30 de abril de 2018

Comunicado del Comité Internacional de Apoyo a la Guerra Popular en la India (CIAGPI): nueva masacre del gobierno de Modi contra campesinos de la India.

Una nueva masacre en una falsa confrontación perpetrada por las fuerzas del estado fascista de la India. Los maoístas asesinados en Gadchiroli eran indígenas 


Movilización de denuncia y solidaridad siempre que sea posible y en todas las formas posibles

Entre el 22 y el 23 de abril, no menos de 37 presuntos maoístas fueron masacrados, después de haber sido rodeados por la policía y las fuerzas paramilitares. La masacre podría ser todavía mayor. Del río Indravati han aparecido cadáveres varias horas después de los asesinatos y las aguas podrían devolver a otros. Además, el distrito ha sido completamente aislado por la policía y las fuerzas paramilitares continúan las redadas ilegales y las persecuciones de los pueblos

Tampoco, como en otras tantas ocasiones anteriores, sabemos cuántos de ellos eran realmente maoístas e iban armados y cuántos simples aldeanos.

Lo cierto es que no hubo un verdadero choque armado, sino un ataque sorpresa con lanzagranadas, mientras los hombres agredidos desayunaban o descansaban.

Lo cierto es que se trata de la enésima masacre de la sangrienta y despiadada guerra contra el pueblo que el estado indio ha desatado.

La policía publicó un video que mostraba a los soldados celebrando la "victoria" y bailando entre los cadáveres. Que la ira y la indignación contra esta masacre bárbara y el régimen fascista y genocida que la ordenó se muestren en todo el mundo.

Esta masacre es parte de la operación Green Hunt - una gigantesca y prolongada operación de represión y aniquilación de la lucha armada y de la lucha de masas en general lanzada por el estado indio, hoy a cargo del régimen hindú-fascista de Modi. Como parte de esta operación en su tercera fase, hay matanzas, deportación de poblaciones, destrucción, violaciones en masa y olas masivas y sistemáticas de detenciones y desapariciones, que afectan el campo y a las ciudades, universidades y movimientos de masas, en continua violación sistemática de los derechos humanos. Esto significa más de 10.000 presos políticos, incluyendo algunas figuras intelectuales, como el Prof. Saibaba, artistas, abogados, juristas, líderes estudiantiles y, por supuesto, algunos líderes maoístas de prestigio, como Cabades Gandhi, Ajith y otros. Con esta nueva masacre se intenta en vano detener la rebelión de las masas indias y la guerra popular dirigida por el PCI maoísta

Honramos a los mártires de Godchiroli, caídos al servicio de la grandiosa y gloriosa lucha por la liberación de las masas indias que, desde la 'revuelta de Naxalbari hace 50 años y hasta hoy, nunca se ha detenido y avanza indomable hacia la victoria.

¡Organizamos protestas ante embajadas y consulados de la India y pongamos en marcha iniciativas solidarias en todas partes!

¡Ayudemos y apoyemos el Spring Thunder Tour, una campaña prolongada que ha de llegar al mayor número de países de Europa y del mundo!

Se necesitan iniciativas masivas para lograr un apoyo poderoso y un llamativo movimiento de protesta contra el régimen fascista hindú de Modi al servicio del imperialismo.

¡Detengan las matanzas y la represión!, !No al Green Hunt!

!Libertad para todos los presos políticos encerrados en prisiones indias!

Comité Internacional de Apoyo a la Guerra Popular en India
info csgpindia@gmail.com

04/26/2018

25 de abril de 2018

Carteles de propaganda imperialista de la Primera Guerra Mundial

En esta fase avanzada del capitalismo, el imperialismo, los estados y sus gobiernos, administradores de los intereses de la burguesía local, mantienen una permanente guerra comercial, industrial, cultural que, finalmente, terminan irremediablemente dirimiéndose en la guerra por los recursos, ya sea en terceros países colonizados (ocupados militarmente o, simplemente, sometidos al imperialismo económico de los empréstitos a cambio de obligaciones de todo tipo) o, cuando llega el caso, directamente entre ellos.

Ya hace cien años Lenin cuestionaba tal situación diciendo: “¿Deberíamos perecer como esclavos ciegos e indefensos, en una guerra entre esclavistas, o deberíamos buscar la "confraternización" entre los esclavos, con el fin de poner fin a la esclavitud?”.

Los imperialistas han destacado históricamente por su habilidad en realizar propaganda eficaz afín a sus razones. El fomento de la carrera militar se ha realizado con eslóganes pegadizos para atraer a las masas y convertirlas en carne de cañón:  “!El mejor trabajo del mundo- Trabajo y diversión  por todo el mundo- Únete al ejército!”, “Está muy bien el surf, pero ¿qué hay de los hombres en las trincheras?, ve y ayuda”, “Aventura y acción- Alístate a las fuerzas armadas de EEUU".

