29 de enero de 2018

Los muertos de la transición

Aunque el franquismo transfigurado en democracia nos intente vender la así llamada "transición española" como modélica, en realidad solo lo es en el sentido de que ejemplifica bien cómo una dictadura puede perpetuarse en el tiempo sin que los responsables de la misma reciban castigo alguno, siendo la mayoría de los partidos de izquierda (PCE, PSUC y PSOE, entre otros) y los sindicatos CCOO y UGT, cómplices de los verdugos en ese pacto gatopardista de cambiarlo todo para no cambiar nada. 

En realidad, esa "transición" no fue pacífica, como nos venden todos los días los medios de propaganda del régimen que de ella surgió: la violencia del estado declaró una guerra sangrienta contra todo lo que se oponía a la continuidad de la dictadura con maquillaje democrático. El número de víctimas de esa violencia del estado, por medios policiales, parapoliciales y, por supuesto, legales (la justicia siempre estuvo al servicio de la pervivencia, sin solución de continuidad, del franquismo), fue muy alto, variando las cifras según los estudios.

La Transición no es el cuento de hadas que nos cuentan. Cada vez que había una fecha decisiva para el cambio político se recrudecía la violencia política en la calle. El objetivo era que la calle no fuera de izquierdas, así como controlar el proceso sin tocar a los franquistas ni los grandes capitalistas. Se pretendía desestabilizar y frenar el proceso democrático”, analiza Mariano Sánchez, autor de la obra La Transición Sangrienta. Los datos que aporta Mariano Sánchez en su obra son demoledores. Entre 1975 y 1983, se produjeron 591 muertes por violencia política, como consecuencia de la imposición de un régimen continuista que pretendía perpetuar la Una, Grande y Libre del Movimiento Nacional sin preguntar ni negociar con los trabajadores ni los pueblos.

Según La Transición Sangrienta, nada menos que 188 de los asesinados, los menos investigados, entran dentro de lo que el autor denomina "violencia política de origen institucional". Es decir, los asesinatos “desplegados para mantener el orden establecido, los organizados, alentados o instrumentalizados por las instituciones del Estado”.

En el siguiente dossier se recogen las biografías de 171 de esas víctimas del estado para acallar la voz de los trabajadores y los pueblos ante la continuidad del régimen franquista y la unidad nacional "por huevos", que forman lo que llaman "los muertos de la Transición" entre 1975-1981. Un dossier que sigue abierto y que, con seguridad, seguirá ampliándose según pase el tiempo y se vayan descubriendo más crímenes de la clase política-empresarial-funcionarial del franquismo reconvertidos en "demócratas de toda la vida" a base de sangre y fuego.

El dossier, que reproducimos a continuación, está introducido por un buen artículo publicado en el número 25 de la revista Etcétera en el año 1995 bajo el título: La leyenda de la Transición. De momento, ya en 2018, los responsables de todas aquellas muertes siguen libres y, la mayoría, en puestos de dirección en empresas, gobierno o, incluso, en la jefatura del estado.



27 de enero de 2018

¿Qué pasa con España? (Segunda Parte), del brigadista internacional británico Lon Elliot

El librero británico Lon Elliott fue uno de los miles de comunistas que no dudaron en darlo todo por defender a los pueblos españoles contra el fascismo, combatiendo en importantes batallas como las del Jarama o Brunete.

Tras el triunfo del fascismo en España, en 1939, Elliot siguió siendo un activo militante por la Asociación de Brigadistas de España de Liverpool, escribiendo poemas y diferentes artículos y libros con el objetivo de describir el terror franquista y dar a conocer la necesidad de que la comunidad internacional acabe con él, porque, como afirma en el libro que hemos traducido, "¿Qué pasa con España?", "El terror en España no desaparecerá hasta que el fascismo no sea derrotado".

democracia en España, como miembro de la
Después de publicar en este blog hace unos días ¿Qué pasa con España? (Primera Parte), traducida al castellano por CTT, procedemos a hacer lo propio con la Segunda Parte, donde el autor continúa repasando los crímenes del franquismo en España y subrayando la evidente vinculación de este con el nacionalsocialismo alemán, clamando por la necesidad de una acción urgente para terminar con él, para bien tanto de los españoles como de toda la comunidad internacional.

"Los hechos expuestos en este panfleto no son sino una pequeña muestra del total de cargos que se pueden y deben presentar contra Franco y el fascismo en España, pero creemos que son más que suficientes para mostrar que “el problema de España” exige una acción urgente y decisiva por parte de las Naciones Unidas en general y de Gran Bretaña en particular".

En los cuatro capítulos de esta Segunda Parte, III. Donde el hambre es amo y señor, IV. La esvástica camuflada, V. La voz de su amo, y VI. El Movimiento de Resistencia, el bueno de Lon Elliot intentaba que el mundo no olvidara las penosas circunstancias por las que el franquismo estaba haciendo pasar a la clase trabajadora española, empobrecida y apaleada, además de privada del acceso a la cultura que la República había fomentado tanto, como cuando explica que "Además de un desierto económico, Franco ha creado un desierto cultural. A los mejores artistas, científicos y escritores españoles o los han asesinado, como a García Lorca, o andan desperdigados en el exilio. Hombres como Casals, Picasso y Rafael Alberti no pueden pisar España. El país en el que los soldados republicanos mostraban su avidez de conocimientos aprendiendo a leer y escribir en las trincheras se ha convertido en una ciénaga de analfabetismo e ignorancia".

Igualmente incide en subrayar cómo Franco intentaba, tras la derrota de Hitler, hacer olvidar su apoyo incondicional al nacionalsocialismo alemán y su complicidad en sus crímenes contra la humanidad, algo que, sin embargo, seguía bien vivo en España: "Detrás de todas las tramas que pretenden establecer regímenes fascistas en los países iberoamericanos, hay agentes franquistas que, gozando con frecuencia de inmunidad diplomática, trabajan hombro con hombro con huidos nazis. Casi a diario se puede escuchar al espectro del difunto Dr. Goebbels por los micrófonos de la radio franquista".

Por último, y no de menor importancia, nos describe  como la resistencia de los pueblos de España jamás cesó, hasta el punto de evitar, con los continuos choques armados de las guerrillas, sabotajes y acciones clandestinas de diferente tipo, que provocaron que el régimen de Franco tuviera que estar pendiente del frente interno en vez de prestar ayuda al externo. De hecho, como cita Elliot,
"En diciembre de 1942, cuando se decidía el futuro de la humanidad en Stalingrado, Franco pronunció un discurso en Sevilla en el que hizo una promesa solemne a Hitler: “Mantenemos nuestra política tradicional, nuestra adhesión a los pueblos que compartieron nuestras angustias. Si algún día Berlín estuviera en peligro, España, para defenderlo de las hordas rojas, enviaría un millón de hombres si preciso fuera”. Con la mejor voluntad del mundo, Franco nunca logró enviar a combatir del lado del Eje a más de entre cincuenta y cien mil hombres. Y si no pudo enviar al millón prometido se lo debemos agradecer, sobre todo, a las fuerzas antifranquistas".

Qué mejor que conocerlo todo de primera mano, leyendo las palabras del propio Lon Elliot:



***

            ¿QUÉ PASA CON ESPAÑA?


III. Donde el hambre es amo y señor

Franco prometió a los españoles el sol, la luna y las estrellas, y toda suerte de riquezas. Lo que les ha dado es un sistema de racionamiento que no funciona y un inmenso mercado negro que ha servido para que algunos funcionarios fascistas hayan hecho fortunas considerables. Ni que decir tiene que los beneficios de este mercado negro están reservados para quienes pueden permitirse holgadamente el lujo de pagar sus precios exorbitantes.

