19 de julio de 2015

Grecia y la evidencia de que el capitalismo no se puede cambiar desde dentro

Julio Gambina, economista argentino, docente universitario y Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISYP), ha analizado para el programa de radio L’Ombelico del Mondo la situación en Grecia tras la aprobación, a pesar del referendum celebrado poco antes, del plan de ajuste de la Unión Europea.

En su análisis destacan dos ideas remarcables:
En primer lugar, que no hay que mirar a Grecia como un hecho aislado, sino como una pieza más del desarrollo y avance del liberalismo y del libre mercado en todo el mundo, incluso en la América que muchos ven como "socialista", Venezuela, Argentina, Uruguay, Ecuador, etc., en el marco de la gran ofensiva del capital contra el trabajo que estamos sufriendo. Vinculó, en relación a lo anterior, la experiencia de la expansión del capital en el viejo continente con los procesos de acumulación que hoy se dan en América Latina y en otras partes del mundo.

En este sentido, Gambina nos recuerda algo evidente, aviso para ilusos que se rompen las manos aplaudiendo los avances de los BRICS: "los BRICS solo proponen la emulación del desarrollo capitalista mundial para generar condiciones de disputa hegemónica", no acabar con el capitalismo y la miserabilización de los trabajadores en todo el mundo. Como afirmara en otra entrevista anterior, la supuesta multipolarización mundial beneficia solamente a las multinacionales

En segundo lugar, y como consecuencia de todo lo anterior, Gambina saca la conclusión de perogrullo de la imposición de las mafias europeas sobre el pueblo griego, con la colaboración del reformismo de Syriza: "Grecia representa la derrota de la idea de que el capitalismo se pueda cambiar desde adentro". Es decir, cualquier lucha por la dignidad de un pueblo, por la democracia o por la emancipación y mejora de las condiciones de vida de los trabajadores se deben dar contra el capitalismo y desde fuera de las telas de araña que extiende para esclavizar a trabajadores y pueblos.

Sin embargo, el constante empeño de embaucar a la clase trabajadora con encantadores de serpientes como Syriza, Podemos o pseudosocialismos del siglo XX no llevan a otro puerto que al del triunfo, cada vez más humilante y brutal, de las grandes corporaciones y de la tiranía de la minoría, sin que parezca que golpe tras golpe, doblegamiento tras doblegamiento,  los trabajadores, salvo contadas excepciones puntuales, den muestras de estar dispuestos a parar y a cambiar la dirección del proceso, retomando la ofensiva en la lucha de clases.

Algo que, no obstante, pasará tarde o temprano, porque el propio capitalismo lleva dentro, en las mismas leyes de su desarrollo, el germen de su destrucción, y la clase obrera está destinada a ser, tarde o temprano, su verdugo.

2 comentarios:

Jairo Aja dijo...

Los intereses del Imperialismo siempre son los mismos se llame Imperio Britanico,Imperio Yankee,o ahora los BRICS

Anónimo dijo...

Te va a gustar si n lo has visto https://m.youtube.com/watch?v=cTKjLu01XzY

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