También se han promocionado de forma importante los llamados bonos de guerra, maquillándolos con expresiones tales como “bonos de la libertad”, “bonos de la victoria”, etc. O, incluso, se llamaba a los pueblos colonizados a defender al imperio.

Detrás de todo este marketing se esconde el genocidio y la barbarie del capitalismo, el saqueo de recursos a las naciones oprimidas, la guerra por el control económico del mundo entre los grandes monopolios y la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía.

En la Primera Guerra Mundial, el primer gran enfrentamiento inter-imperialista de la fase avanzada del capitalismo, los gobiernos y las burguesías locales, (unidas en, como ya señalaba Lenin, sindicatos o alianzas de capitalistas enfrentadas a otras según sus intereses económicos) usaban, en estos casos, a la clase trabajadora como peones en el tablero de la lucha por el control de los recursos para que lucharan en el campo de batalla defendiendo los intereses de la minoría, de los parásitos que viven de su trabajo. 

Para ello, no dudaban en realizar costosas campañas de convencimiento para que esos trabajadores se sintieran identificados con una u otra bandera,  movilizando los sentimientos y la emoción de los trabajadores para que estos se enfrentaran a sus hermanos de clase defendiendo los intereses de los monopolios, en vez de seguir el llamado de Lenin, básico en la lucha de clases en la época imperialista, de convertir la guerra imperialista en guerra civil,  y envitando que aplicaran  las dos tareas del proletariado ante la cuestión nacional, señaladas  también por Lenin: luchar por la unidad de los trabajadores y, al mismo tiempo, por el derecho a la autodeterminación de sus países frente a la opresión imperialista.

El proletariado no debe caer en las ilusiones burguesas ni escuchar los cantos de sirena del imperialismo. Tiene que rebelarse,  convertir la guerra imperialista en guerra civil, llevar a cabo en cada acto de su vida, en cada agitación social, en cada problema surgido, la lucha de clases, única guerra en la que se dirimen sus intereses. Sus guerras no son nuestras guerras y en todo el mundo el proletariado tiene un mismo enemigo en común: el imperialismo.

A continuación pueden ver una serie de ilustraciones históricas de la Primera Guerra Mundial que reflejan las diferentes campañas publicitarias imperialistas de la época, seleccionada por CTT en colaboración con Victoria de los Oprimidos y Explotados:































21 de abril de 2018

El desarrollo del movimiento nacional en Cataluña (Nuestra Bandera, 1964)

En 1964 el Partido Comunista de España tenía todavía muy claro que una verdadera democracia en España ha de ir acompañada del reconocimiento del derecho a la autodeterminación de los pueblos, y que en la lucha contra la dictadura los movimientos nacionalistas eran importantes aliados de los objetivos de los comunistas. No obstante, ya Lenin en 1914 clarificó cuales eran la doble tarea del proletariado en relación a la cuestión nacional y el PCE por aquel entonces aún no se había alejado del marxismo-leninismo:

"Los comunistas catalanes impulsan la lucha de su pueblo por las libertades nacionales catalanas y orientan el movimiento de masas a comprender que sólo la democracia en toda España puede garantizar una Cataluña nacionalmente libre. El problema nacional catalán, como el vasco y el gallego, sólo pueden encontrar solución en la lucha por un poder democrático que reconozca el derecho a la autodeterminación de Cataluña, Euzkadi y Galicia. Por eso el movimiento nacional es un aliado importante en la lucha que están librando todos los antifranquistas contra la dictadura en toda España".

Así lo expresaban los comunistas españoles en Nuestra Bandera, de abril de 1964, sin haber olvidado por aquel entonces, como parece que ha sucedido en las últimas décadas, como el PCE fue en II República vanguardia de la defensa de la autodeterminación de los pueblos, especialmente con José Díaz como Secretario General.

En el esclarecedor artículo de los comunistas españoles de antaño se aprecia como, casi medio siglo después, y debido a la ausencia de una ruptura real con el franquismo tras la muerte de Franco, a la continuidad del sistema casi intacto sin haberse hecho ni siquiera amago de justicia por haberse transformado el país en una gran fosa común durante cuatro décadas de dictadura fascista, parece que lo que se nos cuenta en Nuestra Bandera de aquel aparentemente lejano 1964 sea la actualidad misma, en la que el movimiento nacional en Cataluña sigue luchando por la autodeterminación de todos los pueblos del estado español y, por ende, por la democracia y contra los abundantes restos del pasado que se perpetúan como gusanos sobre las tumbas de sus miles de víctimas en la gran farsa democracia española  (aunque esta vez el PCE parece estar alineado con los necrófagos).