Desde 1936 el coste de la vida en España ha aumentado dos veces y media, de acuerdo con los indicadores oficiales. No obstante, dichos indicadores se basan en los precios regulados, a los que sólo raras veces se pueden comprar los productos. Si nos guiamos por los precios del mercado negro, la realidad es que el coste de la vida se ha elevado al menos cinco o seis veces.
Imagini pentru franco y hitler
Los salarios, sin embargo, van muy a la zaga. El trabajador medio no cualificado cobra alrededor de 5 chelines diarios, mientras que el cualificado no suele ganar más de 10. El régimen ha dedicado muchas de sus energías a neutralizar los esfuerzos de la clase obrera y de los campesinos por conseguir mejores condiciones de vida. Los llamados “sindicatos” organizados por los fascistas no son más que parte de la maquinaria destinada a mantener los bajos salarios y las largas jornadas laborales.



Hombre y mujeres hambrientos, niños pidiendo, casas misérrimas, fábricas en ruinas… Sabedor de los terribles apuros por los que está pasando el pueblo español bajo Franco y de que las condiciones de vida serían muy malas, estaba totalmente preparado para ver todo eso. Pero nunca imaginé que las cosas estuvieran tan mal como estaban. En las ciudades que visité nunca vi al hijo de un obrero con zapatos ni tampoco a un trabajador medianamente bien vestido”.

Ésta es la impresión que dejó España en un funcionario británico y es la que confirman todos aquellos que no se limitan en sus observaciones a describir los barrios lujosos de las grandes ciudades.

El Marqués de Donegall, que visitó España este año, se refirió en el Sunday Dispatch a la “lamentable desigualdad” entre las condiciones de vida de los ricos y de los pobres. En su artículo, por cierto, expresaba su sospecha de que “el 90% de los funcionarios del partido –La Falange– están metidos en algún negocio turbio, grande o pequeño”.

Alrededor del 70% de la población española vive de la tierra, lo que hace que sea imposible un progreso auténtico del país en su conjunto si el sector agrícola no prospera.

El campesino español necesita tierras, obras de irrigación, maquinaria agrícola moderna, fertilizantes, etc. La República, en la medida de sus posibilidades, se lo dio, pero Franco se lo ha quitado. La tierra ha vuelto a manos de los grandes latifundistas: de hecho, la mitad de la superficie agraria está de nuevo en poder del 1% de la población. A los campesinos se les explota sin piedad. Los precios a los que se les obliga a vender sus cosechas son completamente insuficientes, mientras los intermediarios de la Falange han hecho fortunas. La respuesta a los intentos de retener una parte de la producción han sido la confiscación, las multas o la cárcel. Hasta la derrota de los nazis, gran parte de la producción agrícola española se destinaba a Alemania, por lo que se convirtió en un deber patriótico ocultar las cosechas o destruirlas.

Los resultados de la política fascista están a la vista en la desastrosa situación actual de la agricultura española.

Uno los pilares de la economía española, la cosecha de aceituna, se ha malogrado. El mal tiempo ha sido en parte responsable, pero, como señala el Economist, “hubo escasez de energía eléctrica y de combustible, necesarios para el funcionamiento de las almazaras. Las malas infraestructuras del transporte siguen impidiendo la óptima utilización de la cosecha y los bajos salarios, sin duda, han disminuido el rendimiento de campesinos y obreros”.

La cosecha de remolacha azucarera se encuentra en situación parecida y la cerealista ha caído por debajo de lo normal.

En cuanto a la industria, el Economist afirma: “Durante 1944, la actividad general de la industria, que aún no ha alcanzado el nivel de los años previos a la guerra civil, no pudo mantenerse totalmente”.

En un llamamiento hecho público desde Madrid, los dirigentes de la Resistencia Española han pedido a los diplomáticos de las potencias aliadas que comprueben por sí mismos el alcance de la miseria en España: “Si quieren ver la España real –dicen–, vayan a las minas y a los talleres. Hablen con los campesinos y los obreros, sumidos en la desesperación. Reparen en el problema creciente de la prostitución, en los miles y miles de enfermos de tuberculosis que esperan la llegada de la muerte sin siquiera poder acceder a la cama de un hospital. Hablen con los intelectuales, muchos de los cuales, para no morir de hambre, trabajan pico y pala en mano en la construcción de una nueva sede de Falange o de una nueva cárcel para Franco”[1].

Además de un desierto económico, Franco ha creado un desierto cultural. A los mejores artistas, científicos y escritores españoles o los han asesinado, como a García Lorca, o andan desperdigados en el exilio. Hombres como Casals, Picasso y Rafael Alberti no pueden pisar España. El país en el que los soldados republicanos mostraban su avidez de conocimientos aprendiendo a leer y escribir en las trincheras se ha convertido en una ciénaga de analfabetismo e ignorancia.

IV. La esvástica camuflada

En otro tiempo Franco fanfarroneaba orgulloso de su amistad imperecedera con Hitler y Mussolini, así como de su contribución al “gran” movimiento fascista. Ahora se desvive por demostrar que él es, en realidad, un apóstol de la democracia. Sabedor de que su marchamo de democracia resulta un tanto singular para los observadores extranjeros, Franco insiste en que se trata de un producto netamente español. Lo llama “democracia orgánica” y no para en su afán de introducirle todo tipo de mejoras.

Hasta el examen más superficial de esta “democracia orgánica” revela que es lisa y llanamente fascismo que trata por todos los medios de parecer otra cosa.

Los partidos políticos no están permitidos en España excepto la Falange, movimiento fascista que dirige el propio Franco.

Los sindicatos democráticos han sido destruidos o bien empujados a la clandestinidad. En su lugar se han formado los sindicatos verticales[2] , remedo del Frente del Trabajo de Hitler y de las Corporaciones de Mussolini. Por medio de estos “sindicatos” fascistas la Falange controla toda la industria y la agricultura.

Hoy, más de seis años después de la guerra civil, hay una rígida censura interna. Aun así, si la censura se aboliera oficialmente apenas se notaría, puesto que la Falange controla todos los periódicos legales. La misma censura se aplica a los libros y las películas, y a menudo llega a extremos insospechados.

A juzgar por las restricciones impuestas a los desplazamientos internos, toda España es zona militar. Un español que desee viajar de una ciudad a otra tiene que explicar los motivos a la policía y obtener un permiso.

Además de todas estas manifestaciones de “democracia orgánica”, existe un ente ciertamente singular, las “Cortes”, es decir, el parlamento de Franco. Las integran 13 ministros, todos ellos nombrados por Franco; 103 miembros del Consejo Nacional fascista; 102 alcaldes y representantes provinciales nombrados directa o indirectamente por Franco; 27 miembros de las organizaciones profesionales fascistas, todos ellos designados; 50 miembros nombrados por Franco personalmente; y 142 “electos” de los distintos “sindicatos”.

Las elecciones “sindicales” se controlan escrupulosamente. No existe el voto secreto y se indica con toda claridad a quién deben votar los miembros de los “sindicatos”. Si alguien se equivoca, la policía franquista está ahí para recordárselo puntualmente.

El 13 de julio estas “Cortes” sui géneris aprobaron un documento titulado “El Fuero de los españoles”[3], que se anunció como un nuevo gran paso en el camino hacia la democracia.

El artículo 6 de este documento declara: “Nadie será molestado por sus creencias religiosas ni el ejercicio privado de su culto. No se permitirán otras ceremonias ni manifestaciones externas que las de la Religión Católica”. La consecuencia directa es que si uno tiene la desgracia de ser español protestante, para casarse tendrá que irse a Portugal.

El artículo 12 dice: “Todo español podrá expresar libremente sus ideas mientras no atenten a los principios fundamentales del Estado[4].
Brigadistas Británicos. "CERA AL FASCISTA".
Brigadistas británicos: "!Cera al fascista!"
El artículo 16 señala: “Los españoles podrán reunirse y asociarse libremente para fines lícitos y de acuerdo con lo establecido por las Leyes[5].

