24 de marzo de 2009

Prohibir la Coca: otra imposicion colonial

La hoja de Coca es un cultivo tradicional incaico, que los colonialistas europeos usaron para fabricar la cocaina. Al igual que el vino, otra droga, se produce a partir de la uva, o el ron de la caña de azucar, es impensable (salvo para los tarugos occidentales) prohibir el cultivo de las plantas para evitar el consumo de alcohol.

Evo Morales defendio ante la ONU el uso tradicional y popular de la hoja de Coca, y la mastico ante los 53 miembros. Su discurso era tan evidente que su auditorio debio sentirse como niños de escuela.

La prohibicion de la coca es nada mas que una accion colonial, una imposicion de aquellos que se creen superiores e intentan hacer y deshacer a su antojo sin razonamiento alguno. Los mismos que han inventado la cocaina acusan de drogadictos a los indigenas que durante miles de años han usado la coca sin necesidad de enriquecerse traficando con ella.

Los representantes de los traficantes acusan a los productores de la planta tradicional de ser los culpables. Es para morirse de risa o de indignacion. Personalmente, despues de probar la hoja de coca en mis viajes a Chile no puedo decir que sea una droga. En todo caso, lo es en menor medida que el vino, el ron, o la Coca Cola que, por otro lado, tiene entre sus componentes derivados quimicos de la hoja de Coca.

El periodista chileno Hernan Uribe describe en un articulo esta delirante paradoja.

Prohibición de la coca: Una acción colonialista
Hernán Uribe

La escena del presidente boliviano Evo Morales quien mascó coca el 11 de marzo frente a numerosos ministros de 53 países reunidos en Viena fue tanto una difundida noticia como una explicación clara de porqué ese vegetal es consumido por diez millones de personas en los países andinos.

En su discurso ante la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas el jefe de Estado pidió que se derogue la penalización que afecta a esa planta desde 1961 y sugirió que se trata de una medida de tónica colonialista que se opone a la Convención sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas aprobada por la propia ONU en 2008.

Un alimento muy completo, la coca (del aimara kkoka) es cultivada desde hace unos tres mil años, aunque fue conocida por los europeos sólo en el siglo XVI cuando los españoles se apoderan de Perú que entonces abarcaba a Bolivia y Ecuador actuales. Garcilaso Inca de la Vega (1) escribe en sus "Comentarios Reales" (1609) que "La coca es la principal riqueza del Perú" y cita al efecto al sacerdote Blas Valera:

"Es tan agradable la coca a los indios que por ella posponen el oro y la plata y las piedras preciosas. Los indios que la comen se muestran más fuertes y dispuestos para el trabajo y, muchas veces, contentos con ella, trabajan todo el día sin comer". Por su cuenta, el historiador anota: "La coca preserva el cuerpo de muchas enfermedades y nuestros médicos usan della hecha polvos, para atajar y aplacar la hinchazón de las llagas, para fortalecer los huesos quebrados, para sacar el frío del cuerpo, para sanar las llagas podridas, llenas de gusanos".
Puesto que los habitantes autóctonos consideraban al arbusto como algo sagrado, los hispanos, fanáticos como eran, pensaron eliminar su sembradío, pero se impuso la realidad de los méritos del producto. Nos informa Inca de la Vega: "Tiene (la coca) también gran provecho y es que la mayor parte de la renta del obispo y de los canónigos y de los demás ministros de la Iglesia Catedral del Cuzco es de los diezmos de las hojas de coca, y muchos españoles se han enriquecido y enriquecen con el trato y contrato de esta yerba."

En los tiempos contemporáneos, la presión de Estados Unidos, el país que es de lejos el que posee la mayor cantidad de drogadictos del mundo, logró que se prohibiera el cultivo de la coca (1961, antes mencionado). En febrero pasado (2009) la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) acusó a Bolivia de incumplimiento de aquella resolución y además, agregó que en la nación altiplánica se consume coca con el sistema de masticarla. El mastique público de Evo Morales fue entonces también una respuesta al disparate.

Alfredo Rada, ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia refutó aquella postura de la JIFE en declaraciones formuladas al diario chileno "La Nación" (Santiago, 23/2/09). "Respetamos el trabajo de los organismos internacionales, pero respaldamos asimismo nuestra propia soberanía nacional, nuestras tradiciones y costumbres", acotó.

Puntualizó luego: "Bolivia no permite el libre cultivo el cual debe hacerse en zonas determinadas. El problema es mucho más complejo que las meras plantaciones, ya que en la conversión de una hoja de coca natural en cocaína existen elementos que escapan al control de Bolivia". Y aclaró: "En realidad los países que producen esas sustancias químicas son naciones industrializadas. Por otra parte, los mayores mercados de consumo de cocaína están ubicados en Estados Unidos y en la Unión Europea. En esos países circula un mercado de capitales que motoriza el negocio ilegal del narcotráfico".

Apuntemos aquí otra realidad. Los órganos de información de Estados Unidos y Europa, así como los de Latinoamérica, tienen como tema favorito el de los cárteles (en mal castellano, carteles...) de narcotraficantes, pero ¿ha leído o escuchado usted algo sobre las organizaciones mafiosas de la misma naturaleza que operan en EE.UU. y la UE?. Es imposible pues esa información no existe o, más precisamente, es ocultada.

Regresemos a la vapuleada coca que deliberadamente se insiste en confundirla con la cocaína en circunstancias de que esta última es sólo uno de los catorce alcaloides que posee la primera. En el artículo "La irracional batalla de la Hoja de Coca", su autor, Guillermo Giacosa, escribe: "Estudios científicos de la Universidad de Harvard señalan que la hoja de coca tiene un valor nutritivo superior a la kiwicha, la quina, el trigo, el maíz, etc. El trabajo ‘Nutritional value of Coca' indica que la coca posee más calcio que la leche, tanto fósforo como el pescado y más hierro que la espinaca".

Remacha: "La convención de la ONU sobre estupefacientes prohibió estúpidamente No la cocaína, sino la hoja de coca, que es como prohibir la caña de azúcar, las uvas, las papas o la cebada para evitar el alcoholismo por ron, vino, vodka o cerveza" ( 2)

Son tales los valores alimenticios de la coca que puede afirmarse que grandes plantaciones de ella, marginadas por supuesto del negocio sucio de las drogas, podrían contribuir la desnutrición que afecta a 150 millones de latinoamericanos.

Notas:
1. Garcilaso Inca de la Vega "Comentarios Reales", Buenos Aires, Editorial Atlántida, 1975.
2. Guillermo Giacosa; "La irracional batalla de la Hoja de Coca", Lima, revista ´Mariátegui´, julio/ 06"

http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2009031808

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