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El desarrollo del movimiento nacional en Cataluña


El proceso de descomposición de la dictadura franquista y la extensión de la oposición, ganando progresivamente a nuevos sectores de la sociedad española, convergen en un fenómeno característico de la actual situación política en España: todos los problemas pendientes de solución durante estos 25 años afloran a la superficie y aparecen al descubierto como una exigencia de cambios ya inaplazables.

Entre ellos se cuentan los problemas nacionales de Cataluña, Euzkadi y Galicia. Esas naciones hispánicas, oprimidas por la dictadura de la oligarquía financiera, se ponen en movimiento para lograr que sus derechos nacionales sean reconocidos y aparecen como una fuerza más que presiona hacia la liquidación del poder de Franco.

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El proceso de activización del movimiento nacional cobra sus rasgos más aparentes en Cataluña, donde la notable expansión de la cultura catalana en estos últimos años, el movimiento de oposición intelectual y estudiantil, la agitación de las capas pequeño y medio burguesas y la presión del movimiento obrero, motor de todo el proceso, convergen en un marco político intensamente teñido por la aparición resuelta de las reivindicaciones nacionales del pueblo catalán.

El proceso es tanto más aparente por cuanto en los últimos meses ha experimentado un salto en su desarrollo que obliga a que sea tenido en cuenta incluso por quienes se empeñan en cerrar los ojos. El movimiento nacional catalán se ha convertido ya en una fuerza que mueve a masas cada vez más extensas fuera de los reducidos límites de las reivindicaciones exclusivamente culturales, dentro de las que se movía hace sólo muy pocos años.

Creemos que tiene interés un breve resumen de los acontecimientos que se han desarrollado en este frente en los últimos meses:

El pasado mes de noviembre, las declaraciones de Dom Aureli Mª Escarré, Abad de Montserrat, después de denunciar el régimen franquista y de reivindicar las libertades democráticas [46] para toda España, abordaban el problema nacional catalán en estos términos: «Los catalanes en gran mayoría, no somos separatistas. Cataluña es una nación entre las nacionalidades españolas. Tenemos derecho como cualquier otra minoría, a nuestra cultura, a nuestra historia, a nuestras costumbres que tienen su propia personalidad dentro de España. Somos españoles, no castellanos.» El PSU de Cataluña declaraba en el número de noviembre de su portavoz, Treball: «El PSU de Cataluña, vanguardia dirigente de la clase obrera de Cataluña, comparte plenamente estas opiniones del Abad de Montserrat. Los comunistas catalanes consideramos que el pueblo de Cataluña, igual como los otros pueblos de España, tiene, además de los derechos señalados por el Abad, los de determinar por sí mismo el régimen político en que quiere vivir y de elegir sus propios gobernantes.»

El franquismo contestó a la valerosa toma de posición del Abad de Montserrat con diversos artículos insultantes insertados en su prensa, entre los que destacaban unas manifestaciones del funcionario falangista Fray Justo Pérez de Urbel, Abad del Valle de los Caídos. Pero la reacción del pueblo catalán fue inmediata. Quizá nunca las declaraciones de una personalidad habían adquirido tanta difusión en Cataluña, desde hace 25 años, como en esta ocasión las de Dom Aureli Mª Escarré. El Abad ha recibido más de 5.000 adhesiones personales por escrito, entre las que destaca la carta firmada por 407 sacerdotes catalanes que se hacen totalmente solidarios de su toma de posición.

Paralelamente se ha desarrollado la campaña de petición de libertad para la lengua catalana (escuelas, prensa, radio, televisión, &c.). Más de 6.000 instancias individuales han sido ya reunidas para ser entregadas al Gobierno. La respuesta del régimen fue la clausura de los locales del Omnium Cultural, entidad que centralizaba la recogida de las instancias.

Este episodio, sucedido en diciembre, merece cierta atención. El Omnium Cultural era una sociedad civil fundada por un grupo de capitalistas catalanes sin ningún propósito subversivo. Promoviendo y financiando diversas actividades culturales en catalán y apoyando la petición de libertad para la lengua, sus fundadores se proponían ponerse al frente del movimiento nacional catalán y convertirlo en punto de apoyo para ejercer una influencia entre las masas con el fin de instaurar un régimen conveniente para sus intereses de clase, el día que desaparezca la dictadura del general Franco. Por ese camino ya habían logrado ejercer un cierto control sobre el «Institut d'Estudis Catalans», la «Agrupació Dramática de Barcelona», el Secretariado de los Premios de las Letras Catalanas, el movimiento de Coros y Orfeones de Cataluña, que agrupa a 60.000 personas, &c.