Del “Fuero de los españoles” en su conjunto dice el corresponsal del Observer: “El documento en cuestión es la constitución más reaccionaria aprobada nunca a lo largo de la historia del constitucionalismo español”. El cualquier caso, el artículo 35 autoriza al gobierno a suspender la mayoría de dichos privilegios cuando lo estime necesario.

En la misma sesión de las “Cortes” en que se adoptó esta Declaración de derechos, se aprobó también la normativa aplicable para la celebración de elecciones municipales “democráticas”. La democracia, de nuevo, es de tipo “orgánico”. En las ciudades con más de 10.000 habitantes, el gobierno nombra al alcalde. En las ciudades y pueblos más pequeños es el gobernador civil –él mismo designado por el gobierno– quien lo nombra. Los alcaldes nombran a un tercio de los concejales y a los dos tercios restantes se les elige de entre los integrantes de listas presentadas por organizaciones “autorizadas”, es decir, fascistas. Franco, si tiene oportunidad, seguirá sin duda desarrollando esta curiosa forma de democracia, incorporando con toda probabilidad a un rey fascista a este sistema.

V. La voz de su amo

La actuación de Franco como apóstol de la paz es equiparable a todos sus afanes de pionero de la democracia. Después de haber ayudado a Hitler a lo largo de la guerra, se presenta ahora como ideal componedor de tratados. En San Francisco y Potsdam ya quedó bien claro que los aliados no necesitaban la ayuda de Franco ni en ésta ni en ninguna otra calidad. Sin embargo, Franco sigue aferrado a su única esperanza –la misma que movía a Hitler, a Goebbles o al almirante Doenitz–, la esperanza de poder destruir la alianza de las Naciones Unidas. Franco está dispuesto a hacer todo lo posible, como dictador desacreditado que es, por lograr ese objetivo.

Que ése es su propósito se desprende con toda claridad de innumerables programas de radio, artículos aparecidos en la prensa controlada por la Falange, etc., si bien el empeño más ambicioso de Franco, de los conocidos hasta la fecha, fue su carta a Winston Churchill en el otoño de 1944.
Destruida Alemania –decía Franco– y consolidada por Rusia su posición preponderante en Europa y Asia, así como consolidada en el Atlántico y en el Pacífico la de Norteamérica, como nación más poderosa del Universo, los intereses europeos, ante una Europa quebrantada, padecerían la más grave y peligrosa de las crisis”.

Comprendo muy bien –proseguía Franco– que razones militares inmediatas no permitirán a los ingleses responsables comentar este aspecto de la contienda universal pero la realidad existe y la amenaza queda pendiente”. En la guerra, tres naciones se han destacado como “fuertes y viriles: Inglaterra, Alemania y España; mas destruida Alemania, sólo queda a Inglaterra otro pueblo en el Continente a que volver sus ojos: España”.

Lo que Franco proponía era de hecho una cruzada antisoviética. Ésta es la piedra angular de su política exterior, que cuenta, no obstante, con otras líneas complementarias, tales como diversificar sus relaciones con los países de Iberoamérica y los EEUU, obtener réditos de las dificultades francesas en el Mundo Árabe, introducir agentes en Francia para provocar incidentes en el exilio español, etc.

Detrás de todas las tramas que pretenden establecer regímenes fascistas en los países iberoamericanos, hay agentes franquistas que, gozando con frecuencia de inmunidad diplomática, trabajan hombro con hombro con huidos nazis.

Casi a diario se puede escuchar al espectro del difunto Dr. Goebbels por los micrófonos de la radio franquista.

No sólo los rusos provocan la irritación de Franco. El 1 de julio, en el transcurso de un programa de radio emitido para Iberoamérica, se afirmaba que la BBC seguía “insultando” a España. El “oro rojo” era la explicación que se daba, al tiempo que se planteaba la simpática propuesta de que “la BBC ponga precio para parar esto y ya veremos si se puede hacer algo”. Desgraciadamente, en las últimas semanas la BBC ha dejado de darle motivos a Franco para sentirse ofendido.

Apenas sorprende que la embajada de EEUU en Madrid considerase necesario acusar en su publicación oficial a aquellos que en España “bajo la apariencia de “noticias” continúan en el extranjero el trabajo del Dr. Goebbels”: son los mismos que “dieron con júbilo la bienvenida al “Nuevo Orden” y proclamaron su simpatía por las ideas del nacionalsocialismo”. Estas personas, decía la publicación estadounidense, a día de hoy “se dedican a preparar” una nueva conflagración, que “esperan con la mayor desvergüenza” y “desean se produzca entre Rusia y los angloamericanos”.

VI. El Movimiento de Resistencia

Cuando la mayoría de los gobiernos europeos cedía ante las amenazas fascistas, fue el pueblo español quien dio a la democracia su gran grito de combate: “No pasarán”. Fue una española quien dijo: “Más vale morir de pie que vivir de rodillas”, y fue un presidente del gobierno español, el Dr. Negrín, quien afirmó: “Resistir es vencer”.

Hoy, sin embargo, algunos “entendidos” en política internacional pretenden hacernos creer que ese mismo pueblo español se ha convertido en una especie de masa pasiva que quizá odie a Franco, sí, pero que, a su vez, está totalmente paralizado por el terror que le produce la idea de una nueva guerra civil.
Imagini pentru maquies republicana

Por supuesto que el pueblo español no quiere una guerra civil. Lo que quiere es recuperar su libertad, acabar con el reino del hambre, la humillación y el terror, así como reemprender la marcha hacia ese horizonte de progreso y justicia social que le ofrecía la República antes de la rebelión franquista.

Los demócratas españoles saben demasiado bien que no se trata tanto de evitar una nueva guerra civil cuanto de poner fin a la guerra civil en curso que Franco declaró contra la mayoría de los españoles hace diez años.

En 1944 se produjeron más de 260 enfrentamientos armados entre las guerrillas españolas y las fuerzas franquistas. El alcance e intensidad de los choques armados ha aumentado de modo considerable desde la derrota alemana. Personas dignas de confianza que mantienen contactos con el Movimiento de Resistencia afirman que su capacidad es perfectamente comparable, en estos momentos, a la del maquis francés antes del Día D.

Quienes condenan la lucha del Movimiento de Resistencia Español deben condenar, en buena lógica, la lucha conjunta de las Naciones Unidas contra Hitler y Japón.

En diciembre de 1942, cuando se decidía el futuro de la humanidad en Stalingrado, Franco pronunció un discurso en Sevilla en el que hizo una promesa solemne a Hitler: “Mantenemos nuestra política tradicional, nuestra adhesión a los pueblos que compartieron nuestras angustias. Si algún día Berlín estuviera en peligro, España, para defenderlo de las hordas rojas, enviaría un millón de hombres si preciso fuera”.

Con la mejor voluntad del mundo, Franco nunca logró enviar a combatir del lado del Eje a más de entre cincuenta y cien mil hombres. Y si no pudo enviar al millón prometido se lo debemos agradecer, sobre todo, a las fuerzas antifranquistas.

Años y años de pacientes sabotajes, voladuras de fábricas, descarrilamientos de trenes, destrucción u ocultación de cosechas destinadas a Alemania o ejecuciones de nazis, falangistas y “héroes” de la División Azul, mermaron la capacidad de Franco en apoyo de sus amos alemanes.

La actividad republicana en España no ha cesado ni un instante. Desde el mismo momento en que se produjo la victoria militar franquista, algunas organizaciones republicanas emprendieron la lucha clandestina, que, por otra parte, se había desarrollado durante toda la guerra en la zona fascista. El pueblo había sufrido una gran derrota y la lucha de los combatientes de la Resistencia era sumamente complicada y costosa. Algunos dirigentes políticos retornaron del exilio para sumarse a la lucha. Isidoro Diéguez, comunista madrileño, y el dirigente vasco [Jesús] Larrañaga fueron algunos de quienes volvieron a España. Ambos fueron detenidos por los falangistas, torturados y fusilados.

