Raquel Rolnik, Relatora Especial sobre el Derecho a una Vivienda Adecuada de Naciones Unidas, presentó el domingo en rueda de prensa en Barcelona el informe anual sobre la situación del derecho a la vivienda que hoy llegará a manos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Rolnik, que visitó Barcelona invitada por el Observatorio DESC, ha centralizado su informe en el impacto que determinadas políticas de vivienda han tenido en la generación de la actual crisis económica, destacando la falta de límites sobre el mercado inmobiliario como una de las principales.
“El tema de la crisis está muy presente en los medios de comunicación, pero a pesar de que su origen está muy relacionado con las políticas de vivienda en Estados Unidos y la generación de las hipotecas subprime, no vemos discusiones sobre el tema”, ha denunciado Rolnik.
Por eso, ha dedicado su informe a poner en evidencia cómo algunas políticas en la gestión de la vivienda han colaborado a que se desarrolle el contexto económico actual. Viviendas mercantilizadas
“La causa de la crisis es un cambio mundial en las políticas de vivienda”, denunció ayer Rolnik.
La relatora resalta que la vivienda “ha dejado de ser un derecho” y cita en repetidas ocasiones a España como uno de los países que más ha impulsado políticas especulativas.
“Se podrían hacer políticas de promoción del alquiler, dar subsidios a los locatarios...pero todo eso se deshizo a favor del mercado y el estado construyó una serie de herramientas para que esto pueda pasar”, detalló Rolnik.
“La política de vivienda está basada en la propiedad privada, que se confunde con el derecho a tener una vivienda adecuada. Esto en el caso de España es absolutamente claro y va ligado al concepto de la vivienda como inversión inmobiliaria, que entiende los inmuebles cada vez más como inversión financiera. Eso implica una mercantilización del derecho a la vivienda”, explicó.
La relatora también ha constatado que en el estado español (así como en EUA) se han “inventado créditos y formas de préstamo para que aquellos que no tienen la posibilidad de comprar nada” lo hagan, en una práctica “artificial con respecto a los ingresos de las familias”.
“Los créditos fueron casi impuestos a la gente y el mecanismo de comprar y endeudarse siguió bien en tanto los precios subían y había disponibilidad financiera internacional”, explicó Rolnik.
Como con todo producto, cuando aumenta su demanda los precios también lo hacen. Pero esto “ha provocado la burbuja inmobiliaria, los precios llegaron a un punto en el que ya no podían subir más y ahí comenzó la crisis”, argumenta.
Por eso ahora es, para la relatora, el momento de implementar nuevas políticas de inversión financiera que no se basen en el ladrillo y, sobre todo, que “no sean importantes para la banca sino buenas para las familias”.
“No es posible que todo el mundo sea propietario”
El mismo día Rolnik se reunió con miembros de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas para conocer de cerca la situación de las familias afectadas. De hecho, su informe se nutre en gran parte de los testimonios en primera persona de los ciudadanos de distintas partes del mundo que comparten un mismo problema: el habitacional. La relatora defiende, en este sentido, el derecho a la vivienda y no el derecho a al propiedad.
“No es posible que todo el mundo sea propietario, hay que mirar otras alternativas”, explicó, más partidaria de que la gente que no tiene los recursos necesarios alquile con ayudas del gobierno y regímenes de tenencia seguros (que garanticen el alquiler a largo plazo) a que se meta en deudas imposibles de pagar. Rolnik critica las ayudas que los gobiernos están otorgando a los bancos porque “tendrían que ir a parar a los afectados”.
“En Manhattan, donde tienen el metro cuadrado más caro del mundo, un tercio del parque de vivienda es público”, lo que explica porqué todavía pueden subsistir en el barrio los sectores con menos recursos sin ser expulsados. “Pero tienen un organismo público que regula este derecho”, ejemplificó Rolnik.
Otra de las recomendaciones de la relatora es desarrollar ayudas efectivas al alquiler, una medida “infinitamente más barata” que “construir vivienda nueva”.
“En España no hay déficit de vivienda, eso es mentira. Lo que hay es una cantidad increíble de viviendas vacías, más de 3 millones, que nadie puede pagar”, rebatió Rolnik.
