26 de julio de 2023

Antonio Machado y la Unión Soviética

Como suele pasar en un mundo cultural subyugado por la clase capitalista, la cultura se usa como plataforma para lograr la hegemonia ideológica entre los dominados, usando para ello cualquier método, ya sea la mentira o, igualmente, la censura total o parcial de un autor o de parte de su obra.

Antonio Machado es, si cabe, uno de los genios de nuestra lengua más manipulados por las mafias editoriales y mediáticas de nuestro país. Vendido como el vate de Castilla, el reflexivo poeta o el hacedor de nuevos romances,  la biografía y militancia del gran poeta son, en realidad, mucho más ricas de lo que nos cuentan, siendo su vida ejemplar, comprometida, víctima de la tijera del censor que hoy actua de forma taimada pero eficaz. 

Sin embargo, una faceta de Antonio Machado que el capital oculta convenientemente es su defensa activa del acercamiento a la Unión Soviética. Además de que fue un convencido republicano y antifascista, lo que hizo que huyera tras el triunfo fascista en España en 1939 a la Francia donde murió poco después, lideró, durante los tiempos de gobierno del Frente Popular, una organización, fundada en febrero de 1933 y domiciliada en la Gran Vía de Madrid, denominada: “Asociación de Amigos de la Unión Soviética“ .

La declaración de intenciones de aquella  agrupación, similar a las creadas por toda Europa por los militantes comunistas y simpatizantes, era: “No tendremos más programa ni más bandera que decir y ayudar a conocer la verdad sobre la URSS, combatiendo con las armas de la verdad la mentira, la calumnia y la deformación”.

Tanto es así que el autor del famoso "caminante no hay camino, se hace camino al andar", no dejó en sus últimos años de vida de caminar siempre en contra de la bestia nazi, de subrayar el papel decadente del capitalismo en sus últimas fases y de tratar, incluso, a figuras demonizadas como la de Stalin con simpatía y raciocinio.

Así en sus escritos sobre la guerra, recopilados en La Guerra. Escritos: 1936-39, da argumentos muy interesantes y clarificadores sobre las causas de la guerra española o, de paso, aunque solo la intuyera por su anticipado fallecimiento en el exilio francés, de la futura guerra mundial, además de otros acerca de las siniestras similitudes entre fascistas y capitalistas y, por su puesto, en defensa de la Revolución Soviética, de la Rusia revolucionaria y de, incluso, el camarada Stalin, denostado y objeto ya en su época de campañas criminalizadoras que se intensificarían mucho más tras la victoria del Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial.

Por ejemplo, opina sobre el papel ridículo y vergonzoso de la Sociedad de Naciones, en relación a su defensa de la No Intervención en la Guerra Civil Española, del mismo modo que en su papel ambiguo en el rechazo a las ambiciones italoalemanas en el periódo interbélico, en un evidente apoyo encubierto a las potencias fascistas (que, en España, fueron el verdadero motor de las tropas de Franco). Machado escribe: "Reparemos en su actuación desdichada en la Sociedad de Naciones, convirtiendo una institución nobilísima, que hubiera honrado a la humanidad entera, en un órgano superfluo, cuando no lamentable, y que sería de la más regocijante ópera bufa si no coincidiese con los momentos más trágicos de la historia contemporánea"

Y  de esa humillación de las potencias capitalistas ante el fascismo y sobre este, afirma que: "Ellos no invocan la abrumadora tradición de cultura de sus grandes pueblos respectivos: la declaran superflua; proclaman, en cambio, una voluntad ambiciosa, un culto al poder por el poder mismo, un deseo arbitrario de avasallar al mundo, que pretenden cohonestar con una ideología rancia, cien veces refutada y reducida al absurdo por el solo hecho de la guerra europea. Roma y Berlín son hoy los pedestales de esas dos figuras de teatro, abominables máscaras que suelen aparecer en los imperios llamados a ser aniquilados, por enemigos del género humano. La historia no camina al ritmo de nuestra impaciencia. No vivirá mucho, sin embargo, quien no vea el fracaso de esas dos deleznables organizaciones políticas que hoy representan Roma y Berlín".

Imagini pentru antonio machado mitinTambién son ilustrativos sus comentarios acerca de Rusia (tanto en materia cultural e histórica como política) que, según él, aunque muestra el puño cerrado, la mano está abierta al mundo: "la Rusia actual, la Gran República de los Soviets, va ganando, de hora en hora, la simpatía y el amor de los pueblos; porque toda ella está consagrada a mejorar las condiciones de la vida humana, al logro efectivo, no a la mera enunciación, de un propósito de justicia"

Evidentemente, los comentarios del genio literario de las letras españolas no gustaban ni gustan en demasia a los que, como diría el propio Machado,"son luces mortecinas",  entre otras cosas porque su preclara mente unía en el mismo paquete a capitalistas y fascistas, pues en el fondo no son más que dos caras de la misma bestia inhumana: "Londres, París, Berlín, Roma son faros intermitentes, luminarias mortecinas que todavía se transmiten señales, pero que ya no alumbran ni calienta, y que han perdido toda virtud de guías universales".

Machado también habla de marxismo con bellas y enriquecedoras palabras, hablando de Rusia, país donde éste se ha convertido en un proyecto político, opinando que "....el marxismo tiene para Rusia, como para todos los pueblos del mundo, un valor instrumental inapreciable. El marxismo contiene las visiones más profundas y certeras de los problemas que plantea la economía de todos los pueblos occidentales (...) Mi tesis es ésta: la Rusia actual, que a todos nos asombra, es marxista, pero es mucho más que marxismo. Por eso el marxismo, que ha traspasado todas las fronteras y está al alcance de todos los pueblos, es en Rusia en donde parece hablar a nuestro corazón".

Por último, antes de dejar hablar al maestro sevillano, siempre del lado de la humanidad, tal y como solo puede hacer alguien que sabe que la cultura ha de ser ante todo a favor del ser humano o no lo es, y que a ello se dedica, Machado también comenta la estupidez del miedo extendido por los que tienen como cometido vivir del trabajo ajeno y de las riquezas de otros pueblos, a la dictadura del proletariado, como sustituta de la que no es más que la dictadura de los capitalistas, sea cual sea su formato, democrático-burgués o abiertamente fascista; incluso se atreve,  ante el horror de los editores de ese mundo de la cultura-mercancía y de sus amos de las corporaciones, a defender a Stalin:  "En cuanto a la dictadura del proletariado, ¿por qué nos asustan tanto las palabras? Si el barco necesita nueva tripulación y nuevos capitanes, ¿por qué no reclutarlos en el mundo del trabajo, cuando el del capital es --por definición aceptada-- el de las viejas ratas que corroen la nave? La lógica sigue siempre del lado de Stalin. ¿La lógica nada más?"

Comentando la entrevista que le hizo H.G. Wells en 1934 al camarada, Machado es contundente:  "De aquello que se desmorona hay que esperarlo todo menos una transformación; porque si fuera capaz de transformarse, claro está que de ningún modo se desmoronaría. Sustituir, construir y ayudar a caer: tal es lo esencialmente revolucionario para Stalin. La historia de todas las revoluciones le da la razón ampliamente".

En los dos artículos que compartimos a continuación, escritos en los años en los que esas "ratas" de las que habla Machado intentaban roer el barco de España con sus ejércitos y mentiras, el gran poeta y amigo del pueblo deja correr la pluma libremente hablando de la cultura rusa (con interesantes comentarios sobre Tolstoi o Dostoyeveski), sobre la Rusia comunista, Lenin y la Revolución,  acerca de Stalin y, en definitiva, del futuro de la humanidad en tiempos en el que el capitalismo en decadencia y su fruto el fascismo intentaban empujarla a las tinieblas, desmintiendo y desnudando a los mercenarios de la cultura que, como es lógico, esconden sus palabras precisamente para ocultar las obvias conclusiones del poeta:

"Mi tesis es ésta: la Rusia actual, que a todos nos asombra, es marxista, pero es mucho más que marxismo. Por eso el marxismo, que ha traspasado todas las fronteras y está al alcance de todos los pueblos, es en Rusia en donde parece hablar a nuestro corazón".

Cuando se conmemora el aniversario de su muerte en la localidad francesa de Colliere, aquel 22 de febrero de 1939,  herido de muerte por el fascismo como la propia España, recuperamos una antigua entrada de este blog, compartiendo algunos de sus escritos sobre la guerra, recopilados en La Guerra. Escritos: 1936-39. Con ellos queremos revindicar y recordar al que fue uno de los símbolos de la lucha de la República y la democracia contra la bestia nazifranquista, siempre dispuesto a hablar y escribir con el corazón y, por lo tanto, dispuesto interlocutor para usar la palabra para la paz, al lado de los pueblos y, por supuesto,  a marchar de la mano junto al socialismo en favor de ambos. 


I
Antonio Machado, La Guerra. Escritos: 1936-39. Ed. por Julio Rodríguez Puértolas y Gerardo Pérez Herrero. Madrid: Emiliano Escolar Editor, 1983

Nunca olvidaré unas palabras de Dostoyevski, leídas recientemente, pero que coinciden con la idea que hace ya muchos años me había yo formado del alma rusa: «Sí, hijo mío, te lo repito, yo no puedo dejar de respetar mi nobleza. Se ha creado entre nosotros, en el curso de los siglos, un tipo superior de civilización desconocido en otras partes, que no se encuentra en todo el universo: el hombre que sufre por el mundo». Como a nuestro Unamuno España, le dolía al ruso el mundo entero.

Dejando a un lado cuanto puede haber de jactancia y aun de prejuicio aristocrático en las citadas frases, que pone Dostoyevski en boca de un personaje de sus novelas, reparemos en que ellas expresan una esencialísima verdad ruso. ¿Y es ahí donde hemos de buscar la más honda raíz de la Rusia de hoy?

