecho, superar la epidemia no podría lograrse sin el mando de las autoridades chinas, pero ¿podemos concluir de esto que el sistema chino tiene ventajas o incluso que la clase dominante de la China imperialista realmente sirve al pueblo?

¡No nunca!

Para superar una emergencia pública importante, ¿qué necesita un país primero? ¿Es un sistema político? Obviamente no, antes de estos sistemas, al menos debe haber suficiente fuerza humana movilizable y recursos materiales allí. Por el momento, China, como un país imperialista emergente, tiene abundantes recursos en su vasta tierra; La China imperialista tiene la mayoría y los mejores trabajadores del mundo, y la mayoría tiene una sencillez y un sentimiento patriótico, y así como una espada de doble filo son engañados por la burguesía; gracias a la construcción de la era socialista, la producción industrial en la China imperialista está en la cima del ranking mundial, y hay todo tipo de líneas de producción de diversos materiales. Es el apoyo de fuerzas materiales fuertes lo que permitirá a China ser un líder en salir de la epidemia. En contraste, en los viejos países imperialistas como los EE. UU., etc., debido a la codicia del capital de multiplicarse rápidamente, y debido a que la tasa de plusvalía de los viejos países imperialistas ha caído seriamente, el capital ha desembocado en capital financiero, lo que ha llevado a la desindustrialización a gran escala, mientras que la fabricación se trasladó al extranjero. ¿Cómo se puede movilizar la fuerza material el tiempo suficiente bajo estas circunstancias? China aún no ha experimentado la desindustrialización a gran escala, en gran parte porque la fuerza laboral nacional china todavía es lo suficientemente barata como para mantener las altas tasas de plusvalía de los capitalistas.

¿Puede el sistema político chino ser afirmativamente positivo debido al mejor desempeño de China en esta epidemia? Obviamente, la respuesta es no. Desde el principio, los burócratas burgueses castigaron la "fuga" de la epidemia como si fuera un rumor; más tarde, a medida que la epidemia continuó expandiéndose, murmuraron algunas palabras acerca de que [NT: el virus] era "prevenible y controlable"; al momento de atacar la epidemia, se pusieron en convivencia con algunos capitalistas comerciales como las cloacas malolientes [NT: no está claro si serían compañías de saneamiento o si es un adjetivo peyorativo] monopolizando el suministro de alimentos para obtener grandes ganancias al tiempo que proporcionan alimentos básicos. Algunos residentes intentaron romper el monopolio y fueron atrapados por la policía, otros intentaron protestar, entonces la comunidad (tentáculo de la burocracia burguesa que tiene capilaridad) tomó represalias llevando las verduras en camiones de basura.

Lo que debe mencionarse es que la Cruz Roja en Hubei desvió recursos y materiales, descuidó hospitales públicos que carecían de material y envió muchos recursos a los líderes de hospitales privados. Este fenómeno es tan abierto y descarado que las masas populares no pudieron soportarlo más. Las personas se organizaron espontáneamente para completar la cadena de suministro desde la fabricación hasta los hospitales, evitando la Cruz Roja y aliviando la necesidad urgente de los hospitales públicos. La organización espontánea de la gente y su comportamiento "antiepidémico" merece reconocimiento, pero esta actitud valiente es considerada ilegal por la Cruz Roja de Hubei y ciertos departamentos gubernamentales. Aparentemente [NT: tal actitud] no estaría a favor de una gestión unificada, pero de hecho, lo que no favorece es aceptar sobornos en los bolsillos de la burguesía burocrática.

Pero aún habrá personas que no se convencerán y dirán que el sistema de salud de China ha jugado un papel importante [Nt: en el control del virus], que el sistema de salud pública también es una característica del sistema chino. De hecho, el sistema de salud pública legado por el período socialista aún no ha desaparecido por completo y los hospitales públicos aún juegan un papel importante. Pero mirando el problema, podemos ver no solo el presente, sino también la tendencia. Con los años, con la "reforma profunda" o el revés neoliberal de las autoridades imperialistas chinas, todo se está moviendo hacia la privatización, y la industria media no es una excepción. El tipo de hospital "Putian" * (en realidad, un tipo de hospital privado) que mató a Wei Zexi brotó en las salas de emergencia como hongos en la primavera [NT: En el original, un juego de palabras se hace con 'hongo en la primavera', en inglés, spring mushroom, con la palabra 'rushroom', que significa sala de emergencias] en los últimos años. Al mismo tiempo, los hospitales públicos fueron exprimidos violentamente. Intentando ganar la confianza de la gente, por otro lado, los recursos se cortaron año tras año y el talento también se perdió año tras año. Muchos médicos de hospitales públicos se ven obligados a ir a hospitales privados para sobrevivir. Pero en esta epidemia, los hospitales privados apenas han jugado un papel positivo. Además, la seguridad social y el tratamiento médico no son únicos de la llamada "China socialista". Gran Bretaña tiene el Sistema Nacional de Salud (NHS), pero nadie pensará que este es un país socialista. Las personas que concluyen que China es socialista por tener un  sistema de salud público  importante obviamente no saben qué es el socialismo.

Evidentemente, el simple alivio prematuro de la epidemia  no prueba la superioridad del sistema imperialista chino. Usar como indicador un alivio prematuro de la epidemia para demostrar que el sistema imperialista chino es fundamentalmente superior a cualquier otro país imperialista está obviamente equivocado. Entonces, ¿la respuesta positiva de las autoridades imperialistas chinas a la epidemia se deriva realmente de la idea de servir al pueblo?

La ventaja relativa de China en la lucha contra la epidemia es que tiene una ventaja como fábrica global, que es esencialmente poderosa en la opresión despiadada de los trabajadores. El propósito de las autoridades imperialistas chinas para controlar la epidemia no era "salvar al pueblo del desastre", sino mantener el orden de la producción capitalista. Después de todo, si todos los trabajadores estuvieran enfermos, ¿cómo explotaría la burguesía su valor agregado?

Además, antes del estallido de la epidemia, la burguesía imperialista china no podía esperar para aumentar la intensidad de la explotación y la opresión. Los trabajadores de la construcción en el Hospital Leishenshan y Huoshenshan, que hicieron una importante contribución a la lucha contra la epidemia, no solo se quedaron sin cobrar, sino que también fueron exprimidos aún más bajo la justificación de los gastos de alimentos durante el aislamiento, al mismo tiempo, los salarios pendientes se redujeron al 1% del nivel original mediante deducciones, algunos trabajadores protestaron, pero lo que se negoció no fue más que represión, garrote, interrogatorios y arrestos; las bonificaciones y otros ingresos para los trabajadores de fábricas de equipos médicos también fueron cancelados por los empleadores en nombre de la lucha contra la epidemia; las doctoras y enfermeras que trabajaron arduamente para combatir la epidemia fueron utilizadas como propaganda por las autoridades chinas y para demostrar sacrificio, algunas enfermeras se vieron obligadas a rasurarse la cabeza con lágrimas, algunos equipos médicos de mujeres fueron enviados a áreas críticas de la epidemia y obligados a renunciar a los subsidios que merecían. Si, por un lado, una gran cantidad de personal médico hace grandes esfuerzos para combatir la epidemia, por otro lado, solo reciben salarios mínimos, incluso este mínimo aún está incompleto.