Quienes comparan las condiciones de la España de Franco con las de la Alemania nazi olvidan con frecuencia una diferencia crucial. Franco nunca ha conseguido ganarse a la mayoría de la población. Nunca ha dispuesto de un ejército gigantesco de partidarios incondicionales, con decenas de miles de espías y propagandistas voluntarios en cada esquina. Los luchadores de la Resistencia han gozado siempre de la simpatía del pueblo, que les brinda un apoyo cada día más activo.

Otoño de 1943 fue un punto de inflexión en la lucha. Representantes de los partidos republicanos y de las organizaciones sindicales en España se reunieron en secreto en Madrid, zanjaron sus diferencias y se unieron en torno a un programa de lucha contra Franco y la Falange. Se creó la Junta Suprema de Unión Nacional para dirigir la Resistencia.

Antes de finales de 1944, la Junta Suprema incluía representantes de los socialistas, comunistas, republicanos, católicos del Partido Popular, miembros de las dos organizaciones sindicales (UGT y CNT), de los sindicatos agrarios católicos, nacionalistas vascos y catalanes, y, por último, los masones españoles.

El programa político de la Junta se puede resumir así: “Derrocamiento del régimen de Franco por medio de la lucha del pueblo español y establecimiento de un gobierno de unidad nacional legalmente constituido en el que estarán representadas todas las tendencias políticas, con excepción de aquellas sometidas a un poder extranjero”, es decir, los falangistas.


[1] Probable retraducción. [N. de los t.]
[2] En español en el original. [N. de los t.]
[3] “Rights of the Spaniards”, en el original. [N. de los t.]
[4] La cursiva es del autor. [N. de los t.]
[5] La cursiva es del autor. [N. de los t.]
                     

25 de enero de 2018

Denuncian la detención de un líder estudiantil maoísta de la Universidad de Pekín por las autoridades chinas.

Una carta de un grupo de universitarios e intelectuales de la Universidad de Pekin denuncia la persecución del maoísmo en China y pide la liberación del estudiante maoísta, Zhang Yunfan.

El graduado de la Universidad de Pekín, Zhang Yunfan, de 24 años, fue arrestado en una sesión de lectura maoísta el pasado 15 de noviembre, como se explica en la carta publicada en el periódico South China Morning Post. 

El líder estudiantil fue acusado de "reunir a una multitud para alterar el orden público", después de expresar su opinión sobre "ciertos acontecimientos históricos", según la explicación de las autoridades, agregando que había sido encerrado en un lugar no especificado y que permanecerá detenido durante seis meses. Los citados "acontecimietnos" se refieren a la galopante precarización de las condiciones del proletariado chino frente al creciente aumento de los beneficios de los, también crecientes en número, capitalistas chinos.

Uno de los signatarios de la carta es Qian Liqun, un experto en crítica literaria y cultural post-Mao, y un profesor jubilado de la Universidad de Pekín. Otros de los intelectuales maoístas firmantes son Kong Qingdong, quien también enseña en la universidad, y Fan Jinggang, el fundador de la librería Wuyou, muy popular entre los maoístas chinos.

Se sabe que Zhang, como muestran algunas fuentes de internet, lidero a un grupo de estudiantes de la Universidad de Pekín en una visita al lugar de nacimiento de Mao Zedong, y que allí rindieron homenaje al fundador de la República Popular China, y se sospecha que esto pudo desencadenar su arresto.

Un testimonio, que hizo declaraciones bajo condición de anonimato por temor a represalias, contó que a Zhang le preocupaban mucho las malas condiciones de los trabajadores inmigrantes en China y que en el pasado se había ofrecido voluntario para enseñar a niños en áreas desfavorecidas. Parece estar vinculado a movimientos maoistas.
Zhang Yunfan, líder estudiantil maoista


Uno de los movimientos maoistas más conocidos en Occidente es el Partido Comunista Maoísta de China- Se trata de un partido comunista clandestino antirrevisionista de la República Popular de China que sigue el marxismo-leninismo-maoísmo . El PCMCh buscaba sustituir al " bloque gobernante revisionista dentro del Partido Comunista Chino " (PCCh), cuyas reformas desde la muerte de Mao han "restaurado las condiciones sociales capitalistas ". Siguiendo este objetivo, PCMCh pretende iniciar una "segunda revolución socialista " para restablecer la dictadura del proletariado.

El PCMCh fue fundado el 28 de noviembre de 2008 y ha reunido miembros y seguidores, en un estado no confirmado, que se extiende por miles en las tierras rurales de China, entre los trabajadores y campesinos descontentos con la precarización de las condiciones laborales y el auge de las grandes empresas capitalistas en el país, creciendo el porcentaje de medios de producción en manos privadas año a año.

Surgió desde dentro del propio PCCh. En 2007, diecisiete miembros del PCCh, desde oficiales retirados, oficiales militares y académicos, emitieron una carta pública al PCCh instando al final de las reformas procapitalistas y para volver al " Pensamiento Mao Zedong ". Esto se convirtió en una conmoción significativa para las mentes de la clase obrera china, ya que mostraba que el creciente descontento dentro del PCCh no era solo por los que vivían en las calles y tierras rurales de China, sino también por aquellos que habían trabajado estrechamente con los del PCCh. 

Finalmente, el PCMCh, debido a las persecuciones, no se desarrolló como partido, aunque movimientos maoístas similares se extienden por China conforme el capitalismo se va desarrollando en el país y empeoran las condiciones sociales y laborales de los trabajadores y campesinos.

Los maoístas critican el actual sistema económico y político de China, que traiciona la visión de Mao Zedong y de la clase obrera china de una economía socialista. También denuncian las reformas proclives a la economía de mercado del país, causante de una creciente brecha de riqueza y de una creciente corrupción.

El apoyo al movimiento maoísta ha crecido en los últimos años y, como resultado, sus reuniones son vigiladas de cerca por las autoridades. Sin embargo, la persecución del maoísmo en China no puede hacerse tan abiertamente como el gobierno y sus , porque, en contra de la élite del PCCh y de la creciente burguesía china (recordemos que hoy China es el segundo país en número de multimillonarios), un gran número de trabajadores y campesinos se sigue considerando maoista y rechazan las reformas hacia el capitalismo de la aburguesada dirigencia comunista dirigida por Deng Xiaoping y Xi Jimping.
Imagini pentru capitalismo chino
Tal y como se afirma en el artículo de B.N. Turner, Capital financiero en China, "Todo este desarrollo del capitalismo chino, hoy primera potencia mundial también financiera, se ha desarrollado desde que Den Xiaoping y sus acólitos, a los que ya Mao había desenmascarado como los “defensores del camino capitalista”, lanzaron la “buena nueva” de que “hacerse rico es glorioso”, comenzando a llenarse el Partido de los seguidores de lo que se conoce como xiahai (que se podría traducir como “zambullirse en el mar de la empresa privada“), también conocidos como “capitalistas rojos“".

Recordamos también que recientemente un grupo de estudiantes chinos en Berlín denunciaban, en una entrevista traducida por este blog y Victoria de los Oprimidos y Explotados, que " En China hay una enorme explotación y un gran desarrollo del capitalismo / imperialismo. Pocos chinos saben que una gran cantidad de capital chino está en el extranjero. Hay muchas protestas y huelgas. Las masas a menudo luchan espontáneamente y sin un liderazgo claro contra los capitalistas. Los verdaderos comunistas participan junto a ellos en su esfuerzo. Muchos capitalistas no llaman a la policía, sino que llaman a la mafia, simplemente porque es más barato. Existe una alta tasa de personas sin hogar; muchos duermen en estaciones de ferrocarril o edificios vacíos (...) Sin embargo, no podemos ni debemos ser demasiado abiertos con muchas de nuestras posiciones. La represión hoy es enorme en China. Tenemos reuniones de formación de forma clandestina y además, organizamos una escuela nocturna para trabajadores universitarios y empleados".

