18 de marzo de 2009

18 de marzo de 1871: La Comuna de Paris



Un dia como hoy hace 138 años tuvo lugar la primera revolucion obrera de la historia: el pueblo de Paris se alzo contra los privilegiados y creo, durante dos meses, una comuna en que la propiedad de clase desaparecio, La Comuna de París estalló espontáneamente el 18 de marzo de 1871; nadie la preparó de modo consciente y sistemático. La revolución puso inesperadamente el poder en manos de las milicias, en manos de la clase obrera y de la pequeña burguesía, que se había unido a ella.

La Comuna puso en jaque al Estado burgues que demostro que tambien es internacionalista, porque la guerra prusiano-francesa paso a ser, por el peligro de la unidad obrera, una alianza franco-prusiana contra la revolucion (lo mismo que sucedio despues con la Revolucion Sovietica: cuando los obreros reclaman sus derechos y toman el poder no hay Estado, ni Dios, ni ley que separe a los burgueses, les une por encima de sus amores patrioticos y religiosos su interes por conservar el estado de sus finanzas).

Fue la primera demostracion de que los burgueses no son necesarios, y que los obreros y campesinos, mujeres y hombres, tienen la fuerza suficiente como para ser libres de dirigir su pais y sus intereses (sin tener que vender su fuerza de trabajo, su cuerpo, o su tiempo para que otros vivan a su costa).

Asi, su mayor legado es que fue el primer ejemplo que mostro que los obreros y ciudadanos que no tienen propiedad de clase, pueden tomar el control de su destino, ejercer una democracia directa, decidir por si misma el destino de su vida individual y colectiva. La Comuna hizo temblar de miedo a los capitalistas y aristocratas, con el mismo temblor que aun sienten bajo su disfraz de "democratas". Todo lo que suena a comunismo, a control obrero, pone en alerta el bolsillo de los saqueaores que solo tienen un dios, aunque simulen rezar al dios de una religion, la riqueza, que solo tienen una patria, aunque besen babeando su bandera, su bolsillo, que solo tienen una ideologia, aunque firmen constituciones y cartas de derechos humanos, la del egoismo.

La comuna fue criticada por Bakunin y Kropotkin, por no dar el paso definitivo de la erradicacion del Estado. En parte tenian razon, pero su organizacion tendia a dar pasos hacia ese destino final. Marx y Engels la describen con admiracion, pero constatan que no habia el llegado el momento de la madurez obrera (aunque yo sin embargo pienso que el momento siempre es ahora). Y, por supuesto, fue criticada por los que vieron entonces peligrar su bienestar impuesto sobre las espaldas y el dolor de los mas debiles, y por los que ahora siguen acumulando bienes y beneficios sobre el hambre, el trabajo, y la desigualdad.

Sin embargo, los privilegiados, los capitalistas, siguen temblando ante la simple mencion de la palabra comunismo, o toma de fabricas, o revolucion social. De hecho la U.E. esta debatiendo la llamada Declaracion de Praga para que la institucion europea condene el comunismo... Saben que la lucha de las clases desfavorecidas siempre prevalecera, porque la lucha por la igualdad, por los derechos humanos, y contra la explotacion de unos sobre muchos, es algo inmanente a la Razon y al Hombre.

La Comuna siempre estara presente, y puede estallar cuando la historia doble cualquier esquina. La Comuna de Paris, por cierto, eligio una bandera que desde entonces paso a simbolizar la lucha de los oprimidos contra los saqueadores y privilegiados: la bandera roja.

DESCRIPCION DE LOS HECHOS: LA COMUNA DE PARIS (Segun Carlos Marx)

Cuando las tropas francesas de Luis Bonaparte, que tras 1851 , luego de un golpe de Estado se proclamó "emperador", gobierna Francia, son derrotadas por las tropas alemanas de Bismarck, los prusianos invaden Francia. Pero cuando los invasores prusianos intentan ocupar París no pueden hacerlo porque los obreros se han organizado, armado y se asumen como los defensores de su país.

