3 de febrero de 2015

35 años del asesinato de Yolanda

Hace 35 años asesinaron a Yolanda González. Fue otra de las víctimas olvidadas del régimen actual, que no es más que la pervivencia del régimen franquista maquillado, muy malamente, durante la transición. Una transición en la que uno de los maquillajes más habituales era la sangre de aquellos que lucharon contra la pervivencia de la dictadura, y que jamás se tragaron la pantomima democrática

Así fue Yolanda, vasca de Bilbao, militante del desaparecido PST, a la que se cargaron dos terroristas de la banda fascista Fuerza Nueva: Emilio Hellín e Ignacio Abad Velázquez. Reivindicaron el crimen como Batallón Vasco Español, un grupo criminal que operó en aquellos años de la llamada “trancisión”, protegido por el gobierno español.

Fue un 1 de febrero de 1980. Yolanda González Martín, de 19 años, fue secuestrada en su piso y metida en un coche a la fuerza en el barrio madrileño de Aluche. Entre el secuestro y la caída sin vida en un camino de las afueras de Madrid median sólo tres disparos.

“Por una España grande, libre y única. ¡Arriba España!” Así concluye el comunicado que reivindicó este atentado en nombre del Batallón Vasco Español. La acusaban de pertenecer a una rama estudiantil de un comando de ETA. Sin embargo, resulta que Yolanda solo era una estudiante vasca y de izquierdas. Aunque ya se sabe que para los franquistas, incluso los que siguen hoy impunemente en el gobierno, que no cesan de aplaudir y proteger los crímenes del fascismo, todo lo que no sea sometimiento es ETA, idea hecha lema por el, curiosamente alabado por el progresismo, juez Garzón, creador de la política judicial de "Todo es ETA".

Como prueba del régimen podrido y ensangrentado en el que todavía vive sumida España, Emilio Hellín, uno de los autores materiales del asesinato, solo cumplió 14 años de los 43 a los que fue condenado, pues huyó a Paraguay aprovechando un permiso. Allí le daría cobijo otro sanguinario dictador, Alfredo Stroessner.
El sanguinario terrorista Hellín regresaría a España y sería contratado, probablemente como premio por sus servicios, como asesor de criminalística de la Guardia Civil, al tiempo que ha impartido formación a agentes de Policía Nacional, Defensa, Mossos d’Esquadra y Ertzaintza. Entre 2006 y 2011, el sanguinario terrorista y asesino de Yolanda González fue contratado 15 veces por el Ministerio de Interior. Llegó a facturar 140.000 euros.

Pero el caso de Yolanda no es una excepción. Como ella, hubo miles de víctimas "de segunda", asesinadas impunemente por las fuerzas del orden y sus mercenarios, porque para los franquistas, sinceros o con máscara democrática, algunos muertos valen más que otros. En el caso de Yolanda, su asesino más famoso vive con total libertad, a pesar de que los crímenes de sangre no prescriben, en Madrid, sin que ningun juez ordene su detención, y sin que en su caso (asesino a las órdenes y al servicio de la élite franquista transfigurada en demócratas de toda la vida), ningún períodico ni medio de propaganda del régimen saque a colación la famosa doctrina Parot (sólo aplicable al terrorista enemigo, nunca al propio).

Lamentablemente, las cosas no han cambiado tanto como nos cuentan. De hecho, Amnistia Internacional ha publicado los datos sobre la tortura y los abusos policiales en España: En los últimos diez años se han denunciado 6.621 casos de tortura o malos tratos policiales. Expertos apuntan que el Estado no toma las medidas necesarias para evitar o investigar estas malas prácticas, algo denunciado por la propia Comisión Europea, denuncia ante la que las autoridades españolas, acostumbradas a su régimen arbitrario y del tan castrense "se hace lo que me sale los cojones", hace oidos sordos.

El siguiente documental de Naiz, "Yolanda en el país de los estudiantes",  cuenta la historia del asesinato de Yolanda, esa que los medios de propaganda del régimen siguen intentando ocultar como sea, como tantas otras:


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2 comentarios:

Juli Gan dijo...

Gracias por difundirlo. Es nauseabundo que asesinos confesos, y también los bien protegidos por el aparato del estado, sigan haciendo vida normal, y no tan normal, porque cobran del Estado. Asco, vergüenza e indefensión.

Piedra dijo...

Otro/a más ...ni olvido ni perdón.

Me sorprende que ningún colectivo haya denunciado (formalmente, ante juzgado)al sicario si se sabe que está ahí. Aunque no sirva de nada, solo lo digo en sentido testimonial.

Saludos.

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