Ahora, en un momento en que la epidemia solo se ha suavizado pero aún no se ha derrotado por completo, las autoridades imperialistas chinas pusieron en el orden del día la reanudación del trabajo y la producción, o la restauración del orden de producción capitalista. Al promover la reanudación de la producción, las autoridades imperialistas chinas fueron extremadamente generosas con la burguesía, otorgando subsidios y préstamos con tasas bajas o sin tasas de interés, pero no proporcionaron la ayuda necesaria para los trabajadores en crisis. A lo sumo, dieron una migaja de pago. Un grupo de trabajadores marxistas chinos registró algunos hechos: el Ministro de Recursos Humanos y Seguridad Social (MRHSS) de las autoridades declaró descaradamente que "las empresas podrán negociar una reducción de los salarios y de los atrasos", "cuando se suspende la producción, se descontarán las vacaciones anuales de los trabajadores ”, y al mismo tiempo, aquellos infectados con COVID-19 durante el trabajo no contarán como un accidente en el trabajo y, por lo tanto, no pueden ser compensados; Foxxcon, un grupo de fabricación gigante que absorbió una gran cantidad de mano de obra barata, redujo a innumerables trabajadores temporales en fábricas en todas partes; un conglomerado internacional llamado Hisense fue denunciado por los despidos de decenas de miles de personas; en Shenzhen, Chengguan (Comisaría de Policía de la Agencia de Seguridad Administrativa Urbana) golpeó a un trabajador estándar sin ningún motivo; la violencia policial es rampante; BYD, un fabricante de automóviles gigante, está pagando un salario de 300 yuanes al mes para muchos empleados, lo que es suficiente para tres días de comida en las ciudades de primer o segundo orden de China.

Los registros del grupo de trabajadores marxistas y el análisis de los intelectuales progresistas demuestran que los trabajadores sufren un dolor sin precedentes, la clase trabajadora sufre una opresión violenta, pero las autoridades aún ocultan las dificultades que sufre la población, utilizando la represión y la propaganda mentirosa. para crear una escena armónica que no existe. Los hechos reportados anteriormente pueden probar completamente que los gigantes tiránicos de la burguesía monopolista de las autoridades imperiales chinas no sirven al pueblo en absoluto, sino más bien a los intereses de la burguesía.

Además, debe tenerse en cuenta que los chinos primero hicieron un gran sacrificio en esta epidemia. Debido a que el virus estalló durante el tradicional Festival de Primavera de China, los trabajadores de las fábricas de equipos médicos que estaban de vacaciones, algunos trabajadores que construyeron los hospitales, médicos y correos de Huoshenshan y Leisehnshan, y muchos otros trabajadores, abandonaron estar con sus familias, renunció a las vacaciones, enfrentó riesgos de infección y volvió al trabajo. Otras personas que no necesitaban volver a trabajar siguieron con urgencia las pautas y se quedaron en casa durante dos meses bajo la presión del desempleo y recortaron los salarios. Fueron los inmensos sacrificios hechos por el pueblo chino los que controlaron la situación de la epidemia. Esta es la organización provocada por la sencillez y el sentimiento patriótico del pueblo chino, lo que demuestra que los chinos pueden organizarse muy bien. Los sacrificios realizados por el pueblo chino para controlar la epidemia son notables. La organización demostrada por el pueblo chino en la epidemia muestra el enorme potencial revolucionario que tiene.


¡Cuando la sencillez y el sentimiento patriótico del pueblo chino se transformen en el espíritu revolucionario del proletariado, llegará el fin de la China imperialista, el pueblo chino con una gloriosa tradición revolucionaria se levantará una vez más y derrotará por completo la tiranía autocrática de la burguesía monopolista! Los chinos revolucionarios trabajarán juntos y unirán fuerzas bajo la guía del marxismo-leninismo-maoísmo, y llegarán a las masas continuamente. ¡Que las masas organicen la revolución y eventualmente hundan a los reaccionarios en el vasto océano de la guerra popular!

(Escrito por el grupo clandestino de MLM en China)

Mayo 2020

* Putian es una ciudad en el sur de China, famosa por su reputación de estafas y esquemas. Durante la restauración capitalista y  de la economía de mercado, muchos estafadores y timadores se centraron en Putian, muchos se enriquecieron en estos esquemas, organizaron pandillas de estafadores y charlatanes. Una parte de estos ingresó al campo de la medicina, lo que permitió el interés privado. Con la restauración capitalista, se privatizaron sectores de grandes hospitales, por lo que las empresas que ni siquiera necesitaban estar en el campo de la medicina, podían explorar comercialmente sectores de estos hospitales. Por lo tanto, muchos de estos edificios alquilados y departamentos de hospitales conocidos, atraían pacientes, y al final los dejaron sin tratamiento. Un caso que tuvo repercusión nacional fue el de Wei Zexi, quien murió de cáncer y que luego resultó ser que nunca había recibido tratamiento médico bajo uno de estos esquemas, y que literalmente lo dejaron morir. Los hospitales "Putian" pagaron al monopolista tecnológico Baidu (equivalente a Google Chino) para aprovechar su imagen en la red y enmascarar el escándalo, pero sin éxito, hoy "Putian" es sinónimo de golpe y charlatanismo.

26 de septiembre de 2020

Louis Althusser sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria

El filósofo francés Louis Althusser analizó la gran importancia que tuvo y ha de tener la Gran Revolución Proletaria China para un comunista, que está obligado a analizar y a aprender de ella, a la luz de la necesidad, ya subrayada por Marx y Engels, de la revolución ideológica de las masas, que tiene que ir en paralelo de la revolución de la infraestructura socialista.
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En este sentido, la GRCP no solo fue una lucha contra el triunfo del revisionismo en la URSS y en casi todo el mundo socialista, consecuencias que el movimiento comunista sigue sufriendo hoy, estancado en los errores viejos o empeñado en las desviaciones nuevas del posmodernismo del todo vale.

El texto de Althusser es, no solo fundamental para entender por qué tuvo lugar la GRCP, sino también para analizar el fracaso del comunismo en nuestros días, en un periodo en el que la organización de los trabajadores brilla por su ausencia y la división, basada en el individualismo y la superficialidad, junto a la ausencia de esfuerzo de estudio y la huida de todo sacrificio, condenan a los comunistas al sometimiento a la ideología del capital; es decir, no solamente a aceptar sus reglas de juego, sino también a defenderlas como las correctas.

En definitiva, como afirmó Althuser en su análisis:
Imagini pentru louis althusser bandera roja

"Marx, Engels y Lenin siempre proclamaron que era absolutamente necesario dotar a la infraestructura socialista, establecida por una revolución política, la correspondiente –es decir, socialista- superestructura ideológica.