El 4 de septiembre de 1870 proclaman la República, es decir, la soberanía popular y la muerte del imperio. Al mismo tiempo, un sector de la burguesía francesa encabezada por el ex diputado Adolfo Thiers se asume como el nuevo gobierno y se instala en Versalles, a las afueras de París. Se autonombra Gobierno de Defensa Nacional pero, como escribió Carlos Marx, "no vaciló un instante en convertirse en un gobierno de traición nacional." (eso es tipico en los politicos liberales que aman, mas que a su pais, a sus privilegios economicos).

El 26 de febrero de 1871 Thiers y Bismarck firmaron un tratado preliminar de paz absolutamente desfavorable para Francia y que incluía, como ya hemos dicho, el pago de 5 mil millones de francos. La burguesía francesa prefiere aliarse con sus agresores prusianos en contra de los obreros de París. Los propietarios franceses saben que un triunfo de los obreros armados contra los ocupantes alemanes les sería sumamente perjudicial y pondría en peligro mortal sus intereses. Se inicia así una nueva guerra, civil, de la burguesía francesa junto a los prusianos invasores en contra del proletariado.




Mientras tanto, los obreros parisinos proclaman, el 18 de marzo de 1871, la Comuna de París, e instauran el primer gobierno obrero de la historia, mientras Paris es asediado por los franceses derrotados y por Prusia.

Según escribieron los mismos obreros, en un manifiesto del 18 de marzo de 1871:

"Los proletarios de París, en medio de los fracasos y las traiciones de las clases dominantes, se han dado cuenta de que ha llegado la hora de salvar la situación tomando en sus manos la dirección de los asuntos públicos… Han comprendido que es su deber imperioso y su derecho indiscutible hacerse dueños de sus propios destinos, tomando el Poder."

¿COMO SE ORGANIZO LA COMUNA?

La Comuna proclamo la igualdad de derechos y el sufragio universal. Se eligio un consejo comunal, con cargos revocables, con 92 miembros, que incluían habilidosos trabajadores, algunos «profesionales» (tales como doctores y periodistas), y un gran número de activistas políticos, desde reformistas republicanos, además de varios tipos de socialistas. El carismático socialista Blanqui fue elegido presidente del Concilio, pero esto ocurrió en su ausencia ya que había sido arrestado el 17 de marzo y estuvo retenido en una prisión secreta durante la vida de la Comuna. La Comuna de París fue proclamada el 18de marzo, aunque los distritos locales con frecuencia retuvieron las organizaciones por el asedio.



A pesar de las diferencias internas, el Concilio tuvo un buen comienzo al mantener los servicios públicos esenciales para una ciudad de dos millones de habitantes. Debido a la falta de tiempo (la Comuna pudo reunirse menos de 60 días en total) sólo unos pocos decretos fueron implementados. Éstos incluían: remisión de las rentas, que habían sido aumentadas considerablemente por caseros, hasta que se terminase el asedio; la abolición del trabajo nocturno en los cientos de panaderías de París; la abolición de la guillotina; la concesión de pensiones para las viudas de los miembros de la milicia nacional muertos en servicio, así también como para sus hijos; la devolución gratuita de todas las herramientas de los trabajadores, a través de las casas de empeño estatales; se pospusieron las obligaciones de deudas y se abolieron los intereses en las deudas; y, el derecho de los empleados a tomar el control de una empresa si fuese abandonada por su dueño.

DECISIONES DE LA COMUNA

Este acontecimiento de radical importancia en la lucha por la emancipacion obrera es descrito por Marx en su obra "La guerra civil en Francia". A traves de el veremos como fue la gloriosa e inolvidable comuna de Paris.

El ejercito fue suprimido y sustituido y por el pueblo armado.