Las diferencias, pues, son cada vez menos entra la República Popular China y los países tradicionalmente capitalistas, situación que sufren cada vez más los trabajadores y campesinos y los defensores del socialismo y de un Partido Comunista al servicio de la clase obrera y no al del mercado

Entrevista a la camarada Laura en las bases guerrilleras de Vizcapán, Perú

La revolución no es una idílica apoteosis de ángeles del Renacimiento, sino la tremenda y dolorosa batalla de una clase por crear un orden nuevo. Ninguna revolución, ni la del cristianismo, ni la de la Reforma, ni la de la burguesía, se ha cumplido sin tragedia. La revolución socialista, que mueve a los hombres al combate sin promesas ultraterrenas, que solicita de ellos una extrema e incondicional entrega, no puede ser una excepción en esta inexorable ley de la historia. No se ha inventado aún la revolución anestésica, paradisiaca, y es indispensable afirmar que el hombre no alcanzará nunca la cima de su nueva creación, sino a través de un esfuerzo difícil y penoso en el que el dolor y la alegría se igualarán en intensidad” (El alma matinal: José Carlos Mariátegui)
Imagini pentru guerra popular vraem
La revolución no es una idílica apoteosis de ángeles del Renacimiento, sino latremenda y dolorosa batalla de una clase por crear un orden nuevo. Ningunarevolución, ni la del cristianismo, ni la de la Reforma, ni la de la burguesía, se hacumplido sin tragedia. La revolución socialista, que mueve a los hombres alcombate sin promesas ultraterrenas, que solicita de ellos una extrema eincondicional entrega, no puede ser una excepción en esta inexorable ley de lahistoria. No se ha inventado aún la revolución anestésica, paradisiaca, y esindispensable afirmar que el hombre no alcanzará nunca la cima de su nuevacreación, sino a través de un esfuerzo difícil y penoso en el que el dolor y la
alegría se igualarán en intensidad”.
 EL ALMA MATINAL: José Carlos Mariátegui
El Periódico El Pueblo ha republicado esta entrevista a la camarada Laura, que forma parte de un sector del Partido Comunista del Perú que rechaza la política de reconciliación nacional entre clases y las peticiones por algunos sectores de negociar falsos acuerdos de paz, y que desde las montañas del Vraem abogan con bastante claridad por mantener el camino de la revolución proletaria mundial, continuar la Guerra Popular y  la revolución en el Perú, como única manera de llevar a cabo la tarea histórica del proletariado: acabar con el capitalismo y terminar con toda explotación del hombre por el hombre.
Por su interés, la difundimos a continuación:

24 de enero de 2018

Una chirigota denuncia el chovinismo de los trabajadores españoles ante la independencia catalana y su pasividad ante las cada vez peores condiciones sociales y laborales

Una chirigota del Carnaval de Cádiz, interpretada por la Comparsa La playa, desnuda a chovinistas y españolistas, de izquierdas y derechas, que se rasgan las vestiduras embargados de indignación ante la intención de los catalanes de votar si quieren o no continuar integrados en España, mientras agachan las orejas y mueven el rabito frente a los recortes sociales y salariales, humillaciones y agresiones del gobierno y las empresas del país.

Imagini pentru patriotismo español y precariedad"Pero qué pena españolito / que esa rabia no te dio de igual manera / por toda esa gente joven / exiliados españoles que cruzaron la frontera / Y qué desgracia que te falte patriotismo / para salir y echarle huevos a un gobierno sinvergüenza / que está hundiendo en la miseria /a tantísimos obreros".

Lo anterior es solo el anticipo de una jugosa letra que critica el anticatalanismo rancio, habla de la República, y trata otros conceptos vinculados con la actualidad política, como, por ejemplo, la "falsa democracia" o "unidad del territorio de tu España", refiriéndose en el minuto 8.20 a la cuestión catalana.



Pero no solo hacen referencia a la situación política en este punto. La comparsa empieza con unos versos que tratan sobre la libertad de los pueblos y la República y termina con otra que también habla de los republicanos, así como de la ley primera de su "playa", nombre de la comparsa, que simboliza su propia república abierta a todo el mundo.

Una canción que seguro no ha gustado al Tribunal de Orden Público de, usando un muy carnavalesco término de Bergamín, la "España demotrágica",  ni tampoco a sus inquisidores del gobierno, la justicia y los medios de propaganda del régimen. Sin embargo, en el Carnaval de Cádiz, festival de humor sarcástico y crítico, fértil expresión de resistencia y transgresión social, cultural y política (tal y como define a los carnavales el linguista marxista Mijail Bajtin), ha quedado "que ni pintá".

A continuación, la interpretación completa de la Comparsa La Playa.



Minuto 0:


Un pueblo libre es cualquiera,

Que por fin se libera de sus propias cadenas.

Un pueblo libre es un pueblo,

Que no acepta a un gobierno convertido en condena.

Un pueblo libre es cualquiera que pierde el miedo de su libertad,

Que no teme a decidir dónde ni cómo vivir.

Un pueblo libre bien vale una guerra,

Nuestra bandera que ondea,


Contra viento y marea,

A orillas de nuestra playa,

Con su escudo nos recuerda,

Que esta República nuestra,

Se hizo fuerte en la batalla.

La República algún día se irá,

Por nuestra arena por rebeldes

Que reniegan del poder y la Aracena.

De una falsa democracia,

Que te atrapa en su colmena.

Y como una muralla defiendes.


Minuto 8.20


Tú que enarbolas tu bandera

Con más orgullo que nunca

Que hasta las tripas te araña

Que quieran romper España ahora desde Catalunya.

Eso sí que toca los cojones

Y es que en tu nación hay gente

Que grita fervientemente

Que ellos no son españoles.

Tú te tiras a la calle

Haciendo tuya esa guerra

Por tu sentimiento patrio

Por tu país por tu tierra.

Por tu gente que tuvieron que dejar Andalucía

Que a Catalunya se fueron

Y por lo que siguen todavía.

Pero que pena españolito

Que esa rabia no te dio de igual manera,

Por toda esa gente joven

Exiliados españoles

Que cruzaron la frontera.

Y que desgracia que te falte

Patriotismo para salir

Y echarle huevos a un gobierno sinvergüenza

Que está hundiendo en la miseria

A tantísimos obreros.

Mas tu adelante sigue agitando

Banderitas incansable

Por la unidad del territorio de tu España

Aunque tu España siga rumiando su hambre.

Tú sigue así pero aunque a ti te duela

Te lo tengo que decir

En el fondo son tu envidia que te hierve las entrañas

Porque ellos luchan por su Catalunya

Lo que tú en tu vida nunca has luchado por tu España.


Minuto 16.10


Esta playa será para aquel que quiera,

Comenzar una vida nueva

Abriendo camino sobre el mar hermanos,

Así fue cómo llegó a nuestra playa,

El primer republicano.

Así con nuestra ley primera,

Queda bien claro no somos separatistas,

Que nuestras puertas están abiertas,

Nuestra mente a todo el mundo le dará la bienvenida,

Que madre tierra solo hay una,

Y todos somos hermanos de una misma madre.

23 de enero de 2018

¿Qué pasa con España? (Primera Parte), del brigadista internacional británico Lon Elliot

Lon Elliott, librero inglés, fue uno de los miles de comunistas que no dudaron en darlo todo por defender a los pueblos españoles contra el fascismo, combatiendo en importantes batallas como las del Jarama o Brunete.