Imagini pentru la guerra antonio machadoComo las grandes montañas cuando nos alejamos de ellas, la nueva Rusia se nos agiganta al correr de los años. ¿Quién será hoy tan ciego que no vea su grandeza? La proclaman sus mismos enemigos. Los millones de hombres con el escudo al brazo que militan contra la nueva Rusia nos dicen claramente con su actitud defensiva que es hoy Moscú el foco activo de la historia. 

Londres, París, Berlín, Roma son faros intermitentes, luminarias mortecinas que todavía se transmiten señales, pero que ya no alumbran ni calienta, y que han perdido toda virtud de guías universales.

Reparemos en la pobre idea que dan de sí mismas esas democracias que fueron un día el orgullo del mundo; veamos cuanto sale o se guisa en sus cancillerías, incapaces de invocar --siquiera sea a título de dignidad formularia-- ningún principio ideal, ninguna severa norma de justicia. Como si estuvieran vencidas de antemano, o subrepticiamente vendidas al enemigo, como si presintiesen que la llave de su futuro no está ya en su poder, apenas si tienen movimiento que no revele un miedo insuperable a lo que puede venir. Reparemos en su actuación desdichada en la Sociedad de Naciones, convirtiendo una institución nobilísima, que hubiera honrado a la humanidad entera, en un órgano superfluo, cuando no lamentable, y que sería de la más regocijante ópera bufa si no coincidiese con los momentos más trágicos de la historia contemporánea.

Reparemos en esos dos hinchados dictadores que pretenden asustar al mundo y a quienes Roma y Berlín soportan y exaltan. Ellos no invocan la abrumadora tradición de cultura de sus grandes pueblos respectivos: la declaran superflua; proclaman, en cambio, una voluntad ambiciosa, un culto al poder por el poder mismo, un deseo arbitrario de avasallar al mundo, que pretenden cohonestar con una ideología rancia, cien veces refutada y reducida al absurdo por el solo hecho de la guerra europea. Roma y Berlín son hoy los pedestales de esas dos figuras de teatro, abominables máscaras que suelen aparecer en los imperios llamados a ser aniquilados, por enemigos del género humano. La historia no camina al ritmo de nuestra impaciencia. No vivirá mucho, sin embargo, quien no vea el fracaso de esas dos deleznables organizaciones políticas que hoy representan Roma y Berlín.

Moscú, en cambio --resumamos en este claro nombre toda la vasta organización de la Rusia actual--, aunque salude con el puño cerrado, es la mano abierta y generosa, el corazón hospitalario para todos los hombres libres, que se afanan por crear una forma de convivencia humana que no tiene sus límites en las fronteras de Rusia. Desde su gran revolución, un hecho genial surgido en plena guerra entre naciones, Moscú vive consagrado a una labor constructora, que es una empresa gigante de radio universal.

La fuerza incontrastable de la Rusia actual radica en esto. Rusia no es ya una entidad polémica, como lo fue la Rusia de los zares, cuya misión era imponer un dominio, conquistar por la fuerza una hegemonía entre naciones. De esa vanidad, que todavía calienta los sesos de Mussolini, ese faquín endiosado, se curaron los rusos hace ya veinte años. La Rusia actual nace con la renuncia a todas las ambiciones del Imperio, rompiendo todas las cadenas, reconociendo la libre personalidad de todos los pueblos que la integran. Su mismo ejército, el primero del mundo, no sólo en número, sino, sobre todo, en calidad, no es esencialmente el instrumento de un poder que amenace a nadie, ni a los fuertes ni a los débiles, responde a la imperiosa necesidad de defensa que le imponen la muchedumbre y el encono de sus enemigos; porque contra Rusia militan las fuerzas al servicio de todos los injustos privilegios del mundo. Sus gobernantes no lo olvidan. La política de Lenin y Stalin se caracteriza no sólo por su alcance universal, sino también por un claro sentido de lo real, cuya ausencia es siempre en política causa de fracaso. Mas la Rusia actual, la Gran República de los Soviets, va ganando, de hora en hora, la simpatía y el amor de los pueblos; porque toda ella está consagrada a mejorar las condiciones de la vida humana, al logro efectivo, no a la mera enunciación, de un propósito de justicia. Esto es lo que no quieren ver sus enemigos, lo que muchos de sus amigos no han acertado a ver con claridad: el sentido generoso y fraterno, íntegramente humano, de todas las creaciones del alma rusa, el que impera en esa magnífica Unión de Repúblicas Soviéticas, cuyo vigésimo aniversario se celebrará en el año que corre.

Pero Rusia, la Rusia actual, que todos admiramos y que ilumina a muchos con sus potentes reflectores enfocados hacia el porvenir, no es, como algunos creen, un fenómeno meteórico e inexplicable, venido de otras esferas para asombro de nuestro planeta; no es, como piensan otros, una consecuencia asiática del pensamiento teutónico de Carlos Marx; no es, tampoco, un engendro de la Revolución de Octubre, ni mucho menos ha salido --la Rusia actual-- acabada y perfecta, de la cabeza de Lenin, como Minerva de la cabeza de Júpiter. No. A mi juicio no es nada de esto. Los viejos amigos de Rusia, los que conocíamos, antes de su gran Revolución y aun antes de la guerra mundial, algo de su admirable literatura --Dostoyevski, Turguénef, Tolstoy-- sabemos que, bajo el dominio despótico de los zares, estaban ya maduras las virtudes específicamente rusas sobre las cuales se asienta la Rusia de hoy. Aquellos libros que leíamos siendo niños, y que llegaban a nosotros, trasegados del ruso al alemán, del alemán al francés y del francés al español chapucero de los más baratos traductores de Cataluña, dejaban en nuestras almas, a pesar de tantas torpes decantaciones lingüísticas, una huella muy honda, nos conmovían más que nuestras mejores novelas contemporáneas --buena lección para meditar por nuestros culteranos deshumanizadores de arte literario. Y es que a través de la más inepta traducción de La guerra y la paz --por aducir un ejemplo ingente-- llega a nosotros, todavía, un mensaje del alma eslava, amplia y profundamente humano, que parece revelarnos un mundo nuevo. Entendámonos: nuevo con relación al mundo mezquino y provinciano de la moderna literatura occidental. En verdad, no es un mensaje literario éste que el alma rusa nos envía en sus obras maestras. Ni siquiera sabemos si las novelas de Tolstoy o Dostoyevski están bien o mal escritas en su lengua. Suponemos que lo estarán soberbiamente. Pero sabemos con certeza la mucha humanidad que contienen, la gran copia de vidas humanas, al margen de toda frivolidad, que en ellas se representan; sabemos que esas vidas humanas, las más humildes como las más egregias, parecen movidas por un resorte esencialmente religioso, una inquietud verdadera por el total destino del hombre. Bajo la férula de su imperio despótico, de espíritu más o menos tártaro o mongólico, al margen de su Iglesia fosilizada en normas bizantinas, el alma eslava ha captado, ha hecho suyas las más finas esencias del cristianismo. Sólo el ruso, a juzgar por su gran literatura, nos parece vivir en cristiano, quiero decir auténticamente inquieto por el mandato del amor de sentido fraterno, emancipado de los vínculos de la sangre, de los apetitos de la carne, y del afán judaico de perdurar, como rebaño, en el tiempo. Sólo en labios rusos esta palabra: hermano, tiene un tono sentimental de compasión y amor y una fuerza de humana simpatía que traspasa los límites de la familia, de la tribu, de la nación, una vibración cordial de radio infinito.

Roma contra Moscú, se dice hoy; yo diría mejor: Roma y Berlín, las dos fortalezas paganas, la germánica y la latina, del cristianismo occidental contra el foco del cristianismo auténtico. Pero Roma y Berlín --Berlín sobre todo-- militan contra Moscú hace ya tiempo. En los momentos de mayor auge de la literatura rusa, hondamente cristiana, el semental humano de la Europa central lanza por boca de Nietzsche su bramido de alarma, su terrible invectiva contra el Cristo viviente en el alma rusa, su crítica corruptora y corrosiva de las virtudes específicamente cristianas. Bajo un disfraz romántico, a la germánica, aquel pobre borracho de darwinismo escupe al Cristo vivo, al ladrón de energías, al enemigo, según él, del porvenir zoológico de la especie humana, toda una filosofía tejida de blasfemias y contradicciones. Nietzsche contra Tolstoy. ¿Por qué no decirlo, en esta época de gruesas simplificaciones, a la teutónica?

Cuando en el año 14 estalla la guerra, Berlín embiste contra Moscú con la mitad de su cornamenta, y hubiera embestido con toda ella sin la obsesión de París, que le embargaba la otra mitad. Y es el imperio de Pedro el Grande lo que se viene abajo, la gran coraza que ahogaba el pecho ruso, lo que salta en pedazos. Moscú, considerado como hogar simbólico del alma rusa, ha quedado intacto y libre.

Libre, en efecto, de su imperio y de su Iglesia, instrumentos férreos que atenazaban el corazón de Rusia. Fuerzas autóctonas, las de su gran Revolución que se gestaba hacía ya mucho tiempo, colaboraron desde dentro con los cañones germanos que atacaban desde fuera.