"Y si París pudo resistir fue únicamente porque, a consecuencia del asedio, se había deshecho del ejército, substituyéndolo por una Guardia Nacional, cuyo principal contingente lo formaban los obreros. Ahora se trata de convertir este hecho en una institución duradera. Por eso, el primer decreto de la Comuna fue para suprimir el ejército permanente y sustituirlo por el pueblo armado."

En cuanto a la policía, "en vez de continuar siendo un instrumento del Gobierno central, fue despojada inmediatamente de sus atributos políticos y convertida en instrumento de la Comuna, responsable ante ella y revocable en todo momento. Lo mismo se hizo con los funcionarios de las demás ramas de la administración."

Consejeros municipales elegidos por sufragio universal

"La Comuna estaba formada por los consejeros municipales elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de la ciudad. Eran responsables y revocables en todo momento. La mayoría de sus miembros eran, naturalmente, obreros o representantes reconocidos de la clase obrera. La Comuna no había de ser un organismo parlamentario, sino una corporación de trabajo, ejecutiva y legislativa al mismo tiempo."


Funcionarios que cobraban salarios de obreros

"Desde los miembros de la Comuna para abajo, todos los servidores públicos debían devengar salarios de obreros. Los intereses creados y los gastos de representación de los altos dignatarios del Estado desaparecieron con los altos dignatarios mismos. Los cargos públicos dejaron de ser propiedad privada de los testaferros del Gobierno central. En manos de la Comuna se pusieron no solamente la administración municipal, sino toda la iniciativa ejercida hasta entonces por el Estado."

Separación de la iglesia y el Estado

"Una vez suprimidos el ejército permanente y la policía, que eran los elementos de la fuerza física del antiguo Gobierno, la Comuna tomó medidas inmediatamente para destruir la fuerza espiritual de represión, el "poder de los curas", decretando la separación de la Iglesia y el Estado y la expropiación de todas las iglesias como corporaciones poseedoras. Los curas fueron devueltos al retiro de la vida privada, a vivir de las limosnas de los fieles, como sus antecesores, los apóstoles."


Educación laica y gratuita



Todas las instituciones de enseñanza fueron abiertas gratuitamente al pueblo y al mismo tiempo emancipadas de toda intromisión de la Iglesia y del Estado. Así, no sólo se ponía la enseñanza al alcance de todos, sino que la propia ciencia se redimía de las trabas a que la tenían sujeta los prejuicios de clase y el poder del Gobierno."

-Jueces elegidos y revocables

"Los funcionarios judiciales debían perder aquella fingida independencia que sólo había servido para disfrazar su abyecta sumisión a los sucesivos gobiernos, ante los cuales iban prestando y violando, sucesivamente, el juramento de fidelidad. Igual que los demás funcionarios públicos, los magistrados y los jueces habían de ser funcionarios electivos, responsables y revocables."

Construccion de un Estado comunal

"Como es lógico, la Comuna de París había de servir de modelo a todos los grandes centros industriales de Francia. Una vez establecido en París y en los centros secundarios el régime comunal, el antiguo Gobierno centralizado tendría que dejar paso también en las provincias a la autoadministración de los productores. En el breve esbozo de organización nacional que la Comuna no tuvo tiempo de desarrollar, se dice claramente que la Comuna habría de ser la forma política que revistiese hasta la aldea más pequeña del país y que en los distritos rurales el ejército permanente habría de ser reemplazado por una milicia popular, con un período de servicio extraordinariamente corto. Las comunas rurales de cada distrito administrarían sus asuntos colectivos por medio de una asamblea de delegados en la capital del distrito correspondiente y estas asambleas, a su vez, enviarían diputados a la Asamblea Nacional de Delegados de París, entendiéndose que todos los delegados serían revocables en todo momento y se hallarían obligados por el mandato imperativo (instrucciones formales) de sus electores. Las pocas, pero importantes funciones que aún quedarían para un gobierno central, no se suprimirían, como se ha dicho, falseando intencionadamente la verdad, sino que serían desempeñadas por agentes comunales que, gracias a esta condición, serían estrictamente responsables. No se trataba de destruir la unidad de la nación, sino por el contrario, de organizarla mediante un régimen comunal, convirtiéndola en una realidad al destruir el Poder del Estado, que pretendía ser la encarnación de aquella unidad, independiente y situado por encima de la nación misma, de la cual no era más que una excrescencia parasitaria. Mientras que los órganos puramente represivos del viejo Poder estatal habían de ser amputados, sus funciones legitimas serían arrancadas a una autoridad que usurpaba una posición preeminente sobre la sociedad misma, para restituirlas a los servidores responsables de esta sociedad. En vez de decidir una vez cada tres o seis años qué miembros de la clase dominante habían de "representar" al pueblo en el parlamento, el sufragio universal habría de servir al pueblo organizado en comunas, como el sufragio individual sirve a los patronos que buscan obreros y administradores para sus negocios. Y es bien sabido que lo mismo las compañías que los particulares, cuando se trata de negocios saben generalmente colocar a cada hombre en el puesto que le corresponde y, si alguna vez se equivocan, reparan su error con presteza. Por otra parte, nada podía ser más ajeno al espíritu de la Comuna que sustituir el sufragio universal por una investidura jerárquica."