Pese a las intenciones de sus dirigentes, limitadas estrechamente por sus intereses de clase, el Omnium, protegiendo y fomentando una serie de actividades culturales catalanas, aparecía objetivamente enfrentado con la dictadura de Franco que ha pretendido arrasar esa cultura y liquidar las bases de la nación catalana.

Imagine similarăTodo ello es un buen ejemplo del papel que juega objetivamente el movimiento nacional catalán en la lucha por la democracia, independientemente de las intenciones de quienes [47] pretenden apoyarse en él. Unos días después del cierre del local del Omnium, la concesión de los Premios de las Letras Catalanas, en medio de una concurrencia más numerosa que nunca, se vio caracterizada por el sentido progresista de muchas de las obras premiadas y por la institución de un nuevo premio para obras dedicadas al estudio de los movimientos sociales en Cataluña, bajo el nombre de «Premio Rafael Campalans » en memoria de un antiguo dirigente socialista, bien conocido.
El día 22 de diciembre, la Casa de Montserrat en Barcelona, sede de diversas organizaciones juveniles católicas, de carácter catalán, fue incendiada por una banda de forajidos falangistas. En sus paredes inscribieron una frase que resume el odio de todos los reaccionarios españoles a la nación catalana: «España, una bandera, una patria, una lengua.» Los incendiarios se han dado a conocer posteriormente, mediante cartas con amenazas dirigidas a diversas personas, como «Movimiento Jonsista» (JOES, Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas). Esas cartas ostentaban cabeceras de tipo terrorista que recuerdan procedimientos de la OAS francesa: «Grupo Psicológico», «Sección de Lucha Interior Poblaciones».

Claro que no sólo no han logrado asustar a nadie, sino que han ayudado a poner de relieve qué clase de «paz» es la del franquismo. Una paz con incendiarios que distribuyen amenazas de muerte, bajo la protección de la policía franquista y con el silencio cómplice de la prensa del régimen que ha intentado ocultar el origen del incendio y hacerlo pasar por un hecho casual.

Pero la respuesta popular fue inmediata. El día siguiente, 23 de diciembre, tuvo lugar una concentración frente a la Casa de Montserrat y de ahí arrancó una manifestación que recorrió el centro de la ciudad. Los manifestantes gritaban: «¡Viva Cataluña!, ¡Viva la libertad! ¡Viva la paz!». Los centenares de personas que tomaron parte en este acto se dispersaron pacíficamente sin que la policía armada, presente en torno a la manifestación, interviniera en ningún momento.

La misma actitud «prudente» ha manifestado la policía en las diversas detenciones practicadas posteriormente, en relación con la campaña por la lengua catalana y contra el Delegado de información y Turismo Delgado, en quien muchos catalanes ven la cabeza visible que dirige la represión contra su lengua, las multas impuestas a conferenciantes por expresarse en catalán y la prohibición de coloquios, ciclos de conferencias y publicaciones en lengua catalana. Todos los detenidos han sido puestos en libertad pocas horas después de su ingreso en la Jefatura de Policía.

En Barcelona, la politización de las masas contra la actitud represiva del régimen ha tenido ocasión de manifestarse con motivo de la celebración del 25 aniversario de la «Liberación» de Barcelona por Franco. Y ello pese a que las autoridades hicieron un esfuerzo para dar un cierto color «catalanista» a los actos oficiales, montando una vergonzosa mascarada a base de barretinas, sardanas y coros en torno a las manifestaciones franquistas. Esta provocación dio lugar a la destrucción total de los carteles fijados en las paredes de la ciudad con la consigna «25 años de paz». Ha sido el pueblo, en un movimiento colectivo, [47] quien hizo desaparecer en pocas horas varios millares de carteles franquistas, sin dejar apenas uno.

Los comunistas catalanes impulsan la lucha de su pueblo por las libertades nacionales catalanas y orientan el movimiento de masas a comprender que sólo la democracia en toda España puede garantizar una Cataluña nacionalmente libre. El problema nacional catalán, como el vasco y el gallego, sólo pueden encontrar solución en la lucha por un poder democrático que reconozca el derecho a la autodeterminación de Cataluña, Euzkadi y Galicia. Por eso el movimiento nacional es un aliado importante en la lucha que están librando todos los antifranquistas contra la dictadura en toda España.

En Cataluña, la convergencia de la lucha de la clase obrera y de las otras capas y clases sociales lesionadas por el franquismo, se funde estrechamente con las reivindicaciones nacionales, constituyendo –como dice la Declaración del Comité Ejecutivo del PSU, de marzo de 1964– «el movimiento nacional catalán contemporáneo, que es al mismo tiempo cultural, social y político, profundamente antifranquista y auténticamente democrático».
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