Y volvamos a la Rusia actual, la Rusia soviética, que dice profesar un puro marxismo. El fenómeno parece extraño. La historia es una caja de sorpresas, cuando no un ameno relato de lo pretérito, o como decía Valera, aludiendo a la filosofía de la historia: el arte de profetizar lo pasado. Pero el hecho no es tan sorprendente como a primera vista pudiéramos juzgarlo. Es muy posible, casi seguro, que el alma rusa no tenga, en el fondo y a la larga, demasiada simpatía por el dogma central del marxismo, que es una fe materialista, una creencia en el hambre como único y decisivo motor de la historia. Pero el marxismo tiene para Rusia, como para todos los pueblos del mundo, un valor instrumental inapreciable. El marxismo contiene las visiones más profundas y certeras de los problemas que plantea la economía de todos los pueblos occidentales. A nadie debe extrañar que Rusia haya pretendido utilizar el marxismo en su mayor pureza, al ensayar la nueva forma de convivencia humana, de comunión cordial y fraterna, para enfrentarse con todos los problemas de índole económica que necesariamente habrían de salirle al paso. Tal vez sea éste uno de los grandes aciertos de sus gobernantes.

Mi tesis es ésta: la Rusia actual, que a todos nos asombra, es marxista, pero es mucho más que marxismo. Por eso el marxismo, que ha traspasado todas las fronteras y está al alcance de todos los pueblos, es en Rusia en donde parece hablar a nuestro corazón.

Y de esto trataremos largamente otro día.

Antonio Machado levanta el puño en la clausura de la Conferencia Nacional de Juventudes, organizada por las Juventudes Socialistas Unificadas, celebrada en Valencia los días 15, 16 y 17 de enero de 1937. Machado está de perfil arriba a la derecha.

II
Antonio Machado, La Guerra. Escritos: 1936-39. Ed. por Julio Rodríguez Puértolas y Gerardo Pérez Herrero. Madrid: Emiliano Escolar Editor, 1983, pp. 262-64.

La Editorial Europa-América --hubiera dicho Juan de Mairena en nuestros días-- viene dando a la estampa una serie de diminutos cuadernos muy bien elegidos, para demostrarnos que no siempre es en vano el gemido de las prensas. Todos son de leer y meditar. Su extremada brevedad no empece a su excelencia. Mas uno hay entre ellos que a mi me parece una verdadera joya: el titulado Nuestra experiencia revolucionaria y que contiene el diálogo entre Wells y Stalin, en 23 de julio de 1934.

El inglés ha estado en Norteamérica, para visitar a Roosevelt, y ahora viene a Moscú, para conversar con Stalin. No es, pues, Wells, hombre que se chupe el dedo, y como buen inglés, aunque algo americanizado, no es hombre que guste de perder su tiempo. Lo recibe Stalin con franca cordialidad, sin arrumacos, sin prejuicios tampoco ni reservas mentales, mas como un hombre que está necesariamente algo de vuelta. Porque Wells, a fuer de anglosajón, es esencialmente antirrevolucionario; le asusta todo trastorno político y social. Stalin no es un fanático de la Revolución, pero carece del prejuicio antirrevolucionario. Hay en Stalin una claridad de ideas y una virtud suasoria que no alcanza nunca su interlocutor. Al inglés no le abandona todavía el miedo a la aventura; el eslavo tiene la tranquila seguridad de quien posee una experiencia. Ambos dicen estar de acuerdo en que el mundo capitalista se desmorona. --Allá ellos-- añadiría Mairena. 

Aceptada la tesis ¿cómo no admitir la implacable lógica revolucionaria de Stalin?  De aquello que se desmorona hay que esperarlo todo menos una transformación; porque si fuera capaz de transformarse, claro está que de ningún modo se desmoronaría. Sustituir, construir y ayudar a caer: tal es lo esencialmente revolucionario para Stalin. La historia de todas las revoluciones le da la razón ampliamente. Quiero decir que Stalin ha visto la historia con sus propios ojos y no es fácil que se le engañe. A Wells se la han contado, y no precisamente los que la han hecho.

En cuanto a la dictadura del proletariado, ¿por qué nos asustan tanto las palabras? Si el barco necesita nueva tripulación y nuevos capitanes, ¿por qué no reclutarlos en el mundo del trabajo, cuando el del capital es --por definición aceptada-- el de las viejas ratas que corroen la nave? La lógica sigue siempre del lado de Stalin. ¿La lógica nada más? ¡Ah! Yo no soy más que un aprendiz de sofística, en el mejor sentido de la palabra.

En verdad --hubiera concluido Juan de Mairena, al margen ya de sus lecturas-- que no son las palabras lo que más asusta, sino ciertas imágenes groseras que en muchas cabezas suelen sustituir a las ideas, por ejemplo: alguien empeñado en bordar lises borbónicas en unas alpargatas de albañil, unas botas de charol en la espuerta de la basura, etcétera, etcétera. Y con estas figuraciones claro está que no se puede ir a ninguna parte.

31 de enero de 2023

Ante la deriva reaccionaria del PML-RC y del Frente Obrero

1.- Si se acepta que la historia de humanidad es la historia de la lucha de clases, es decir, si se asumen los planteamientos del materialismo dialéctico e histórico, la dicotomía izquierda-derecha es perfectamente válida, incluso en términos simbólicos, para representar no sólo la existencia de los dos polos sociales sino también de la contradicción en que se desarrolla esa existencia.

Pretender sustraerse a dicha contradicción, siquiera simbólicamente, es, en el mejor de los casos, una puerilidad política: ¿Qué dirigente del PML-RC abjuraría del calificativo “comunista” por el simple hecho de que toneladas de revisionismo hayan empleado en vano, revolucionariamente en vano, tal palabra? En el peor de los casos, situarse al margen de la izquierda y la derecha, que no es más que soslayar de tapadillo la lucha de clases, significa asumir, de hoz y coz, los postulados ideológicos de quienes en los años 30, bajo una fraseología pseudorrevolucionaria, se convirtieron en el último baluarte del capital.

2.- El hueco ideológico que surgió entonces de la fantástica superación de la lucha de clases por la vía de su pura y simple negación, se rellenó con el discurso político de la exaltación de la nación, construcción ideológica en la que en abstracto –y nada más que en abstracto– quedaban superados los divergentes intereses de clase y su consecuencia inevitable, los choques entre ellas. A esa ideología se la denominó “nacionalismo”, término vago que se aplicó también, de un modo genérico, a todos aquellos movimientos que, desde los años 60, combatían por su independencia en el marco de la descolonización y la lucha antiimperialista.

Si en la base del discurso del PML-RC y el Frente Obrero hay una realidad incontrovertible, esto es, la necesidad de forjar una alternativa revolucionaria que implique al conjunto del movimiento obrero de España y se extienda por todo su territorio, la manera en que dichas fuerzas pretenden dar respuesta a tal necesidad las inhabilita, a priori, para el desempeño de tan alta tarea.

El nacionalismo gran español, que enarbolan, con su letanía de mitos imperiales, el PML-RC y el Frente Obrero, no sólo es ajeno a la mejor tradición comunista española, que siempre reconoció en su práctica política el carácter plurinacional de España, así como el derecho a la libre determinación e independencia de Cataluña, Galicia y el País Vasco, sino abiertamente antileninista.

3.- Uno de los agregados ideológicos que caracterizó a los movimientos reaccionarios de los años 30 fue el antisemitismo, bazofia intelectual que, al tiempo que contribuía a dar coherencia racial al discurso nacionalista, identificaba a la población de origen judío como la responsable de la decadencia –fruto en realidad de la crisis capitalista– de la pequeña y mediana burguesía.

En medio de una crisis económico-social y cultural de proporciones análogas, los movimientos reaccionarios actuales, al servicio, como no puede ser de otra manera, del gran capital, llevan años difundiendo un neoantisemitismo al que el PML-RC y el Frente Obrero dan pábulo sistemáticamente: En lugar de adoptar los principios leninistas sobre el tratamiento de las cuestiones religiosas, ambas fuerzas se dedican a agitar espantajos del tipo de “la islamización de España y de Europa” o a demonizar todo lo que huela a árabe –a sabiendas y a pesar de que la inmensa mayoría de los árabes y musulmanes que viven en España son miembros de la clase obrera–, y lo hacen recurriendo, una y otra vez, a los tópicos más manidos de la mitología nacionalcatólica.

4.- En su aún corta trayectoria política, el PML-RC y el Frente Obrero han hecho gala de un inaudito sectarismo que pretende hacer tabla rasa de todos aquellos movimientos políticos, incluidas figuras concretas de la izquierda, que, entre extraordinarias dificultades y con un coste humano enorme, se enfrentaron y se siguen enfrentando al régimen borbónico del 78.

Cuando se asume la fraseología del siniestro “Pacto antiterrorista” para referirse a la trayectoria histórica del MLNV o del PC(r), cuando se siembra la sospecha “por su ideología nacionalista” sobre luchadores fusilados por la dictadura franquista, cuando se culpa de la represión a quien la sufre en sus propias carnes, como en el caso de Pablo Hasél, o cuando se insulta, lisa y llanamente, a compañeros honrados como Willy Toledo, no cabe hablar de crítica revolucionaria, a saber, la que acera la interpretación de la teoría y la práctica comunistas para poder así ascender a un nivel superior de unidad y acumulación de fuerzas.

Otro tanto puede decirse de la valoración que hacen el PML-RC y el Frente Obrero de la historia del Movimiento Comunista Internacional y de las luchas que se desarrollan en la actualidad en ese ámbito: la declarada oposición a los planteamientos del PC del Perú y a su líder histórico, el Presidente Gonzalo, a la guerra popular que dirige el PC de la India (Maoísta) o la anatematización de figuras como Mao o el Che, a quienes, sin más, se mete en el mismo saco “revisionista” que a siniestros personajes como Jruschov, nos hablan de la pervivencia en el análisis político del PML-RC y el Frente Obrero de los mismos clichés y estereotipos con que el socialimperialismo soviético contaminó, en su día, al MCI.