El gobierno que no roba

Ese tópico de todas las revoluciones burguesas, "un gobierno barato", la Comuna lo convirtió en realidad al destruir las dos grandes fuentes de gastos: el ejército permanente y la burocracia del Estado. Su sola existencia presuponía la no existencia de la monarquía que, en Europa al menos, es el lastre normal y el disfraz indispensable de la dominación de clase. La Comuna dotó a la República de una base de instituciones realmente democráticas. Pero, ni el gobierno barato, ni la "verdadera República" constituían su meta final, no eran más que fenómenos concomitantes."He aquí su verdadero secreto: la Comuna era, esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta que permitía realizar la emancipación económica del trabajo."

La expropiación de los expropiadores

"¡La Comuna, exclaman, pretende abolir la propiedad, base de toda civilización! Sí, caballeros, la Comuna pretendía abolir esa propiedad de clase que convierte el trabajo de muchos en la riqueza de unos pocos. La Comuna aspiraba a la expropiación de los expropiadores. Quería convertir la propiedad individual en una realidad, transformando los medios de producción -la tierra y el capital- que hoy son fundamentalmente medios de esclavización y de explotación del trabajo, en simples instrumentos de trabajo libre y asociado. ¡Pero eso es el comunismo, el "irrealizable" comunismo! Sin embargo, los individuos de las clases dominantes que son lo bastante inteligentes para darse cuenta de la imposibilidad de que el actual sistema continúe -y no son pocos- se han erigido en los apóstoles molestos y chillones de la producción cooperativa. Ahora bien, si la producción cooperativa ha de ser algo más que una impostura y un engaño; si ha de sustituir al sistema capitalista; si las sociedades cooperativas unidas han de regular la producción nacional con arreglo a un plan común, tomándola bajo su control y poniendo fin a la constante anarquía y a las convulsiones periódicas, consecuencias inevitables de la producción capitalista, ¿qué será eso entonces, caballeros, sino comunismo, comunismo "realizable"?"