Para que ocurra esto, es necesaria una revolución ideológica, una revolución en la ideología de las masas. Esta tesis expresa un principio fundamental de la teoría marxista.

Lenin era plenamente consciente de esta necesidad, y el Partido Bolchevique hizo grandes esfuerzos en esta dirección. Pero las circunstancias no permitieron a la U.R.S.S. colocar en el orden del día una revolución ideológica de masas.

El P.C.Ch. es el primer partido en emprender él mismo junto con las masas este camino a través de la aplicación de nuevos medios, el primero en colocar en el orden del día esta revolución ideológica de masas –designada con la expresión “R.C
.”.

A pesar del enorme esfuerzo de los comunistas chinos de anteponer la necesaria revolución ideológica ("la política al frente") al huero economicismo, que irremediablemente lleva a la restauración del capitalismo, en China acabó triunfando el revisionismo contra el que la GRCP se había alzado, lo que ha llevado a la restauración no solo económica, sino también ideológica, de la tiranía del capital en la República Popular China, hoy convertida en el "gigante capitalista asiático", gran defensora del mercado global y de las reglas de juego del capitalismo. Solo aprendiendo de los errores del movimiento y partidos comunistas en la historia, se puede evitar continuar cometiéndolos, algo que Althusser nos ayuda a comprender:

Sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria




Redactado: En 1966.
Primera edición: En Cahiers marxistes-leninistes, órgano de la Union des Jeunesses Communistes (Marxistes-Léninistes), UJC(ML), no. 14/nov.-dic. 1966, pags. 5-16.
Esta Edición: Marxists Internet Archive, junio de 2013.
Fuente de la traducción al castellano: Gran Marcha Hacia el Comunismo, quien realizó la traducción en enero de 2013 y la publicó en cuatro partes con el título"Sobre la Revolución Cultural" entre el 14 de enero y el 25 de enero de 2013 para "facilitar su consulta, estudio y difusión".



Sea cual sea la posición que adopte él o ella sobre la Revolución Cultural china, a ningún comunista se le permite simple y automáticamente “afrontar” este tema, si ninguna otra forma de examen, como si se tratara de un mero hecho entre otros, como un argumento entre otros.
La R.C. no es, en primer lugar, un argumento: es, sobre todo y ante todo, un hecho histórico. No es un hecho entre otros. Es un hecho sin precedentes. No es un hecho histórico reducible a sus circunstancias, no es una decisión tomada “a la luz” de la lucha del Partido Comunista de China contra el “revisionismo moderno” o en respuesta al cerco político y militar de China. Es un hecho histórico de gran importancia y larga duración. Es parte del desarrollo de la Revolución china. Representa una de sus fases, una de sus mutaciones. Hunde sus raíces en el pasado, y se prepara para el futuro. Como tal, pertenece al Movimiento Comunista Internacional de igual forma que la Revolución china.
Es por tanto un hecho histórico que debe ser examinado por sí mismo, en su independencia y profundidad, sin reducirlo pragmáticamente a éste o aquel aspecto de la coyuntura actual. Es, además, un hecho histórico excepcional. De un lado, no tienen un precedente histórico y, de otro, presenta un interés teórico intenso.
Marx, Engels y Lenin siempre proclamaron que era absolutamente necesario dotar a la infraestructura socialista, establecida por una revolución política, la correspondiente –es decir, socialista- superestructura ideológica.
Para que ocurra esto, es necesaria una revolución ideológica, una revolución en la ideología de las masas. Esta tesis expresa un principio fundamental de la teoría marxista.
Lenin era plenamente consciente de esta necesidad, y el Partido Bolchevique hizo grandes esfuerzos en esta dirección. Pero las circunstancias no permitieron a  la U.R.S.S. colocar en el orden del día una revolución ideológica de masas.
El P.C.Ch. es el primer partido en emprender él mismo junto con las masas este camino a través de la aplicación de nuevos medios, el primero en colocar en el orden del día esta revolución ideológica de masas –designada con la expresión “R.C.”.
Esta convergencia de una tesis teórica marxista que hasta la fecha permanecía en un estado teórico con un nuevo hecho histórico que es la realización de esta tesis, obviamente no puede dejar indiferente a ningún comunista. Esta fusión no puede sino suscitar interés, tanto político como teórico.
Por supuesto, la novedad, originalidad y formas inesperadas que el acontecimiento ha adoptado son necesariamente sorprendentes y desconcertantes, suscitando todo tipo de preguntas. Lo contario sería increíble.
Dadas estas condiciones, es inadmisible llegar a adoptar una posición sin un previo examen serio. Un comunista no puede, desde la distancia en que nos encontramos, hacer pronunciamientos sobre la R.C., y por tanto juzgarla, sin haber analizado, al menos en principio, las credenciales políticas y teóricas  de la R.C. basándose en los documentos originales de que  dispone él o ella y a la luz de los principios marxistas.
Esto significa:
1. Debemos en primer lugar analizar la R.C. como un hecho político, que requiere considerar, en conjunto, lo siguiente:
- la coyuntura política en que tiene lugar,
- los objetivos políticos que establece,
-los métodos y medios que adquiere y aplica.
2. Debemos examinar este hecho político a la luz de los principios teóricos marxistas (materialismo histórico, materialismo dialéctico), preguntándonos si este hecho político está, o no, en conformidad con estos principios teóricos.
Sin este doble análisis, teórico y político a la vez –un análisis que sólo podemos esquematizar brevemente aquí- es simplemente imposible para un comunista francés juzgar la R.C.


I.