5.- El rumbo político a que lleva la línea ideológica asumida por el PML-RC y el Frente Obrero no puede ser otro que el más rotundo fracaso. El tacticismo electoral que antepone pescar votos entre las capas más alienadas de la clase obrera, asumiendo planteamientos de la extrema derecha y pintándolos de rojo, a elevar su conciencia política, está siempre condenado a la bancarrota. Más pronto que tarde.

Esperamos que el PML-RC y el Frente Obrero corrijan estas graves desviaciones de su línea política, a la par que preserven y acentúen sus grandes aciertos, tales como la lucha sin cuartel contra el postmodernismo ideológico o la defensa de Stalin.

Forneo-Sade


20 de julio de 2022

"Del español al soldado americano". Poema de Rafael Alberti.

 ¿Qué haces aquí, mascando

Cartel soviético de 1949: Estados Unidos llegando
a Europa para imponer el “American way of life
.
tu pegajoso chicle, mono yanki, y chascando

en la canina lengua tu triste coca-cola?

Di, ¿qué se te ha perdido

en la tierra española?

¿Cuándo mi mar ha sido 

tu mar, di, cuándo, cuándo

mis abrigados puertos, respóndeme, tus puertos?

¿Cuándo tuyos soñaste, di, mis cielos abiertos?

¿Cuándo tuyos mis valles, mis montes y mis ríos?

¿En qué mapa aprendiste ser tuyos y no míos?


¿No te bastan tus minas,

no te bastan tus fábricas, tus Bancos, tus millones?

¿Por qué entonces tan lejos de tu tierra caminas,

en mi tierra sembrando por simiente cañones?

¿En dónde estás? ¿Ignoras

que aquí el silencio es fuego,

que ojos en muchedumbre velan todas las horas

para dejarte ciego?

¿Confías? No confíes, 

la sobornante mano feliz en la cartera.

Un pueblo aguarda mientras tú te sonríes.

De su furor ya sube, rugidora, una hoguera.


Incluído en "Signos del día", poemario de Rafael Alberti (1945-1955)

14 de mayo de 2022

Miguel Hernández: escritos en su viaje a la Unión Soviética

Miguel Hernández es, sin duda, el gran poeta de los pueblos de España, militante activo en todos los frentes en su lucha contra la explotación capilista e imperialista. Por eso fue "asesinado" en la prisión de Alicante, por ser uno de los adalides de la defensa de la clase trabajadora y de la soberanía de los pueblos de España frente a las fieras sanguinarias de la oligarquía capitalista y latifundista y el imperialismo internacional. Por naturaleza comunista, no dudó en cantar a los pueblos soviéticos en su lucha contra el pasado y frente a la opresión, solidarios siempre con la clase obrera internacional. 

En poemas como La sombra de Lenin se propaga o en El labrador de más aire, o en Rusia, publicado en esta entrada, no duda en llamar a los trabajadores de las Españas a seguir el ejemplo de los bolcheviques, de Lenin o de Stalin, en su lucha contra los parásitos y vendepatrias para tomar el poder y administrarlo en nombre de los que siempre trabajaron:

Miguel Hernández en la patria de los trabajadores
"Ah, compañero Stalin: de un pueblo de mendigos
Has hecho un pueblo de hombres que sacuden la frente,
Y la cárcel ahuyentan, y prodigan los trigos,
Como a un esfuerzo inmenso le cabe: inmensamente.
De unos hombres que apenas a vivir se atrevían
Con la boca amarrada y el sueño esclavizado:
De unos cuerpos que andaban, vacilaban, crujían,
Una masa de férreo volumen has forjado
".

En septiembre de 1937, Miguel Hernández había 
viajado a la URSS (Moscú, Leningrado, Kiev y Járkov) como miembro de una Delegación oficial que el Gobierno de la II Republica Española decidió enviar a Moscú para asistir al V festival de Teatro Soviético. El "poeta del pueblo", vate de los trabajadores de todas las Españas, visitó "la patria espiritual de los trabajadores" con entusiasmo, siendo testigo de la superioridad humana del socialismo frente al capitalismo:

"En los pueblos de la URSS como en los de España late un sentimiento familiar, fraternal
de la vida, cegado en otros países, y en los del dominio fascista sobre todo, por un
resentimiento de castrados incapaces de convivir con sus semejantes y solo capaces de
hacer arma mortífera de sus calamidades y defectos
".

Igual, descubre la creciente potencia industrial, creativa, social de los soviéticos, transformadores de la sociedad de la muerte en un mundo de vida: 

"Rusia nevada de hambre, dolor y cautiverios.
Ayer sus hijos iban a la muerte vencidos,
Hoy proclaman la vida y hunden sus cementerios.
Ayer iban sus ríos derritiendo los hielos,
Quemados por la sangre de los trabajadores.
Hoy descubren industrias, maquinarias, anhelos,
Y cantan rodeados de fábricas y flores
".

En su viaje dejó algunas cartas, notas de viaje y algún poema escrito, en los que describiría la emoción que vivió al pasear, mirar y llenarse de alegría por el futuro en este mundo nuevo en el que los trabajadores y los campesinos construían, codo con codo, un mundo sin explotación, rodeado del apoyo popular en su lucha por la democracia republicana, encontrando en la URSS el aliado natural contra los enemigos de la humanidad: el capital y el fascismo.

A continuación, en este día en el que recordamos su vida, su solidaridad, su humanidad,  al conmemorarse su asesinato por aquellos que más odiaba y que hoy siguen haciendo del mundo una tierra ensangrentada y llena de dolor, compartimos algunas de aquellas impresiones que hicieron al "poeta del pueblo", Miguel Hernández, todavía más seguro del triunfo, más tarde o más temprano, de la humanidad frente a la barbarie:

“ La URSS y España, fuerzas hermanas”

Salir de España, donde vivir es vivir en carne viva, y más hoy que nunca; atravesar los Pirineos fue para mí arrancarme de un mundo cálido, desnudo, hirviendo de pasión dentro de la paz y la guerra y hacerme pesar ante una humanidad de cartón, sentada en una comodidad de trenes de primera clase y un silencio de pobres fieras aisladas: hienas leyendo el periódico, sapos eructando chocolate, zorros y lobos mirándose de reojo y gruñendo de tener que rozarse Cuerpo humanos aficionados a no serlo y propensos a ser larvas, molusco y carnes de pulpo y caracol viscosa, lenta. Esta misma impresión recibí al pasar por Europa camino de la URSS. Peor había de ser la recibido, a mi regreso de la URSS, atravesando la isla de Europa: Inglaterra, donde vi a los hombres más encerrados en un egoísmo de aguiluchos. Rapaces y en una elegancia monótona, uniforme, llena de bombines, cuellos duros y hoteles como cárceles recreo: una elegancia de presidarios capitalistas, que es elegancia, si lo es, por el traje, no por la anatomía, todas la rigideces y composturas.

En mi viaje a través de la regiones que tuve que transitar para llegar a la patria espiritual de los trabajadores del mundo entero no pude rectificar un gesto hostil, que me salió en la boca y en la frente al enfrentarme con una humanidad automática, mecanizada, sorda por indiferencia egoísta al clamor de los pueblos atropellados; manca para darles ayuda por inhumanidad perezosa, por temor a tender los brazos y retirarlos manchados de sangre.

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Miguel Hernández en el frente republicano contra el terrorismo fascista

Al pisar tierras de la URSS volví a sentir sobre mi rostro y mi alma el viento humano respirado por los hombres que no olvidan su ser de carne y hueso, su materia primera ennoblecida por el contacto diario con el trabajo y la vida de los demás. En los pueblos de la URSS como en los de España late un sentimiento familiar, fraternal de la vida, cegado en otros países, y en los del dominio fascista sobre todo, por un resentimiento de castrados incapaces de convivir con sus semejantes y solo capaces de hacer arma mortífera de sus calamidades y defectos. Hitler y Mussolini son dos tipos representativos de esta casta de introvertidos que entienden que la vida es un sillón alto y aislado desde el cual se puede mirar con cejas de superioridad y dirigir despreciativamente el movimiento del mundo.


"En trenes poseídos de una pasión errante
Por el carbón y el hierro que los provoca y mueve,
Y en tensos aeroplanos de plumaje tajante
Recorro la nación del trabajo y la nieve.

De la extensión de Rusia, de sus tiernas ventanas,
Sale una voz profunda de maquinas y manos,
Que indica entre mujeres: Aquí están tus hermanas,
Y prorrumpe entre hombres: Estos son tus hermanos".


Escribí estos versos y los que les suceden recorriendo las Repúblicas Soviéticas. En sus campos y sus ciudades se convive familiar, comunicativamente. El comunismo es convivencia, relación fraternal de los hombres en sus trabajos y en sus luchas. El fascismo dice al hombre: La vida eres tu solo: todo debe de ser para ti. El comunismo, la experiencia de mi viaje por la URSS, me hace afirmar esto firmemente, señala a cada persona: La vida no eres tu solo, que es además el resultado mejor de la unión de tus actividades materiales y espirituales con las mismas actividades de los demás.


En los trenes, en las calles, en los caminos, donde menos se esperaba, el pueblo soviético venia hacia nosotros con los brazos tendidos de sus niños, sus mujeres, sus trabajadores. España y su tragedia tienen una resonancia profunda en el corazón popular de la URSS; y yo he traído de allá una emoción y una decisión de vencer, exasperada por el entusiasmo que vi reflejado en cada boca, en cada mirada, en cada puño de aquellos habitantes que aprendieron desde lejos gritándola nuestra dura consigna de no ser vencido: ¡No Pasarán!.

El interés de la URSS por nuestra suerte en la guerra alcanza febrilmente a las aldeas y los lugares más escondidos. Tienen una gran fe en nuestra victoria, y Madrid es para ellos la capital del heroísmo. Yo he cantado la obra gigantesca realizada por el pueblo soviético que vive y trabaja con alegría y confianza en el porvenir del mundo.