Apoyo de la clase media

"Fue esta la primera revolución en que la clase obrera fue abiertamente reconocida como la única clase capaz de iniciativa social incluso por la gran masa de la clase media parisina -tenderos, artesanos, comerciantes, con la sola excepción de los capitalistas ricos. La Comuna los salvó, mediante una sagaz solución de la constante fuente de discordias dentro de la misma clase media: el conflicto entre acreedores y deudores. Estos mismos elementos de la clase media, después de haber colaborado en el aplastamiento de la insurrección obrera de junio de 1848, habían sido sacrificados sin miramiento a sus acreedores por la Asamblea Constituyente de entonces. Pero no fue éste el único motivo que les llevó a apretar sus filas en torno a la clase obrera. Sentían que había que escoger entre la Comuna y el Imperio, cualquiera que fuese el rótulo bajo el que éste resucitase. El Imperio los había arruinado económicamente con su dilapidación de la riqueza pública, con las grandes estafas financieras que fomentó y con el apoyo prestado a la concentración artificialmente acelerada del capital, que suponía la expropiación de muchos de sus componentes. Los había oprimido políticamente, y los había irritado moralmente con sus orgías; había herido su volterianismo al confiar la educación de sus hijos a los frailes ignorantes, y había sublevado su sentimiento nacional de franceses al lanzarlos precipitadamente a una guerra que sólo ofreció una compensación para todos los desastres que había causado: la caída del Imperio. En efecto, tan pronto huyó de París la alta bohème bonapartista y capitalista, el auténtico Partido del Orden de la clase media surgió bajo la forma de "Unión Republicana", se colocó bajo la bandera de la Comuna y se puso a defenderla contra las malévolas desfiguraciones de Thiers."

Solidaria con los campesinos

"La Comuna tenía toda la razón cuando decía a los campesinos: 'Nuestro triunfo es vuestra única esperanza'. Mientras la burguesía "fomentaba una guerra civil en contra de la revolución, para echar sobre las espaldas de los campesinos la carga principal de los cinco mil millones de indemnización que había que pagar a los prusianos. La Comuna por el contrario, declaraba en una de sus primeras proclamas que las costas de la guerra tenían que ser pagadas por los verdaderos causantes de ella. La Comuna habría redimido al campesino de la contribución de sangre, le habría dado un gobierno barato, habría convertido a los que hoy son sus vampiros -el notario, el abogado, el agente ejecutivo y otros chupa sangre de juzgados- en empleados comunales asalariados, elegidos por él y responsables ante él mismo. Le habría librado de la tiranía del alguacil rural, el gendarme y el prefecto; la ilustración en manos del maestro de escuela habría ocupado el lugar del embrutecimiento por parte del cura. Y el campesino francés es, ante todo y sobre todo, un hombre calculador. Le habría parecido extremadamente razonable que la paga del cura, en vez de serle arrancada a él por el recaudador de contribuciones, dependiese de la espontánea manifestación de los sentimientos religiosos de los feligreses. Tales eran los grandes beneficios que el régimen de la Comuna -y sólo él- brindaba como cosa inmediata a los campesinos franceses. Huelga, por tanto, detenerse a examinar los problemas más complicados, pero vitales, que sólo la Comuna era capaz de resolver -y que al mismo tiempo estaba obligada a resolver-, en favor de los campesinos, a saber: la deuda hipotecaria, que pesaba como una pesadilla sobre su parcela; el proletariado rural, que crecía constantemente, y el proceso de su expropiación de dicha parcela, proceso cada vez más acelerado en virtud del desarrollo de la agricultura moderna y la competencia de la producción agrícola capitalista."

Un gobierno internacionalista

"La Comuna era, pues, la verdadera representación de todos los elementos sanos de la sociedad francesa, y por consiguiente, el auténtico gobierno nacional. Pero, al mismo tiempo, como gobierno obrero y como campeón intrépido de la emancipación del trabajo, era un gobierno internacional en el pleno sentido de la palabra. A los ojos del ejército prusiano, que había anexado a Alemania dos provincias francesas, la Comuna anexaba a Francia los obreros del mundo entero. "La Comuna concedió a todos los extranjeros el honor de morir por una causa inmortal. Entre la guerra exterior, perdida por su traición, y la guerra civil, fomentada por su conspiración con el invasor extranjero, la burguesía encontraba tiempo para dar pruebas de patriotismo, organizando batidas policíacas contra los alemanes residentes en Francia. La Comuna nombró a un obrero alemán su ministro del Trabajo. Thiers, la burguesía, el Segundo Imperio, habían engañado constantemente a Polonia con ostentosas manifestaciones de simpatía, mientras en realidad la traicionaban por los intereses de Rusia, a la que prestaban los más sucios servicios. La Comuna honró a los heroicos hijos de Polonia, colocándolos a la cabeza de los defensores de París. Y, para marcar nítidamente la nueva era histórica que conscientemente inauguraba, la Comuna, ante los ojos de los vencedores prusianos, de una parte, y del ejército bonapartista mandado por generales bonapartistas de otra, echó abajo aquel símbolo gigantesco de la gloria guerrera que era la Columna de Vendôme." [Esta columna había sido fundida con el bronce de los cañones tomados por Napoleón después de la guerra de 1809 y era un símbolo de patrioterismo y de incitación al odio entre las naciones].También quemó públicamente la guillotina, en medio del júbilo popular.