La relatora hizo ayer un llamamiento público a los estados para reformar las políticas de vivienda “aprovechando la crisis”, como un buen momento para plantear reformas a un sistema que, según constata, ha hecho aguas.
Rolnik, que visitó Barcelona invitada por el Observatorio DESC, ha centralizado su informe en el impacto que determinadas políticas de vivienda han tenido en la generación de la actual crisis económica, destacando la falta de límites sobre el mercado inmobiliario como una de las principales.
“El tema de la crisis está muy presente en los medios de comunicación, pero a pesar de que su origen está muy relacionado con las políticas de vivienda en Estados Unidos y la generación de las hipotecas subprime, no vemos discusiones sobre el tema”, ha denunciado Rolnik.
Por eso, ha dedicado su informe a poner en evidencia cómo algunas políticas en la gestión de la vivienda han colaborado a que se desarrolle el contexto económico actual. Viviendas mercantilizadas
“La causa de la crisis es un cambio mundial en las políticas de vivienda”, denunció ayer Rolnik.
La relatora resalta que la vivienda “ha dejado de ser un derecho” y cita en repetidas ocasiones a España como uno de los países que más ha impulsado políticas especulativas.
“Se podrían hacer políticas de promoción del alquiler, dar subsidios a los locatarios...pero todo eso se deshizo a favor del mercado y el estado construyó una serie de herramientas para que esto pueda pasar”, detalló Rolnik.
“La política de vivienda está basada en la propiedad privada, que se confunde con el derecho a tener una vivienda adecuada. Esto en el caso de España es absolutamente claro y va ligado al concepto de la vivienda como inversión inmobiliaria, que entiende los inmuebles cada vez más como inversión financiera. Eso implica una mercantilización del derecho a la vivienda”, explicó.
La relatora también ha constatado que en el estado español (así como en EUA) se han “inventado créditos y formas de préstamo para que aquellos que no tienen la posibilidad de comprar nada” lo hagan, en una práctica “artificial con respecto a los ingresos de las familias”.
“Los créditos fueron casi impuestos a la gente y el mecanismo de comprar y endeudarse siguió bien en tanto los precios subían y había disponibilidad financiera internacional”, explicó Rolnik.
Como con todo producto, cuando aumenta su demanda los precios también lo hacen. Pero esto “ha provocado la burbuja inmobiliaria, los precios llegaron a un punto en el que ya no podían subir más y ahí comenzó la crisis”, argumenta.
Por eso ahora es, para la relatora, el momento de implementar nuevas políticas de inversión financiera que no se basen en el ladrillo y, sobre todo, que “no sean importantes para la banca sino buenas para las familias”.
“No es posible que todo el mundo sea propietario”
El mismo día Rolnik se reunió con miembros de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas para conocer de cerca la situación de las familias afectadas. De hecho, su informe se nutre en gran parte de los testimonios en primera persona de los ciudadanos de distintas partes del mundo que comparten un mismo problema: el habitacional. La relatora defiende, en este sentido, el derecho a la vivienda y no el derecho a al propiedad.
“No es posible que todo el mundo sea propietario, hay que mirar otras alternativas”, explicó, más partidaria de que la gente que no tiene los recursos necesarios alquile con ayudas del gobierno y regímenes de tenencia seguros (que garanticen el alquiler a largo plazo) a que se meta en deudas imposibles de pagar. Rolnik critica las ayudas que los gobiernos están otorgando a los bancos porque “tendrían que ir a parar a los afectados”.
“En Manhattan, donde tienen el metro cuadrado más caro del mundo, un tercio del parque de vivienda es público”, lo que explica porqué todavía pueden subsistir en el barrio los sectores con menos recursos sin ser expulsados. “Pero tienen un organismo público que regula este derecho”, ejemplificó Rolnik.
Otra de las recomendaciones de la relatora es desarrollar ayudas efectivas al alquiler, una medida “infinitamente más barata” que “construir vivienda nueva”.
“En España no hay déficit de vivienda, eso es mentira. Lo que hay es una cantidad increíble de viviendas vacías, más de 3 millones, que nadie puede pagar”, rebatió Rolnik.
La relatora hizo ayer un llamamiento público a los estados para reformar las políticas de vivienda “aprovechando la crisis”, como un buen momento para plantear reformas a un sistema que, según constata, ha hecho aguas.
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