Aunque pienso que ambos son nefastos, el peligroso para la humanidad propiamente hablando, es el yanki, puesto que es el que puede estar dispuesto a comenzar una guerra que puede tener unas consecuencias impredecibles para nuestra especie.
Curiosa la forma de razonar de los ninis, ¿como puede ser nefasto quién se opone a un peligro para la humanidad?, ¿el que se opone a la tirania de los dispuestos a comenzar una guerra nuclear?. Te poede gustar o no, pero...¿nefasto?. Para mi nefasta es la falsa imparcialidad desde la equidistancia que al no mojarse defiende por no oponerse, la causa del agresor contra el agredido, del poderoso contra el debil.
Esta Piedra no tiene cura, siempre su centralismo europeo se impone en sus pensamientos; siempre jugandola de rebelde como todos los que no se animan a señalar al enemigo de manera categórica, buscando ensuciar de igual manera a los polos antagónicos que mantienen disputas. Señalando como igual de malos al invasor y al invadido. Hay que reconocerlo por mas bien que caiga su persona; actitudes así no solo son funcionales al imperialismo si no que además juegan directamente en la misma trinchera que el propio imperialismo.
4 comentarios:
Aunque pienso que ambos son nefastos, el peligroso para la humanidad propiamente hablando, es el yanki, puesto que es el que puede estar dispuesto a comenzar una guerra que puede tener unas consecuencias impredecibles para nuestra especie.
Curiosa la forma de razonar de los ninis, ¿como puede ser nefasto quién se opone a un peligro para la humanidad?, ¿el que se opone a la tirania de los dispuestos a comenzar una guerra nuclear?. Te poede gustar o no, pero...¿nefasto?. Para mi nefasta es la falsa imparcialidad desde la equidistancia que al no mojarse defiende por no oponerse, la causa del agresor contra el agredido, del poderoso contra el debil.
Yo pienso que sólo los yanquis y sus satélites son nefastos. En realidad, más que pensarlo, lo sé con absoluta certeza.
Esta Piedra no tiene cura, siempre su centralismo europeo se impone en sus pensamientos; siempre jugandola de rebelde como todos los que no se animan a señalar al enemigo de manera categórica, buscando ensuciar de igual manera a los polos antagónicos que mantienen disputas. Señalando como igual de malos al invasor y al invadido.
Hay que reconocerlo por mas bien que caiga su persona; actitudes así no solo son funcionales al imperialismo si no que además juegan directamente en la misma trinchera que el propio imperialismo.
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