Avances sociales

"La gran medida social de la Comuna fue su propia existencia, su labor. Sus medidas concretas no podían menos de expresar la línea de conducta de un gobierno del pueblo por el pueblo. Entre ellas se cuentan la abolición del trabajo nocturno para los obreros panaderos, y la prohibición, bajo penas, de la práctica corriente entre los patronos de mermar los salarios imponiendo a sus obreros multas bajo los más diversos pretextos, proceso éste en el que el patrono se adjudica las funciones de legislador, juez y agente ejecutivo, y, además, se embolsa el dinero. Otra medida de este género fue la entrega a las asociaciones obreras, bajo reserva de indemnización, de todos los talleres y fábricas cerrados, lo mismo si sus respectivos patronos habían huido que si habían optado por parar el trabajo.

"Apenas comienza la Comuna a actuar, y la burguesía la denuncia frenéticamente "como a una banda de criminales evadidos y amotinados abiertamente contra la familia, la religión, el orden y la propiedad", según Jules Favre, miembro del Gobierno de Defensa Nacional, que le declara una guerra implacable.

La Libertad

Una de las principales característica de la Comuna fue la Libertad. De ésta se podían beneficiar todos, incluso los partidarios del gobierno de Versalles. Había libertad de prensa, de reunión y asociación.Se decretó que las detenciones deberían ser por orden judicial, y los prisioneros tenían todos sus derechos garantizados, incluso el castigo era fuerte para los casos de detenciones injustas. La libertad de asociación hizo aparecer a muchos grupos y “clubs” de todas las ideologías, las cuales se podían expresar libremente.

Esta libertad hizo que los reaccionarios se movieran libremente por la ciudad, provocando muchas veces actos de sabotaje. Solamente al final, cuando la situación se hizo difícil, se empezó a detener a los saboteadores y todo aquel que se resistiera por la fuerza, aún así durante toda la comuna no murieron más de cien personas a manos de la Comuna (saboteadores, espías y un Obispo), datos totalmente insignificantes comparados con la represión posterior.

EL FINAL DE LA COMUNA

Ante el temor del propio Bismark a que el fenómeno de la Comuna se contagiara al resto de Europa, le devuelve a Thiers todas las tropas que todavía mantenía retenidas, para la eliminación de los comuneros. Así el 21 de Mayo de 1871 un ejército de 180.000 hombres se lanzan a la conquista de París calle por calle. La defensa se organizó en barricadas, en las que luchaban tanto hombres como mujeres. La lucha fue desigual ante el poderío militar del ejército regular, sin embargo los comuneros lucharon hasta muerte.

La batalla duró una semana, hasta el 28 de Mayo, cuando cae la última barricada defendida por un solo comunero por la muerte de sus compañeros.

Como cuenta Federico Engels: "Y entonces llegó a su apogeo aquella matanza de hombres desarmados, mujeres y niños… Ya los fusiles de retrocarga no mataban bastante de prisa, y entraron en juego las ametralladoras para abatir por centenares a los vencidos. El Muro de los Federados del cementerio de Pere Luchaise, donde se consumó el último asesinato en masa, queda todavía en pie, testimonio mudo pero elocuente del frenesí a que es capaz de llegar la clase dominante cuando el proletariado se atreve a reclamar sus derechos¨.