ANALISIS POLITICO DE LA REVOLUCION CULTURAL


a. Coyuntura de la Revolución Cultural
El P.C.Ch., en sus declaraciones oficiales, ha subrayado la razón política fundamental de la R.C. (los “16 Puntos”, descritos por el C.C., los editoriales de Renmin Ribao)
En los países socialistas, tras la mayor o menor completa  transformación socialista de los medios de producción, existe aún está pregunta que permanece: ¿qué camino tomar? ¿Es necesario ir todo el camino hasta el final de la revolución socialista y gradualmente pasar al comunismo? ¿O, por el contrario, quedarse a medio camino y retroceder hacia el capitalismo? Esta cuestión se nos plantea de una forma particularmente aguda. (Editorial de Renmin Ribao, 15 de agosto de 1966)
La R.C.es aquí presentada de forma inequívoca como una respuesta política a una pregunta política extremadamente precisa. Esta pregunta es declarada “aguda” y “crucial”.
Esta pregunta crucial es una pregunta concreta que es planteada al P.C.Ch. en una coyuntura política definida.
¿Qué coyuntura?
En su esencia, esta coyuntura no es, como algunos comentaristas piensan, una coyuntura “global”, a saber, el serio conflicto provocado por la agresión norteamericana contra el Movimiento de Liberación de Vietnam del Sur, contra el Estado socialista de la República de Vietnam, y por las amenazas que afectan a China. La coyuntura que explica la R.C. es en  su esencia interna al socialismo.
Pero esta coyuntura igualmente no está constituida, en su esencia, por el “conflicto” entre el P.C.Ch. y el P.C.U.S. Este “conflicto” es, en lo que concierne a la R.C., relativamente marginal. La R.C. es, por encima de todo, no una “respuesta” al “conflicto”, un argumento efectuado por el P.C.Ch. contra el P.C.U.S. La R.C. responde a otra cuestión fundamental, del cual éste conflicto es sólo un aspecto o efecto.
La coyuntura de la R.C. viene constituida por los actuales problemas de desarrollo de la Revolución socialista china. El P.C.Ch. habla de China cuando declara: “la cuestión se nos plantea de una manera particularmente aguda”. De hecho, el P.C.Ch. no plantea esta cuestión  para otros países socialistas, ni sugiere que emprendan su propia R.C. Pero también está bastante claro que la coyuntura de la R.C. no se restringe sólo  a los problemas de la Revolución china. A través de la coyuntura china, es la coyuntura de  todos los países socialistas lo que está en juego. La coyuntura china aparece, de hecho, como un caso particular de la coyuntura de los países socialistas en general.
Para comprender el problema fundamental, crucial, que forma la base de la coyuntura política de la R.C., tenemos que buscarlo donde se plantea el problema. No debemos confundirnos sobre la coyuntura. Tampoco debemos buscar este problema en la coyuntura “global” (la agresión imperialista) o en la coyuntura del “conflicto P.C.Ch./P.C.U.S.”. Debemos buscarlo en la coyuntura de la revolución socialista china y, más en general, dentro de la coyuntura de los países socialistas.
Recordemos lo que es un país socialista.
Es un país donde una revolución socialista política ha tenido lugar (tomando el poder en condiciones históricas distintas, pero que conducen a la dictadura del proletariado), luego una revolución económica (socialización de los medios de producción, establecimiento de las relaciones socialistas de producción). Un país socialista  así constituido “construye el socialismo” bajo la dictadura del proletariado y, cuando el momento llega, prepara la transición al comunismo. Es un proceso a largo plazo.
Ahora, a los ojos del P.C.Ch., un examen crítico de las “experiencias positivas y negativas” de las revoluciones socialistas –sus victorias y derrotas, sus dificultades, su progreso, su grado de avance (en la U.R.S.S., en los países socialistas de Europa Central, en Yugoslavia, en China, en Corea del Norte, en Vietnam del Norte, en Cuba) –muestra que cada país socialista se ha encontrado, o se encuentra, o se encontrará,  incluso cuando ha completado “más o menos” la socialización de los medios de producción, enfrentado con un problema crucial: el relativo al de los dos “caminos”.
El problema es el siguiente. Lo presentaremos en forma de preguntas.
En las diferentes fases de las transiciones revolucionarias que hacen que una forma social de capitalismo pase al socialismo y luego al comunismo, ¿no existe, en cada una de estas fases, un riesgo objetivo de “regresión”? ¿No es este riesgo el resultado de la política seguida por el partido revolucionario, su corrección o falsedad; no sólo su línea general, sino también las formas específicas que es aplicada? ¿En el modo que la jerarquía y articulación de los objetivos está determinado y en los mecanismos objetivos (económicos, políticos, ideológicos) llevados a cabo por esta política? ¿No existe una lógica y una necesidad a estos mecanismos  de tal modo que puedan causar al país socialista “regresar hacia el capitalismo”? Más aún, ¿acaso este riesgo no está exacerbado por al existencia del imperialismo, por su medios (económicos, políticos, militares, ideológicos), por el apoyo que puede inspirarse de ciertos elementos dentro del país socialista, ocupando algunos de los vacíos de este país (como por ejemplo la ideología), utilizando sus mecanismos para neutralizar y utilizarlo políticamente, y luego dominarlo económicamente?
Considerando este riesgo general, y utilizando los términos actualmente desplegados por el Partido Comunista de China, está el futuro del socialismo en un país completamente, es decir, definitivamente, irreversible, cien por cien asegurado basado en el mero hecho que este país ha logrado una doble revolución, tanto política como económica? ¿No puede regresar al capitalismo?
¿Acaso no tenemos un ejemplo de una regresión tal: Yugoslavia?
¿No es posible, entonces, que un pais socialista pueda conservar, incluso durante un largo tiempo, la forma o formas externas (económicas, políticas) de socialismo, al tiempo que se va dejando  progresivamente neutralizado y luego utilizado políticamente y dominado económicamente por el imperialismo?
Este problema guarda relación con la tesis del P.C.Ch. sobre el riesgo que un país socialista puede “retornar” al capitalismo. Es sobre la base de esta tesis general que es posible afirmar que los países socialistas se encuentran constantemente confrontados con una alternativa entre los dos “caminos”. Esta alternativa puede, en determinadas circunstancias, convertirse en particularmente crítica, incluso hoy. Por tanto, dos caminos se abren ante los países socialistas, a la vista de los resultados obtenidos en su revolución:
-  el camino revolucionario, que conduce más allá de los resultados obtenidos, hacia la consolidación y desarrollo del socialismo, luego hacia el paso al comunismo.
-  el camino regresivo, que se repliega de los resultados obtenidos, hacia la neutralización y posterior utilización y más tarde dominación y “digestión” económica de un país socialista por el imperialismo: el camino de la “involución hacia el capitalismo”.
Así pues, la alternativa entre los dos caminos es esta: o bien “detenerse a medio camino”, que en realidad significa dar marcha atrás, o no “detenerse a medio camino”, es decir, seguir avanzando hacia adelante.
En los textos oficiales chinos, el primer camino se caracteriza, en forma abreviada, como el camino “capitalista” (es la cuestión de “los dirigentes que toman el camino capitalista”), y el segundo camino se caracteriza, nuevamente en forma abreviada, como “el camino revolucionario”.
Tal es el problema político dominante planteado por la coyuntura política de la R.C.