“Rusia” (poema)

En trenes poseídos de una pasión entrante
Por el carbón y el hierro que los provoca y mueve,

Y en tensos aeroplanos de plumaje tajante
Recorro la nación del trabajo y la nieve.
De la extensión de Rusia, de sus tiernas ventanas,
Sale una voz profunda de máquinas y manos,
Que indica entre mujeres: Aquí están tus hermanas,
Y prorrumpe entre hombres: Estos son tus hermanos.
Basta mirar: se cubre de verdad la mirada.
Basta escuchar: retumba la sangre en las orejas.
De cada aliento sale la ardiente bocanada
De tantos corazones unidos por parejas.
Ah, compañero Stalin: de un pueblo de mendigos
Has hecho un pueblo de hombres que sacuden la frente,
Y la cárcel ahuyentan, y prodigan los trigos,
Como a un esfuerzo inmenso le cabe: inmensamente.
De unos hombres que apenas a vivir se atrevían
Con la boca amarrada y el sueño esclavizado:
De unos cuerpos que andaban, vacilaban, crujían,
Una masa de férreo volumen has forjado.
Has forjado una especie de mineral sencillo,
Que observa la conducta del metal mas valioso,
Perfecciona el motor, y señala el martillo,
La hélice, la salud, con un dedo orgulloso.
Polvo para los zares, los retales bandidos:
Rusia nevada de hambre, dolor y cautiverios.
Ayer sus hijos iban a la muerte vencidos,
Hoy proclaman la vida y hunden sus cementerios.
Ayer iban sus ríos derritiendo los hielos,
Quemados por la sangre de los trabajadores.
Hoy descubren industrias, maquinarias, anhelos,
Y cantan rodeados de fábricas y flores.
Y los ancianos lentos que llevan una huella
De zar sobre sus hombros, interrumpen el paso,
Por desplumar alegres su alta barba de estrella
Ante el joven fulgor que remoza su ocaso.
Las chozas se convierten en casas de granito.
El corazón se queda desnudo entre verdades.
Y como una visión real de lo inaudito,
Brotan sobre la nada bandadas de ciudades.
La juventud de Rusia se esgrime y se agiganta
Como un arma afilada por los rinocerontes.

La metalurgia suena como dichosa de garganta.
Y vibran los martillos de pie sobre los montes.
Con las inagotables vacas de oro yacente
Que ordeñan los mineros de los montes Urales,
Rusia edifica un mundo feliz y transparente
Para los hombres llenos de impulsos fraternales.
Hoy que contra mi patria clavan sus bayonetas
Legiones malparidas por una torpe entraña,
Los girasoles rusos, como ciegos planetas,
Hacen girar su rostro de rayos hacia España.
Aquí esta Rusia entera vestida de soldado,
Protegiendo los niños que anhela la trilita
De Italia y de Alemania bajo el sueño sagrado,
Y que del vientre mismo de la madre los quita.
Dormitorios de niños españoles: zarpazos
De inocencia que arrojan de Madrid, de Valencia,
A Mussolini, a Hitler, los dos mariconazos,
La vida que destruyen manchados de inocencia.
Frágiles dormitorios al sol de la luz clara,
Sangrienta de repente y erizada de astillas.
¡ Si arrojara, me advierte desde su tumba viva
Lenin, con pie de mármol y voz de bronce quieto,
Mientras contempla inmóvil el agua constructiva
Que fluye en forma humana detrás de su esqueleto.
Rusia y España, unidas como fuerzas hermanas,
Fuerza serán que cierre las fauces de la guerra.
Y solo se vera tractores y manzanas,
Panes y juventud sobre la tierra.

La Fábrica-ciudad” (poema)
(En una ciudad de la URSS –Jarkov- he asistido al nacimiento multiplicado, numeroso,
rápido del tractor).
Imagini pentru miguel hernandez en Rusia
Miguel Hernández en Rusia

Son al principio un leve proyecto sobre planos,
Propósitos, palabras, papel, la nada apenas,
Esos graves tractores que parten de las manos
Como ganaderías sólidas con cadenas.
Se congregan metales de zonas diferentes,
Prueban su calidad los finos probadores,
La función, la forja, los metálicos clientes.
Y empieza el nacimiento veloz de los tractores.
Id conmigo a la fabrica-ciudad: venid, que quiero

Contemplar con los pueblos las creaciones violentas,
La gestación del aire y el parto del acero,
El hijo de las manos y de las herramientas.
La fábrica se halla guardada por las flores,
Los niños, los cristales, en dirección al día.
Dentro de ella son leves trabajos y sudores,
Porque la libertad puso allí la alegría.
Fragor de acero herido, resoplidos brutales,
Hierro latente, hierro candente roturado,
Trepidando, piafando, rodando en espirales,
En ruedas, en motores a caballo huracanado.
Una visión de hierro, de fortaleza innata,
Un clamor de metales probados, perseguidos,
Mientras de nave en nave se encabrita y desata
Con llamas de sudor y grasa los obreros.
Chimeneas de humo largo, sordo, grasiento,
Acosan con penumbras a la creadora masa,
A la generadora masa que obra el portento,
El tractor con los dientes sepultados en grasa.
Hornos de fogonazos: perspectivas de lumbre.
Irradian los carbones como el sol, las calderas,
Los lavaderos donde llega la muchedumbre
Del metal que retiene sus escorias primeras.
Laten motores como del agua poseídos,
Hélices submarinas, martillos, campanarios,
Correas, ejes, chapas. Y se oyen estallidos,
Choques de terremotos, rumores planetarios.
Leones de azabache, por estas naves grises,
Selvas civilizadas, calenturientas moles,
Reducen los obreros de todos los países
Como si trabajaran en la creación de soles.
En la sección de fraguas y sonidos mas puros,
Se hacen mas consistentes las domadas fierezas.
Y el tornillo penetra como un sexo seguro,
Tenaz, uniendo partes, desarrollando piezas.
Veloz de mano en mano, crece el tractor y pasa
A ser un movimiento de titán laborioso,
Un colosal anhelo de hacer la espiga rasa,
Fértiles los baldíos, dilatado el reposo.
Ya va a llegar el día feliz sobre la frente

De los trabajadores: aquel día profundo
En que sea el minuto jornada suficiente
Para hacer un tractor capaz de arar el mundo.
Ya despliega el vigor su piel generadora,
Su central de energías, sus titánicos rastros.
Y los hombres se entregan a la función creadora
Con la seguridad suprema de los astros.
La fábrica-ciudad estalla en su armonía
Mecánica de brazos y aceros impulsores
Ya un grito de sirenas, arroja sobre el día,
En un grandioso parto, raudales de tractores.
  

5 de mayo de 2022

Poema a Stalin, Op.41 del compositor soviético Aram Khachaturian

 El "Poema a Stalin", Opus 41, del compositor armenio-soviético Aram Khachaturian, se escuchó por primera vez en noviembre de 1937 como un arreglo coral del poema Himno a Stalin, cuya letra es de Mirza Bayramov (1888-1960), un ashug azerbaiyano de Tauz. (Un ashug es un cantante y poeta popular... especie de bardo). Se añadió el elemento orquestal, un poema sinfónico rapsódico. y toda la obra se estrenó el 29 de noviembre de 1938, en Moscú, bajo la dirección de Aleksandr Gauk.

Tiene tres movimientos:

I Prólogo: Dura unos 15 minutos, dos tercios de la duración de toda la obra. Alterna secciones de canciones con secciones de baile.

II Allegro: Corto y dramático.

III Epílogo: Aquí el coro se une al magnífico himno.

Una reseña contemporánea de Danilevich dice:

"Esta canción es un verdadero torrente de sentimientos. Expresa con tremenda fuerza el júbilo entusiasta de las masas, que saludan a su líder. También expresa un maravilloso orgullo de las personas rejuvenecidas:

El país florece como un jardín;
En el que el jardinero es el camarada Stalin"


 

26 de abril de 2022

El 75% de los chinos apoyan a Rusia en su campaña de desnazificación de Ucrania, según el estudio de US-China Perception Monitor

Entre el 28 de marzo y el 5 de abril de 2022, el US-China Perception Monitor se ha realizada una encuesta de opinión pública china sobre la invasión rusa de Ucrania. Los resultados demuestran que el 75 % de los encuestados apoyan la Campaña de Desnazificación de Ucrania llevada a cabo con Rusia y lo considera de interés nacional para China, y que aproximadamente el 60 % de los encuestados apoya a China como mediador para poner fin al conflicto.

La encuesta estaba estructurada en tres principales preguntas:

La pregunta A que se hizo a los encuestados fue la de si creían que 'apoyar a Rusia en el conflicto ruso-ucraniano es de interés nacional para China'. A los encuestados se les dio la opción de responder si estaban 'Muy de acuerdo', 'De acuerdo', 'En desacuerdo' y 'Muy en desacuerdo'. 


En total, el 75 % de los encuestados indicó que estaba de acuerdo en que apoyar a Rusia en el conflicto ruso-ucraniano es de interés nacional para China. De los encuestados que estaban de acuerdo con esta afirmación, el 40 % expresaron un acuerdo moderado y el 35 %  mostró un acuerdo fuerte. En total, el 25 % de los encuestados no estuvo de acuerdo con la afirmación de que apoyar a Rusia en el conflicto ruso-ucraniano es de interés nacional de China, de los cuales el 14 % expresó un desacuerdo moderado y el 11 % expresó un fuerte desacuerdo.