Tras el triunfo del fascismo en España, Elliot siguió siendo un activo militante por la democracia en España, como miembro de la Asociación de Brigadistas de España de Liverpool, escribiendo poemas y diferentes artículos y libros con el objetivo de describir el terror franquista y dar a conocer la necesidad de que la comunidad internacional acabe con él, porque, como afirma en el libro que hemos traducido, "¿Qué pasa con España?", "El terror en España no desaparecerá hasta que el fascismo no sea derrotado".

Precisamente, en el Condado de Mercyside, cuya capital es Liverpool, en una placa que fue donada a la Asociación de las Brigadas Internacionales de Gran Bretaña, se utilizaron algunos de sus versos para homenajear y recordar a todos sus caídos en la lucha contra el fascismo en España. En la citada placa, que se encuentra en la Jack Jones House (sede de la Unión de Sindicatos de Liverpool, que lleva el nombre de otro de los brigadistas que formó parte del grupo de más de 200 hijos de la ciudad que lucharon en España contra Franco, Hitler y Mussolini), se cita a los 27 de ellos que cayeron en la lucha por la libertad en los campos de España.

Los versos de Lon Elliott que aparecen en la placa-homenaje, traducidos al castellano hace un tiempo por este blog, son los siguientes:

"Los fusiles que nunca más empuñaréis
en otras manos alzan aún su voz frente a la noche.
Vuestros puestos ya los han ocupado otros hermanos
que recordarán cómo moristeis en defensa de lo justo,
el día que tomasteis las armas, desafiasteis el poder
de los siglos y moristeis victoriosos.

Camaradas, descansad ahora, porque todo lo que amasteis, llegará a ser.
No buscasteis la muerte, pero al encontrarla,
y más una muerte así, mejor que una vida de ignominia,
podéis descansar ahora satisfechos. Se ha encendido una llama de esperanza,
la bandera de la libertad tremola de nuevo desplegada
y todo lo que amasteis vive más fructuoso en este mundo
".

En esta ocasión, hemos considerado de gran interés traducir al castellano la obra de Elliot "¿Qué pasa con España?", donde repasa los crímenes del franquismo en España y subraya la evidente vinculación de este con el nacionalsocialismo alemán, clamando por la necesidad de una acción urgente para terminar con él, para bien tanto de los españoles como de toda la comunidad internacional.

"Los hechos expuestos en este panfleto no son sino una pequeña muestra del total de cargos que se pueden y deben presentar contra Franco y el fascismo en España, pero creemos que son más que suficientes para mostrar que “el problema de España” exige una acción urgente y decisiva por parte de las Naciones Unidas en general y de Gran Bretaña en particular".

Se trata de una obra que nos parece esencial, y en el que se repasa el terrorismo fascista en la España de Franco y donde se demuestra que el genocidio y exterminio llevado a cabo por los nazis en Alemania se produjo también en España a manos de los generales y empresarios franquistas, exterminio anunciado desde el principio de la contienda por los gerifaltes rebeldes, como muestran las palabras de Franco en 1938, “Tenemos un censo aún incompleto con los nombres de más de dos millones de rojos. No hay sitio para esta gente en España”, o del General Mola, "Si hay diez millones de republicanos en España que se oponen al régimen de Franco, Franco exterminará hasta el último de ellos tras su victoria".

El libro de Elliot también denuncia cómo España se convirtió en refugio de nazis tras el final de la SGM, teniendo estos una gran influencia tanto en el gobierno como en las grandes empresas del país, ante la pasividad de países supuestamente democráticos como Gran Bretaña, Estados Unidos o Francia, entre otros. Por ejemplo, describe como "En enero de 1944, después de una visita del diputado nazi Fuerhrer Borman, Franco emitió un decreto que otorgaba la nacionalización a los extranjeros que habían ayudado a su "movimiento". En el momento del colapso de Alemania, se dice que Franco otorgó rápidamente la ciudadanía española a unos 30.000 alemanes, la mayoría de los cuales nunca habían estado en España durante la Guerra Española. Se cree que el número total de estos "ersatz" (sucedáneos) españoles ronda los 50,000, e incluye a jefes de negocios, expertos políticos, saboteadores e, indudablemente, a algunos científicos nazis, expertos en bombas atómicas, etc.".

Por último, Elliot honra y recuerda a los luchadores antifascistas que ofrecieron su juventud y su vida para defender la democracia y el socialismo en España, tanto durante la Guerra Civil, como tras el triunfo de Franco, desde las montañas como guerrilleros o en la clandestinidad y el exilio y, por supuesto, denunciando la salvaje represión sufrida por miles de españoles en los campos de concentración o cárceles franquistas, que eran totalmente equiparables a la sufrida durante el régimen nazi.

Damos la palabra, pues, al bueno de Lon Elliot:

***

¿QUÉ PASA CON ESPAÑA?
(Primera Parte)


I. Primero, luchar
II. El Buchenwald español
III. Donde el hambre es dueño y señor
IV. Camuflaje para la esvástica
V. La voz de su amo
VI. El movimiento de resistencia
VII. Los guerrilleros
VIII. El gobierno republicano
IX. Intrigas en tierra de nadie
X. Escondrijo nazi
XI. Qué podemos hacer


            ¿QUÉ PASA CON ESPAÑA?

I.                   Primero, luchar

Dos republicanos españoles, Santiago Álvarez y Sebastián Zapirain, fueron detenidos en Madrid hace algunas semanas[1] en el transcurso de una gran operación fascista en la que la policía de Franco detuvo a cientos de españoles, a menudo por la mera sospecha de tener simpatías democráticas.

Como es habitual en estos casos en la España de Franco, Santiago Álvarez y Zapirain fueron sometidos a terribles torturas y, si las cosas hubieran seguido su curso normal, su ejecución se habría producido poco después.

Pero, por una vez, los acontecimientos no se sucedieron como es habitual. Los hombres del Movimiento de Resistencia Español comunicaron la noticia a Francia, donde más de 100.000 demócratas españoles esperan el día en que puedan retornar a su país.
Imagini pentru international brigade association 
Al cabo unas pocas horas, una avalancha de protestas se abatió sobre Madrid desde todos los rincones del mundo. Los gobiernos británico, francés, argentino y cubano se dirigieron a las autoridades franquistas por medio de sus representantes en España. En los Estados Unidos se organizaron piquetes ante la embajada española. En Cuba los trabajadores organizaron una huelga general de cinco minutos.

La noticia de las detenciones llegó a este país el dieciocho de septiembre y, en apenas algo más de una semana, ya había tomado forma una gran campaña contra el reino del terror de Franco.

Personalidades destacadas de todos los ámbitos sociales cablegrafiaron sus protestas a Madrid. Entre ellos había más de cien diputados.

La primera manifestación política que recorrió las calles de Londres tras el levantamiento de la prohibición vigente en los días de la guerra fue para protestar ante la embajada de Franco en Belgrave Square.

Por carta dirigida a la International Brigade Association, el ministro de Exteriores, Ernest Bevin, anunciaba que se habían dado instrucciones al embajador británico en Madrid para que investigase las mencionadas detenciones y “si las circunstancias lo aconsejaban, realizase las gestiones oportunas ante el gobierno español”. La carta de Bevin seguía así: “Se ha instruido al embajador para que advierta al gobierno español de la desfavorable impresión que produciría, de llevarse a cabo, la ejecución por motivos políticos de estos dos hombres”.

El comité ejecutivo del mayor sindicato británico, el Transport and General Workers, exigió la inmediata ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con la España de Franco, exigencia que, asimismo, comunicó por radio el presidente del Partido Laborista, Harold Laski, a una gran reunión en Nueva York.

El encargado de negocios soviético en Estados Unidos, [Nikolai] Novikov, pronunció en esa misma reunión de Nueva York palabras del siguiente tenor:

“Franco, mercenario de Hitler y Mussolini, debería ser procesado como criminal de guerra”. “Por sus actos agresivos contra la Unión Soviética, Franco se puso el mismo nivel que Hitler y Mussolini”. “Los pueblos de la Unión Soviética esperan que reciba su merecido y que su dictadura fascista sea abolida”.