b) Objetivos políticos de la Revolución Cultural
Para China, la R.C. ofrece una respuesta a esta pregunta, una solución a este problema. Para China: pero está claro que esta solución, al igual que este problema, sobrepasa infinitamente la coyuntura china tanto en su importancia como en sus efectos.
El P.C.Ch. declara: estamos en una encrucijada. Debemos escoger: o bien detenernos a medio camino, en cuyo caso nosotros de hecho, incluso si afirmamos lo contrario, tomamos el camino de la involución, el “camino capitalista”, o nos decidimos a marchar adelante, tomamos los pasos necesarios, y entonces nos encaminamos por “el camino revolucionario”.
Es precisamente en este punto en la coyuntura china que la R.C. interviene.
El P.C.Ch. declara que, con objeto de reforzar y desarrollar el socialismo en China, a fin de asegurar su futuro y protegerlo de una manera duradera de cualquier riesgo de involución, debe añadir una tercera revolución a las anteriores revoluciones políticas y económicas: una revolución ideológica de masas.
El P.C.Ch. llama a esta Revolución ideológica de masas la Revolución Cultural Proletaria.
Su objetivo final es transformar la ideología de las masas, reemplazar la ideología feudal, burguesa y pequeñoburguesa que aún impregna a las masas de la sociedad china por medio de una nueva ideología de masas, proletaria y socialista –y de esta manera dotar a la infraestructura económica socialista y a la superestructura política de la superestructura ideológica correspondiente.
El objetivo final define el objetivo más lejano de la C.R. La R.C. sólo puede ser un proceso de larga duración.
Sin embargo, el objetivo final desde ahora en adelante depende en el problema esencial y dominante de la coyuntura: el problema de la encrucijada, el problema de los dos caminos.
La articulación de este objetivo destaca claramente en todos los textos oficiales chinos estableciendo la jerarquía de los actuales objetivos: “El movimiento en marcha tiene como principal objetivo aquellos que, en el Partido, mantienen posiciones de dirección, y han tomado el camino capitalista”. Es por tanto dentro del Partido, de donde depende todo, es con el propio Partido, que la R.C. debe iniciarse, mientras a la vez se desarrolla en otros dominios. La R.C. plantea, de manera inmediata  directa, una pregunta a  los dirigentes, la pregunta esencial, la pregunta de qué camino están tomando, el camino que tienen intención de tomar: el “camino capitalista” o el “camino revolucionario”.
El objetivo esencial inequívoco indica el problema central al que responde la R.C.
Por supuesto, la R.C. tiene, a partir de este punto, otros objetivos. Al igual que la ideología está presente en todas las prácticas de una sociedad determinada, la R.C. asume el máximo posible en las formas de la ideología que interviene en las prácticas económicas, las prácticas políticas, las prácticas pedagógicas, etc.
En todas estas esferas, la R.C. define objetivos a corto plazo, planteados con miras a sus objetivos más distantes. Todos están articulados en última instancia teniendo en cuenta solucionar el problema esencial: el problema de los dos caminos.

c) Medios y métodos de la Revolución Cultural
En cuanto a los medios y métodos de la R.C., descansan en el principio de que la R.C. debe ser una revolución de las masas que transforma la ideología de las masas y está realizada por las propias masas.
No es simplemente una cuestión de transformar la ideología o reformar la comprensión de algunos intelectuales o algunos dirigentes. No es siquiera una cuestión de transformar la ideología sólo del Partido Comunista, suponiendo que tal cosa fuera necesaria. Es una cuestión de transformar las ideas, los métodos de pensar, los métodos de actuar, las costumbres de las masas de todo el país, varios centenares de millones de personas, campesinos, obreros, intelectuales.
Ahora, una transformación tal de la ideología de las masas sólo puede ser el trabajo de las propias masas, actuando dentro y a través de organizaciones que son organizaciones de masas. La política del P.C.Ch. consiste, entonces, en hacer el llamamiento más extenso posible y tener la mayor confianza en las masas, y en invitar a todos los dirigentes políticos a seguir, sin indecisiones e incluso con una cierta audacia, la “línea de masas”. Es necesario dejar que las masas hablen, y tener confianza en las iniciativas de las masas. Los errores, inevitables en todo momento, tendrán lugar: serán corregidos dentro del movimiento, las masas se educarán a sí mismas dentro y a través de la acción. Pero debemos evitar a toda costa refrenar o restringir este movimiento de antemano, con el pretexto que los errores o excesos son “posibles”: esto quebraría el movimiento. Es también necesario prever que existirán resistencias, a veces considerables, al movimiento de masas: son normales, dado que la R.C. es una forma de la lucha de clases. Estas resistencias provendrán de los representantes de las antiguas clases dominantes y también pueden provenir, en algunos casos, de masas mal dirigidas o mal atendidas, e incluso pueden provenir de ciertos dirigentes del Partido. Será necesario tratar todos los casos de manera diferente, distinguiendo a los enemigos de los amigos, entre adversarios, distinguiendo entre los elementos hostiles e irreductibles, los dirigentes que están atascados en sus métodos o confusos, aquellos que son reacios y aquellos que son débiles. En ningún caso, incluso contra el enemigo de clase burgués (crímenes castigados por la ley), se debe recurrir a los “golpes” y recurrir a la violencia, pero siempre al razonamiento y la persuasión.
Las masas sólo pueden actuar en organizaciones de masas. Los medios más originales e innovadores de la R.C. se encuentran en el surgimiento de organizaciones específicas a la R.C., organizaciones distintas de otras organizaciones de la lucha de clases (sindicato y Partido). Las organizaciones específicas a la R.C. son organizaciones de la lucha de clases ideológica.
Estas organizaciones parecen haber surgido originalmente como resultado de iniciativas desde la base (creación de círculos, grupos de estudio, comités populares). Igual que Lenin hizo con los Soviets, el P.C.Ch. reconoció su importancia, las apoyó y extendió su ejemplo a toda la R.C., entre los obreros, campesinos, intelectuales y la juventud.
El P.C.Ch. es muy cuidadoso de vincular estas nuevas organizaciones a las antiguas. Esa es la razón por la que constantemente se nos recuerda que la R.C. es llevada a cabo bajo la dirección del Partido, y que los objetivos de la R.C. deben ser constantemente combinados, tanto en las fábricas y los campos, con objetivos ya definidos para la “educación socialista”, que las organizaciones estudiantiles no deben intervenir en las fábricas ni en los sectores campesinos, donde los obreros y campesinos desarrollarán ellos mismos la R.C., que la R.C. no debe entorpecer la producción sino asistirla, etc.
Al mismo tiempo, el P.C.Ch. declara que estas son organizaciones juveniles de masas, principalmente la juventud urbana, compuestas por tanto por la mayor parte de estudiantes de escuelas superiores y universidades, y que son actualmente la vanguardia del movimiento. Es una situación objetiva, pero su importancia política es clara. De un lado, de hecho, el sistema educativo vigente para la educación de la juventud (no olvidemos que la escuela marca profundamente a las personas, incluso durante periodos de mutación política), era en China un bastión de la ideología burguesa y pequeño burguesa. De otro, la juventud, que no ha experimentado luchas y guerras revolucionarias, constituye, en un país socialista, un asunto muy delicado, un lugar donde el futuro está en gran parte en juego. La juventud no es únicamente revolucionaria por el hecho de haber nacido en un país socialista, ni por crecer escuchando historias de las hazañas de sus mayores. Si, pese a todas las energías de su edad, se encuentra, debido a errores políticos, abandonada a un caos o “vacío” ideológico, se entrega entonces a formas ideológicas “espontaneístas” que llenan incesantemente este “vacío”: ideologías burguesas y pequeño burguesas, ya sea heredadas de su propio pasado nacional o importadas desde el exterior. Estas formas encuentran sus puntos naturales de apoyo en el positivismo, el empirismo y el tecnicismo “apolítico” de los escolares y otros especialistas. A cambio, si un país socialista asigna a su juventud una gran tarea  revolucionara y la educa para esta acción, no sólo la juventud contribuirá, en la R.C., a la transformación de la ideología existente; se educará y transformará su ideología. Es en la juventud que la ideología, de cualquier tipo, tiene el mayor impacto. La cuestión es saber qué ideología debe actuar sobre la juventud de un país socialista. La R.C. responde, en general, a esta cuestión. Las organizaciones de la juventud de la R.C. dan la respuesta a la juventud.
Finalmente, debe señalarse que el llamamiento para la R.C., el llamamiento a las masas, el llamamiento para el desarrollo de las organizaciones de masas de la R.C., sus métodos, incluyendo las condiciones de crítica de los dirigentes de “emprenden el camino capitalista”, son realizados por el Partido Comunista, que por tanto mantiene la organización clave, central y dirigente de la Revolución china. También debe señalarse que el Partido estableció, con gran insistencia, la ley teórica y práctica de la R.C., su ley suprema: “el Pensamiento Mao Tsetung”, es decir, el marxismo-leninismo aplicado a la existencia de la Revolución china y el socialismo, el marxismo-leninismo enriquecido por esta experiencia, y expresado en una forma directamente accesible para las masas.
La R.C. es, por tanto, ni la exaltación de un “espontaneísmo” ciego de las masas, ni una “aventura” política. El llamamiento a las masas, la confianza en las masas y la creación de organizaciones de masas corresponde a las necesidades y posibilidades de las masas. Pero al mismo tiempo, la R.C. es una decisión considerada y deliberada, emprendida por el Partido: se asienta en un análisis científico de la situación, y por tanto en los principios de la teoría y práctica marxistas. De forma similar, la suprema ley de la R.C. es, en la teoría al igual que en la práctica, el marxismo-leninismo.
Tales son la coyuntura, los objetivos, los medios y los métodos de la R.C.