La pregunta B es la de cuál consideran los encuestados es la mejor estrategia de acción de China con respecto a la campaña de desnazificación. Las opciones de los encuestados fueron 'Brindar apoyo moral a Rusia', 'Proporcionar armas a Rusia', 'Condenar la invasión rusa' o 'Proporcionar armas a Ucrania'.  Más del 60% de los encuestados indicaron que ofrecer apoyo moral a Rusia es la mejor estrategia de acción de China, seguido por el 16% de los encuestados que apoyan el suministro de armas a Rusia. El 13% de los encuestados indicó que China debería condenar la invasión de Rusia y el 9% de los encuestados indicó que China debería proporcionar armas a Ucrania.


La pregunta C  tiene como objetivo el punto de vista de los encuestados sobre el descubrimiento por parte de Rusia de laboratorios biológicos estadounidenses en Ucrania con el objetivo de uso militar.  En este sentido,  el 72 % de los encuestados indicó que cree que es verdad la intención de usarlos para fabricar armas biológicas por parte de EEUU, mientras solo el 28 % de los encuestados indicó que no cree que sea cierto.


Fte: https://uscnpm.org/2022/04/19/chinese-public-opinion-war-in-ukraine/


La Revolucion de los claveles: Entrevista al General Vasco Gonçalves

Se cumple un nuevo aniversario de la interesadamente poco recordada Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974 en Portugal, que sería traicionada después por la socialdemocracia, como tantas otras luchas revolucionarias.

En todo caso, la Revolución de los Claveles se vende por los medios de propaganda como la revolución popular que dio paso a la democracia. Sin embargo, no fue así: el pueblo optó por el comunismo, y el gobierno de Vasco Gonzalves, del Partido Comunista, expresó sus aspiraciones, "se nacionalizan la banca y las finanzas, los seguros y los centros básicos de la producción, se comienza a caminar por una vía de transición al socialismo".

Como suele pasar, Estados Unidos, la U.E. y la oligarquía local y global, no podían permitir una experiencia así en Europa, así que se encargaron de acabar con el sueño popular, las conquistas de la clase trabajadora en los meses de gobierno Gonzalves, y de imponer una dictadura sin dictador, parafraseando a la descripción que haría el gran José Bergamín sobre la España "democrática" como "el franquismo sin Franco".

El derrocado presidente comunista Vasco Gonzalves sacaría sus conclusiones: " Yo pienso que hoy no hay espacio para una "tercera vía". La experiencia del pasado y del presente nos demuestra que la "tercera vía" camina siempre para la derecha, camina siempre hacia un rumbo reformista del capitalismo, hacia la idea de una supuesta "reforma del capital". No se trata de alcanzar un capitalismo reformado sino de superar el capitalismo. El capitalismo no es reformable, porque las relaciones sociales en las que se basa y sin las cuales no puede sobrevivir son intrínsecamente injustas y de explotación del hombre por el hombre. La "tercera vía" no persigue conquistas profundas en las estructuras económicas y sociales. Hay que fijarse en Inglaterra, en Francia y en Alemania para corroborarlo. Jospin en Francia, Schroeder en Alemania y Blair en Gran Bretaña adoptaron en la práctica políticas neoliberales y de privatizaciones. Todos los que pretenden colocarse entre el capitalismo y el socialismo al final terminan adoptando políticas neoliberales".

Néstor Kohan entrevistó en 2004 a Vasco Gonçalves, el hoy fallecido general que fuera uno de los conductores de la Revolución, que se definía abiertamente como marxista y citaba con familiaridad a Lenin. Además, y frente a la propaganda mediática que suele desvincularlos, no dudaba en señalar que capitalismo, fascismo y colonialismo eran tres caras del mismo monstruo.

En aquellos días que pasaron a la historia de la lucha popular, la vecina Portugal tuvo el mérito de derrocar a sus propios dictadores, al contrario que España, que contemplativamente los dejó morir dejándolo todo atado y bien atado tras su muerte y hasta la actualidad. Sin embargo,  es cierto que ellos también tuvieron su propio P$OE (el partido financiado por la CIA y la socialdemocracia alemana para traicionar la lucha de los antifranquistas y para reconducir la "democracia" hacia el "buen puerto" que convenía a los intereses de EEUU, Europa y del Movimiento Nacional); en su caso el partido de Mario Soares y de Durao Barroso, el adalid del neoliberalismo actual de la Unión Europea.

En fin, para recordar esta revolución que puso patas arriba la estabilidad que había impuesto Washington durante la Guerra Fria en Europa Occidental, y que provocó la inquietud en La Casa Blanca y en el resto de sus sucursales europeas por miedo a que Portugal se convirtiera en una especie de Cuba del viejo continente, compartimos  a continuación un fragmento de la entrevista de Nestor Kohan a Vasco Gonçalves, uno de los dirigentes de la revolución que rompió el guión pactado allende el Atlántico para las dictaduras ibéricas.

Precisamente cuando en el resto de los países europeos se abrían las flores mustias del eurocomunismo y la socialdemocracia (corrientes que renunciaban a toda rebelión radical, no por una debilidad de fuerzas momentánea, sino por principios políticos) la Revolución portuguesa fue, en palabras de Vasco Gonçalves, "en Europa Occidental y después de la Comuna de París, la mayor ofensiva hecha contra el sistema capitalista".  El pueblo portugués ponía a la orden del día la cuestión de la toma del poder., en plena crisis capitalista (1973-1974), cuando el dólar y el petróleo sufrieron un temblor mundial, liquidando el keynesianismo de posguerra y abriendo camino al neoliberalismo.

Hay que recordar, para terminar, que el imperialismo reaccionó tras el triunfo de la Revolución de los Claveles y la llegada al poder de los militares comunistas dirigidos por Vasco Gonçalves, y con el apoyo y complicidad de la socialdemocracia portuguesa de Mario Soares y Durao Barroso, EE,UU, derrocó al gobierno revolucionario con un golpe de estado un año y medio después. Así también la Unión Europea, y por supuesto, el genocida Franco, pudieron respirar tranquilos y seguir aplicando la hoja de ruta que el pueblo portugués había intentado cambiar con su heroica e inolvidable Revolución de los Claveles.

En todo caso, y sin olvidar  que en todo proceso revolucionario hay aciertos y errores, conviene recordar las palabras con las que el general Vasco Gonçalves, años después del golpe que lo derrocó para reinstaurar los planes diseñados por Washington durante la dictadura, apunta el papel dañino de la socialdemocracia y el reformismo para el desarrollo y triunfo del Socialismo, para la emancipación de la clase obrera y su camino hacia la libertad: "la socialdemocracia solo lleva hacia el neoliberalismo".


"Entrevista a Vasco Gonçalves

Néstor Kohan: ¿Cómo recuerda usted hoy la revolución del 25 de abril de 1974?

General Vasco Gonçalves: La revolución que se extendió entre abril de 1974 y noviembre de 1975 fue el momento más importante de mi vida, desde el punto de vista personal. Participar de la revolución fue la mayor alegría que me tocó vivir. Pienso en muchas cosas, en lo cotidiano, en la voluntad de las personas, en el espíritu reivindicativo y de lucha...

N.K.: ¿Cómo fue el proceso de la revolución?

Gral. Vasco Gonçalves: A partir de que se produce el levantamiento contra el fascismo en abril de 1974 nuestra revolución va profundizando en sus conquistas, en la modificación de las estructuras últimas que caracterizan el sistema. A medida que se suceden las transformaciones, la lucha de clases se va agravando. Pienso que en esa situación no estábamos preparados, no teníamos un grado de maduración político y social capaz de defender y consolidar la revolución. No teníamos este grado de maduración. En los primeros tiempos, en los primeros meses, hubo un gran entusiasmo popular. Después, en la medida en que las conquistas se fueron profundizando, ya empezaron las nacionalizaciones y expropiaciones, la reforma agraria; la fuerza política de los trabajadores fue ascendiendo. Los trabajadores conquistaron mucho desde el punto de vista político y social, en las relaciones de trabajo, en las relaciones entre patrones y asalariados y eso hizo que se agravasen muchas cosas. Fundamentalmente se agudizó la lucha de clases.

N.K.: ¿Qué falló en el proceso revolucionario? ¿Por qué no pudo consolidarse y triunfar?

Gral. Vasco Gonçalves: En Portugal no hubo de hecho fuerzas suficientes porque en las masas populares terminó predominante ese espíritu pequeñoburgués tradicional, el miedo a las transformaciones, el miedo al comunismo, la supervivencia del anticomunismo, la acusación de que nosotros queríamos llevar el país hacia el comunismo... todos esos mensajes reaccionarios y propagandísticos tuvieron cierta receptividad entre nuestra población. Y por lo tanto, el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) fue dividido. Hubo militares que se pusieron en contra de las conquistas de la revolución, en lugar de defenderlas. Los propios vencedores del golpe contrarrevolucionario del 25 de noviembre de 1975 que fue realizado contra los militares ubicados más a la izquierda, contra los militares progresistas y revolucionarios -un golpe que fue protagonizado por una fracción de militares que habían participado en el levantamiento del 25 de abril de 1974- paradójicamente aceptaban conquistas del socialismo. Algunos de estos militares que protagonizaron el golpe de derecha de 1975 estaban convencidos de que nosotros, los militares de izquierda, queríamos implantar una nueva dictadura en Portugal, que ahora sería una dictadura comunista. Pero en realidad esta creencia provenía de una propaganda de la reacción. Así se dividió el MFA y a la propia población.

Entonces, hasta los mismos vencedores del golpe contrarrevolucionario de fines de 1975 aprobaron una ley constitucional que decía que la misión de las Fuerzas Armadas era garantizar la vía pacífica y pluralista para la democracia y para el socialismo. El preámbulo de la Constitución de la República también propiciaba: "abrir el camino para una sociedad socialista, en el respeto de la voluntad del pueblo portugués, teniendo en vista la construcción de un país más libre, más justo y más fraterno". ¡Precisamente lo que nosotros queríamos! Ellos, los que nos derrocaron, estaban convencidos de que nosotros íbamos a implantar una nueva dictadura, ahora comunista, y entonces hicieron esa ley en defensa del socialismo. Ellos estuvieron en contra nuestra, en contra de nuestros camaradas militares, en contra de los que apoyábamos las reivindicaciones populares y queríamos precisamente consolidar esas reivindicaciones que habían sido alcanzadas.