Dean Acheson, vicesecretario de estado de los Estados Unidos, manifestó con total claridad que no cabe esperar acuerdos satisfactorios entre los gobiernos de Estados Unidos y la España de Franco.

Santiago Álvarez y Sebastián Zapirain habían vuelto a España desde el exilio para incorporarse al Movimiento de Liberación contra Franco. A pesar de su brillante trayectoria en el Ejército Republicano, sus nombres eran prácticamente desconocidos salvo para los españoles. Tras su detención, no obstante, se han convertido al punto en símbolos de todo el pueblo español y de su lucha contra la dictadura fascista.

La clase obrera y decenas de miles de hombres y mujeres progresistas en el Reino Unido no han olvidado ni un instante cómo, a pesar de todos sus esfuerzos –las grandes manifestaciones, los barcos cargados de alimentos, las colectas interminables en calles y fábricas o las innumerables resoluciones aprobadas–, el gobierno británico de Neville Chamberlain fue capaz de vender la España republicana a Hitler y Mussolini.

Ni tampoco han olvidado que las primeras víctimas británicas en la lucha contra la Alemania nazi fueron quinientos treinta y dos hombres y una mujer –Felicia Browne–que murieron combatiendo en defensa de la democracia española. Aunque Neville Chamberlain y su gobierno jamás honraron su memoria, ni aquellos de sus camaradas que quedaron inválidos permanentes recibieron nunca pensiones oficiales, los miembros del Batallón británico de las Brigadas Internacionales lucharon contra el mismo Hitler que combatieron los soldados en Dunkerque, El Alamein y Arnhem.

Son ya historia los días en que [Anthony] Eden y otros ministros tories negaban la evidencia de la intervención germano-italiana en España, y no es ya necesario recordar lo sucedido a lo largo de los tres años de una guerra, de 1936 a 1939, que permitió a Hitler y Mussolini establecer el fascismo en España.

La lección de aquellos años y el historial posterior de Franco se resumen en la declaración que acordaron los Tres Grandes en Postdam, por la que se comprometían a no respaldar ninguna solicitud de ingreso en las Naciones Unidas presentada por el gobierno de Franco “el cual, habiendo sido fundado con el apoyo de las potencias del Eje y en vista de su origen, naturaleza, historial y asociación íntima con los Estados agresores, no posee las cualidades necesarias para justificar tal ingreso”.

Algo más de un año antes, el 28 de junio de 1944, el National Council of Labour, que representa al Partido Laborista y a los movimientos sindical y cooperativo, hizo pública una declaración en la que se recordaban

“aquellos trágicos años en que el pueblo español entabló una lucha sangrienta en defensa de sus derechos y libertades constitucionales contra los militares rebeldes encabezados por el general Franco, quien, con ayuda de los dictadores alemán e italiano, sumió al pueblo español en la servidumbre física, intelectual y política”.

El National Council of Labour proseguía expresando su esperanza de que

“el heroísmo de los republicanos españoles se vea pronto recompensado con un gran acto que conduzca a su propia liberación democrática y haga de España un miembro de la comunidad de pueblos libres y amantes de la paz, reforzando así los vínculos de amistad en paz y prosperidad entre los pueblos español y británico”.

A pesar de la declaración de Postdam realizada por los Tres Grandes y de la victoria del Partido Laborista en las elecciones generales británicas, el Reino Unido y los Estados Unidos siguen reconociendo a Franco como jefe de Estado español. A sus ministros fascistas se les sigue considerando como miembros de un gobierno y no como criminales de guerra.

La sublevación de Franco contra el gobierno republicano costó la vida a un millón de españoles sobre una población total de unos 26. Desde entonces muchos miles de demócratas españoles han muerto ante los pelotones de fusilamiento franquistas, en los campos de exterminio nazis, en las filas de los Movimientos de Resistencia y de los ejércitos de países miembros de las Naciones Unidas.

Sin embargo, a pesar de este sacrificio, el pueblo español sigue gobernado por una dictadura fascista que emplea todos los archiconocidos métodos nazis de violencia, tortura y completa supresión de los más elementales derechos democráticos. Detrás de sus insinceras promesas de reforma, Franco sigue haciendo todo lo posible por eliminar cualquier rastro de oposición democrática por medio del simple expediente del exterminio físico.

Los hechos expuestos en este panfleto no son sino una pequeña muestra del total de cargos que se pueden y deben presentar contra Franco y el fascismo en España, pero creemos que son más que suficientes para mostrar que “el problema de España” exige una acción urgente y decisiva por parte de las Naciones Unidas en general y de Gran Bretaña en particular.


II. El Buchenwald español

Más que cualquier otra cosa en cinco años de guerra, más que las listas de víctimas, más que la guerra relámpago, que las bombas volantes y los cohetes, los campos de la muerte de Buchenwald y Belsen nos hicieron ver el horror y la degradación absolutos de la Alemania nazi.

Imagini pentru international brigade associationNo obstante, si un periodista llegado de Marte a nuestro planeta recorriera toda Europa y, al cabo de su periplo, se sentase a escribir un informe titulado “Los campos de la muerte nazis y la opinión pública británica”, es probable que se quedase totalmente desconcertado. Por una parte constataría el horror general y la indignación que el Reino Unido sintió al conocer las revelaciones de los campos nazis. Por otra –suponiendo que a este visitante de Marte no se le hubiese puesto impedimento alguno–, habría visto que siguen existiendo cárceles, campos de concentración, batallones de trabajos forzados, que no difieren en nada fundamental de lo que inventaron los nazis. Tales cosas las habría visto en España, un país con el que Gran Bretaña mantiene relaciones comerciales y diplomáticas normales.

El General Mola, uno de los capitostes de la rebelión fascista en España, dijo en cierta ocasión a un corresponsal norteamericano: “Si hay diez millones de republicanos en España que se oponen al régimen de Franco, Franco exterminará hasta el último de ellos tras su victoria[2].

En 1938 Franco pronunció un discurso en Burgos en el que esbozó su política para España. Dijo:

“Tenemos un censo aún incompleto con los nombres de más de dos millones de rojos. No hay sitio para esta gente en España”[3].

En julio de 1939 el fiscal de Sevilla dijo durante la celebración de un juicio:

“En el siglo XV, España poseía un imperio que contaba con tan sólo 12 millones de habitantes. ¿Qué más da si exterminamos hoy a la mitad de la población, si con 12 millones nos basta para reconquistar nuestro imperio perdido?”[4].

En agosto de 1939, [Eliseo] Álvarez Arenas, general franquista, en una conferencia pronunciada ante los estudiantes de la escuela militar de Granada, dijo:

“¡Exterminad a todo el que se oponga a la política del Caudillo por el medio que sea!”[5]

Franco ha incumplido la mayoría de sus promesas pero, sin duda alguna, ha hecho todo lo posible por exterminar a sus oponentes.

No ha habido tropas aliadas que hayan liberado los campos de concentración españoles y ninguna comisión de encuesta ha investigado los crímenes de guerra cometidos por los iguales de la Bestia de Belsen[6]. No es fácil obtener datos sobre el terror fascista en España. Pero existen pruebas suficientes para quienes se toman la molestia de buscarlas, del mismo modo que existían pruebas de los campos de concentración nazis mucho antes de 1939.

Mavis Bacca, católica, es una música inglesa. Fue a España en 1939 y todos sus contactos previos la habían predispuesto en favor de Franco. Su experiencia en la “nueva España” le abrió los ojos. El desencanto fue completo tras pasar ocho meses en la cárcel de mujeres de Les Corts por el “delito” de ayudar a algunos de nuestros aliados a escapar a través de España de la Europa ocupada por Alemania. Su experiencia está recogida en un libro actualmente en prensa y en un artículo publicado en Reynolds News el 8 de julio.