II. 

REVOLUCÍÓN CULTURAL Y PRINCIPIOS TEÓRICOS MARXISTAS


Naturalmente, este análisis político de la R.C. plantea toda una serie de problemas teóricos.
La R.C. propone, con sus decisiones, un número de nuevas tesis políticas: el riesgo de “involución” de un país socialista hacia el capitalismo, la continuación de la lucha de clases en un régimen socialista tras la transformación, mayor o menor, de las relaciones de producción, la necesidad de una revolución ideológica de masas y de organizaciones de masas específicas para este revolución, etc.
¿Estas nuevas tesis políticas se ajustan a la teoría marxista?
a) La tesis central, que plantea los problemas teóricos más importantes, es la tesis concerniente a la posibilidad de “involución” de un país socialista hacia el capitalismo. La tesis se desarrolla en contra de muchas convicciones ancladas en las interpretaciones ideológicas del marxismo (interpretaciones religiosas, evolucionistas, economicistas)
Esta tesis es, de hecho, impensable si el marxismo es una filosofía esencialmente religiosa que garantiza el socialismo presentándolo como el objetivo hacia el que la historia humana ha trabajado siempre. Pero el marxismo no es una filosofía de la historia, y el socialismo no es el “final” de la historia.
Esta tesis sería igualmente impensable si el marxismo fuera un evolucionismo. En una interpretación evolucionista del marxismo, existe un orden necesario y garantizado de modos de producción: uno no puede, por ejemplo, “saltarse” un modo de producción. Esta interpretación ofrece una garantía de que siempre estás moviéndote hacia delante, excluyendo por tanto en principio cualquier riesgo de “involución”: desde el capitalismo sólo, podemos proseguir hacia el socialismo, y desde el socialismo al comunismo, no hacia el capitalismo.
Y cuando, por necesidad, el evolucionismo debe admitir la posibilidad de “involución” piensa que el retroceso es para regresar a las viejas formas del pasado, que han permanecido inmutables en sí mismas. Pero el marxismo no es evolucionismo. Su concepción de la dialéctica histórica permite demoras, distorsiones, involuciones sin repetición, saltos, etc. De este modo, para el marxismo, ciertos países pueden “pasar al socialismo” sin haber “pasado a través” del capitalismo. Esta es la razón por la cual es posible la involución hacia un modo de producción que ha sido en principio superado (por ejemplo Yugoslavia). Pero es por esta misma razón que esta involución no es un retorno puro y simple al pasado, hacia un pasado intacto, hacia viejas formas: ocurre a través de un proceso distinto, la inserción de nuevas formas (formalmente socialistas) en un sistema de modo de producción capitalista, produciendo una forma original de capitalismo bajo “apariencias” socialistas.
La tesis de la “involución” sería, finalmente, imposible si el marxismo fuera economicismo. En una interpretación economicista del marxismo, la abolición de las bases económicas de las clases sociales es todo lo que es necesario para confirmar la desaparición de las clases sociales, y con ellas, la lucha de clases y la necesidad de la dictadura del proletariado, y por tanto, el carácter de clase del Partido y del Estado –con el fin, en otras palabras, de poder declarar que la victoria del socialismo ha sido “asegurada definitivamente”. Pero el marxismo no es economicismo.
b) De hecho, una clase social no se define únicamente por las posiciones de sus miembros en las relaciones de producción y por tanto por las relaciones de producción: se define también, al mismo tiempo, por su posición en las relaciones políticas e ideológicas, que permanecen como relaciones de clase mucho después de la transformación socialista de las relaciones de producción.
No hay duda que lo económico (las relaciones de producción) define a una clase social en última instancia, pero la lucha de clases constituye un sistema y actúa a distintos niveles (económico, político, ideológico); la transformación de un nivel no hace desaparecer las formas de la lucha de clases en los otros niveles. De esta manera, la lucha de clases puede continuar bastante virulentamente en el nivel político, y sobre todo en el nivel ideológico, mucho después de la supresión más o menos completa de las bases económicas de las clases poseedoras en un país socialista.
Es, por tanto, esencialmente en relación a las formas de la lucha de clases política y especialmente ideológica que las clases sociales se definen: dependiendo en el lado que se posicionen en las luchas políticas e ideológicas.
Esto no significa que la determinación de las clases sociales por la economía esté en un paréntesis. En los países socialistas, dependiendo de las etapas de su historia, persisten ciertas relaciones económicas (al menos la producción de mercancías a pequeña escala, que tanto preocupó a Lenin) que constituyen una base económica para la distinción entre clases y para la lucha de clases. Igualmente, notables diferencias en los ingresos pueden servir como soporte económico para las distinciones necesarias para la supervivencia de una lucha de clases que se materializa fuera de la esfera económica: en el dominio político, y, por encima de todo, en el dominio ideológico.
c) Esta es la cuestión esencial: la tesis de la “involución” presupone que, en una cierta coyuntura en la historia de los países socialistas, lo ideológico puede convertirse en la cuestión estratégica en la cual se decide todo. Es, por tanto, en la esfera ideológica que se localiza la encrucijada. El futuro depende en lo ideológico. Es en la lucha de clases ideológica donde se juega el destino (progreso o retroceso) de un país socialista.
Esta tesis relativa la posibilidad de un papel dominante para lo ideológico en la coyuntura de la historia del movimiento obrero sólo puede desarrollarse contra los “marxistas” economicistas, evolucionistas y mecanicistas, es decir, aquellos que no saben nada de la dialéctica materialista. Es sorprendente sólo para aquellos que confunden la contradicción principal y secundaria, el aspecto principal y secundario de la contradicción, la revocación de los aspectos y contradicciones principal y secundaria, etc., en resumen, aquellos que confunden la determinación en última instancia de lo económico con la dominación de esta o aquella instancia (la económica, política o ideológica) en este o aquel modo de producción o en esta o aquella coyuntura política.
En su decisión y desarrollo, la R.C. llega por tanto a proclamar dos tesis:
- 1. En un país socialista, el proceso de “involución” puede iniciarse con lo ideológico; es a través de lo ideológico que ocurrirá el efecto que progresivamente tocará la esfera política y luego económica.
- 2. Es emprendiendo una revolución en la esfera ideológica, en dirigir la lucha de clases en la esfera ideológica, que resulta posible impedir o luchar contra este proceso y dirigir a un país socialista en la otra dirección: por el “camino revolucionario”.