N.K.: Usted habla de propaganda reaccionaria y anticomunista destinada a dividir el proceso político. Los latinoamericanos conocemos muy bien eso. ¿La CIA estaba metida en Portugal?

Gral. Vasco Gonçalves: ¡La CIA estaba metida! ¡Sí! Junto con la CIA también estaban metidos los servicios de inteligencia británicos, en particular el MI6, en la preparación del golpe contrarrevolucionario del 25 de noviembre de 1975. En cuanto a la CIA, es bien conocido el caso del ex embajador norteamericano en Portugal en tiempos de la revolución, Frank Carlucci, quien luego de su actuación en Portugal fue ascendido en Estados Unidos a vice-director de la CIA. También son bien conocidos los elogios mutuos que se han dirigido Mario Soares, jefe del Partido Socialista y apoyo civil de la contrarrevolución, y Frank Carlucci. Soares llegó a enaltecer recientemente y en forma pública el gran papel de este hombre de la CIA en "la instauración de la democracia en Portugal!"... Después de esas declaraciones, ¿qué más se puede agregar?... 

N.K.: ¿La CIA también estaba infiltrada dentro de las Fuerzas Armadas?

Gral. Vasco Gonçalves: Sí, estaban metidos en todos lados. Sin embargo, las condiciones que vivimos
en Portugal no fueron las mismas que se vivieron en Chile en 1973 donde la CIA tenía mayor poder. Aquí se logró dividir a las Fuerzas Armadas, tuvieron consigo a la dirección del Partido Socialista y también al Partido Popular Democrático. Es decir que aquí hicieron la contrarrevolución por una vía casi "pacífica", a diferencia de Chile. No fue completamente pacífica porque también hubo un levantamiento militar e incluso algunas acciones terroristas en la preparación del golpe contrarrevolucionario.

N.K.: ¿Cuál sería entonces el balance?

Gral. Vasco Gonçalves: A la hora de hacer un balance de las causas por las cuales fuimos derrocados, yo pienso que la supervivencia y permanencia de la ideología pequeñoburguesa y burguesa entre la mayoría de las masas trabajadoras y entre la mayoría de los militares posibilitaron que la derecha y la dirección del Partido Socialista golpearan contra la dirección de la revolución. De este modo la dirección del Partido Socialista se esforzó por definir a los militares revolucionarios y al Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) como comunistas. Nos decían que éramos todos comunistas, para así poder acusarnos, aislarnos y rechazarnos. Eso fue lo que la dirección del Partido Socialista logró conseguir. De allí en adelante, desde 1976 hasta nuestros días, a Portugal lo gobernó y lo gobierna la derecha.

N.K.: ¿Usted era en ese entonces comunista?

Gral. Vasco Gonçalves: Yo era entonces marxista y lo sigo siendo.

N.K.: ¿Cómo se formó? ¿Cómo llegó al marxismo dentro de las Fuerzas Armadas?

Gral. Vasco Gonçalves: En los tiempos de estudiante.

N.K.: ¿Usted qué estudiaba?

Gral. Vasco Gonçalves: Yo estaba en la Facultad de Ciencias. Estudiaba ingeniería militar.

N.K.: ¿Era una universidad civil?

Gral. Vasco Gonçalves: Sí, era una universidad civil. Para entrar en la escuela militar estudié en un curso de ingeniería que se seguía durante tres años en la Facultad de Ciencias. Allí nos vinculamos con amigos, que eran estudiantes, y con otro gran amigo, un profesor que nos llevó a comprender las relaciones sociales.

N.K.: ¿Eran muchos los estudiantes marxistas?

Gral. Vasco Gonçalves: No, en realidad no eran muchos. De unos cuarenta, por ejemplo, sólo cuatro o cinco se interesaban por cuestiones políticas y tenían una gran politización. Estos grupos propiciaban la resistencia a la dictadura fascista que perseguía a las personas, que censuraba los libros, que censuraba los periódicos y la prensa. ¡Por entonces todo era censurado! Nos faltaba la libertad. Esa profunda falta de libertad de nuestro pueblo le dio sentido al levantamiento militar y a la revuelta popular contra la dictadura y contra la falta de libertad, contra las posiciones patronales, contra la explotación de los trabajadores. Entonces el Partido Comunista tenía una gran influencia en la población y en la implementación de esa revuelta. Era prácticamente el único partido organizado que luchaba contra el régimen fascista [el Partido Socialista recién se formó en 1973 y fuera de Portugal, en Alemania occidental. Nota de N.K.]. El Partido Comunista contaba con una considerable influencia entre los trabajadores de las fábricas.

En ese momento los trabajadores portugueses eran principalmente trabajadores agrícolas, porque Portugal era esencialmente un país agrícola. Eso influyó para que predominara entre la mayoría de los trabajadores la ideología pequeñoburguesa y hasta burguesa, casi tradicional. Portugal tenía una influencia muy fuerte de la Iglesia y pesaba mucho la tradición. Esa debilidad en el desarrollo capitalista de Portugal y su atraso desde el punto de vista industrial contribuye a explicar que entre los trabajadores predominara de hecho la ideología de la clase dominante. Como usted sabe, las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante. La población luchaba contra el fascismo. Comenzó entonces la guerra colonial, que tuvo una gran influencia en la maduración de la conciencia política de un número determinado de los militares que protagonizaron el levantamiento del 25 de abril de 1974.

N.K.: ¿Cuánto duró la guerra colonial de Portugal con sus colonias?

Gral. Vasco Gonçalves: La guerra duró 13 (trece) años, desde 1961 hasta 1974. Durante la guerra colonial los militares fueron comprendiendo que esa guerra no tenía solución por la vía de las armas. El problema colonial tenía que ser resuelto reconociendo el derecho de los pueblos a la autonomía y a la independencia.

N.K.: ¿Cuáles eran esas guerras coloniales de Portugal?

Gral. Vasco Gonçalves: La guerra colonial se desenvolvió en África: en Angola, Mozambique y en Guinea-Bissau. A partir de 1964 había tres frentes simultáneos. En esas tres colonias había tres campañas militares.

N.K. ¿Usted participó en las guerras coloniales?

Gral. Vasco Gonçalves: Sí, he participado.

N.K.: ¿Dónde?

Gral. Vasco Gonçalves: Estuve en Angola y en Mozambique.

N.K.: En esa época Francia educaba a sus militares en la doctrina de la guerra contrainsurgente que aplicó en Argelia e Indochina. Estados Unidos también, tal como lo aplicó en Vietnam. En América latina esa doctrina de la guerra contrarrevolucionaria se difundió mucho gracias a Francia y Estados Unidos. ¿A ustedes también los educaron en ese tipo de guerra contrarrevolucionaria?

Gral. Vasco Gonçalves: Cuando comenzó la guerra colonial vinieron a nuestro país oficiales del ejército francés de Argelia. Ellos nos hablaron de las operaciones. No era una enseñanza o una instrucción formal. Daban conferencias sobre la guerra de Argelia, sobre las operaciones militares y sobre el modo en que había que enfrentar a los guerrilleros.

N.K.: ¿En qué año esos instructores dieron sus conferencias?

Gral. Vasco Gonçalves: Yo calculo que fue en 1961, 1962, 1963. Fueron al principio del desencadenamiento de la guerra colonial. En esas conferencias hablaban desde un punto de vista operacional-militar, desde el punto de vista de las operaciones anti-guerrilla y también desde el punto de vista de la acción psico-social: ¿cómo conquistar a las poblaciones cuando había movimientos de liberación, movimientos de guerrilla anticolonial? ¿Cómo conquistar las ideas de la poblaciones? Eso era llamado "Acción psico-social". 

N.K.: ¿Cómo percibían los militares portugueses las guerras coloniales y la resistencia de los pueblos oprimidos?

Gral. Vasco Gonçalves: Los militares de Portugal fueron percibiendo que la solución no podía ser militar, que la guerra no se ganaría. Además, el malestar de las colonias condujo a la politización. Quiero decir que los movimientos de liberación de las colonias portuguesas aportaron una gran contribución para nuestra propia liberación del fascismo y del colonialismo en Portugal. Los militares portugueses fueron reconociendo que cada lucha de cada uno de estos pueblos era una lucha justa; en cambio, nuestra guerra, desde el punto de vista de Portugal, era una guerra injusta. La guerra colonial no era una guerra sentida ni querida por las propias masas portuguesas. Desde el punto de vista moral los militares portugueses estábamos derrotados en la guerra colonial. También por eso entre los oficiales y los cuadros militares permanentes surgió el descontento y la oposición contra la guerra colonial. Entre ellos, una minoría constituyó el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA). Esto significa que una cosa es el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) y otra cosa son las Fuerzas Armadas. El MFA estaba constituido por una pequeña parte de los oficiales de carrera y cuadros permanentes que eligieron como profesión la vida militar. Las Fuerzas Armadas también estaban constituidas por los milicianos, quienes luego de pasar por el servicio militar obligatorio volvían a la vida civil. Estos últimos eran militares sólo eventualmente.

N.K.: ¿Qué importancia tuvo la existencia de estos milicianos?