Como era de esperar la represión fue brutal. Desde los primeros días los fusilamientos eran cotidianos (incluidos mujeres y niños), una simple denuncia infundada valía para ser mandado al paredón. No sólo lo sufrieron los communards, sino que muchos burgueses huidos aprovecharon para denunciar a sus rivales y acreedores.

Se estima que unos 30.000 obreros y simpatizantes de la Comuna fueron fusilados, a los que habría que sumar unas 40.000 personas enviadas a las colonias, con trabajos forzosos, en donde gran parte murió de enfermedades.

Esta represión casi consiguió eliminar el movimiento obrero en Francia, hasta el mismo Thiers, disfrutando de su victoria llegó a afirmar que: “ El socialismo ha sido eliminado por un largo tiempo”.

¿COMO ERA EL PARIS DE LA COMUNA?

Bastan para describirlo las palabras de Carlos Marx. Los dos meses de Comuna supusieron un cambio historico que marco para siempre las aspiraciones de los explotados del mundo. Y aunque los privilegiados usen cualquier metodo para hacernos olvidar, la lucha continuara siempre con esa bandera roja de los comuneros enarbolada, y pasando de mano en mano hasta que el objetivo de la igualdad universal y los derechos humanos se logren.

Cuando los capitalistas masacraron a los comuneros, su herencia se sumo a la que dejo antes la Revolucion francesa, y sus ideales humanistas (que es el fondo que subyace a toda aspiracion comunista: el respeto a los derechos humanos de todos). Cuando la Comuna termino, volvieron a dominar Paris los mismos saqueadores de siempre, los mismos de ahora..., se volvio a convertir en la ciudad de los gorrones, de los rentistas, de los que siempre construyeron su riqueza y poder sobre el sudor y la sangre de los obreros y campesionos del primero y del tercer mundo.

Pero las palabras de Marx pueden aplicarse una y otra vez a las constantes revoluciones que surgen y surgiran una y otra vez hasta que todos los hombres y mujeres puedan al fin considerarse y ser considerados por todos seres libres, seres humanos (con iguales derechos sociales y economicos, lo que viene a ser lo mismo).

Hoy los canibales tienen mas poder que nunca, viviendo a costa de los seres humanos que ellos consideran como mercancia util, o inutil. Pero en cualquier momento la bandera roja de la libertad puede ondear de nuevo en el Ayuntamiento de Paris (o en cualquier otro). Y podamos recitar de nuevo las palabras de Marx:

" Maravilloso en verdad fue el cambio operado por la Comuna en París. De aquel París prostituido del Segundo Imperio no quedaba ni rastro. París ya no era el lugar de cita de terratenientes ingleses, absentistas [latifundistas] irlandeses, ex esclavistas y rastacueros norteamericanos, ex propietarios rusos de siervos y boyardos de Valaquia. Ya no había cadáveres en la morgue, ni asaltos nocturnos, y apenas uno que otro robo; por primera vez desde los días de febrero de 1848, se podía transitar seguro por las calles de París, y eso que no había policía de ninguna clase. "Ya no se oye hablar - decía un miembro de la Comuna - de asesinatos, robos y atracos; diríase que la policía se ha llevado consigo a Versalles a todos sus amigos conservadores". Las cocottes [damiselas caras] habían reencontrado el rastro de sus protectores, fugitivos hombres de la familia, de la religión y, sobre todo, de la propiedad. En su lugar, volvían a salir a la superficie las auténticas mujeres de París, heroicas, nobles y abnegadas como las mujeres de la antigüedad. París trabajaba y pensaba, luchaba y daba su sangre; radiante en el entusiasmo de su iniciativa histórica, dedicado a forjar una sociedad nueva, casi se olvidaba de los caníbales que tenía a las puertas."

Las citas de Marx son de su libro "La guerra civil en Francia"
Las citas de Engels fueron tomadas de su "Introducción"

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