Formalmente, la primera tesis significa: una vez que un país socialista ha suprimido las bases económicas de las viejas clases sociales, puede pensar que ha suprimido las clases y por tanto la lucha de clases. Puede pensar que la lucha de clases ha sido superada, incluso aunque continué actuando en el dominio político y principalmente en el dominio ideológico. No ver que la lucha de clases puede desenvolver en su forma más pura (por excelencia) en la esfera ideológica es abandonar la esfera de lo ideológico a la ideología burguesa, es abandonar el terreno al adversario. Si el adversario está en el campo de batalla sin ser identificado y tratado como un adversario, entonces está llevando la batuta, y no nos debe sorprender cuando gana territorio. Lo que puede sobrevenir es la instalación de mecanismos ideológicos, políticos y económicos conducentes a la restauración del capitalismo. Lo que puede sobrevenir es la neutralización política, luego la utilización política y luego la dominación económica del país socialista por el imperialismo. De hecho, es impensable que un país socialista pueda permanecer socialista mucho tiempo si se basa de hecho en esta contradicción: una infraestructura socialista y una superestructura ideológica burguesa.
La R.C. saca sus conclusiones de esta contradicción: debemos emprender una revolución en la ideológico a fin de dar al país socialista para que esté dotado con una infraestructura socialista y una superestructura ideológica socialista.
Esta tesis no es nueva. Marx y Lenin la recuerdan constantemente. Marx afirmó que por cada infraestructura debería existir la “correspondiente” superestructura propia, y que en una revolución socialista no es sólo lo político y lo económico lo que debe cambiar sus bases y formas, sino también lo ideológico. Lenin habló abiertamente de la necesidad vital de la revolución cultural.
Lo que es nuevo es que esta tesis teórica está hoy en el orden del día de la política práctica de un país socialista. Por primera vez en la historia del movimiento obrero, un país socialista considera necesario poner en acción esta tesis, y se encuentra capaz de hacerlo.
No es suficiente decir que esta tesis es, fundamentalmente, clásica- La práctica de su puesta en acción es algo completamente nuevo, clarificando a su vez esta tesis teórica y los principios sobre los que se basa. Es imposible emprender una revolución ideológica de masas sin aprender algo nuevo sobre tanto la ideología como sobre las masas. Estamos comenzando a ver que la R.C. no plantea simplemente problemas teóricos con respecto a tesis teóricas existentes: dirige nuestra atención a nuevos conocimientos teóricos que su práctica produce y requiere.
d) Es en este sentido que la R.C. pone en juego principios marxistas concernientes a la naturaleza de lo ideológico.
¿Cuál es el ámbito de lo ideológico?
La teoría marxista muestra que cada sociedad comprende tres niveles específicos, instancias o ámbitos:
- el económico  ————-> infraestructura
- el político  ——————> superestructura
- el ideológico
Estos “niveles” están articulados entre sí de un amanera compleja.
Es lo económico lo que es determinante en última instancia.
Cuando utilizamos una metáfora arquitectónica (la de una casa: infraestructura/superestructura), decimos que lo  ideológico representa uno de los niveles de la superestructura. Hacemos esto para indicar su posición en la estructura social (superestructura y no infraestructura), su relativa autonomía con relación a lo político y lo económico, y al mismo tiempo sus relaciones de dependencia con relación a lo político y lo económico.
Si, por el contrario, queremos sugerir la forma concreta de existencia de lo ideológico, es mejor compararlo a un “cemento” más que al suelo de un edificio. De hecho, lo ideológico se filtra, en todas las habitaciones del edificio: en la relación de los individuos a todas sus prácticas, a todos sus objetos, en sus relaciones con la ciencia, la tecnología, las artes, en sus relaciones a la práctica económica y la práctica política, en sus relaciones “personales”, etc. Lo ideológico es lo que, en una sociedad, distingue y cimienta, ya sean distinciones técnicas o de clase.
Mientras lo ideológico regula las relaciones “vividas” de los individuos en relación a sus condiciones de existencia,  a sus prácticas, a sus objetos, a sus clases, a sus luchas, a su historia y a su mundo, etc., lo ideológico no es individual ni subjetivo en su carácter.
Como todos los “niveles” de la sociedad, lo ideológico está formado por relaciones sociales objetivas. Igual que existen relaciones sociales (económicas) de producción, existen también relaciones sociales políticas y “relaciones sociales ideológicas”. Esta última expresión es utilizada por Lenin (en “¿Quiénes son los `amigos del pueblo´?”). Deben tomarse al pie de la letra. A fin de conocer lo ideológico, debemos conocer estas relaciones sociales y de qué se componen.
Efectivamente, ¿de qué se componen estas relaciones? No sólo se componen de sistemas de ideas-representaciones, sino también de sistemas de conductas-comportamientos; por tanto, de sistemas tanto “teóricos” como “prácticos”. Lo ideológico incluye no sólo sistemas de ideas (ideologías en el sentido estricto), sino también sistemas de prácticas de conducta-comportamiento (hábitos o costumbres).
Las ideas y costumbres están relacionadas dialécticamente. Dependiendo en la situación de clase y la coyuntura, puede haber o bien una identidad parcial o general, o una discrepancia o contradicción entre ideas y costumbres. En la lucha ideológica, es muy importante reconocer las ideas y costumbres que el partido del adversario ideológico encarna, al igual que es muy importante saber cómo hacer las distinciones necesarias entre ideas, o entre ideas y costumbres. Los grandes revolucionarios siempre han sabido cómo hacer estas distinciones y mantener lo que es “bueno” del pasado mientras han rechazado lo que es “malo” en el ámbito tanto de las ideas como de las costumbres. Sea cual sea el caso, una revolución ideológica debe ser necesariamente una revolución no sólo en ideas –o ideologías- sino también en conductas y comportamientos prácticos –o costumbres.
Esta doble naturaleza de lo ideológico nos permite comprender que las tendencias ideológicas pueden inscribirse en determinados comportamientos y en determinadas conductas prácticas al igual que en ideas. Nos permite comprender que determinadas “costumbres” o “hábitos de trabajo” y “hábitos de dirección”, un determinado “estilo” de dirección, puede tener una significación ideológica, y ser contraria a la ideología revolucionaria, incluso cuando son las acciones de los dirigentes socialistas. La ideología burguesa puede por tanto encontrar apoyo en determinadas prácticas, es decir, en determinadas costumbres políticas, técnicas, burocráticas, etc., de los dirigentes socialistas. Si estos “hábitos de trabajo” y “hábitos de dirección” se multiplican, ya no son “peculiaridades” o flaquezas: pueden ser o convertirse en señales de distinción social, tomar partido (conscientemente o no) en la lucha de clases ideológica. Por ejemplo, el comportamiento burocrático o tecnocrático de los dirigentes, ya sean dirigentes económicos, políticos o militares, pueden constituir muchos puntos de apoyo, dentro del dominio ideológico de un país socialista, para la ofensiva ideológica de la burguesía.