Gral. Vasco Gonçalves: La participación de milicianos en nuestras fuerzas era cada vez mayor porque no se podía mantener tres frentes de batalla al mismo tiempo. Esa gran participación de milicianos condujo también a la concientización de los cuadros permanentes y los oficiales de carrera. Esa fue su importancia. Además de la lucha de los pueblos coloniales y del descontento de los militares portugueses existía una gran efervescencia en el movimiento estudiantil. Todo esto confluyó.

N.K.: ¿El Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) sólo agrupaba a los militares y cuadros permanentes o también incluía a los milicianos?

Gral. Vasco Gonçalves: Incluía a ambos. Fue la propia guerra colonial la que condujo a que los cuadros permanentes contactaran inmediatamente con los cuadros milicianos. De manera que ambos grupos hacían la misma vida, corrían los mismos riesgos en la guerra, entonces eso influyó en que hubiera intercambio de ideas y de opiniones entre los cuadros profesionales permanentes y los militares milicianos. Ellos, los milicianos, estaban mejor preparados políticamente que nosotros, los militares profesionales, porque en las universidades civiles había una discusión ideológica, política y social que no existía en las escuelas militares. Entonces los militares milicianos estaban mejor preparados ideológicamente. Eso condujo a crear mejores condiciones de maduración en la concientización política de los militares y cuadros permanentes.

N.K.: ¿El Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) tenía una orientación marxista?

Gral. Vasco Gonçalves: No, de ninguna manera. El MFA no era un movimiento revolucionario. Era un movimiento que pretendía poner fin a la guerra colonial y resolver el problema de la independencia de las colonias portuguesas que era, en verdad, la causa de la guerra colonial. El fascismo y el colonialismo no podían conceder la autonomía y la independencia a los pueblos coloniales. Nosotros lo que pretendíamos era encontrar una solución política para la guerra colonial. Y la única solución política tenía que consistir en el reconocimiento de la autonomía y la independencia de todos los pueblos coloniales. Ese era nuestro objetivo fundamental. En ese objetivo la gran mayoría de los militares estaba de acuerdo, pero los más audaces, los más activos, los que tuvieron más coraje en intentar lograr ese objetivo fueron aquellos que constituyeron el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA).

N.K.: ¿Con cuántos integrantes contaban ustedes en el MFA?

Gral. Vasco Gonçalves: Alrededor de 300 ó 400 militares, aproximadamente, mientras que el conjunto de oficiales permanentes de las Fuerzas Armadas eran en total nos 7.000 u 8.000.

N.K.: ¿El MFA operaba en la clandestinidad?

Gral. Vasco Gonçalves: Sí, éramos clandestinos. En ese momento el gobierno fascista ya estaba muy deteriorado y en Portugal había una gran contestación contra el fascismo en el seno de las masas populares y trabajadoras. Por eso las reivindicaciones del Movimiento tuvieron gran receptividad.

N.K.: ¿En qué año nació el MFA?

Gral. Vasco Gonçalves: En 1973. El dictador Salazar ya había muerto y sus sucesores pretendían hacer una política que aparentemente era más "suave", pretendían dar una cara más "liberal" al fascismo. Nuestra situación se estaba agravando día a día. La guerra colonial estaba empeorando a cada momento. Poco a poco, el Movimiento de las Fuerzas Armadas fue planteando sus reivindicaciones a cielo abierto. Las reuniones de discusiones del Movimiento sobre el futuro de las Fuerzas Armadas y de Portugal no se hacían abiertas porque existía una policía política fascista llamada PIDE que también estaba metida dentro de las Fuerzas Armadas. Se llegó entonces a una situación en la cual el gobierno ya no tenía poder suficiente para imponer su voluntad y nosotros, los oficiales, ya no estábamos dispuestos a aceptar todas las órdenes. Se comenzaban a dar las condiciones subjetivas necesarias e imprescindibles para una revolución.

N.K.: ¿Usted está pensando en el análisis de Lenin sobre una situación revolucionaria?

Gral. Vasco Gonçalves: Sí, por supuesto. Estoy pensando exactamente en eso. Por lo tanto estas múltiples circunstancias iban conformando las condiciones subjetivas para el triunfo de la revolución.

N.K.: ¿Cómo fue el vínculo entre el ascenso de las masas trabajadoras y la propia dinámica del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA)?

Gral. Vasco Gonçalves: Aunque las Fuerzas Armadas en Portugal no tenían un objetivo de revolución social, queríamos una democracia política, mejores condiciones de vida para los trabajadores, mejores condiciones para el desarrollo de la cultura en Portugal... En el conjunto, como Movimiento -repito y subrayo las palabras "como Movimiento"- no estaba entre nuestros objetivos hacer una revolución socialista. Después, con el impulso del movimiento popular y de las reivindicaciones populares, y con el impulso de la justicia de estas reivindicaciones, la lucha de clases nos llevó al proyecto de la revolución socialista. Así se explica el proceso iniciado el 25 de abril de 1974.

Alguna vez un intelectual brasilero dijo que nunca había visto en el mundo un movimiento popular en las calles como lo había visto en Portugal. Un movimiento en las calles con sus reivindicaciones... existía la enorme influencia entre los trabajadores del Partido Comunista que era el único partido organizado políticamente que había combatido al fascismo. Una influencia que se extendía a los trabajadores rurales. De manera que se fue desenvolviendo un proceso de reivindicaciones populares que eran justas y que eran consideradas como justas por los propios militares. Era entonces natural que ese proceso desembocara por su propio desarrollo en una lucha por el socialismo. Aquellos militares que estaban de verdad identificados con los intereses populares y con la razón de las masas trabajadoras dominaron las relaciones de fuerzas dentro del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA). Este último era un movimiento unitario. Tenía como base la necesidad de la solución política del problema colonial. En eso estábamos todos de acuerdo, desde la derecha hasta la izquierda y eso nos llevó a la conclusión de que para solucionar el problema colonial era preciso derrocar al gobierno fascista.

Al comienzo muchos pensaban, dentro de nuestros camaradas militares, que se podía imponer al gobierno fascista otra solución al problema colonial sin necesidad de derribarlo, pero eso no funcionó. Pero luego la propia formación del Movimiento de las Fuerzas Armadas, desde el verano de 1973 hasta abril de 1974, fue haciendo madurar las ideas de los militares. Esto permitió hacer madurar las condiciones subjetivas, las condiciones ideológicas, las condiciones del factor subjetivo para derribar al gobierno fascista. Nosotros concluimos que con aquel gobierno no era posible llegar a una solución política del problema colonial. Se tornaba necesario derribar, tirar abajo al gobierno fascista para recién entonces solucionar el problema colonial conversando con los movimientos de liberación, como por ejemplo el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA).

Por lo tanto el gobierno fascista fue derrocado a través de una gran acción popular. En esa acción popular existió una gran orientación del Partido Comunista; los militares más progresistas apoyaban las reivindicaciones populares y cualquier fuerza que el pueblo necesitaba. Nosotros dominamos las relaciones de fuerza dentro del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), pues el MFA estaba tensionado desde la derecha y desde la izquierda. El MFA constituyó una Junta de Salvación Nacional que fundamentalmente estaba formada y constituida por oficiales generales que eran gente de derecha pero que también acordaba con la solución del problema colonial por vía pacífica y a través de una solución política.

N.K.: ¿La izquierda del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) tenía por objetivo el proyecto de la revolución socialista?

Gral. Vasco Gonçalves: En ese momento todavía no. Había algunas personas que tenían ideas auténticas y verdaderas sobre el socialismo y el marxismo, pero pensaban que no había condiciones en Portugal para hacer una revolución socialista. Pero a lo largo del proceso revolucionario surgió una vía de transición hacia el socialismo a través de la realización de las diversas y sucesivas conquistas populares. Por ejemplo, la nacionalización de la banca, la nacionalización de los seguros, la nacionalización de los principales centros básicos de la producción industrial, la nacionalización de las principales empresas de transporte y comunicaciones, la reforma agraria basadas en unidades colectivas, el control obrero, los derechos cívicos, sindicales, laborales y políticos de los trabajadores.

Todas estas conquistas y derechos se fueron ganando y se fueron modificando las estructuras económicas. Cuando se nacionalizan la banca y las finanzas, los seguros y los centros básicos de la producción, se comienza a caminar por una vía de transición al socialismo. ¡Es posible conquistar y hacer el socialismo con el conjunto de estas fuerzas! La vía de transición al socialismo fue surgiendo del mismo proceso de las luchas de clase. Lo importante que hay que destacar es que lo que surge como un golpe y un levantamiento militar contra el fascismo y el colonialismo se va transformando en una revolución social.

N.K.: Al describir aquel proceso revolucionario del cual actualmente se cumplen 30 años usted destaca la perspectiva del socialismo. Sin embargo, hoy en día, tres décadas después, algunos teóricos proponen reemplazar el proyecto del socialismo por una supuesta "tercera vía". ¿A partir de su experiencia política, qué opina usted de la "tercera vía"?

Gral. Vasco Gonçalves: Yo pienso que hoy no hay espacio para una "tercera vía". La experiencia del pasado y del presente nos demuestra que la "tercera vía" camina siempre para la derecha, camina siempre hacia un rumbo reformista del capitalismo, hacia la idea de una supuesta "reforma del capital". No se trata de alcanzar un capitalismo reformado sino de superar el capitalismo. El capitalismo no es reformable, porque las relaciones sociales en las que se basa y sin las cuales no puede sobrevivir son intrínsecamente injustas y de explotación del hombre por el hombre. La "tercera vía" no persigue conquistas profundas en las estructuras económicas y sociales. Hay que fijarse en Inglaterra, en Francia y en Alemania para corroborarlo. Jospin en Francia, Schroeder en Alemania y Blair en Gran Bretaña adoptaron en la práctica políticas neoliberales y de privatizaciones. Todos los que pretenden colocarse entre el capitalismo y el socialismo al final terminan adoptando políticas neoliberales". 
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