15 de junio de 2014

El chocolatero sangriento: Piotr Poroshenko

El nuevo presidente de Ucrania, el oligarca Piotr Poroshenko, está demostrando con creces ser, en los pocos días que lleva ocupando su cargo, el más despiadado asesino de civiles de los últimos años (y en este caso, real, no por obra y gracia de la propaganda occidental, como los casos de Gadaffi o Sadam Hussein).

Dos peligrosos genocidas haciendo negocios
Como todos los mercenarios de su calaña burguesa, dispuestos a vender a su propia madre o a su
patria por aumentar el beneficio de su bolsillo  demuestra un descarado servilismo a los intereses de EE.UU y sus lacayos europeos en  su ofensiva contra la Federación Rusa y para su  control de las riquezas petroleras y gasíferas que subyacen en los territorios que van desde el Mar Negro hasta el Mar Caspio.

Los crímenes de Poroshenko contra la población civil rebelde y antifascista de las regiones del sureste autoproclamadas independientes (Donetsk, Lugansk, Jarkov, Odesa, Slaviansk, Kramatorsk) desvelan el verdadero rostro de los hipócritas de Occidente, quienes hasta hace poco habían justificado la agresión contra Libia bajo el pretexto de los DD.HH de los civiles libios que estaban siendo bombardeados por las fuerzas de Al Gaddafi -mentira luego demostrada falsa aunque el mal ya se había hecho.

Sin embargo, lo que sucede en el sureste de Ucrania no es, en esta ocasión, de un invento de los medios de propaganda. El ejército ucraniano bajo las órdenes del criminal Poroshenko, y con el consentimiento y apoyo logístico de la OTAN, bombardea a los pueblos del sureste de aquel país con armamento prohibido por las leyes internacionales, entre otros con bombas de racimo y fosforo blanco, provocando una verdadera catástrofe humanitaria.

El chocolatero sangriento, Poroshenko, que hizo su incontable fortuna con el negocio legal del chocolate y otros no tan lícitos como los de su amiga Timoshenko, ha prometido destruir todas de aquellas regiones rebeldes de ascendencia rusa; una verdadera limpieza étnica, tal y como había anunciado también ella en su campaña electoral.

Las matanzas indiscriminadas de civiles en las regiones separatistas y antifascistas del este de Ucrania, en lucha por su independencia y contra el gobierno y el presidente surgido del golpe de estado fascista del pasado febrero, son consentidas y apoyadas por la OTAN, EEUU y la UE, pues son parte sus siniestros fines  en la región.

Actualmente, Poroshenko es, sin duda alguna, un peligroso criminal de guerra que merece, y eso que acaba de empezar su carrera de genocida, pagar cuanto antes sus crímenes. Sin embargo, el consejo de seguridad de la ONU y los organismos internacionales no se reunen esta vez para tomar medidas contra el tirano, como hicieron con Sadam Hussein o Gadaffi (y ya vemos el caos y el desastre que impusieron las bombas "democráticas" en Irak o Libia), sino que, al contrario, le apoyan y sostienen sin fisuras.

Y es que, como el propio Poroshenko, el chocolatero sangriento, los capitalistas juzgan todo, el bien y el mal, la resistencia o el terrorismo, la democracia o la dictadura, la agresión o la autodefensa, la independencia o la invasion, siempre bajo un único y exclusivo criterio: el de su propio beneficio económico. Por ello, para Poroshenko, otro fiel seguidor de la barbarie,  asesinar rusos o producir chocolate tienen idéntico objetivo y baremo de medida, como para la OTAN, EEUU y la UE bombardear a la población civil de Libia o Irak o saquear su petróleo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La 3º guerra mundial va a ser entre clases sociales, no entre países o imperialismos. El Chocolatero (ex socio y compadre de Yanukovich) solo es una marioneta de las oligarquías europeas y de Wall Street. Vemos que bien se entienden los oligarcas rusos con los europeos. Soros de los Rothschild fue financiador de Euronazi Maidan, y los Rothschild son los mayores accionistas privados de Gazprom. Los "pro rusos" son en realidad antifascistas que no quieren ser esclavizados con rescates del FMI y la UE. Fue el problema de Gadafi y Saddam, que hacían políticas sociales y repartían más justamente la riqueza, por lo que no existían en esos países oligarquías financieras que les hicieran al imperialismo (entiéndase grandes consorcios oligarcas financieros interrelacionados entre si) el trabajo sucio, tal como sucede en Venezuela. Por eso han sido bombardeados, y su población masacrada. El criminal sistema capitalista no da más de si, sino crece más de un 3% se colapsa, solo guerras, crímenes, latrocinio y esclavitud lo mantienen con vida. Quién sea escéptico con la guerra de clases y su comienzo, solo tiene que mirar en el estado español, a quiénes detienen, a quienes amnistían y quienes realizan sus crímenes con total impunidad.

Piedra dijo...

Cuando la auto-proclamada "policía del mundo" se topa con asesinos a sueldo de sus mismo amos, hace la vista gorda, es inevitable.

Juli Gan dijo...

Otro hijo de clase proletaria que accede al poder "democráticamente" y que no obedece a intereses especulativos de los bilderberguianos. ¡Nos va a salir caro a los pobres del planeta! La tercera guerra mundial ya está a puntico.

Anónimo dijo...

El chocolatero sangriento: Piotr Poroshenko culpable de la masacre en Ucrania

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