26 de noviembre de 2007

En España

En España te matan por ser de izquierdas
de los de verdad, no de los ambivalentes
que suelen mirar con disimulo
hacia otro lado
para proteger sus bolsillos medio llenos
o su corazón medio vacio.

En España el presente está ensangrentado
por el genocidio del pasado del que aun bebe
esta democracia metafórica
que oculta nada mas
que el mismo vacio de principios y de escrúpulos
con nombres nuevos.

En España se equipara el fascismo a la libertad
a la lucha de los individuos por poder decidir
sin representantes bienpagados,
A las ovejas negras se las elimina por medio
de corderos disfrazados
protegidos por los pastores del rebaño.

En España aun se puede asesinar a cuchilladas
a los que aspiran a otro mundo posible
con la escusa de una guerra de bandas.
España es la Europa deformada
donde ni el tiempo puede hacer cambiar
la indignidad de los que no pueden ser mas que subditos.

España, democracia sin demócratas
ciudades sin ciudadanos
pluralidad de culturas que no es virtud
sino defecto para los clones del pensamiento único.
Camino sin salida para los hijos de la vida,
tumba donde se instalan los siempre muertos.

España, donde la tortura y el ajusticiamiento
aun son asunto de politica de Estado,
a veces con disfraz de macho hispano
escondido en hordas con bula presidencial
otras veces con total descaro
y uniforme verde o azulado.

Las palabras ensucian la realidad
porque el fin justifica los medios
la meta que algunos poderosos inventaron
para lucrarse en este mundo
escudados en la cruzada espiritual
y que ningun remendon se atreve a desatar.

En españa no nos dejan ni hablar
desde fuera de la ortografia política
y aun menos si se trata
de la amortajada monarquia trasnochada
disecada para conservar
el estado de las cosas

En España llueve pero nunca nos limpiamos
de los restos podridos de las víctimas
del ayer y del ahora
amontonados en fosas comunes
o en noticias manipuladas
por los siervos del poder incuestionable.

Muchas etiquetas pero poco cambio
los muertos aun siguen siendo los mismos
y los pocos que luchan son clasificados
bajo el orden del discurso
como terroristas, como vándalos
excluidos del camino obligado.

En España no nos dejan despertar
de las pesadillas del pasado:
sigue siendo un mal sueño.

José Luis Forneo

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