Si la R.C. aborda seriamente este peligro, es porque está en conformidad con la teoría marxista de la ideología. Pero al mismo tiempo, abordándolo seriamente, está obligada a profundizar su teoría, y por tanto a llevarla más allá.
e) Finalmente, la R.C. pone en juego los principios del marxismo con respecto a sus formas y organizaciones.
En realidad, la tesis del P.C.Ch. supone que existen organizaciones de masas específicas a la R.C., y por tanto que estas organizaciones son distintas del Partido.
Lo que claramente plantea el problema, para muchos comunistas, es la existencia de estas nuevas organizaciones que son diferentes del Partido.
La cuestión de las organizaciones de la lucha de clases y su distinción, es una vieja cuestión del movimiento obrero.
Fue establecida por Marx, Engels y Lenin en la medida que era un asunto de organización de la lucha de clases económica (el sindicato) y la organización de la lucha de clases ideológica (el Partido). Esta distinción funcional correspondía a una distinción en términos de forma. El sindicato era una organización de masas (sin centralismo democrático). El Partido era una organización de vanguardia (con centralismo democrático).
Hasta ahora, el Partido ha sido responsable para tanto la lucha política como la lucha ideológica. La C.R. añade esta innovación sorprendente, creando un nuevo y tercer tipo de organización: una organización específica a la lucha de masas ideológica. Es indudable que llamada a aplicar las decisiones del Partido. Pero es diferente de él. Además, este tipo de organización se distingue del Partido en la medida que es, como los sindicatos, una organización de masas (no es gobernada por el centralismo democrático: se dice que los dirigentes de estas organizaciones de la R.C. deben ser elegidos “como los diputados de la Comuna de París”).
¿Pero está esta sorprendente innovación en conformidad con los principios teóricos del marxismo?
Formalmente, se puede decir que la distinción entre organizaciones refleja la distinción entre instancias o niveles de realidad social. Una organización de masas para el nivel económico (sindicato); una organización de vanguardia para el nivel político (el Partido); una organización de masas para el nivel ideológico (las organizaciones de la R.C.).
Pero quizás debemos ir más allá y preguntar por qué este tercer tipo de organización, que no existía antes, y que Marx y Lenin no anticiparon, es de ahora en adelante indispensable en un país socialista.
Podemos sugerir, prudentemente pero no sin razón, que la respuesta a esta pregunta se puede encontrar en el cambio de posición tanto del Partido como del sindicato con respecto al Estado en un régimen socialista.
Tras la primera toma revolucionaria del poder, durante la dictadura del proletariado, el Partido debe asumir la dirección del Estado, el poder del Estado y el aparato del Estado. En este caso, una fusión parcial pero inevitable ocurrirá entre el Partido y el aparato del Estado.
De esta manera, se plantea un serio problema, uno que Lenin subrayó en términos dramáticos en los textos de finales de su vida (“Purgando el Partido”, “¿Cómo Debemos Reorganizar la Inspección Obrera y  Campesina?”): ¿cómo debemos regular las relaciones entre el Partido y el Estado a fin de evitar los obstáculos de burocracia y tecnocracia al igual que sus graves efectos políticos?
Lenin buscó la solución a este problema en un organismo: la Inspección Obrera y Campesina. Este organismo era una emanación del Partido. No era una organización propiamente hablando. Mucho menos una organización de masas.
El problema planteado por Lenin en términos dramáticos (era consciente que esta solución excedía a las fuerzas entonces existentes en la U.R.S.S.), fue respondido, cuarenta años después, por el P.C.Ch. con la R.C.
Responde a esta pregunta estableciendo no un organismo para supervisar las relaciones entre el Partido y el Estado, sino estableciendo un movimiento de masas y una organización de masas cuya tarea “principal” consiste hoy, en la R.C., en identificar y criticar a los dirigentes que se han separado de las masas, que se comportan de manera burocrática y tecnocrática, que por sus ideas o sus “costumbres”, hábitos de vida, trabajo y dirección, abandonan el “camino revolucionario” y “emprenden el camino capitalista”.
La R.C. añade una solución completamente nueva al problema planteado por Lenin. El tercer tipo de organización, responsable para la tercera revolución, debe ser distinto del Partido (tanto en su existencia como en su forma organizativa) a fin de obligar al partido a distinguirse del Estado, en un periodo durante el cual está en parte forzado, y en parte tentado, a fusionarse con el Estado.
Si estos análisis son, pese a su naturaleza esquemática, correctos en principio, está claro que la R.C. es de interés, directa o indirectamente, a todos los comunistas.
El gran interés político y teórico de la R.C. es que constituye  un recordatorio solemne de la concepción marxista de la lucha de clases y la revolución. La cuestión de la revolución socialista no se soluciona definitivamente por la toma del poder y la socialización de los medios de producción. La lucha de clases continúa bajo el socialismo, en un mundo ensombrecido por las amenazas del imperialismo. Es por tanto por encima de todo en la esfera ideológica que la lucha de clases decide la suerte del socialismo; progreso o involución, camino revolucionario o camino capitalista.
Las grandes lecciones de la R.C. van más allá de China y de los otros países socialistas. Son de interés al conjunto del movimiento comunista internacional.
Nos recuerdan que el marxismo no es ni una religión de historia, ni evolucionismo, ni economicismo. Nos recuerdan que el dominio de lo ideológico es uno de los campos de la lucha de clases, y que puede convertirse en el lugar estratégico donde se juegue, bajo determinadas circunstancias, la suerte de la lucha entre clases.
Nos recuerdan que existe una vinculación extremadamente estrecha entre la concepción del marxismo y la lucha de clases ideológica.
Nos recuerdan que cada gran revolución sólo puede ser la obra de las masas, y que el papel de los dirigentes revolucionarios, mientras dotan a  las masas de los medios para orientarse y organizarse a sí mismas, mientras les proporcionan el marxismo-leninismo como brújula y ley, es estar presentes en la escuela de las masas, a fin de ayudarles a expresar su voluntad y resolver sus problemas.
No es una cuestión de exportar la R.C. Pertenece a la Revolución china. Pero sus lecciones teóricas y filosóficas pertenecen a todos los comunistas .Los comunistas deben tomar prestadas estas lecciones de la R.C. y beneficiarse de ellas.
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