En las siguientes líneas se puede vislumbrar, siquiera de pasada, la infernal crueldad que  encontró en las cárceles del “valiente caballero cristiano”[7]:

“Había una mujer acurrucada encima de su colchón. Lloraba en silencio, tapándose la cara con las manos. Su actitud era de una desesperación tal, que no me parecía oportuno interrumpirla. Sin embargo, finalmente, la toqué en el hombro y le dije con suavidad: “¿Te puedo ayudar en algo?” “¿Ayudar?”, repitió mecánicamente, levantando sus ojos hacia mí. Entonces murmuró con voz ronca: “Han fusilado a mi hijo. Han asesinado a mi niño. Tenía 22 años…”
“Mis compañeras de prisión me contaron que al muchacho le habían condenado a muerte dos años atrás  por actividades rojas durante la guerra civil. Cuando ésta comenzó sólo tenía 16 o 17 años…”
“… Una joven fue encarcelada, acusada de haber pasado correspondencia a un antiguo republicano cerca de la frontera en Figueras. Tras detenerla, la llevaron a un cuartel de la policía y, ante veinte hombres, la desnudaron y le quemaron el pecho con cigarrillos encendidos. Esto no son habladurías, yo misma vi las cicatrices…”

En Les Corts, Mavis Bacca se encontró con mujeres que languidecían en prisión condenadas a penas que iban de los seis a los treinta años por “delitos políticos”, a menudo sin especificar, y a quienes no había procesado tribunal alguno. La comida era más que insuficiente y la higiene inexistente por completo.

Pero algo admirable sí que descubrió en las cárceles franquistas, a saber:

“La fe inquebrantable en el amanecer de un nuevo orden social, en una España regenerada, que era la principal fuente de energía que alimentaba el valor y la coherencia de la amplia masa de los [presos] “políticos”,  representativa de la vieja tradición republicana española”.  

José Vitini [Flórez] formaba parte de esa tradición republicana española. Con decenas de miles de republicanos se vio obligado a buscar refugio en Francia al final de la guerra de España. Cuando llegó el momento, se unió al maquis francés. Sus cualidades personales y su experiencia militar le permitieron alcanzar el grado de coronel. Él y los españoles a su mando combatieron en la guerra de liberación de Francia y expulsaron a los alemanes de la bellísima ciudad medieval de Albi y de muchos otros lugares del sudoeste francés.

Una vez liberada Francia, todo el empeño de Vitini se volcó en el trabajo que aún quedaba por hacer en casa. Cruzó los Pirineos y se unió al Movimiento de Resistencia Español. Se produjo un contratiempo y las autoridades franquistas lo detuvieron. Lo sometieron al típico juicio farsa que organiza Franco cuando se digna juzgar a sus víctimas: el fiscal despotricó durante horas y un abogado defensor falangista formuló las alegaciones de rigor y pidió clemencia para sus defendidos, dando fríamente por sentado que eran culpables de todos los cargos de terrorismo que se les imputaban. Vitini y sus diez camaradas fueron condenados a muerte y ejecutados el día de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial.

El hombre que confirmó la sentencia contra el héroe de las Fuerzas Francesas del Interior (FFI) fue el criminal de guerra Muñoz Grandes, capitán general de Madrid y antiguo comandante de la División Azul que luchó contra los soviéticos. La Unión Soviética pretende juzgar a Muñoz Grandes por sus acciones en el frente oriental, entre ellas la destrucción de las iglesias de Novgorod.

A Franco le convenía anunciar la ejecución de Vitini y de sus camaradas, pero por cada ejecución a la que se da publicidad en España, se asesina a cientos de hombres y mujeres en secreto.

La Junta Suprema de Unidad Nacional, máximo órgano de dirección de la oposición democrática a Franco en el interior de España, ha publicado listas de las víctimas del franquismo en las que figuran los miembros de cada una de las organizaciones democráticas.  

La Convención de Ayuda al Pueblo Español, que se reunió en México este año, declaró que “durante los últimos seis meses de 1944, se produjeron 1.136 ejecuciones en diez ciudades españolas: 576 en Madrid, 39 en Gijón, 16 en Jaén, 230 en León, 104 en Ocaña, 23 en Ciudad Real, 30 en Bilbao, 40 en Málaga, 35 en Santander, 43 en Guadalajara”. Muchos de esos fusilamientos se llevan a cabo siguiendo la práctica nazi de la represalia. Se ejecuta a prisioneros por las acciones de resistencia de otros.

Puede que la industria y la agricultura españolas estén subdesarrolladas, pero los métodos de los torturadores franquistas están totalmente al día. Emplean las más recientes aportaciones de la Gestapo en la materia: electrodos, drogas, etc. Han dejado a Torquemada y a la Inquisición a años luz.

La prisión de Ocaña es una de las peores. En ella están encarcelados los presos “más rebeldes”. En Ocaña se les encierra en celdas de aislamiento que son como tumbas en las que apenas pueden moverse. La comida se reduce a pan y agua. Las palizas son constantes y las ejecuciones se producen sin mediar causa, juicio o condena alguna.


Los cálculos varían en cuanto al número de prisioneros en las cárceles franquistas, pero la cifra mínima que parece más fiable es la que dio la Convención mexicana, a saber, 200.000 personas. Tales cálculos se basan en la capacidad conocida de los centros penitenciarios españoles y en el hecho, también conocido, de que todas las cárceles estén llenas hasta los topes. Esta cifra, sin embargo, no tiene en cuenta las decenas y decenas de edificios requisados por todas partes y convertidos en prisiones. El periódico norteamericano PM  eleva la cifra total por encima de los 400.000 reclusos.

Lord Templewood, antiguo embajador británico en Madrid, que, en su día, no se distinguió por su enemiga contra Franco, consideró oportuno denunciar las inhumanas condiciones carcelarias que existen en España en un discurso pronunciado el 21 de marzo:

“A mi parecer, las condiciones penales en España atentan en casi todos los sentidos contra los principios básicos de respeto a la personalidad humana”.

A quienes están en las cárceles hay que añadir, igualmente, los miles de españoles aherrojados en batallones de trabajos forzados. Hasta hace poco unos seiscientos de entre ellos trabajaban en un monumento que está construyendo el franquismo cerca de Madrid en memoria de los fascistas muertos en la guerra de España. Otros trescientos trabajaban en las minas de mercurio de Almadén, donde, según se dice, hay capital británico invertido. Trabajan de 10 a 14 horas diarias y reciben por ello el valor de un penique, aproximadamente. No se les proporcionan mantas y la comida es el mismo rancho miserable que se sirve en las prisiones españolas. Franco llama a esto “redención por el trabajo”. En realidad, no es más que otro método de exterminio de republicanos.

El terror en España no desaparecerá hasta que el fascismo no sea derrotado, pero sí es posible hacer algo ahora mismo: el deber ineludible del gobierno británico y de sus representantes diplomáticos es condenar públicamente los crímenes de Franco del mismo modo que condenaron los crímenes de los nazis.


***




[1] Los hechos relatados se remontan a agosto de 1945. [Nota de los traductores]
[2] Probable retraducción [N. de los t.]
[3] Retraducción [N. de los t.]
[4] Retraducción [N. de los t.]
[5] Retraducción [N. de los t.]
[6] Apodo dado por los internos del campo de concentración de Belsen a Josef Kramer (1906-1945), oficial de las SS durante la Segunda Guerra Mundial y comandante de los campos de concentración de Struthof-NatzweilerBirkenau y el ya mencionado Bergen-Belsen. [N. de los t.]
[7] Francisco Franco, en palabras del miembro del Partido Conservador británico Henry Page Croft, pronunciadas el 23 de marzo de 1938 en un mitin filofascista celebrado en Londres. [N. De los t.]
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